
COSAS VEREDES: UNA ESTATUA DE FRANCO PROPUESTA COMO "MONUMENTO A LA CONCORDIA"
Indignación ante la propuesta del Cabildo de Tenerife
¿Es posible resignificar un monumento que exalta a un dictador? ¿Qué mensaje se envía a la sociedad al intentar transformar la memoria del franquismo en un símbolo de paz? El proyecto del Cabildo de Tenerife para el monumento a Franco que se ubica en la capital de esta isla ha generado una ola de rechazo.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La propuesta del Cabildo de Tenerife de renombrar el monumento a Franco ubicado en la capital de esta isla como "Monumento para la Concordia" ha generado una inmediata reacción de rechazo, especialmente entre colectivos de memoria histórica y expertos en historia
El proyecto, impulsado por Coalición Canaria y el Partido Popular, se justifica como un un intento de “resignificar la escultura como un espacio de memoria que supuestamente promovería la paz y el entendimiento”.
Sin embargo, la propuesta no solo ha sido calificada de “impresentable” por asociaciones de memoria histórica, sino también de “indecencia” por expertos en patrimonio histórico.
UNA OFENSA A LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO
La decisión de intentar “resignificar” el monumento es percibida por muchos como un acto que desprecia el dolor y el sufrimiento de las víctimas del franquismo.
La presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife, Mercedes Pérez Schwartz, ha manifestado su indignación al cuestionar:
“¿De la concordia de quién? ¿De todos los que desaparecieron el 18 de julio de 1936 y después durante la dictadura?”.
Las palabras de Pérez Schwartz reflejan el sentimiento de muchos ciudadanos que también ven en la propuesta un intento de blanquear la historia y transformar un símbolo del autoritarismo en un gesto de falsa reconciliación.
La Comisión Técnica de Memoria Histórica ya había aprobado un catálogo de vestigios del franquismo que dejaba claro que la escultura no debía ser resignificada, un punto que el Cabildo pretende ignorar.
La indignación no es solo una cuestión de principios, sino también de legalidad y respeto por la memoria histórica. Al intentar rebautizar el monumento bajo el eufemismo de la "concordia",se estaría legitimando un símbolo que representa un golpe de Estado, el alzamiento militar contra la legalidad republicana y una cruel dictadura que se prolongó durante casi 40 años, dejando heridas profundas en los pueblos del Estado español.
UNA RESIGNIFICACIÓN INVIABLE Y CONTRADICTORIA
La coordinadora del Catálogo de Vestigios Franquistas de Santa Cruz de Tenerife y catedrática de Historia del Arte, Maisa Navarro, ha sido clara al respecto: la propuesta es "una humillación a las víctimas" y constituye una manipulación del discurso histórico.
Navarro puntualizó, igualmente, que el Cabildo no tiene competencias para hacer esta resignificación sin seguir los procedimientos administrativos adecuados, y las palabras utilizadas para justificar el cambio "son una forma de apropiación ilegítima del dolor de las víctimas".
Pero más allá del procedimiento administrativo, el problema reside en el simbolismo inequívoco que el monumento carga: representa al dictador Franco como una figura heroica, en la postura de un cruzado medieval, y cuenta con elementos que exaltan la represión franquista, como la representación del 'Dragon Rapide', el avión que llevó a Franco desde Canarias para iniciar el golpe de Estado.
Símbolos que no pueden ser borrados con un simple cambio de nombre. Mantener el monumento, incluso bajo un nuevo título, implica validar una versión distorsionada de la historia que busca reconciliar lo irreconciliable.
UNA ESTRATEGIA PARA REHABILITAR LA IMAGEN DEL FRANQUISMO
Por todo ello, esta pretendida “resignificación” ha sido denunciada como una estrategia política para rehabilitar la imagen del franquismo y sus símbolos.
El proyecto reproduce una narrativa que busca presentar la dictadura franquista como un periodo que, “con sus luces y sombras”, "condujo a la concordia". Un discurso que olvida o ignora deliberadamente a las víctimas de la represión y las políticas de la dictadura.
