LAS KELLYS: OTRO COLECTIVO ABANDONADO POR EL GOBIERNO "PROGRESISTA" (VÍDEO)
Las camareras de piso siguen atrapadas por la reforma laboral de Yolanda Díaz
El colectivo de camareras de piso, conocido como Las Kellys, sigue denunciando la falta de mejoras en sus condiciones laborales tras la aprobación de la reforma laboral de 2022. A pesar de las promesas del Gobierno de coalición, las Kellys continúan enfrentando la precariedad, con la subcontratación como su principal problema (...).
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado sábado, en la ciudad de La Laguna, Tenerife, varios colectivos y sindicatos constituían un frente común para exigir mejores condiciones laborales en el sector de la hostelería, con especial énfasis en la situación de las camareras de piso, conocidas como Las Kellys.
Este nuevo frente, integrado por CCOO, Intersindical Canaria, CGT, Sindicato de Inquilinas, Rebelión Científica y Kellys Unión Tenerife, ha presentado una plataforma que incluye reivindicaciones como la firma de un convenio regional, mejoras salariales y la reducción de la carga de trabajo para las camareras de piso.
La iniciativa es una respuesta a la pasividad de las administraciones que, hasta la fecha, han hecho caso omiso a las demandas de este colectivo de trabajadoras, que se encuentran entre las más superexplotadas en el sector de la hostelería.
Samuel Rodríguez, portavoz de Rebelión Científica, destacó la urgencia de dar un nuevo paso más allá de las manifestaciones, organizando una huelga en el sector si las reivindicaciones de las trabajadoras siguen siendo ignoradas El nuevo frente busca no sólo mejorar las condiciones de las Kellys, sino que también toca otros aspectos cruciales como la situación económica y los efectos del cambio climático en Canarias, planteando un enfoque integral para abordar las múltiples problemáticas que afectan a Canarias.
La realidad de las Kellys: subcontratación y superexplotación
La problematica de las Kellys es muy similar en todo el Estado español, cuya economía es particularmente dependiente del sector turístico y, en particular, de la hostelería.
Las camareras de piso, uno de los pilares de la fuerza laboral que sostiene este motor económico, sufren unas condiciones laborales extremadamente precarias. La mayoría de las Kellys son mujeres que deben limpiar entre 20 y 25 habitaciones al día, en jornadas que a menudo superan las ocho horas sin apenas descanso. Este ritmo de trabajo provoca lesiones físicas graves como problemas musculares, de espalda y un estrés continuo.
Uno de los principales mecanismos que perpetúa esta explotación es la subcontratación. Los hoteles externalizan sus servicios de limpieza a través de empresas multiservicios, que ofrecen su mano de obra a un precio más bajo a cambio de reducir costes laborales. En lugar de aplicar el convenio del sector de la hostelería, estas empresas suelen emplear convenios más desfavorables para las trabajadoras, generando una gran discriminación salarial y de derechos.
Este es uno de las condiciones laborales que Las Kellys han intentado erradicar durante años, y que, a pesar de las promesas del Gobierno de coalición, y de su predecesor del PSOE y Unidas-Podemos, sigue vigente tras la aprobación de la reforma laboral de Yolanda Díaz.
Aunque la reforma abanderada por la vicepresidenta y Ministra de Trabajo limita supuestamente la subcontratación a actividades no esenciales para el negocio principal, en la práctica esta medida no ha aplicado. Los hoteles continúan externalizando el servicio de limpieza bajo el argumento de que es más barato, perpetuando así la precariedad laboral de las camareras de piso.
Las promesas incumplidas de Yolanda Díaz y la reforma laboral
Cuando la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presentó la reforma laboral en 2022, la propia Díaz y los medios de comunicación afines a los socios de gobierno, generaron importantes expectativas en torno a una posible mejora de las condiciones laborales de las Kellys.
Sin embargo, el colectivo no tardó en manifestar su frustración y descontento al ver que, una vez más, sus demandas centrales habían sido ignoradas. Las Kellys reclamaban la prohibición de la subcontratación y la aplicación del convenio de hostelería a todas las trabajadoras del sector, independientemente de si estaban contratadas directamente por el hotel o por una empresa externa.
Las Kellys de Benidorm, uno de los grupos más combativos dentro del colectivo, se pronunciaron a través de sus redes sociales para denunciar el engaño del Gobierno de coalición. Expresaron entonces su desilusión al ver que, tras más de seis años de lucha y negociaciones con el PSOE y Unidas Podemos, la reforma laboral aprobada no incluía ninguna de sus principales reivindicaciones.
Según manifestaron, las promesas de acabar con la subcontratación habían sido una mera estrategia electoralista para ganar apoyo, pero una vez en el poder, se mantuvo el status quo en favor de los intereses de la patronal hotelera.
