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Viernes, 15 de Enero de 2021 Tiempo de lectura:

INDUSTRIA DEL PORNO: LAS PLUSVALÍAS DE LA VIOLENCIA Y LA HUMILLACIÓN

La degradación de mujeres, niñas y niños como fuente de riqueza

Hace dos semanas saltaba a la prensa la noticia de que la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía española había detenido a 40 personas por presunta distribución de material pornográfico infantil a través de Instagram. En uno de los vídeos, compartidos miles de veces, se ve a un adulto violando a un bebé de meses; en otro, a una niña de dos o tres años.

 

    Por TITA BARAHONA  REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

 

   Si lamentable y horrible es que se maltrate a niñas y niños para satisfacer deseos pedófilos, la sensación de horror se agudiza al comprobar que, de los 40 detenidos por la Unidad Central de Ciberdelincuencia 34 son menores de edad. Cuando a uno de ellos, de 14 años y familia de clase alta, se le puso frente al vídeo de la violación de un bebé, que él había compartido, no pudo contener la risa. El policía, su madre y el abogado no daban crédito.

 

   Sabemos que, por desgracia, hay y ha habido adultos que disfrutan haciendo daño al prójimo, sádicos torturadores y asesinos que despojan de todo vestigio de humanidad a sus víctimas, lo cual ya es suficientemente espantoso. Pero que a un niño le resulte divertido ver cómo se viola a un ser indefenso, denota que está despojado de cualquier sentimiento de compasión y en su lugar ha crecido el sentido de que el objeto de agresión, visto a través de una pantalla, es eso, un simple objeto, y que esos actos abyectos no son violencia sino un juego divertido. ¿Qué clase de monstruos estamos creando?

 

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   Es duro asumir esta realidad en personas que no han llegado a la madurez. Pero, lamentablemente, no es difícil de explicar si tenemos en cuenta que, en la actualidad -y en los países ricos, en particular- niños y en menor medida niñas, desde los 8 años, consumen pornografía a través de Internet. Se trata de esa pornografía gratuita, de fácil acceso y legal si no usa a menores, que representa relaciones heterosexuales en las que las mujeres son sometidas a todo tipo de violencia, humillaciones e insultos por parte del varón o varones. Los adjetivos al uso “puta”, “guarra” o “viciosa” siempre se conjugan en femenino.

 

   Como afirma el psicólogo José Luis García, “La máxima perversión del porno es que normaliza la idea que a las mujeres y a las chicas aniñadas les gusta que las violen”.

 

 

En los países ricos niños y en menor medida niñas, desde los 8 años, consumen pornografía a través de Internet, en la que las mujeres son sometidas a todo tipo de violencia, humillaciones e insultos por parte del varón o varones

 

 

   El mismo esquema sexista hallamos en un subgénero del porno trans -cuya demanda se ha cuadruplicado entre 2014 y 2018- llamado Sissy hypno (Sissy = afeminado o marica). Esta modalidad porno implica a varones que se ponen lencería femenina y se someten a una “feminización forzada”, erotizando la ilusión de ser convertidos en “mujeres” a través del vestido, el maquillaje, la sumisión sexual y la humillación que trae consigo. El principio fundamental del “sissy porno” es que ser mujer es inherentemente degradante.

 

 

   Está demostrado que la exposición continua de los menores a todos estos contenidos profundamente machistas y delictivos, pues incluye violaciones en grupo, estrangulamientos y otros maltratos, no sólo atenta contra la dignidad de las mujeres e incluso de los varones (muchos de ellos estarán de acuerdo), sino que también tiene consecuencias, algunas muy graves.

 

 

   El informe de la Fiscalía española, correspondiente a 2018 y 2019, indica que la violencia sexual entre menores, en particular entre 16 y 17 años, se ha incrementado en un 40%, lo que a juicio de la institución está “asociado al consumo de pornografía en las redes sociales, donde se cosifica a la mujer”, como lo está asimismo el aumento experimentado por las agresiones sexuales en “manada”.

