
IGLESIAS CANADIENSES PASTO DE LAS LLAMAS EN PROTESTA POR EL INFANTICIDIO CATÓLICO (VÍDEO)
Durante el siglo XX, los internados católicos en Canadá se convirtieron en brutales agentes de la colonización indígena.
Según las estimaciones oficiosas canadienses, hasta 4.000 niños indígenas podrían haber sido asesinados durante el siglo XX en los internados católicos. Unas atrocidades que, tras el hallazgo de los restos de niños, han llevado al primer ministro de Canadá Trudeau, a condenarlo y el Papa Francisco a decir que era una "noticia inquietante".
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Según informó este fin de semana el periódico estadounidense "The New York Times", el presunto asesinato de niños indígenas en internados católicos canadienses, provocaron a lo largo de la pasada semana, la quema de cinco iglesias católicas, tras aparecer en fosas anexas más de 1000 restos de infantes nativos asesinados por sacerdotes católicos.
El descubrimiento de los restos de los niños indígenas fue localizado en 751 fosas comunes en el antiguo internado católico de Marieval. Estos han venido a sumarse a otros 251 hallazgos similares en otro internado regido también por sacerdotes católicos.
Según el periódico estadounidense, hasta ahora han aparecido tres fosas comunes, encontrándose 182 nuevos restos en el curso de la pasada semana.
En Canadá hubo una cadena de 129 internados católicos repartidos a lo largo de todo el país. Según consigna el "New York Times", en ellos se confinaron y torturaron salvajemente a más de 150.000 niños durante el siglo XX. Los separaban de sus familias, les daban nuevos nombres y les prohibían hablar en sus idiomas autóctonos.
El gobierno canadiense ha invertido más de tres millones de euros en buscar más tumbas. Aunque los esfuerzos públicos parecían encaminados a lograr calmar la indignación popular, la repulsión suscitada por el conocimiento de este infanticidio ha sido tan intensa que no ha hecho más que crecer a lo largo de los últimos días. Al menos cinco iglesias han sido hasta ahora pasto de las llamas como consecuencia del descubrimiento de estas horribles masacres.
En la Columbia británica, ante la eventualidad de nuevos incendios la policía comenzará a vigilar los templos católicos para evitar que estos puedan renovarse.
Asimismo, una pesada estatua erigida en en honor de la reina Victoria de Inglaterra fue igualmente derrumbada por los indignados manifestantes como expresión de protesta en contra de los crímenes denunciados.
Estos horrorosos sucesos han venido, además, acompañados de los testimonios de varios supervivientes que afirman haber sido víctimas ellos mismos de todo tipo de maltratos en los citados internados.
"Nos cortaban nuestros largos cabellos y nos rociaban con insecticida", aseguran sobre unas prácticas que habrían afectado durante el siglo XX a más de 150.000 menores, que supuestamente eran apartados de sus familias, se les cambiaba los nombres y se les prohibía conservar su idioma natal. ambas prácticas ponen de manifiesto que la Iglesia católica estuvo plenamente inmersa en lo que no trataba de ser sino un proceso de brutal colonización al servicio del imperio británico
Según las estimaciones oficiosas hasta 4.000 niños indígenas podrían haber sido asesinados durante el período reseñado. Unas atrocidades que, tras el hallazgo de los cuerpos, han llevado al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, a condenarlo y a pedir disculpas, asegurando que se trataba de lo más parecido a un genocidio.
Por su parte, la comunidad indígena, que ha venido siendo víctima de la discriminación racial durante generaciones, ha exigido una disculpa oficial por parte del Vaticano. La jerarquía eclesiástica católica, pese a haber estado necesariamente al corriente de lo que estaba sucediendo, como en el caso de la pederastia que se produjo en toda la red mundial de sus colegios, ha ido a retranca de los acontecimientos. La comunidad indígena estima que las palabras del Papa Francisco que tildó los hallazgos de los cadáveres de "inquietantes", no sólo son insuficientes, sino que constituyen, además, una auténtica burla.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Según informó este fin de semana el periódico estadounidense "The New York Times", el presunto asesinato de niños indígenas en internados católicos canadienses, provocaron a lo largo de la pasada semana, la quema de cinco iglesias católicas, tras aparecer en fosas anexas más de 1000 restos de infantes nativos asesinados por sacerdotes católicos.
El descubrimiento de los restos de los niños indígenas fue localizado en 751 fosas comunes en el antiguo internado católico de Marieval. Estos han venido a sumarse a otros 251 hallazgos similares en otro internado regido también por sacerdotes católicos.
Según el periódico estadounidense, hasta ahora han aparecido tres fosas comunes, encontrándose 182 nuevos restos en el curso de la pasada semana.
En Canadá hubo una cadena de 129 internados católicos repartidos a lo largo de todo el país. Según consigna el "New York Times", en ellos se confinaron y torturaron salvajemente a más de 150.000 niños durante el siglo XX. Los separaban de sus familias, les daban nuevos nombres y les prohibían hablar en sus idiomas autóctonos.
El gobierno canadiense ha invertido más de tres millones de euros en buscar más tumbas. Aunque los esfuerzos públicos parecían encaminados a lograr calmar la indignación popular, la repulsión suscitada por el conocimiento de este infanticidio ha sido tan intensa que no ha hecho más que crecer a lo largo de los últimos días. Al menos cinco iglesias han sido hasta ahora pasto de las llamas como consecuencia del descubrimiento de estas horribles masacres.
En la Columbia británica, ante la eventualidad de nuevos incendios la policía comenzará a vigilar los templos católicos para evitar que estos puedan renovarse.
Asimismo, una pesada estatua erigida en en honor de la reina Victoria de Inglaterra fue igualmente derrumbada por los indignados manifestantes como expresión de protesta en contra de los crímenes denunciados.
Estos horrorosos sucesos han venido, además, acompañados de los testimonios de varios supervivientes que afirman haber sido víctimas ellos mismos de todo tipo de maltratos en los citados internados.
"Nos cortaban nuestros largos cabellos y nos rociaban con insecticida", aseguran sobre unas prácticas que habrían afectado durante el siglo XX a más de 150.000 menores, que supuestamente eran apartados de sus familias, se les cambiaba los nombres y se les prohibía conservar su idioma natal. ambas prácticas ponen de manifiesto que la Iglesia católica estuvo plenamente inmersa en lo que no trataba de ser sino un proceso de brutal colonización al servicio del imperio británico
Según las estimaciones oficiosas hasta 4.000 niños indígenas podrían haber sido asesinados durante el período reseñado. Unas atrocidades que, tras el hallazgo de los cuerpos, han llevado al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, a condenarlo y a pedir disculpas, asegurando que se trataba de lo más parecido a un genocidio.
Por su parte, la comunidad indígena, que ha venido siendo víctima de la discriminación racial durante generaciones, ha exigido una disculpa oficial por parte del Vaticano. La jerarquía eclesiástica católica, pese a haber estado necesariamente al corriente de lo que estaba sucediendo, como en el caso de la pederastia que se produjo en toda la red mundial de sus colegios, ha ido a retranca de los acontecimientos. La comunidad indígena estima que las palabras del Papa Francisco que tildó los hallazgos de los cadáveres de "inquietantes", no sólo son insuficientes, sino que constituyen, además, una auténtica burla.
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