La externalización: un mecanismo de precarización
Uno de los puntos más críticos en la situación de Las Kellys es, en efecto, la externalización, un mecanismo que no solo precariza el trabajo, sino que también crea una desigualdad estructural dentro del mismo sector. Las Kellys que trabajan para empresas subcontratadas reciben un salario inferior al de sus compañeras que forman parte de la plantilla directa del hotel y tienen menos derechos en términos de vacaciones, estabilidad laboral y conciliación familiar.
Esta situación de doble explotación afecta a su bienestar físico y mental y perpetúa un sistema que superexplota a muchas trabajadoras, ya que la mayoría de las Kellys son mujeres que dependen de estos trabajos para mantener a sus familias.
La catedrática de Derecho del Trabajo Carolina Martínez coinciden con este colectivo en que la reforma laboral, aunque introduce mejoras en el ámbito salarial, no aborda la raíz del problema: la subcontratación sigue permitiendo a los hoteles eludir su responsabilidad de ofrecer condiciones laborales dignas.
La patronal hotelera ha sido un actor clave en el mantenimiento de este sistema de subcontratación. Las Kellys han denunciado repetidamente que los empresarios del sector turístico han presionado al Gobierno para que no introduzca cambios que afecten a su modelo de negocio, basado en la superexplotación de trabajadoras a través de empresas externas.
La reforma laboral, aunque presentada por Yolanda Díaz, el PSOE y sus entonces compañeros de Podemos como un gran avance para los derechos de los trabajadores, no ha tocado los intereses de la patronal, que sigue beneficiándose de la subcontratación para reducir costes laborales a expensas de la salud y el bienestar de las camareras de piso. La inspección laboral también ha demostrado su absoluta inutilidad para impedir que las Kellys sigan sufriendo condiciones de trabajo que violan sus derechos fundamentales.
La lucha continúa: organización y movilización
A pesar de la falta de avances legislativos, o quizá precisamente por ellos, las Kellys no han dejado de organizarse y movilizarse. A través de la creación de frentes comunes con otros sindicatos y colectivos sociales, como el formado recientemente en Canarias, el colectivo sigue presionando para que se escuchen sus demandas. Su lucha no solo busca mejorar sus propias condiciones, sino que también representa una lucha más amplia por la igualdad de derechos en el sector turístico, uno de los más lucrativos de España.
Las Kellys han dejado claro que no se detendrán hasta que se prohíba la subcontratación y se aplique el convenio de hostelería a todas las trabajadoras del sector, independientemente de su forma de contratación. La lucha por la dignidad laboral sigue viva, y el frente común formado en Canarias es un ejemplo de la determinación del colectivo por conquistar sus derechos más elementales.
VÍDEO RELACIONADO: Yolanda García Henarejos, portavoz de Las Kellys Benidorm, explica por qué la reforma laboral de Yolanda Díaz perpetúa su superexplotación.
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado sábado, en la ciudad de La Laguna, Tenerife, varios colectivos y sindicatos constituían un frente común para exigir mejores condiciones laborales en el sector de la hostelería, con especial énfasis en la situación de las camareras de piso, conocidas como Las Kellys.
Este nuevo frente, integrado por CCOO, Intersindical Canaria, CGT, Sindicato de Inquilinas, Rebelión Científica y Kellys Unión Tenerife, ha presentado una plataforma que incluye reivindicaciones como la firma de un convenio regional, mejoras salariales y la reducción de la carga de trabajo para las camareras de piso.
La iniciativa es una respuesta a la pasividad de las administraciones que, hasta la fecha, han hecho caso omiso a las demandas de este colectivo de trabajadoras, que se encuentran entre las más superexplotadas en el sector de la hostelería.
Samuel Rodríguez, portavoz de Rebelión Científica, destacó la urgencia de dar un nuevo paso más allá de las manifestaciones, organizando una huelga en el sector si las reivindicaciones de las trabajadoras siguen siendo ignoradas El nuevo frente busca no sólo mejorar las condiciones de las Kellys, sino que también toca otros aspectos cruciales como la situación económica y los efectos del cambio climático en Canarias, planteando un enfoque integral para abordar las múltiples problemáticas que afectan a Canarias.
La realidad de las Kellys: subcontratación y superexplotación
La problematica de las Kellys es muy similar en todo el Estado español, cuya economía es particularmente dependiente del sector turístico y, en particular, de la hostelería.
Las camareras de piso, uno de los pilares de la fuerza laboral que sostiene este motor económico, sufren unas condiciones laborales extremadamente precarias. La mayoría de las Kellys son mujeres que deben limpiar entre 20 y 25 habitaciones al día, en jornadas que a menudo superan las ocho horas sin apenas descanso. Este ritmo de trabajo provoca lesiones físicas graves como problemas musculares, de espalda y un estrés continuo.
Uno de los principales mecanismos que perpetúa esta explotación es la subcontratación. Los hoteles externalizan sus servicios de limpieza a través de empresas multiservicios, que ofrecen su mano de obra a un precio más bajo a cambio de reducir costes laborales. En lugar de aplicar el convenio del sector de la hostelería, estas empresas suelen emplear convenios más desfavorables para las trabajadoras, generando una gran discriminación salarial y de derechos.
