LLUVIA DE ATAQUES PARTISANOS A LAS TROPAS DE EE.UU EN ORIENTE MEDIO
Represalias por el robo de petróleo y riquezas arqueológicas perpetrado por Washington
Es sabido el desprecio que Estados Unidos muestra por los intereses de los pueblos que ha sumido en el caos; entre ellos los de Afganistán, Irak y Siria. Sin embargo, el mayor problema al que Washington se enfrenta ahora no es tanto el aumento del sentimiento anti-yanqui, sino sobre todo el de las acciones militares de represalia que están organizando las poblaciones locales de estos países contra sus fuerzas de ocupación.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En principio, apenas puede sorprender que las poblaciones locales organicen guerrillas. Durante la II Guerra Mundial hubo en varios países movimientos partisanos que, con el abrumador apoyo popular, se levantaron contra las fuerzas de ocupación extranjeras. Y no con otro término que “ocupación” pueden describirse las actuales acciones del Pentágono en los países de Oriente Medio.
Además de los nutridos convoyes de camiones estadounidenses que transportan el petróleo robado a Siria rumbo a Irak, las autoridades sirias y otras organizaciones han acusado también a EE.UU del saqueo sistemático de sus tesoros arqueológicos y la destrucción de sitios de interés cultural catalogados por la UNESCO, como es el caso de Palmira.
El modus operandi de EE.UU es bombardear un área específica que después es ocupada por milicias pro-occidentales. Estas entran a saco en edificios históricos para llevarse lo allí expoliado a la base estadounidense más cerana. Después, este tesoro patrimonial, incluidos manuscritos antiguos, es transportado en aviones militares a EE.UU.
Según fuentes estadounidenses, por este método se han robado ya de Siria piezas históricas de un valor incalculable. Otras aseguran que prácticamente toda la herencia cultural del pueblo sirio ha sido sustraída y vendida en Washington.
Además de las reiteradas súplicas de Damasco al Consejo de Seguridad de la ONU para que EE.UU deje de saquear la riqueza nacional de Siria, el ministro sirio de Asuntos Exteriores ha exigido recientemente compensaciones a Washington por el daño y la destrucción infligidos al país árabe.
A comienzos de abril, las autoridades de Siria y Rusia llamaron la atención a Washington por no haber dado un pretexto formal a la continua presencia militar de EE.UU en el territorio de la República Árabe de Siria, y le urgieron a que diera una explicación de este hecho a la comunidad internacional. La declaración conjunta especifica, entre otros asuntos, que a EE.UU le interesa mantener el caos y la inestabilidad en Siria con el fin de “continuar robando los recursos naturales y otros tesoros de la República Árabe”.
Ante la ausencia de una respuesta clara por parte de EE.UU y de varias instituciones internacionales, que permiten al ejército estadounidense saquear Siria con completa impunidad, el pueblo sirio ha recurrido a tácticas de guerrilla. Así, el pasado 15 de abril una de las bases militares estadounidenses situadas en el norte de Deir ez-Zor fue objeto de un ataque de “origen desconocido” con misiles, lo que significa que nadie lo ha reivindicado. Según el canal de TV iraquí Al Etejah, que citaba fuentes locales, parte del personal de la base resultó herido y tuvo que ser trasladado a un hospital cercano.
Según la agencia de noticias Mehr y otros medios regionales, la agresión con misil se lanzó sobre “los cuarteles responsables de la exportación ilegal de petróleo sirio”. Los atacantes permanecen en el anonimato. Se dice que pudo haber sido cometido por milicias pro-iraníes aliadas de Bashar al-Assad, o por otros grupos descontentos con el curso que han tomado las acciones de Washington en Siria.
También, en meses pasados, hubo ataques similares sobre varias de las nueve instalaciones estadounidenses establecidas en Dir ez-Zor y zonas fronterizas de Al-Hasaka. EE.UU es plenamente consciente de que la población local va a seguir realizando más acciones contra lo que considera una fuerza de ocupación. Por ello, desde septiembre pasado ha procedido a reforzar dichas instalaciones.
Hechos similares se han detectado en el vecino Irak. Según informan los medios iraquíes, a mediados de abril la base aérea de Al Asad sufrió el ataque de tres drones. El canal iraquí de Telegram Sabereen News, cercano a las “fuerzas de resistencia” en la región medio-oriental, decía que esta es la segunda acometida en una semana sobre instalaciones estadounidenses, tras la realizada en el área de Erbil.
Un par de días después, otra base aérea en Irak, Balad Air Base, era atacada. La población local tenía conocimiento de que había personal estadounidense viviendo en torno a la instalación militar. En total, desde que Joe Biden ascendiera a la presidencia, ha habido más de 40 acometidas con misiles en Irak contra personal militar y diplomático estadounidense.
Nadie, por norma, reivindica estos ataques, o a veces lo hacen grupos que nadie conoce, lo que, según algunos expertos, puede servir de “cortina de humo” a las organizaciones apoyadas por Irán que llevan tiempo presentes en Irak.
Qais Khazali, figura iraní de alto rango en el grupo paramilitar Hashd al-Shaabi, creado en 2014 con el apoyo de Teherán para combatir al Daesh, dijo hace poco que “la resistencia a la ocupación estadounidense ha llevado a cabo un número de ofensivas y la tendencia es que se intensifiquen en el futuro, si EE.UU no retira todas sus fuerzas militares de Irak”.
