MUTILACIÓN GENITAL: UNA AMENAZA PARA LAS NIÑAS AFRICANAS EN CANARIAS
Una de las pocas comunidades que no ha desarrollado un protocolo de actuación y prevención
La mutilación genital femenina, definida por la Organización Mundial de la Salud como “todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos”, es una práctica aceptada en 31 países (...).
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La mutilación genital femenina, definida por la Organización Mundial de la Salud como “todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos”, es una práctica aceptada en 31 países, 27 africanos, principalmente del África subsahariana, a pesar de estar prohibida en la mayoría de ellos.
Esta práctica, que implica la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos, no solo afecta al placer sexual, sino que puede llevar a la muerte a sus niñas que la sufren, víctimas de hemorragias o infecciones.
Además, genera múltiples problemas posteriores, en función del tipo de mutilación que se sufra y su gravedad, si bien algunos de los más comunes son las fístulas, fibrosis por mala cicatrización, infecciones de orina de repetición, quistes infecciosos en la zona y dolor en las relaciones sexuales.
Las mujeres con sus genitales mutilados también pueden ser más proclives a abortos, reglas muy dolorosas o retención de orina por daños ocasionados en la uretra.
Pero no solamente las niñas que viven en África se encuentran amenazadas por esta práctica. También pueden sufrirla aquellas que provienen de este continente y viven actualmente en países de Europa.
Así lo ha advertido la asociación Dimbe para erradicar la ablación femenina, asentada en Fuerteventura, que reclama un protocolo propio de actuación y prevención contra esta práctica en Canarias, donde estima que hay 761 niñas de 0 a 14 años en riesgo de sufrirla.
La presidenta de Dimbe, Hawa Touré, aseguró en una entrevista concedida a la agencia Efe que este protocolo debe ir dirigido tanto a las niñas en riesgo, muchas de las cuales son llevadas a sus países en vacaciones para practicarle la mutilación de sus genitales, como a las mujeres que ya han sido sometidas a esta práctica y sufren problemas de salud derivado de ello.
Touré, que fue víctima de la mutilación genital cuando tenía 10 años, insiste en la sensibilización de las mujeres africanas que viven en Canarias para que no permitan que a sus hijas le hagan lo que a ella: que una extraña cogiera una hojilla para hacerle unos cortes en sus genitales, lo que le ha ocasionado graves problemas ginecológicos y psicológicos.
Las autoras de un estudio sobre la mutilación genital femenina publicado este año en la Revista Española de Salud Pública de la enfermera de Atención Primaria Nieves Correa, en colaboración con Delia Báez, adscrita al servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Canarias (HUC), reclaman que estas mujeres sean atendidas en la salud pública por un equipo multidisciplinar, como ya ocurre la Comunidad Valenciana.
Indican, igualmente, que estas mujeres tendrían que ser informadas sobre la reconstrucción genital, intervención que se realiza en la sanidad pública de Cataluña y la Comunidad Valenciana desde 2015 y 2016.
Canarias, donde viven alrededor de 4.500 mujeres procedentes de países donde se practica la mutilación femenina -lo que la sitúa en la sexta región española con más población de países de riesgo-, es una de las pocas comunidades autónomas que aún no ha desarrollado un protocolo propio de actuación y prevención.
La portavoz de Dimbe reclama también un control de las niñas que viven en Canarias y van a África de vacaciones.
"En ocasiones -explica Dimbe - sus madres cuando están en Canarias dicen que no les van a hacer la mutilación a sus hijas, pero cuando llegan a África, por presión social, acaban accediendo y las exponen a "esta atrocidad" que una vez de vuelta la mayoría calla por vergüenza para evitar ser estigmatizadas y sufren sus consecuencias en silencio".
"Vuelven al colegio con heridas que sangran y duelen y nadie se entera de ello", denuncia Touré, partidaria de que los sanitarios estén en alerta para poder evitar que esto suceda.
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La mutilación genital femenina, definida por la Organización Mundial de la Salud como “todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos”, es una práctica aceptada en 31 países, 27 africanos, principalmente del África subsahariana, a pesar de estar prohibida en la mayoría de ellos.
Esta práctica, que implica la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos, no solo afecta al placer sexual, sino que puede llevar a la muerte a sus niñas que la sufren, víctimas de hemorragias o infecciones.
Además, genera múltiples problemas posteriores, en función del tipo de mutilación que se sufra y su gravedad, si bien algunos de los más comunes son las fístulas, fibrosis por mala cicatrización, infecciones de orina de repetición, quistes infecciosos en la zona y dolor en las relaciones sexuales.
