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Jueves, 10 de Junio de 2021 Tiempo de lectura:

TOMÁS F. RUIZ: LOS PERDEDORES DE LAS ELECCIONES EN PERÚ ENSEÑAN SUS COLMILLOS

"A Perú le queda un largo camino hasta alcanzar la normalidad democrática que implican estas elecciones"

Tanto el recurso de amenazar con la injerencia estadounidense, como el de recurrir al manido y esperpéntico mensaje de evitar que el país caiga en manos del comunismo, ha sido capaces de amedrentar al pueblo y han derrotado a la hija del dictador

 

POR TOMÁS F. RUIZ PARA CANARIAS SEMANAL 


      La victoria en las urnas peruanas de un candidato considerado de izquierdas, como es el maestro Pedro Castillo, es otro paso más hacia el cambio democrático que se está dando en todo el cono sur de América Latina; sobre todo en un país como Perú, que no ha sido otra cosa que una dictadura encubierta.


    Tanto el recurso de amenazar con la injerencia estadounidense, como el de recurrir al manido y esperpéntico mensaje de evitar que el país caiga en manos del comunismo, han sido capaces de lograr que el pueblo peruano se amedrentara en estas elecciones. Keiko Fujimori, la hija del sanguinario dictador, ha sido derrotada.

 


    Venezuela, Ecuador y Bolivia iniciaron el cambio pacífico hacia la recuperación de su dignidad histórica en América Latina. Ahora le toca a Perú, donde su pueblo ha votado contra la corrupción de su clase dirigente, contra la impunidad de los que venden el país a las compañías multinacionales, contra la tortura y contra el asesinato de opositores políticos, líderes campesinos y hasta de estudiantes universitarios. Los peruanos también han votado por el final de su dependencia de Estados Unidos y por dejar de ser su principal abastecedor de cocaína (después de Colombia, claro), combustible sin el que su demoníaco sistema financiero, su aberrante clase dirigente o sus mismas fuerzas armadas serían capaces de subsistir más de 24 horas.

 


     A Perú le queda un largo camino hasta alcanzar la normalidad democrática que implican estas elecciones. Como en sus países vecinos ocurre, los perdedores en estos comicios -las poderosas familias financieras peruanas, las implacables multinacionales y los sanguinarios terratenientes- no van a dejarse arrebatar fácilmente ninguno de sus privilegios. Para evitar que la ley los desplace de sus puestos estratégicos, estas alimañas cuentan con el ejército peruano, hasta ahora declarado abiertamente reaccionario, fascista y violador de derechos humanos.

 


     Es de celebrar que la justicia y la razón hayan vencido en las urnas y que ahora Perú sueñe con ser un país justo, igualitario y democrático. Su pueblo, asqueado durante generaciones del desprecio con que el poder lo ha tratado, tiene derecho a celebrarlo. A partir de ahora, muchos exiliados volverán a pisar las calles nuevamente de lo que fue una tierra ensangrentada por Fujimori, Alan García y tantos otros asesinos investidos como presidentes peruanos. En el Perú por fin han vencido la razón y la justicia. Ahora habrá que recuperar la memoria histórica, desmentir tantas mentiras y juzgar a los criminales y torturadores por todo el daño que han hecho al pueblo.

 


        No hay que olvidar que, a pesar de estas esperanzadoras elecciones, nada ha cambiado en el esquema del poder feudal del Perú que conocemos. La candidata derrotada, inventándose un fraude electoral que nadie avala, no tiene pelos en la lengua a la hora de amenazar con no aceptar los resultados electorales. De hecho, la opositora Keiko ya está soñando con traicionar el proceso democrático con la abyecta complicidad de sus sanguinarias fuerzas armadas, demasiado acostumbradas en la historia a traicionar las legítimas aspiraciones democráticas del pueblo peruano.

 


     Si Perú tiene en una mano la legitimidad de su victoria democrática en las urnas, no debe olvidar que, para hacerla efectiva y no permitir que nadie se la arrebate, en la otra mano necesitará tener el coraje necesario para defenderla. El caso del infructuoso golpe de Estado planeado en Bolivia hace año y medio, pende ahora sobre Perú como una espada de Damocles que amenaza su legítima conquista democrática. Si el ejército se subleva, el pueblo deberá responder con contundencia y plantarle cara.

 

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  • Tomás F. Ruiz

    Tomás F. Ruiz | Domingo, 13 de Junio de 2021 a las 18:45:07 horas

    Gracias por tus comentarios, compañera Maribel... Como tú misma dices, ya va siendo hora de ser consecuentes y tener mano dura con los mandatarios criminales, corruptos y asesinos, de los que tan prolífico ha sido el Perú contamporáneo.

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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Sábado, 12 de Junio de 2021 a las 01:31:46 horas

    Alerta que camina las revoluciones por américa latina! Si esperemos que ya tienen suficiente experiencia propia y ajena de sus paises hermanos como para dejar que pase otra vez, que no le dura los gobiernos democráticos un asalto. Mano dura carajo! Aprovechar todo el sufrimiento la pandemia y aprender que otros gobiernos y modos de producir y repartir es posible.

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