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Martes, 28 de Enero de 2025 Tiempo de lectura:

LOS "GACHUPINES" PODEMITAS: EL NUEVO ROSTRO DEL PATERNALISMO IBÉRICO EN AMÉRICA LATINA

¿Por qué América Latina continua siendo un terreno fértil para discursos de reformismo barato, a cargo de vendedores de humo europeos?

En un artículo recientemente publicado en el periódico " La Jornada" de Mexico, el profesor Marcos Roitman desentrañaba las relaciones neocoloniales entre España y América Latina, criticando el papel que estan desempeñando un enjambre de "gachupines progres" que, usando una retórica aparentemente "radical" tratan de reproducir dinámicas de dependencia tradicionales entre España y America latina. Nuestra colaboradora precisa y complementa en este articulo suyo algunas de las observaciones de realizadas por Roitman.

 

POR VICTORIA MARTÍNEZ, DESDE MÉXICO,   PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

 

    En un reciente artículo de Marcos Roitman, publicado en el [Img #82501]periódico mexicano "La Jornada", (ver enlace a pie de pag), el profesor de la Universidad Complutense de Madrid   planteaba una merecida y contundente crítica hacia un fenómeno recurrente y peligroso que recomienza a proliferar en las relaciones entre España y América Latina: el "paternalismo progre".

 

   Según el profesor Marcos Roitman, bajo una fachada de "lucha por la transformación social" y la "defensa de los derechos humanos", un enjambre de "gachupines progres" han aprovechado la fragilidad ideológica de las élites latinoamericanas para intentar reproducir esquemas de dependencia económica, política y cultural.

 

     En este comentario desglosamos los principales argumentos del Prof. Roitman, tratando de complementarlos con otras observaciones de nuestra exclusiva responsabilidad.  

 

La persistencia del mito de la superioridad española

 

    Marcos Roitman introduce su artículo  recordando que las relaciones entre España y América Latina han estado marcadas por el mito de la superioridad étnico-racial. Según el autor, esta visión, alimentada durante siglos, ha servido para justificar el expolio económico y la explotación política de la región.

 

    Aunque a estas alturas del siglo XXI las formas han cambiado, el fondo permanece intacto: los partidos españoles, desde el PSOE hasta el PP, han compartido un interés común en proteger sus inversiones y maximizar la rentabilidad de sus negocios en tierras latinoamericanas.

 

    Este análisis resulta especialmente pertinente si se considera cómo las élites políticas y económicas latinoamericanas, a las que Roitman denomina "cipayos", han estado desempeñando  un papel clave en la consolidación de estos intereses extranjeros. 

 

El "progresismo español" como nuevo paternalismo

 

     Uno de los aspectos más destacados del texto es la denuncia de un paternalismo de nuevo tipo que ahora  Roitman atribuye a los "gachupines progresistas". Este grupo, representado por figuras como los dirigentes de Podemos, ha renovado el discurso paternalista hacia América Latina, presentándose como herederos de tradiciones libertarias y defensores de los derechos humanos. Sin embargo, detrás de esta fachada supuestamente progresista, el autor identifica una estrategia en la que también se combinan intereses económicos y políticos.

 

     Roitman señala a Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, como un ejemplo paradigmático de este fenómeno. Su "gira progresista" por América Latina incluye apoyos a gobiernos como los de Gabriel Boric en Chile, Gustavo Petro en Colombia, Lula en Brasil y Claudia Sheinbaum en México. 

 

     Roitman sugiere que estas alianzas no son, en absoluto, fruto del puro azar, sino que forman parte de una estrategia que trata de mantener una presencia internacional rentable para su proyecto comunicativo, Canal Red, que opera como una suerte de holding mediático con beneficios económicos provenientes mayoritariamente de América Latina.

 

     A esta observación podría añadirse que Roitman ha omitido la inclusión de Venezuela en este circuito podemita, a pesar de que figuras como Juan Carlos Monedero participa en eventos públicos junto a Nicolás Maduro. Este detalle resulta relevante porque evidencia como estos actores progresistas están tratando de legitimar su presencia en un espectro más amplio de la región, aunque significativamente no se han atrevido a incursionar en espacios como Cuba, un hecho que de llegarse a producir sería motivo de alarma para quienes defendemos  las conquistas sociales reales obtenidas por la Revolución Cubana.