 

 

Está demostrado que la exposición continua de los menores a todos estos contenidos profundamente machistas y delictivos tiene consecuencias muy graves

 

 

   Todo en esta vida es representable y no se pueden poner puertas al campo. Sin embargo, el desarrollo tecnológico sí permite establecer peajes, filtros y controles que eviten el acceso de menores a estos contenidos violentos y degradantes. El problema es que no se quiere. Algunos Estados -como Reino Unido- promulgan leyes que no son efectivas. En general, hacen que hacen, miran para otro lado, porque esta pornografía, que llaman mainstream (hegemónica), es una industria capitalista muy rentable, como lo es la trata de personas, el tráfico de drogas o de armas.

 

 

   El imperio pornográfico de MindGeek

 

   Si en la era de Internet, el porno está en todas partes, quienes recogen los beneficios se esconden. Las páginas de porno mainstream más visitadas, Pornhub, RedTube y YouPorn, con un tráfico diario de más de 115 millones de visitas, son propiedad de la empresa canadiense MindGeek, registrada en Luxemburgo (paraíso fiscal), con sucursales en Irlanda, Chipre y las Islas Vírgenes, y oficinas en varias capitales europeas y estadounidenses. Pero, si vamos a su página web, sólo vemos que es una empresa “líder en el diseño, desarrollo... y dirección de sitios web con elevado tráfico”. No hay rastro de los contenidos porno ni de las productoras de películas “de adultos” que también posee, como Brazzers, Digital Playground, Men.com, entre otras.

 

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   El principal propietario de MindGeek es un empresario llamado Bernard Bergemar, un auténtico magnate del porno cuyo nombre es prácticamente invisible en Internet. A sus donantes tampoco les gusta dar la cara, aunque se sabe que entre ellos hay grandes grupos financieros como JPMorgan Chase, Fortress Investment Group y Colbeck Capital así como la estadounidense Cornell University.

 

 

   El nombre de Bernard Bergemar salió a la luz cuando el New York Times publicó un artículo de investigación que demostraba que Pornhubestá infectado con vídeos de violaciones. Monetariza violaciones de niñas y niños, el porno vengativo, vídeos tomados con cámaras ocultas de mujeres duchándose y contenidos racistas y misóginos”. Claros delitos que merecerían, cuando menos, la inhabilitación de la empresa.

 

Bernard Bergemar es un magnate del porno cuyo nombre es prácticamente invisible en Internet. A sus donantes tampoco les gusta dar la cara, aunque se sabe que entre ellos hay grandes grupos financieros

 

 

   Entre 2017 y 2019, la Internet Watch Foundation confirmó 118 casos de violación de menores en Pornhub, y la página ha sido también denunciada por sacar provecho de víctimas de tráfico sexual explotadas en su página asociada GirlsDoPorn. Pornhub se vio obligada a eliminar todos esos contenidos, aunque las copias descargadas siguieron circulando por la red, y tuvo que instalar un sistema de verificación de fuentes de los vídeos subidos y de los usuarios. Visa y Mastercard suspendieron el servicio, dejando sólo la criptomoneda (Bitcoin) como único medio de pago de las suscripciones. Un duro golpe del que MindGeek, no obstante, se ha recuperado.

 

   El caso de GirlsDoPorn, cuya página fue clausurada en octubre de 2019 por el Departamento de Justicia de EE.UU, salió a la luz por la denuncia de 40 jóvenes contra Pornhub y MindGeek. La plataforma GirlsDoPorn operaba poniendo anuncios de trabajo para modelos, sin decir a las jóvenes que era, de hecho, para vídeos pornográficos. Si accedían, se les decía que los vídeos no serían publicados en Internet; si se negaban, eran amenazadas e incluso agredidas. El pasado mes de diciembre, la sentencia de un tribunal estadounidense obliga a GirlsDoPorn a pagar $12,7 millones de indemnización. Dos de sus ejecutivos han sido procesados por tráfico sexual y un tercero se halla prófugo de la justicia.

 

   MindGeek sabía del acoso y el trauma que afectaron a las víctimas de GirlsDoPorn por la continua publicación de sus vídeos, ya que éstas estuvieron desde 2009 a 2016 mandando quejas a la empresa, sin que hiciera el mínimo caso. A estos capitalistas de la inmundicia no les importan en absoluto las mujeres, ni las consecuencias que pueda tener su explotación como objetos sexuales.

