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Miércoles, 04 de Agosto de 2021 Tiempo de lectura:

EL SECRETO DE LOS FRACASOS OLÍMPICOS DE ESPAÑA: COMPRAR ATLETAS EN LUGAR DE PREPARARLOS

Sin inversión para los atletas, y mucho menos aún para promover la actividad física

A falta de cinco días para la finalización de los Juegos Olímpicos de Tokio, España se encuentre situada en el medallero por debajo no solo de otros países de similar población y desarrollo sino también de naciones con mucha menor población y capacidad económica. Una circunstancia que se ha reproducido en casi todas las citas olímpicas. Pero, ¿cuál es el secreto de este sempiterno fracaso?

Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

 

   A falta de cinco días para la finalización de los Juegos Olímpicos de Tokio el medallero olímpico se encuentra encabezado por China, seguida por los Estados Unidos, con Japón como tercera del pódium. A estos países les siguen Australia, Rusia, Gran Bretaña, Alemania o Francia. De alguna manera, estos resultados deportivos reflejan la capacidad económica de las principales potencias mundiales. Sin embargo, también existen pequeños países que logran romper con esta lógica y situarse, de forma especialmente meritoria, en puestos que de acuerdo a la misma no le corresponderían.

 

    El caso más significativo de ello es el de Cuba, cuyo sistema socialista para la práctica del deporte masivo en su población, junto con su apoyo particular a los deportistas más destacados desde edades tempranas, le ha permitido obtener unos resultados excepcionales para un pequeño país de poco más de 11 millones de habitantes que, además, y como es sabido, se encuentra sometido a un férreo bloqueo por parte de los Estados Unidos que afecta también a sus deportistas. En este momento, el país caribeño se encarama en Japón al puesto 13º del medallero.

 

   Pero, ¿qué papel está teniendo España en la cita olímpica? En el momento en el que escribimos esta nota, el país ibérico se encuentra en el puesto número 32 del medallero. Con una medalla de oro, cuatro de plata y cuatro de bronce. Se trata, de un resultado muy pobre no sólo en comparación con el de los países de similar demografía y capacidad económica de España, sino que incluso la sitúa por debajo de otras naciones con mucha menor población y capacidad económica, como Grecia, Ecuador, Eslovenia o Kosovo.

 

   La causa de estos malos resultados, que se han repetido en todas las citas olímpicas salvo en Barcelona 92, no es ningún misterio. Y es que pese a las manifestaciones de exaltación patriótica que en estos días realizan los representantes políticos españoles cuando algún deportista de esta nacionalidad obtiene un éxito, lo cierto es que España presta casi tan poco apoyo a la preparación de sus atletas como a la promoción de la ciencia.

 

 

EL INFRADOTADO "PLAN ADO" PARA EL APOYO A LOS DEPORTISTAS DE ELITE

 

   En el año 1988 se insituyó en España el llamado Plan ADO, realizado por la Asociación de  Deportes Olímpicos, para apoyar la formación y promoción de los deportistas nacionales de alto rendimiento.

 

   En los Juegos Olímpicos de Seúl España había logrado la paupérrima marca de cuatro medallas, y se trataba de impedir que la cita de Barcelona 92, con la que quería venderse ante el mundo una España moderna y en desarrollo, concluyera con un monumental fracaso.

 

   Para ello, se comenzó a becar a los atletas para que pudiera en dedicar la totalidad de su tiempo a preparar la cita olímpica. El dinero salió de tres fuentes: las aportaciones de empresas privadas, RTVE y la suma conjunta del COE y el CSD. Fue un éxito. Se recaudaron 12.000 millones de pesetas, casi €80 millones al cambio. Como resultado de España consiguió 22 medallas.

 

   Sin embargo, la cuantía dedicada a este plan para la promoción de deportistas de alto rendimiento nunca volvió a llegar a este nivel.

 

   El Plan ADO recaudó €32 millones para Atlanta; 42€ millones para Sidney; €46 millones para Atenas; y €63 millones para Pekín. La correlación del presupuesto con el medallero es evidente: 17 medallas en 1996 (arrastrando las mieles de 1992); 11 medallas en el 2000; 20 medallas en 2004; y 19 medallas (pero 5 oros) en 2008.

 

   A partir de entonces el presupuesto comenzó a disminuir drásticamente. Cayó a los €52 millones en Londres y a los €36 millones en Río. Finalmente, para la preparación de estas olimpiadas de Tokio el Plan ADO apenas recaudó €22 millones.

 

 

  De esta manera, se puede afirmar que los triunfos que, pese a todo, obtienen atletas como Ana Peleteiro o Ray Zapata, entre otros medallistas españoles, tienen más que ver con esfuerzos individuales, o de algunos equipos de trabajo, que con un sistema estatal que apoye a los atletas profesionales, más allá de los deportes mayoritarios y mercantilizados como el fútbol o el baloncesto.

 

  No es extraño, pues, que España recurra con demasiada frecuencia, para tratar de obtener los éxitos que no gana con la formación de sus propios deportistas, al robo de otros atletas de países con menos recursos económicos pero que sí poseen estos sistemas, como es el caso de Cuba, o de otras naciones del llamado "Tercer Mundo".  Procedimiento que, incluso haciendo abstracción de su evidente inmoralidad, ha ofrecido a España unos magros resultados, y sucesivos “desencantos”, como los protagonizados en estos juegos por los desertores cubanos Emmanuel Reyes -boxeador vencido por el campeón Julio César La Cruz, él sí en representación de Cuba- o el vallista Orlando Ortega, a quien una lesión de última hora le impedirá competir por la ansiada medalla.

 

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LA PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LA POBLACIÓN: MUCHO MÁS IMPORTANTE QUE CUALQUIER ÉXITO OLÍMPICO

 

   Sea como fuere, conviene no olvidar que los Juegos Olímpicos constituyen una expresión más del deporte-espectáculo, que poco tiene que ver con la necesaria promoción de una sana actividad física orientada al conjunto de la población.  Una formación de este tipo también podría dar lugar, con el necesario apoyo público y por la natural decantación de los deportistas más dotados, a la aparición de muchos más atletas de élite. Pero sería en sí misma, por sus positivos efectos en la salud pública, muchísimo más importante que la obtención de cualquier “éxito” olímpico que, a la postre, sólo viene a reproducir el “ideal” del triunfo individual,  propio de las sociedades capitalistas.

 

 

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  • jose antonio

    jose antonio | Miércoles, 04 de Agosto de 2021 a las 12:49:00 horas

    se creen que por nacionalizar desertores del gobierno de cuba, o de otras naciones, se iban a conseguir mas medallas, mientras tengamos los gobiernos, desde el golpe del 36 del siglo pasado. seremos el culo de europa o casi. españa compra sin tener poder adquisitivo. hablamos del gobierno. no invertimos, no preparamos personas en lo deportivo y otros oficios. los buenos cientificos, si pueden se largan de aqui. porque ven que no tienen perspectivas. los que se quedan es porque han logrado, por oposicion, legal o no legal. los dos ostaculos. mas gordos es mantener la monarquia y al clero. eso al año nos cuesta cerca de 50 mil millones de euros, y claro con nuestros impuestos y salarios y pensiones basura.

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