 

El fracaso político de Podemos y su reconversión económica

 

       Roitman critica, igualmente, cómo el fracaso político de Podemos en España ha sido eclipsado por la habilidad de sus líderes para reinventarse económicamente. Iglesias, por ejemplo, ha utilizado los contactos establecidos durante su ejercicio político para expandir su influencia en América Latina, convirtiendo su discurso presuntamente "transformador" en un negocio personal. Roitman no duda en comparar este comportamiento con el de las grandes corporaciones españolas, como Repsol, Telefónica o Banco Santander, que han hecho de América Latina su principal mercado de explotación.

 

     Este paralelismo es poderoso, ya que denuncia cómo determinados sectores de la socialdemocracia reformista europea han adoptado prácticas capitalistas bajo el pretexto de ese "progresismo transformador". Sin embargo, el análisis podría complementarse indicando que este fenómeno no es exclusivo de España. En América Latina, numerosos líderes políticos han utilizado discursos radicales para ocultar su incapacidad, miedo o simple falta de voluntad para enfrentarse a sus respectivas oligarquías y transformar las estructuras económicas que no han hecho más que consolidar la miseria en sus países.

 

 

   El complejo de inferioridad de las élites latinoamericanas

 

      Otro punto central del texto de Roitman es la explicación de cómo las élites latinoamericanas estan facilitando la entrada de estos actores progresistas europeos. Según el autor, estas élites mantienen un "complejo de inferioridad" que las lleva a idolatrar las modas, discursos y credenciales provenientes de Europa. Este comportamiento, que Roitman describe como una herencia fatídica del colonialismo interno, se refleja en sus  preferencias por obtener doctorados en Universidades del "viejo mundo" y en el desprecio hacia las instituciones académicas locales, como la UNAM o la propia Universidad de Chile.

 

    Esta crítica, que es contundente, podría ser ampliada señalando que no solo las élites económicas comparten esta actitud, sino también sectores progresistas y académicos que se muestran ideológicamente atónitos y deslumbrados por todo lo que proviene de Europa. 

 

    Este deslumbramiento no ha hecho más que contribuir a crear un terreno abonado para que a no pocos se les aflojen los esfínteres a la hora de acoger a personajes como Iglesias o Monedero, quienes encuentran en esos espacios un refugio para tratar de reconstruir una influencia política y económica merecidamente perdida en su país de origen por deméritos propios.

 

 

Una reflexión final

 

     El artículo de Marcos Roitman es una denuncia contundente de las dinámicas neocoloniales que siguen persistiendo entre España y América Latina, protagonizadas en esta ocasión por "gachupines progresistas".

 

     Creemos, no obstante, que su análisis podría haberse visto enriquecido si hubiera tratado de explorar con mayor profundidad en las responsabilidades compartidas entre las élites de ambos lados del Atlántico. 

 

     La crítica de Marcos Roitman deja entreabierta una pregunta crucial: ¿es posible construir un progresismo que no se limite a un discurso retórico y superficial, que aborde las raíces de la desigualdad social y económica tanto a un lado como al otro del Atlántico? 

 

    La respuesta exigiría un esfuerzo político conjunto emprendidos por aquellos que con voluntad revolucionaria siguen empeñados en acabar con el legado histórico de subordinación y dependencia y construir relaciones basadas en la solidaridad y la justicia social.

 

ENLACE AL ARTÍCULO DE ROITMAN


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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Jueves, 30 de Enero de 2025 a las 20:56:07 horas

    Me parece exagerado la comparación de repsol, telefónica y otras empresas millonarias con estos tres podemitas, que al fin y la cabo tinen salvados sus trabajos y su vida y no creo que aspiren a hacerse millonarios??? Cierto que americalatina copia los modelos e importa revoluciones, aun se estila el reformismo. Las revoluciones en americalatina en los años sesenta y setenta es el reflejo de la copia del foquismo importado desde Cuba. Que mas queremos??? La revolucion cubana no fue la revolucion sovietica, eran nacionalistas radicalizados

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