CABLES SUBMARINOS: LA CONFRONTACIÓN ENTRE LAS GRANDES POTENCIAS TAMBIÉN SE DIRIME EN LOS FONDOS MARINOS
¿Cuales serían los efectos inmediatos de un ataque concertado con el cableado submarino de comunicacion? Una bomba letal de tiempo bajo los océanos
La enorme red de cables submarinos, columna vertebral de la conectividad planetaria, está en serio riesgo en en el actual clima de tensiones internacionales. Un ataque a esta infraestructura crítica podría desatar un desastre económico y social cuyas dimensiones resultan inimaginables . ¿Cuál sería la concatenación de efectos de producirse un ataque concertado contra ellas? ¿Estamos preparados para proteger este recurso vital?
POR CARLOS SERNA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
El mundo actual depende en gran medida de una red de
cables submarinos que transmiten la mayoría del tráfico de internet, comunicaciones y transacciones financieras globales.
Sin embargo, la fragilidad de esta infraestructura crítica ha despertado preocupación en un contexto de tensiones geopolíticas crecientes entre las principales potencias. ¿Podría un sabotaje deliberado de estos cables desencadenar un desastre económico y social de escala mundial? La respuesta es cada vez más alarmante.
La infraestructura invisible de la conectividad global
Pese a que muchas personas perciben el internet como algo "inalámbrico", aproximadamente el 99% del tráfico global depende de estos cables submarinos, que se extienden a lo largo de 1,3 millones de kilómetros bajo el océano.
Su relevancia para los sistemas financieros, la defensa y las comunicaciones civiles es incuestionable. Sin embargo, a medida que las tensiones internacionales entre potencias como Estados Unidos, Rusia y China crecen, estos cables se han convertido en objetivos potenciales de sabotaje, lo que representa una vulnerabilidad crítica para la estabilidad mundial.
El caso reciente de las explosiones en el gasoducto Nord Stream en el Mar Báltico ha puesto en evidencia lo vulnerables que son las infraestructuras submarinas a posibles ataques.
Tras el incidente, la atención se ha redirigido hacia los cables submarinos, que resultan ser aún más esenciales para la conectividad y el flujo de información a nivel global.
El conflicto de poder por debajo del océano
La rivalidad entre las principales potencias, impulsada por la competencia económica y geopolítica, afecta directamente a esta infraestructura crítica.
En un escenario donde los países luchan por expandir y proteger sus zonas de influencia, los cables submarinos se convierten en una herramienta potencial de presión.
Rusia, por ejemplo, ha sido señalada por expertos occidentales debido a su reciente desarrollo de capacidades militares para realizar ataques submarinos a estas infraestructuras, lo que se ha interpretado como un movimiento estratégico en un contexto de tensiones crecientes.
Según un análisis de Xataka, Rusia ha mapeado y monitoreado los cables de comunicación más importantes del Atlántico Norte y de Europa, incrementando la tensión entre los países de la OTAN. Dmitri Medvédev, expresidente ruso, ha declarado recientemente que Rusia
"no tiene limitaciones morales para atacar los cables submarinos de sus enemigos".
Este tipo de afirmaciones refuerzan la hipótesis de que las potencias no solo están dispuestas a luchar por el control de recursos energéticos, sino que ahora también están dispuestas a comprometer la infraestructura comunicacional que hoy sostiene la economía global.
Consecuencias de un sabotaje a la conectividad global
El corte de un solo cable submarino en un país pequeño ha demostrado tener consecuencias devastadoras.
En 2017, por ejemplo, un barco pesquero cortó un cable en Somalia, causando pérdidas de $10 millones diarios y un apagón de internet que duró tres semanas. En una potencia económica, la magnitud de una interrupción similar sería catastrófica.
La ruptura coordinada de los cables de comunicación submarinos conllevaría como consecuencia inmediata los siguientes efectos:
- Interrupción de las comunicaciones globales: Se bloquearían las transferencias de datos entre continentes, afectando tanto las comunicaciones civiles como las gubernamentales. Los correos electrónicos, llamadas internacionales y videoconferencias quedarían inutilizados en la inmensa mayoría de las regiones del planeta.
- Paralización del sistema financiero: Alrededor del 95% de las transacciones financieras internacionales dependen de estos cables. Bancos, bolsas de valores y sistemas de pago digital entrarían en situación de colapso, afectando gravemente toda la economía mundial.
- Crisis en servicios esenciales: La interrupción de datos podría impactar servicios críticos como energía, transporte y atención médica, especialmente en sistemas que dependen de la conectividad global para su funcionamiento.
