
CANARIAS TIENE UN LÍMITE: NUEVA MOVILIZACIÓN CONTRA EL INSOSTENIBLE MODELO DE TURISMO MASIVO
Frente a la ausencia de respuesta gubernamental
El próximo 20 de octubre, Canarias volverá a ser escenario de una gran manifestación popular contra el modelo turístico masivo que domina las islas. Con miles de personas esperadas en Maspalomas y en otras ciudades europeas, la movilización busca frenar la expansión hotelera y mejorar las condiciones de vida de los canarios.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El próximo 20 de octubre, las calles de las Islas Canarias volverán a ser escenario de una importante movilización popular. Bajo el lema “Volvemos a las calles”, la coordinadora Canarias Tiene Límite convoca a la ciudadanía a manifestarse de nuevo contra el modelo turístico imperante y las políticas gubernamentales que, según los organizadores, no hacen más que profundizar en la explotación insostenible del territorio. Esta segunda manifestación busca dar continuidad a la histórica movilización de abril de este año, la cual marcó un hito en la lucha social canaria y que ahora se expande también a otras regiones del Estado español y ciudades europeas como Berlín y Londres.
Un éxito que traspasó fronteras
La primera movilización, celebrada en abril de 2024, fue considerada un éxito rotundo por los organizadores y la prensa local. Más de 100.000 personas tomaron las calles de todas las islas del archipiélago para exigir un cambio en el modelo turístico y económico que, según denuncian, está asfixiando al territorio y empeorando las condiciones de vida de la población local.
Los principales reclamos fueron la implementación de una moratoria turística para frenar la construcción descontrolada de hoteles, la implantación de una ecotasa y medidas contundentes para regular el mercado inmobiliario, especialmente la proliferación de la vivienda vacacional, que ha disparado los precios del alquiler en las islas
Este movimiento no solo caló profundamente en Canarias, sino que también inspiró a otros territorios. Ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Granada replicaron las manifestaciones, demostrando que el malestar por la masificación turística y la crisis de la vivienda no es un problema exclusivo de Canarias. Incluso en Berlín, un centenar de personas se reunieron en solidaridad con la causa canaria, reclamando un turismo más sostenible y justo.
La ausencia de respuesta gubernamental
A pesar de la magnitud de la primera movilización, tanto el Gobierno de Canarias como los cabildos insulares han hecho oídos sordos a las reivindicaciones populares. Las demandas de una moratoria turística han sido ignoradas, y las propuestas de una ecotasa no han avanzado. En lugar de abordar las problemáticas que denuncia la población, las administraciones locales han seguido promoviendo un modelo turístico de masas. Un claro ejemplo de ello es la reciente aprobación del Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria, que permitirá la construcción de 129.000 nuevas camas hoteleras, casi duplicando la oferta actual.
Además, los proyectos faraónicos como la construcción de un tren turístico en el sur de Gran Canaria y la central de bombeo de Chira-Soria siguen adelante, a pesar de su alto coste ambiental y económico. Los manifestantes denuncian que, bajo la excusa de la emergencia climática, se siguen promoviendo proyectos que solo benefician a las élites económicas mientras la población sufre cortes de agua y condiciones de vida cada vez más precarias.
Nuevas reivindicaciones y un epicentro simbólico
Para esta nueva convocatoria, las organizaciones han decidido llevar las manifestaciones a las zonas turísticas, lugares considerados el epicentro de las desigualdades más extremas que denuncian. En Gran Canaria, la cita será en Maspalomas, donde el recorrido atravesará el corazón de uno de los destinos turísticos más icónicos de las islas. El objetivo es claro: llevar el mensaje de la protesta directamente a la patronal hotelera y a los responsables políticos que continúan apostando por un modelo que, según los convocantes, está destruyendo tanto el territorio como la calidad de vida de los canarios.
Además de los problemas de vivienda y los vertidos de aguas sin depurar, otro de los puntos clave de la manifestación es la lucha por derechos laborales en el sector turístico. Las trabajadoras, en su mayoría mujeres migrantes, siguen sufriendo condiciones de explotación laboral con salarios que apenas les permiten subsistir
Canarias alza la voz por su futuro
La movilización del 20 de octubre será una oportunidad más para que la ciudadanía canaria se alce en defensa de su tierra, su gente y su futuro. Tras la experiencia de la pasada primavera, que demostró la capacidad de convocatoria y la creciente indignación social, el mensaje es claro: Canarias tiene un límite, y la población está decidida a defenderlo.
