
FERNANDO SIMÓN: PUNTO FINAL. NI UN MINUTO MÁS. (Videos acreditativos del artículo)
¿Sopesa el Dr Fernando Simón cuando se dirige a través de la televisión a millones de españoles la repercusión que va a tener lo que dice?
Este jueves, Fernando Simón, tuvo la osadía de expresar su desprecio por la aplicación de los PCR en puertos y aeropuertos para controlar La multiplicación de los contagios del CoVID19. Hace unos meses, el mismo doctor Simón se había aventurado a desestimar la eficacia del uso de las mascarillas. En fechas previas había asegurado que la incidencia de la pandemia en España iba a ser "residual". Que el doctor en cuestión opine privadamente de esta manera - según mantiene el autor de este artículo Máximo Relti- forma parte de su libertad de expresión. Pero que esas insólitas afirmaciones, desmentidas por los hechos y por la comunidad científica internacional, sean realizadas por quien es el principal estratega de la lucha contra la pandemia ha desarmado psicológicamente a la sociedad española . Resulta inadmisible su continuidad en esa responsabilidad y exige su inmediata destitución (...).
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, que hace unos meses expresó su desprecio por la protección que podían prestar las mascarillas en contra de los contagios por coronavirus, tuvo este jueves la inmensa osadía de asegurar que «no compensa» la exigencia de PCR a los viajeros que arriben a los aeropuertos o puertos españoles porque, según él, el impacto de los casos importados es «mínimo», considerando que la puesta en marcha de la medida implica un «esfuerzo».
Por si fuera poco, el responsable de la estrategia sanitaria gubernamental española en contra el coronavirus llegó a afirmar, en su comparecencia pública de este 12 de noviembre, que con la realización de un test a los viajeros internacionales tal vez «se pueda prevenir algún caso» y que, por esa razón, no se mostraría «en contra» de la aplicación de la nueva medida, pero que desconfiaba de este tipo de sistema para controlar la importación de portadores del COVID19. Resulta conveniente recordar a los lectores que este, junto con otros, es uno de los procedimientos profilácticos que más resultados han dado en China, tal y como puede apreciarse en el interesante testimonio de una española, que adjuntamos en esta misma página.
El insólito y último atrevimiento que ha tenido el doctor Simón exige que recordemos al lector que en el mes de marzo, cuando centenares de millones de chinos usaban ya la mascarilla para combatir el coronavirus, Fernando Simón le restaba importancia a su uso ante millones de televidentes españoles (ver videos). Independientemente de las opiniones personales que pudiera tener este doctor al respecto, ¿pensó en algún instante este profesional de la medicina en las consecuencias que su despectiva consideración hacia las mascarillas podía tener sobre la salud de aquellos a quienes dirigía su mensaje? ¿Sopesa este señor cuando se dirige a través de la televisión a millones de españoles la repercusión que va a tener lo que dice?
Poco tiempo después, cuando la Organización Mundial de la Salud y los resultados altamente positivos de su uso en China hicieron evidente la eficacia de las mascarillas, Fernando Simón tuvo el atrevimiento de justificarse por el menosprecio que habia mostrado hacia su uso argumentando que en aquellos momentos, en España, no existía un stock de mascarillas que pudiera cubrir su demanda. Y que, por tanto, ¿que iba a hacer?
Este inverosímil argumento justificativo no sólo resultaba miserablemente endeble, sino que no podía interpretarse más que como un prepotente desprecio hacia la capacidad de la ciudadanía a la hora de afrontar con realismo las situaciones adversas que habian sobrevenido.
Y es que, en una buena parte del planeta, particularmente en los países económicamente subdesarrollados y tampoco en algunos de los desarrollados, hubo stocks de mascarillas. Sin embargo, los ciudadanos, aconsejados en muchos casos por sus respectivos gobiernos, paliaron esta deficiencia recurriendo a la confección doméstica de las mismas. En Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Cuba, Argentina... miles de abuelas confeccionaron mascarillas para sus hijos, sus nietos y sus nueras. Simón, en cambio, prefirió mentirnos, y que con su embuste se multiplicaran las posibilidaddes de difusión de los contagios, a contarnos la verdad.
![[Img #64615]](https://canarias-semanal.org/upload/images/11_2020/2616_8266_4610_2851_simont.jpg)
El hoy director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias que, por cierto, debe su nombramiento al Ejecutivo ultraconservador de Mariano Rajoy aseguró también públicamente, el pasado mes de febrero, que las posibilidades de que el virus penetrara en la geografía española eran muy escasas y que, posiblemente, sólo se producirían algunos brotes muy aislados del mismo.
No hay que perder de vista, a la hora de rememorar secuencialmente las instantáneas de este proceso pandémico, que por aquellos días Fernando Simón constituía toda una referencia, - la única-, para una sociedad como la española, que careció en todo momento de información científica sobre la evolución de la enfermedad a lo ancho del planeta. La población interpretó el Covid 19 como un fenómeno atribuible exclusivamente a China.
Una legión de tertulianos ignorantes e irresponsables se dedicaron a impartir "doctas" lecciones sobre lo que desconocían absolutamente. Durante semanas estuvieron "construyendo" la opinión de los españoles a través de sus propios clichés en relación con la que es hoy la segunda potencia económica y tecnológica mundial. "Esas cosas sólo suceden en China, o en esos países asiáticos lejanos, con una cultura disímil e inferior a la occidental"- se atrevian a decir los mequetrefes mediáticos con impostada suficiencia.