 

 

Entre 2017 y 2019, la Internet Watch Foundation confirmó118 casos de violación de menores en Pornhub, y la página ha sido también denunciada por sacar provecho de víctimas de tráfico sexual explotadas en su página asociada GirlsDoPorn

 

 

   Trauma y acoso, que a veces acaban en suicidio, sufren asimismo las víctimas del llamado “porno vengativo”. Este consiste en que uno de los miembros de una pareja -normalmente el varón- sube a las páginas porno o a las redes sociales grabaciones hechas en la intimidad, sin el consentimiento ni el conocimiento de la mujer, cuya identidad queda de este modo expuesta. El último caso conocido es el de una joven marroquí a la que la tromba de comentarios misóginos que le cayó encima llama “la puta del hiyab”. Han arruinado su vida. Para poner más sal a la herida, las autoridades de Marruecos la han arrestado por el delito "ultraje público al pudor" y "sexo extramatrimonial", mientras el culpable se halla libre y sin cargos.  

 

 

   Este también es un asunto de clases

 

   Como las jóvenes de GirlsDoPorn, las mujeres que acceden a trabajar en la industria del porno o en la prostitución lo hacen en buena medida por necesidad económica y falta de alternativas laborales que cubran los mínimos de subsistencia. En EE.UU se sabe que, en muchos casos, se trata de estudiantes que necesitan pagar la deuda contraída por sus estudios, que allí es elevadísima. El “lo hacen porque quieren” no tiene completa validez cuando la necesidad apremia. En estos casos -y más cuando media coacción o engaño- ellas son víctimas, mientras que las llamadas estrellas del porno, que se jactan de ganar hasta $2.000 al mes, son cómplices de que el lucrativo negocio del porno mainstream produzca víctimas, que en muchos casos son menores.

 

   Cómplices de explotación de familias que viven en la miseria son también las personas de los países ricos que van de “turismo sexual” a los países pobres o, simplemente, acuden a la nueva modalidad de pedofilia 2.0, que hace estragos en lugares como Filipinas. Consiste en que una niña, generalmente, se desnuda frente a la cámara y se aplica un consolador, mientras en Europa o Norteamérica un pedófilo se masturba cómodamente en su habitación, y paga 20 ó 30 dólares por el “servicio” a los padres de la criatura.

 

 

Las mujeres que acceden a trabajar en la industria del porno o en la prostitución lo hacen en buena medida por necesidad económica y falta de alternativas laborales que cubran los mínimos de subsistencia.

 

 

   Esos 20, 30 ó 40 dólares son una nimiedad para el pedófilo, mientras que para muchas mujeres filipinas puede ser más de lo que ganan en un mes. Algunas son madres solteras con uno o más hijos a su cargo las que ponen a sus hijas ante la cámara para satisfacer a babosos, pues lo consideran menos lesivo que el contacto físico -cuando, en realidad, no lo es-; y son sólo ellas quienes a menudo lo pagan con la cárcel, como mostró hace poco el documental Pedófilos 2.0 emitido en Documentos TV.

 

 

   La explotación sexual y reproductiva de las mujeres pobres es hoy en todo el mundo un negocio cada vez más suculento, que va adquiriendo nuevas modalidades online. La empresa británica OnlyFans prospera como nuevo proxeneta mundial, sin límites legales. En su plataforma, chicos y en mayor medida chicas enseñan sus encantos a suscriptores a cambio de un porcentaje de lo que estos pagan a la empresa. Como dice Orlando Romero, el problema es que OnlyFansse está convirtiendo en el sueño de niñas, en el modelo de trabajo que pretenden ejercer, en una salida rápida para hacer dinero legitimada por la industria pornográfica global, que nos dice que esto no es prostitución, sino “contenidos atractivos” para una demanda en crecimiento.

 

 

   La hipocresía de los gobiernos

 

   En España, ninguna de las varias leyes orgánicas de educación que han entrado en vigor en los últimos 40 años ha contemplado seriamente la educación sexual. Esta debería empezar por lo básico: unas buenas nociones de anatomía habrían evitado que hoy día aún hallemos jóvenes en secundaria que no saben cómo se produce la menstruación o chicas que creen que la orina sale por la vagina. La realidad es que esta educación ni empieza, ni transita. No puede sorprendernos que este vacío lo esté llenando la industria pornográfica con valores diametralmente opuestos a la empatía, el respeto mutuo y la igualdad, fomentando la violencia machista más extrema.