Las mujeres con sus genitales mutilados también pueden ser más proclives a abortos, reglas muy dolorosas o retención de orina por daños ocasionados en la uretra.
Pero no solamente las niñas que viven en África se encuentran amenazadas por esta práctica. También pueden sufrirla aquellas que provienen de este continente y viven actualmente en países de Europa.
Así lo ha advertido la asociación Dimbe para erradicar la ablación femenina, asentada en Fuerteventura, que reclama un protocolo propio de actuación y prevención contra esta práctica en Canarias, donde estima que hay 761 niñas de 0 a 14 años en riesgo de sufrirla.
La presidenta de Dimbe, Hawa Touré, aseguró en una entrevista concedida a la agencia Efe que este protocolo debe ir dirigido tanto a las niñas en riesgo, muchas de las cuales son llevadas a sus países en vacaciones para practicarle la mutilación de sus genitales, como a las mujeres que ya han sido sometidas a esta práctica y sufren problemas de salud derivado de ello.
Touré, que fue víctima de la mutilación genital cuando tenía 10 años, insiste en la sensibilización de las mujeres africanas que viven en Canarias para que no permitan que a sus hijas le hagan lo que a ella: que una extraña cogiera una hojilla para hacerle unos cortes en sus genitales, lo que le ha ocasionado graves problemas ginecológicos y psicológicos.
Las autoras de un estudio sobre la mutilación genital femenina publicado este año en la Revista Española de Salud Pública de la enfermera de Atención Primaria Nieves Correa, en colaboración con Delia Báez, adscrita al servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Canarias (HUC), reclaman que estas mujeres sean atendidas en la salud pública por un equipo multidisciplinar, como ya ocurre la Comunidad Valenciana.
Indican, igualmente, que estas mujeres tendrían que ser informadas sobre la reconstrucción genital, intervención que se realiza en la sanidad pública de Cataluña y la Comunidad Valenciana desde 2015 y 2016.
Canarias, donde viven alrededor de 4.500 mujeres procedentes de países donde se practica la mutilación femenina -lo que la sitúa en la sexta región española con más población de países de riesgo-, es una de las pocas comunidades autónomas que aún no ha desarrollado un protocolo propio de actuación y prevención.
La portavoz de Dimbe reclama también un control de las niñas que viven en Canarias y van a África de vacaciones.
"En ocasiones -explica Dimbe - sus madres cuando están en Canarias dicen que no les van a hacer la mutilación a sus hijas, pero cuando llegan a África, por presión social, acaban accediendo y las exponen a "esta atrocidad" que una vez de vuelta la mayoría calla por vergüenza para evitar ser estigmatizadas y sufren sus consecuencias en silencio".
"Vuelven al colegio con heridas que sangran y duelen y nadie se entera de ello", denuncia Touré, partidaria de que los sanitarios estén en alerta para poder evitar que esto suceda.






























Maribel Santana | Martes, 07 de Diciembre de 2021 a las 15:01:24 horas
Pues que quieres que te diga cariño, los progres dicen que la cultura hay que respetarla, si le hablas del velo dicen que es su cultura que no te metas ahí, por que hay que dejarlas con el velo y el burca de la opresión, porque sencillamente es parte de su cultura.
A una servidora l la han llamado racista por estar contra del velito, porque en Francia quieren entrar en las instituciones con el pañuelito y Francia habla de laicidad y sus componentes de la revolucion de 1789. Pero como lo exótico es la cultura de los incultos, pues hay que tragar hasta con las mutilaciones porque sencillamente tambien es cultural. Intentan justificar la cultura con la barbarie. pero así son los progres de izquierdas. Critican hasta de las vacunas y fármacos occidentales porque las tribus usan manojos de hierbajos y plastas de barro para la curación de la gente de sus tribu y los totorotas occidentales progres prefieren que se mueran de infecciones antes de ponerle una vacuna o fármaco. Esto es el exotismo señores, unido a la ignorancia y la incultura.
No estoy aplaudiendo lo occidental sobre otras culturas pero a veces la gente se pierde porque lo friki es lo que vale.
También le es abominable hablar de luchas de clases, porque es antiguo, prefieren hablar de colores, etnias, inclusivo, y otros porque así es el progrerío, ¡les tengo mas miedo que a los propios fascistas!
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