
LOS COSTOS HUMANOS Y ECONÓMICOS DE "NUESTRA" SILENCIADA GUERRA DE AFGANISTÁN
De cómo el expresidente Rodríguez Zapatero convirtió una intervención militar en una "participación humanitaria"
Hoy es evidente, según mantiene nuestro colaborador Aday Quesada, que el ex presidente Rodríguez Zapatero prácticó en la política exterior, la misma estrategia que venían utilizando en política interior. O sea: Introducir cambios que no afectaran a lo substancial a nuestra relación de dependencia con los Estados Unidos y dar la sensación de que que estaba siendo justo lo contrario. sólo desde la perspectiva del tiempo, algunos podrán entender el espejismo del que fueron víctimas.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
De acuerdo a lo que evidencian los documentos desclasificados recientemente en los EEUU, el Departamento de Estado norteamericano instó a los mandos del ejército español para que las tropas bajo sus órdenes actuaran en operaciones militares "especiales" en territorio afgano, sin que para ello mediara siquiera la autorización de los diferentes ejecutivos españoles.
De acuerdo con esos mismos documentos, la Administración americana estuvo ejerciendo presiones durante años para que el Gobierno español correspondiente multiplicara los recursos económicos destinados a sus tropas en aquel país invadido.
Según puede constatarse en esos mismos documentos, la Administración de George Bush mantuvo el constante propósito de obtener nuevos compromisos de los gobiernos españoles con lo que ellos bautizaron como "su lucha global contra el terror".
GOBIERNO ZAPATERO: "CAMBIAR LOS MUEBLES DE LUGAR" PARA QUE NUESTRA RELACIÓN CON EE.UU. SIGA IGUAL
El Ejecutivo de Rodríguez Zapatero prácticó en lo que se refiere a la política exterior la misma estrategia que estaba utilizando en política interior: Introducir cambios que no afectaran a lo substancial a nuestra relación de dependencia con los Estados Unidos y dar la impresión de que estaba haciendo justo lo contrario. O dicho de otra forma: Rodríguez Zapatero cambió los muebles de lugar con el deliberado propósito de hacernos creer que se había producido un "giro copernicano" en nuestras relaciones con el imperio.
En efecto, el Gobierno del PSOE, debido a las enormes presiones ejercidas por las multitudinarias movilizaciones callejeras que habían tenido lugar en toda España en contra de la guerra de Irak, se vio obligado a retirar las tropas españolas desplazadas por Aznar a ese país. Pero casi simultáneamente, con objeto de "compensar" ese supuesto "gesto de independencia", trató de congratularse con Washington enviando tropas a la otra guerra inaugurada por los Estados Unidos en Afganistán. Y con objeto de "edulcorar" aún más la justificación de nuestra intervención militar en un país cuya ubicación geográfica era absolutamente desconocida por la mayoría de las españoles, endosó la etiqueta de "humanitaria" a la participación española en uno de los conflictos bélicos con menos argumentos justificativos - si alguno pudiera tenerlo- de todo el siglo XXI y parte del XX.
Si bien el "cambio de rumbo" de nuestras tropas en el exterior sirvió para "contentar" a los sectores políticamente más tibios de la opinión pública española, la Administración estadounidense, sin embargo, supo comprender a la perfección el sentido del supuesto "giro" de la política exterior española. En otro de los documentos desclasificados por la Administración estadounidense, se decía expresamente:
"el despliegue en Afganistán goza de un sólido apoyo político, pero la opinión pública española es generalmente escéptica hacía todos los despliegues militares en el extranjero... En consecuencia el Gobierno español está haciendo hincapié en el carácter humanitario de esa misión".
Igualmente, en otro documento, también desclasificado, la Jefatura de la Diplomacia estadounidense indicaba en mayo del 2007 que el gobierno de Rodríguez Zapatero:
"ha explicado que apoya los esfuerzos de seguridad en Afganistán porque las operaciones fueron legalmente sancionadas por Naciones Unidas, firmemente apoyadas por la OTAN y forman parte de la Guerra Global contra el Terrorismo".
La guerra de Afganistán, que según demuestran ahora sus resultados "no sirvió para nada", incluso desde la perspectiva de los intereses geopolíticos estadounidenses, costó la vida a 102 militares españoles.
Pero eso no fue todo. De acuerdo con los datos recopilados por el "Centro Delàs de Estudios por la Paz", extraídos de informes oficiales del Gobierno español ante la Comisión de Defensa, el coste de la intervención militar española en Afganistán sumó la friolera de casi 4. 000 millones de euros, una cantidad estimablemente superior a los 745 millones de euros que el gobierno ultraconservador de Aznar había invertido en su participación en la guerra de Irak.
Un investigador del citado Centro Delàs subrayaba con toda razón que:
"el enorme gasto militar que ha supuesto la intervención occidental en Afganistán fue 400 veces el PIB del país de 2001, -año en el que comenzaron las operaciones militares - y eso sólo considerando el gasto realizado por los EEUU. Estamos hablando de cifras escandalosas".
Lo "mágico" de aquella "operación afgana" de Rodríguez Zapatero consistió realmente en que consiguió que la opinión progresista bienpensante tuviera la recóndita sensación de que la política exterior del PSOE había logrado marcar distancias con una guerra de rapiña emprendida por los Estados Unidos, y que los costes humanos y económicos generados por la misma serían nulos para España, pues se trataba tan sólo de una "operación humanitaria", semejante a la que podía haber realizado la inefable Teresa en Calcuta.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
De acuerdo a lo que evidencian los documentos desclasificados recientemente en los EEUU, el Departamento de Estado norteamericano instó a los mandos del ejército español para que las tropas bajo sus órdenes actuaran en operaciones militares "especiales" en territorio afgano, sin que para ello mediara siquiera la autorización de los diferentes ejecutivos españoles.