Fuente:
https://journal-neo.org/2021/04/28/american-occupation-forces-are-now-facing-partisan-warfare-in-the-middle-east/
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En principio, apenas puede sorprender que las poblaciones locales organicen guerrillas. Durante la II Guerra Mundial hubo en varios países movimientos partisanos que, con el abrumador apoyo popular, se levantaron contra las fuerzas de ocupación extranjeras. Y no con otro término que “ocupación” pueden describirse las actuales acciones del Pentágono en los países de Oriente Medio.
Además de los nutridos convoyes de camiones estadounidenses que transportan el petróleo robado a Siria rumbo a Irak, las autoridades sirias y otras organizaciones han acusado también a EE.UU del saqueo sistemático de sus tesoros arqueológicos y la destrucción de sitios de interés cultural catalogados por la UNESCO, como es el caso de Palmira.
El modus operandi de EE.UU es bombardear un área específica que después es ocupada por milicias pro-occidentales. Estas entran a saco en edificios históricos para llevarse lo allí expoliado a la base estadounidense más cerana. Después, este tesoro patrimonial, incluidos manuscritos antiguos, es transportado en aviones militares a EE.UU.
Según fuentes estadounidenses, por este método se han robado ya de Siria piezas históricas de un valor incalculable. Otras aseguran que prácticamente toda la herencia cultural del pueblo sirio ha sido sustraída y vendida en Washington.
Además de las reiteradas súplicas de Damasco al Consejo de Seguridad de la ONU para que EE.UU deje de saquear la riqueza nacional de Siria, el ministro sirio de Asuntos Exteriores ha exigido recientemente compensaciones a Washington por el daño y la destrucción infligidos al país árabe.
A comienzos de abril, las autoridades de Siria y Rusia llamaron la atención a Washington por no haber dado un pretexto formal a la continua presencia militar de EE.UU en el territorio de la República Árabe de Siria, y le urgieron a que diera una explicación de este hecho a la comunidad internacional. La declaración conjunta especifica, entre otros asuntos, que a EE.UU le interesa mantener el caos y la inestabilidad en Siria con el fin de “continuar robando los recursos naturales y otros tesoros de la República Árabe”.
Ante la ausencia de una respuesta clara por parte de EE.UU y de varias instituciones internacionales, que permiten al ejército estadounidense saquear Siria con completa impunidad, el pueblo sirio ha recurrido a tácticas de guerrilla. Así, el pasado 15 de abril una de las bases militares estadounidenses situadas en el norte de Deir ez-Zor fue objeto de un ataque de “origen desconocido” con misiles, lo que significa que nadie lo ha reivindicado. Según el canal de TV iraquí Al Etejah, que citaba fuentes locales, parte del personal de la base resultó herido y tuvo que ser trasladado a un hospital cercano.
Según la agencia de noticias Mehr y otros medios regionales, la agresión con misil se lanzó sobre “los cuarteles responsables de la exportación ilegal de petróleo sirio”. Los atacantes permanecen en el anonimato. Se dice que pudo haber sido cometido por milicias pro-iraníes aliadas de Bashar al-Assad, o por otros grupos descontentos con el curso que han tomado las acciones de Washington en Siria.
También, en meses pasados, hubo ataques similares sobre varias de las nueve instalaciones estadounidenses establecidas en Dir ez-Zor y zonas fronterizas de Al-Hasaka. EE.UU es plenamente consciente de que la población local va a seguir realizando más acciones contra lo que considera una fuerza de ocupación. Por ello, desde septiembre pasado ha procedido a reforzar dichas instalaciones.
Hechos similares se han detectado en el vecino Irak. Según informan los medios iraquíes, a mediados de abril la base aérea de Al Asad sufrió el ataque de tres drones. El canal iraquí de Telegram Sabereen News, cercano a las “fuerzas de resistencia” en la región medio-oriental, decía que esta es la segunda acometida en una semana sobre instalaciones estadounidenses, tras la realizada en el área de Erbil.
Un par de días después, otra base aérea en Irak, Balad Air Base, era atacada. La población local tenía conocimiento de que había personal estadounidense viviendo en torno a la instalación militar. En total, desde que Joe Biden ascendiera a la presidencia, ha habido más de 40 acometidas con misiles en Irak contra personal militar y diplomático estadounidense.
Nadie, por norma, reivindica estos ataques, o a veces lo hacen grupos que nadie conoce, lo que, según algunos expertos, puede servir de “cortina de humo” a las organizaciones apoyadas por Irán que llevan tiempo presentes en Irak.
Qais Khazali, figura iraní de alto rango en el grupo paramilitar Hashd al-Shaabi, creado en 2014 con el apoyo de Teherán para combatir al Daesh, dijo hace poco que “la resistencia a la ocupación estadounidense ha llevado a cabo un número de ofensivas y la tendencia es que se intensifiquen en el futuro, si EE.UU no retira todas sus fuerzas militares de Irak”.
Fuente:
https://journal-neo.org/2021/04/28/american-occupation-forces-are-now-facing-partisan-warfare-in-the-middle-east/

































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