Como ha señalado la catedrática Maisa Navarro, “al proponer esta resignificación, los promotores de la iniciativa actúan como si representaran a las víctimas, sin tener el derecho o la legitimidad para hacerlo”.
Se apropian del discurso de una pretendida reconciliación para intentar ocultar una historia de violencia y represión.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La propuesta del Cabildo de Tenerife de renombrar el monumento a Franco ubicado en la capital de esta isla como "Monumento para la Concordia" ha generado una inmediata reacción de rechazo, especialmente entre colectivos de memoria histórica y expertos en historia
El proyecto, impulsado por Coalición Canaria y el Partido Popular, se justifica como un un intento de “resignificar la escultura como un espacio de memoria que supuestamente promovería la paz y el entendimiento”.
Sin embargo, la propuesta no solo ha sido calificada de “impresentable” por asociaciones de memoria histórica, sino también de “indecencia” por expertos en patrimonio histórico.
UNA OFENSA A LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO
La decisión de intentar “resignificar” el monumento es percibida por muchos como un acto que desprecia el dolor y el sufrimiento de las víctimas del franquismo.
La presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife, Mercedes Pérez Schwartz, ha manifestado su indignación al cuestionar:
“¿De la concordia de quién? ¿De todos los que desaparecieron el 18 de julio de 1936 y después durante la dictadura?”.
Las palabras de Pérez Schwartz reflejan el sentimiento de muchos ciudadanos que también ven en la propuesta un intento de blanquear la historia y transformar un símbolo del autoritarismo en un gesto de falsa reconciliación.
La Comisión Técnica de Memoria Histórica ya había aprobado un catálogo de vestigios del franquismo que dejaba claro que la escultura no debía ser resignificada, un punto que el Cabildo pretende ignorar.
La indignación no es solo una cuestión de principios, sino también de legalidad y respeto por la memoria histórica. Al intentar rebautizar el monumento bajo el eufemismo de la "concordia",se estaría legitimando un símbolo que representa un golpe de Estado, el alzamiento militar contra la legalidad republicana y una cruel dictadura que se prolongó durante casi 40 años, dejando heridas profundas en los pueblos del Estado español.
UNA RESIGNIFICACIÓN INVIABLE Y CONTRADICTORIA
La coordinadora del Catálogo de Vestigios Franquistas de Santa Cruz de Tenerife y catedrática de Historia del Arte, Maisa Navarro, ha sido clara al respecto: la propuesta es "una humillación a las víctimas" y constituye una manipulación del discurso histórico.
Navarro puntualizó, igualmente, que el Cabildo no tiene competencias para hacer esta resignificación sin seguir los procedimientos administrativos adecuados, y las palabras utilizadas para justificar el cambio "son una forma de apropiación ilegítima del dolor de las víctimas".
Pero más allá del procedimiento administrativo, el problema reside en el simbolismo inequívoco que el monumento carga: representa al dictador Franco como una figura heroica, en la postura de un cruzado medieval, y cuenta con elementos que exaltan la represión franquista, como la representación del 'Dragon Rapide', el avión que llevó a Franco desde Canarias para iniciar el golpe de Estado.
Símbolos que no pueden ser borrados con un simple cambio de nombre. Mantener el monumento, incluso bajo un nuevo título, implica validar una versión distorsionada de la historia que busca reconciliar lo irreconciliable.
UNA ESTRATEGIA PARA REHABILITAR LA IMAGEN DEL FRANQUISMO
Por todo ello, esta pretendida “resignificación” ha sido denunciada como una estrategia política para rehabilitar la imagen del franquismo y sus símbolos.
El proyecto reproduce una narrativa que busca presentar la dictadura franquista como un periodo que, “con sus luces y sombras”, "condujo a la concordia". Un discurso que olvida o ignora deliberadamente a las víctimas de la represión y las políticas de la dictadura.
Como ha señalado la catedrática Maisa Navarro, “al proponer esta resignificación, los promotores de la iniciativa actúan como si representaran a las víctimas, sin tener el derecho o la legitimidad para hacerlo”.
Se apropian del discurso de una pretendida reconciliación para intentar ocultar una historia de violencia y represión.
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