La convocatoria es un grito de esperanza en la lucha por un modelo territorial sostenible, que anteponga la vida y el bienestar de las personas a la especulación y al turismo masivo. Los organizadores tienen claro que "somos más que ellos", y que es posible un cambio que garantice un futuro digno para las generaciones venideras.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El próximo 20 de octubre, las calles de las Islas Canarias volverán a ser escenario de una importante movilización popular. Bajo el lema “Volvemos a las calles”, la coordinadora Canarias Tiene Límite convoca a la ciudadanía a manifestarse de nuevo contra el modelo turístico imperante y las políticas gubernamentales que, según los organizadores, no hacen más que profundizar en la explotación insostenible del territorio. Esta segunda manifestación busca dar continuidad a la histórica movilización de abril de este año, la cual marcó un hito en la lucha social canaria y que ahora se expande también a otras regiones del Estado español y ciudades europeas como Berlín y Londres.
Un éxito que traspasó fronteras
La primera movilización, celebrada en abril de 2024, fue considerada un éxito rotundo por los organizadores y la prensa local. Más de 100.000 personas tomaron las calles de todas las islas del archipiélago para exigir un cambio en el modelo turístico y económico que, según denuncian, está asfixiando al territorio y empeorando las condiciones de vida de la población local.
Los principales reclamos fueron la implementación de una moratoria turística para frenar la construcción descontrolada de hoteles, la implantación de una ecotasa y medidas contundentes para regular el mercado inmobiliario, especialmente la proliferación de la vivienda vacacional, que ha disparado los precios del alquiler en las islas
Este movimiento no solo caló profundamente en Canarias, sino que también inspiró a otros territorios. Ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Granada replicaron las manifestaciones, demostrando que el malestar por la masificación turística y la crisis de la vivienda no es un problema exclusivo de Canarias. Incluso en Berlín, un centenar de personas se reunieron en solidaridad con la causa canaria, reclamando un turismo más sostenible y justo.
La ausencia de respuesta gubernamental
A pesar de la magnitud de la primera movilización, tanto el Gobierno de Canarias como los cabildos insulares han hecho oídos sordos a las reivindicaciones populares. Las demandas de una moratoria turística han sido ignoradas, y las propuestas de una ecotasa no han avanzado. En lugar de abordar las problemáticas que denuncia la población, las administraciones locales han seguido promoviendo un modelo turístico de masas. Un claro ejemplo de ello es la reciente aprobación del Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria, que permitirá la construcción de 129.000 nuevas camas hoteleras, casi duplicando la oferta actual.
Además, los proyectos faraónicos como la construcción de un tren turístico en el sur de Gran Canaria y la central de bombeo de Chira-Soria siguen adelante, a pesar de su alto coste ambiental y económico. Los manifestantes denuncian que, bajo la excusa de la emergencia climática, se siguen promoviendo proyectos que solo benefician a las élites económicas mientras la población sufre cortes de agua y condiciones de vida cada vez más precarias.
Nuevas reivindicaciones y un epicentro simbólico
Para esta nueva convocatoria, las organizaciones han decidido llevar las manifestaciones a las zonas turísticas, lugares considerados el epicentro de las desigualdades más extremas que denuncian. En Gran Canaria, la cita será en Maspalomas, donde el recorrido atravesará el corazón de uno de los destinos turísticos más icónicos de las islas. El objetivo es claro: llevar el mensaje de la protesta directamente a la patronal hotelera y a los responsables políticos que continúan apostando por un modelo que, según los convocantes, está destruyendo tanto el territorio como la calidad de vida de los canarios.
Además de los problemas de vivienda y los vertidos de aguas sin depurar, otro de los puntos clave de la manifestación es la lucha por derechos laborales en el sector turístico. Las trabajadoras, en su mayoría mujeres migrantes, siguen sufriendo condiciones de explotación laboral con salarios que apenas les permiten subsistir
Canarias alza la voz por su futuro
La movilización del 20 de octubre será una oportunidad más para que la ciudadanía canaria se alce en defensa de su tierra, su gente y su futuro. Tras la experiencia de la pasada primavera, que demostró la capacidad de convocatoria y la creciente indignación social, el mensaje es claro: Canarias tiene un límite, y la población está decidida a defenderlo.
La convocatoria es un grito de esperanza en la lucha por un modelo territorial sostenible, que anteponga la vida y el bienestar de las personas a la especulación y al turismo masivo. Los organizadores tienen claro que "somos más que ellos", y que es posible un cambio que garantice un futuro digno para las generaciones venideras.
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