De acuerdo con esos mismos documentos, la Administración americana estuvo ejerciendo presiones durante años para que el Gobierno español correspondiente multiplicara los recursos económicos destinados a sus tropas en aquel país invadido.
Según puede constatarse en esos mismos documentos, la Administración de George Bush mantuvo el constante propósito de obtener nuevos compromisos de los gobiernos españoles con lo que ellos bautizaron como "su lucha global contra el terror".
GOBIERNO ZAPATERO: "CAMBIAR LOS MUEBLES DE LUGAR" PARA QUE NUESTRA RELACIÓN CON EE.UU. SIGA IGUAL
El Ejecutivo de Rodríguez Zapatero prácticó en lo que se refiere a la política exterior la misma estrategia que estaba utilizando en política interior: Introducir cambios que no afectaran a lo substancial a nuestra relación de dependencia con los Estados Unidos y dar la impresión de que estaba haciendo justo lo contrario. O dicho de otra forma: Rodríguez Zapatero cambió los muebles de lugar con el deliberado propósito de hacernos creer que se había producido un "giro copernicano" en nuestras relaciones con el imperio.
En efecto, el Gobierno del PSOE, debido a las enormes presiones ejercidas por las multitudinarias movilizaciones callejeras que habían tenido lugar en toda España en contra de la guerra de Irak, se vio obligado a retirar las tropas españolas desplazadas por Aznar a ese país. Pero casi simultáneamente, con objeto de "compensar" ese supuesto "gesto de independencia", trató de congratularse con Washington enviando tropas a la otra guerra inaugurada por los Estados Unidos en Afganistán. Y con objeto de "edulcorar" aún más la justificación de nuestra intervención militar en un país cuya ubicación geográfica era absolutamente desconocida por la mayoría de las españoles, endosó la etiqueta de "humanitaria" a la participación española en uno de los conflictos bélicos con menos argumentos justificativos - si alguno pudiera tenerlo- de todo el siglo XXI y parte del XX.
Si bien el "cambio de rumbo" de nuestras tropas en el exterior sirvió para "contentar" a los sectores políticamente más tibios de la opinión pública española, la Administración estadounidense, sin embargo, supo comprender a la perfección el sentido del supuesto "giro" de la política exterior española. En otro de los documentos desclasificados por la Administración estadounidense, se decía expresamente:
"el despliegue en Afganistán goza de un sólido apoyo político, pero la opinión pública española es generalmente escéptica hacía todos los despliegues militares en el extranjero... En consecuencia el Gobierno español está haciendo hincapié en el carácter humanitario de esa misión".
Igualmente, en otro documento, también desclasificado, la Jefatura de la Diplomacia estadounidense indicaba en mayo del 2007 que el gobierno de Rodríguez Zapatero:
"ha explicado que apoya los esfuerzos de seguridad en Afganistán porque las operaciones fueron legalmente sancionadas por Naciones Unidas, firmemente apoyadas por la OTAN y forman parte de la Guerra Global contra el Terrorismo".
La guerra de Afganistán, que según demuestran ahora sus resultados "no sirvió para nada", incluso desde la perspectiva de los intereses geopolíticos estadounidenses, costó la vida a 102 militares españoles.
Pero eso no fue todo. De acuerdo con los datos recopilados por el "Centro Delàs de Estudios por la Paz", extraídos de informes oficiales del Gobierno español ante la Comisión de Defensa, el coste de la intervención militar española en Afganistán sumó la friolera de casi 4. 000 millones de euros, una cantidad estimablemente superior a los 745 millones de euros que el gobierno ultraconservador de Aznar había invertido en su participación en la guerra de Irak.
Un investigador del citado Centro Delàs subrayaba con toda razón que:
"el enorme gasto militar que ha supuesto la intervención occidental en Afganistán fue 400 veces el PIB del país de 2001, -año en el que comenzaron las operaciones militares - y eso sólo considerando el gasto realizado por los EEUU. Estamos hablando de cifras escandalosas".
Lo "mágico" de aquella "operación afgana" de Rodríguez Zapatero consistió realmente en que consiguió que la opinión progresista bienpensante tuviera la recóndita sensación de que la política exterior del PSOE había logrado marcar distancias con una guerra de rapiña emprendida por los Estados Unidos, y que los costes humanos y económicos generados por la misma serían nulos para España, pues se trataba tan sólo de una "operación humanitaria", semejante a la que podía haber realizado la inefable Teresa en Calcuta.
AMEAUXET | Miércoles, 19 de Mayo de 2021 a las 08:33:10 horas
¿QUIÉN MANDA EN ESPAÑA?
¡¡¡TODOS MENOS LOS ESPAÑOLES!!!
¿TENEMOS PLENA SOBERANÍA NACIONAL?
¡¡¡NO!!!
BAJO EL PRISMA QUE SE EXPONE EN ESTE ARTÍCULO EN LA ESFERA MILITAR SOMOS SÚBDITOS (SIN SOBERANÍA NACIONAL) DEL IMPERIO YANQUI CON MANDO EN EE.UU (VIRGINIA) Y EN EL PLANO ECONÓMICO SOMOS SÚBDITOS DE LA EUROPA DE BILDERBERG, CON MANDO EN BRUSELAS.
OTAN NO Y BASES YANQUIS FUERA DE ESPAÑA YA!!!
NI UN EURO PARA LA OTAN NI UN SOLO SOLDADO ESPAÑOL AL SERVICIO DE LAS MULTINACIONALES YANQUIS!!!
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