- Caos social y político: Sin internet ni comunicaciones fiables, la población enfrentaría desinformación, pánico y desabastecimiento en servicios básicos, lo que podría derivar en protestas masivas y disturbios.
- Respuesta militar escalada: Los países afectados podrían interpretar el sabotaje como un acto de guerra, generando represalias militares que intensificarían las tensiones geopolíticas y podrían desembocar en conflictos armados.
- Impacto prolongado en la reconstrucción: Reparar o reemplazar los cables dañados podría tomar semanas o meses, prolongando los efectos económicos y sociales de la crisis.
Además, el impacto no solo sería económico, sino también social y político. La interrupción de los sistemas de pago y de comunicación podría desatar el caos en sociedades profundamente digitalizadas y dependientes de la tecnología.
Según ha declarado un oficial del gobierno estadounidense en declaraciones recogidas por el medio Cybersecurity News, cualquier daño a los cables submarinos podría ser interpretado como un acto de guerra en un contexto de alta tensión, lo que podría desencadenar reacciones imprevisibles entre las grandes potencias.
La importancia de proteger y diversificar la infraestructura
Para reducir la vulnerabilidad de estos cables, expertos del Comité Internacional de Protección de Cables (ICPC) recomiendan establecer mecanismos de monitoreo continuo, fomentar la cooperación internacional y construir infraestructuras de respaldo. Este tipo de medidas exigiría una colaboración genuina entre naciones, superando las rivalidades. Algo que hoy resulta equivalente a pedirle peras al olmo.
La creciente competencia internacional entre las grandes potencias por el dominio de los mercados internacionales, así como en un sistema internacional dominado por intereses de poder y lucro, con geoestrategias antagónicas, hace imposible la viabilidad de una cooperación real planetaria para proteger estos recursos vitales.
El sabotaje de cables submarinos representa, pues, una amenaza real para la estabilidad de las sociedades contemporáneas, que convertiría en un insoslayable hecho real en el caso de una confrontación militar abierta entre los bloques imperialistas hegemónicos.
FUENTES CONSULTADAS:
POR CARLOS SERNA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
El mundo actual depende en gran medida de una red de
cables submarinos que transmiten la mayoría del tráfico de internet, comunicaciones y transacciones financieras globales.
Sin embargo, la fragilidad de esta infraestructura crítica ha despertado preocupación en un contexto de tensiones geopolíticas crecientes entre las principales potencias. ¿Podría un sabotaje deliberado de estos cables desencadenar un desastre económico y social de escala mundial? La respuesta es cada vez más alarmante.
La infraestructura invisible de la conectividad global
Pese a que muchas personas perciben el internet como algo "inalámbrico", aproximadamente el 99% del tráfico global depende de estos cables submarinos, que se extienden a lo largo de 1,3 millones de kilómetros bajo el océano.
Su relevancia para los sistemas financieros, la defensa y las comunicaciones civiles es incuestionable. Sin embargo, a medida que las tensiones internacionales entre potencias como Estados Unidos, Rusia y China crecen, estos cables se han convertido en objetivos potenciales de sabotaje, lo que representa una vulnerabilidad crítica para la estabilidad mundial.
El caso reciente de las explosiones en el gasoducto Nord Stream en el Mar Báltico ha puesto en evidencia lo vulnerables que son las infraestructuras submarinas a posibles ataques.
Tras el incidente, la atención se ha redirigido hacia los cables submarinos, que resultan ser aún más esenciales para la conectividad y el flujo de información a nivel global.
El conflicto de poder por debajo del océano
La rivalidad entre las principales potencias, impulsada por la competencia económica y geopolítica, afecta directamente a esta infraestructura crítica.
En un escenario donde los países luchan por expandir y proteger sus zonas de influencia, los cables submarinos se convierten en una herramienta potencial de presión.
Rusia, por ejemplo, ha sido señalada por expertos occidentales debido a su reciente desarrollo de capacidades militares para realizar ataques submarinos a estas infraestructuras, lo que se ha interpretado como un movimiento estratégico en un contexto de tensiones crecientes.
Según un análisis de Xataka, Rusia ha mapeado y monitoreado los cables de comunicación más importantes del Atlántico Norte y de Europa, incrementando la tensión entre los países de la OTAN. Dmitri Medvédev, expresidente ruso, ha declarado recientemente que Rusia
"no tiene limitaciones morales para atacar los cables submarinos de sus enemigos".
Este tipo de afirmaciones refuerzan la hipótesis de que las potencias no solo están dispuestas a luchar por el control de recursos energéticos, sino que ahora también están dispuestas a comprometer la infraestructura comunicacional que hoy sostiene la economía global.