 

   Pero algunas ven en este vacío una oportunidad para promocionar lo que llaman “porno ético” e incluso “feminista”. La teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Laura Pérez Castaño, se alegraba de que en el Salón Erótico 2019, que la ciudad celebra anualmente, se introdujera un porno que “incluye otros tipos de cuerpos, también los que se salen del binarismo hombre-mujer”, proponiendo “Entender el porno como un aliado potencial de la educación sexual, no como un enemigo”.

 

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   En la misma línea, dos emprendedoras” de esta “pornografía alternativa” se quejaban del monopolio que ejerce MindGeek. El problema es que este otro tipo de pornografía es muy minoritario. Sólo si consigue dejar de serlo, podremos valorar si es o no un “aliado”. De momento, son empresas que buscan, como todas, nicho de mercado.

 

   La abrumadora realidad es que los menores están cada vez más expuestos a la pornografía mainstream, a través de la cual aprenden un modelo de relaciones sexuales agresivas, de dominación y sometimiento de un sexo -siempre el mismo- por el otro, que no responde a la realidad sexual de la mayoría de personas adultas. Esto da completamente al traste con la batería de leyes y protocolos orientados a garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en estos Estados nuestros tan “inclusivos” y preocupados por los “derechos humanos”. Esto es lo que debería preocupar al Ministerio de Igualdad del gobierno de España. Con la inacción institucional se diría que a las mujeres y niñas -muy especialmente si son pobres- no las consideran humanas.

 

 

Los menores están cada vez más expuestos a la pornografía mainstream, a través de la cual aprenden un modelo de relaciones sexuales agresivas, de dominación y sometimiento de un sexo -siempre el mismo- por el otro

 

 

   Es cierto que la cosificación que la pornografía hace de mujeres y niñas también llevan tiempo fomentándola las industrias de la publicidad, los videojuegos, los videoclips y todo lo que cae bajo la etiqueta “entretenimiento” o la mal llamada “industria cultural”. Nada se ha hecho para evitarlo y menos se hará. El capitalismo en su fase actual nos tiene preparados a las mujeres de clase obrera “empleos” como prostitutas en nuevas y diversas modalidades, actrices porno y madres de alquiler.

 

 

   La explotación sexual y reproductiva es un sector donde el capital penetra cada vez más y los Estados, que son sus consejos de administración, no van a mover un dedo por “incluirnos” y salvar nuestra dignidad como personas. Ni siquiera la presión desde abajo, mediante campañas bien organizadas y perseverantes, logra que empresas delictivas como la pornografía degradante de MindGeek sean clausuradas y dejen de invadir los espacios virtuales de nuestros hijos e hijas. Esta lucha sólo podemos ganarla si la dirigimos contra el sistema socio-económico que genera tanto sufrimiento y tantos “monstruos”. Pero, en ese camino, debemos organizarnos y alzar la voz contra este cáncer pornográfico, que no es aliado, sino claro enemigo.

 

 

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  • maribel santana

    maribel santana | Domingo, 17 de Enero de 2021 a las 10:13:52 horas

    Todo lo que deje dinero para el gran acumulo del capitalismo, eso va a misa. Las armas, las guerras, la destrucción del medio ecológico, en fin la explotación a todo lo que se mueve, eso es lo que hay.
    Si los pueblos no se levantan y tira todo esto abajo peores cosas se verán porque la imaginación de los enfermos de dinero es tan grande que la ficción se queda cortita.

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  • Valentin

    Valentin | Viernes, 15 de Enero de 2021 a las 10:50:22 horas

    como se dice en el articulo, el responsable es el sistema capitalista, tan religioso y tan "humano" de verdad que tenia que haber infierno pero no cuando uno esta muerto sino a hora y aquí mismo; y otra cosa esto no acabara hasta que los trabajadores nos organicemos de una forma independiente y autónoma pera luchar contra los responsables del sistema. Quien piense que con todas las lacras del capital se puede hacer desde la legalidad de las instituciones, esta en un error, o es es tonto.

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