Este es uno de las condiciones laborales que Las Kellys han intentado erradicar durante años, y que, a pesar de las promesas del Gobierno de coalición, y de su predecesor del PSOE y Unidas-Podemos, sigue vigente tras la aprobación de la reforma laboral de Yolanda Díaz.
Aunque la reforma abanderada por la vicepresidenta y Ministra de Trabajo limita supuestamente la subcontratación a actividades no esenciales para el negocio principal, en la práctica esta medida no ha aplicado. Los hoteles continúan externalizando el servicio de limpieza bajo el argumento de que es más barato, perpetuando así la precariedad laboral de las camareras de piso.
Las promesas incumplidas de Yolanda Díaz y la reforma laboral
Cuando la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presentó la reforma laboral en 2022, la propia Díaz y los medios de comunicación afines a los socios de gobierno, generaron importantes expectativas en torno a una posible mejora de las condiciones laborales de las Kellys.
Sin embargo, el colectivo no tardó en manifestar su frustración y descontento al ver que, una vez más, sus demandas centrales habían sido ignoradas. Las Kellys reclamaban la prohibición de la subcontratación y la aplicación del convenio de hostelería a todas las trabajadoras del sector, independientemente de si estaban contratadas directamente por el hotel o por una empresa externa.
Las Kellys de Benidorm, uno de los grupos más combativos dentro del colectivo, se pronunciaron a través de sus redes sociales para denunciar el engaño del Gobierno de coalición. Expresaron entonces su desilusión al ver que, tras más de seis años de lucha y negociaciones con el PSOE y Unidas Podemos, la reforma laboral aprobada no incluía ninguna de sus principales reivindicaciones.
Según manifestaron, las promesas de acabar con la subcontratación habían sido una mera estrategia electoralista para ganar apoyo, pero una vez en el poder, se mantuvo el status quo en favor de los intereses de la patronal hotelera.
La externalización: un mecanismo de precarización
Uno de los puntos más críticos en la situación de Las Kellys es, en efecto, la externalización, un mecanismo que no solo precariza el trabajo, sino que también crea una desigualdad estructural dentro del mismo sector. Las Kellys que trabajan para empresas subcontratadas reciben un salario inferior al de sus compañeras que forman parte de la plantilla directa del hotel y tienen menos derechos en términos de vacaciones, estabilidad laboral y conciliación familiar.
Esta situación de doble explotación afecta a su bienestar físico y mental y perpetúa un sistema que superexplota a muchas trabajadoras, ya que la mayoría de las Kellys son mujeres que dependen de estos trabajos para mantener a sus familias.
La catedrática de Derecho del Trabajo Carolina Martínez coinciden con este colectivo en que la reforma laboral, aunque introduce mejoras en el ámbito salarial, no aborda la raíz del problema: la subcontratación sigue permitiendo a los hoteles eludir su responsabilidad de ofrecer condiciones laborales dignas.
La patronal hotelera ha sido un actor clave en el mantenimiento de este sistema de subcontratación. Las Kellys han denunciado repetidamente que los empresarios del sector turístico han presionado al Gobierno para que no introduzca cambios que afecten a su modelo de negocio, basado en la superexplotación de trabajadoras a través de empresas externas.
La reforma laboral, aunque presentada por Yolanda Díaz, el PSOE y sus entonces compañeros de Podemos como un gran avance para los derechos de los trabajadores, no ha tocado los intereses de la patronal, que sigue beneficiándose de la subcontratación para reducir costes laborales a expensas de la salud y el bienestar de las camareras de piso. La inspección laboral también ha demostrado su absoluta inutilidad para impedir que las Kellys sigan sufriendo condiciones de trabajo que violan sus derechos fundamentales.
La lucha continúa: organización y movilización
A pesar de la falta de avances legislativos, o quizá precisamente por ellos, las Kellys no han dejado de organizarse y movilizarse. A través de la creación de frentes comunes con otros sindicatos y colectivos sociales, como el formado recientemente en Canarias, el colectivo sigue presionando para que se escuchen sus demandas. Su lucha no solo busca mejorar sus propias condiciones, sino que también representa una lucha más amplia por la igualdad de derechos en el sector turístico, uno de los más lucrativos de España.
Las Kellys han dejado claro que no se detendrán hasta que se prohíba la subcontratación y se aplique el convenio de hostelería a todas las trabajadoras del sector, independientemente de su forma de contratación. La lucha por la dignidad laboral sigue viva, y el frente común formado en Canarias es un ejemplo de la determinación del colectivo por conquistar sus derechos más elementales.
VÍDEO RELACIONADO: Yolanda García Henarejos, portavoz de Las Kellys Benidorm, explica por qué la reforma laboral de Yolanda Díaz perpetúa su superexplotación.































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