Consecuencias de un sabotaje a la conectividad global
El corte de un solo cable submarino en un país pequeño ha demostrado tener consecuencias devastadoras.
En 2017, por ejemplo, un barco pesquero cortó un cable en Somalia, causando pérdidas de $10 millones diarios y un apagón de internet que duró tres semanas. En una potencia económica, la magnitud de una interrupción similar sería catastrófica.
La ruptura coordinada de los cables de comunicación submarinos conllevaría como consecuencia inmediata los siguientes efectos:
- Interrupción de las comunicaciones globales: Se bloquearían las transferencias de datos entre continentes, afectando tanto las comunicaciones civiles como las gubernamentales. Los correos electrónicos, llamadas internacionales y videoconferencias quedarían inutilizados en la inmensa mayoría de las regiones del planeta.
- Paralización del sistema financiero: Alrededor del 95% de las transacciones financieras internacionales dependen de estos cables. Bancos, bolsas de valores y sistemas de pago digital entrarían en situación de colapso, afectando gravemente toda la economía mundial.
- Crisis en servicios esenciales: La interrupción de datos podría impactar servicios críticos como energía, transporte y atención médica, especialmente en sistemas que dependen de la conectividad global para su funcionamiento.
- Caos social y político: Sin internet ni comunicaciones fiables, la población enfrentaría desinformación, pánico y desabastecimiento en servicios básicos, lo que podría derivar en protestas masivas y disturbios.
- Respuesta militar escalada: Los países afectados podrían interpretar el sabotaje como un acto de guerra, generando represalias militares que intensificarían las tensiones geopolíticas y podrían desembocar en conflictos armados.
- Impacto prolongado en la reconstrucción: Reparar o reemplazar los cables dañados podría tomar semanas o meses, prolongando los efectos económicos y sociales de la crisis.
Además, el impacto no solo sería económico, sino también social y político. La interrupción de los sistemas de pago y de comunicación podría desatar el caos en sociedades profundamente digitalizadas y dependientes de la tecnología.
Según ha declarado un oficial del gobierno estadounidense en declaraciones recogidas por el medio Cybersecurity News, cualquier daño a los cables submarinos podría ser interpretado como un acto de guerra en un contexto de alta tensión, lo que podría desencadenar reacciones imprevisibles entre las grandes potencias.
La importancia de proteger y diversificar la infraestructura
Para reducir la vulnerabilidad de estos cables, expertos del Comité Internacional de Protección de Cables (ICPC) recomiendan establecer mecanismos de monitoreo continuo, fomentar la cooperación internacional y construir infraestructuras de respaldo. Este tipo de medidas exigiría una colaboración genuina entre naciones, superando las rivalidades. Algo que hoy resulta equivalente a pedirle peras al olmo.
La creciente competencia internacional entre las grandes potencias por el dominio de los mercados internacionales, así como en un sistema internacional dominado por intereses de poder y lucro, con geoestrategias antagónicas, hace imposible la viabilidad de una cooperación real planetaria para proteger estos recursos vitales.
El sabotaje de cables submarinos representa, pues, una amenaza real para la estabilidad de las sociedades contemporáneas, que convertiría en un insoslayable hecho real en el caso de una confrontación militar abierta entre los bloques imperialistas hegemónicos.
FUENTES CONSULTADAS:





























Chorche | Martes, 19 de Noviembre de 2024 a las 22:45:47 horas
Si, Rusia, el diablo, hasta tiene la culpa de que haya tropezado hoy.
Pobrecitos angelitos occidentales que nunca han roto un plato; sería sin querer que se cargaron el Nord Stream.
Por qué no te haces eco también de las noticias rusas si sabemos que en Occidente hay una manipulación y censura acojonantes?
Bastante más prudencia está demostrando Rusia que EEUU.
Tú sabes muy bien que la guerra de Ucrania la empezaron en 2014 EEUU/Ucrania, golpe de estado incluido,como es lo propio de EEUU,y amiguete nazifascista al poder.
Bastantes avisos de que no se estaban respetando los acuerdos y bastante paciencia tuvo Rusia hasta que no le quedó otra que intervenir ante las provocaciones del amo del mundo.
No tenéis memoria?
Respecto a internet que lo tienen como la panacea ya veréis el día que el mundo se quede a oscuras!
"Hemos aprendido a volar como los pájaros y surcamos los mares como los peces pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos". Qué diría hoy Luther King?.
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