A través de los medios de comunicación españoles, una extensa troupé de indocumentados describían lo que estaba sucediendo en China como si se tratara de un fenómeno que no tendría posibilidades de desarrollarse en un país como España, que contaba nada menos que con "una de las infraestructuras sanitarias más desarrolladas del planeta". Una falsificacion esta última que a base de haberla machacado persistentemente durante tantos años, todos habían terminado por creer, pese a las visibles y multitudinarias listas de espera.
El olímpico desprecio que los medios de comunicación -prensa radio y televisión- mostraron hacia la metodología científica que se estaba aplicando en el país asiático contra la pandemia, hizo posible que no se tuviera en cuenta ninguno de los avances, las experiencias y las prácticas sanitarias que allí se estaban ensayando primero, y aplicando después. Ese y otros factores impidieron - e impiden- que los ciudadanos de las avanzadas sociedades occidentales pudieran verse beneficiados por los aportes recogidos por los paises orientales, pioneros en el combate contra el Covid19
La responsabilidad contraída por tanto mequetrefe mediático raya en lo delictivo. Hicieron posible que la sociedad española en su conjunto, con la eficaz colaboración de la desinformacion institucional, se desarmara psicológicamente ante la oleada de contagios y muertes que en una ola vertiginosa se estaba avecinando.
Las consecuencias de ello están a la vista. Mientras China y otros países asiáticos han logrado erradicar totalmente la pandemia, sin recurrir todavia al uso de la vacuna, la colonial y arrogante Europa sufre dramaticamente en sus carnes los efectos de su propia prepotencia a través de las vidas segadas de centenares de miles de sus ciudadanos, -como siempre, los más pobres- y con una economía en catastrófica bancarrota.
Después de un recorrido de más de seis meses, con más de 60.000 -cifras reales- españoles muertos por la pandemia y 1 millón de contagiados, que nada menos que el responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias vuelva descolgarse con el insólito exabrupto de decir que los PCR apenas servirán para nada, no puede más que descomponer los cataplines del más insensible. ¿A través de qué vías se ha estado transmitiendo entonces la pandemia del coronavirus? ¿A través de los tifones, de los mosquitos, las palomas voladoras, los abejorros taiwaneses, las corrientes marítimas… ? ¿Cuáles están siendo, pues, las vías de contagios, según el Dr. Simón?
En nuestra opinión, hace tiempo que debió de haber llegado el momento de ponerle punto final a la gestión del doctor Fernando Simón. Algún día tendremos la oportunidad de conocer los intríngulis políticos que sirvan para explicarnos las razones por las que este señor ha permanecido tanto tiempo en el puesto que hoy continúa ocupando. Por lo pronto, la última boutade del doctor debería de provocar ya una generalizada demanda social que tuviera como desenlace su fulminante dimisión o destitución. Aunque ello sólo fuera por razones de salud e instinto colectivo de supervivencia.
COLECCIÓN DE VÍDEOS EN LOS QUE EL PROPIO DR. SIMON DOCUMENTA PERSONALMENTE TODO LO QUE EN ESTE ARTÍCULO SU AUTOR HA MANTENIDO:
- Residente española explica por qué en China han superado el coronavirus
- Fernando Simón reconoce que mintió sobre la utilidad de las mascarillas
- Los mensajes "tranquilizadores" sobre el coronavirus de Fernando Simón
- Fernando Simón en el Objetivo: "Me sorprende la preocupación por el coronavirus"
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, que hace unos meses expresó su desprecio por la protección que podían prestar las mascarillas en contra de los contagios por coronavirus, tuvo este jueves la inmensa osadía de asegurar que «no compensa» la exigencia de PCR a los viajeros que arriben a los aeropuertos o puertos españoles porque, según él, el impacto de los casos importados es «mínimo», considerando que la puesta en marcha de la medida implica un «esfuerzo».
Por si fuera poco, el responsable de la estrategia sanitaria gubernamental española en contra el coronavirus llegó a afirmar, en su comparecencia pública de este 12 de noviembre, que con la realización de un test a los viajeros internacionales tal vez «se pueda prevenir algún caso» y que, por esa razón, no se mostraría «en contra» de la aplicación de la nueva medida, pero que desconfiaba de este tipo de sistema para controlar la importación de portadores del COVID19. Resulta conveniente recordar a los lectores que este, junto con otros, es uno de los procedimientos profilácticos que más resultados han dado en China, tal y como puede apreciarse en el interesante testimonio de una española, que adjuntamos en esta misma página.
El insólito y último atrevimiento que ha tenido el doctor Simón exige que recordemos al lector que en el mes de marzo, cuando centenares de millones de chinos usaban ya la mascarilla para combatir el coronavirus, Fernando Simón le restaba importancia a su uso ante millones de televidentes españoles (ver videos). Independientemente de las opiniones personales que pudiera tener este doctor al respecto, ¿pensó en algún instante este profesional de la medicina en las consecuencias que su despectiva consideración hacia las mascarillas podía tener sobre la salud de aquellos a quienes dirigía su mensaje? ¿Sopesa este señor cuando se dirige a través de la televisión a millones de españoles la repercusión que va a tener lo que dice?
Poco tiempo después, cuando la Organización Mundial de la Salud y los resultados altamente positivos de su uso en China hicieron evidente la eficacia de las mascarillas, Fernando Simón tuvo el atrevimiento de justificarse por el menosprecio que habia mostrado hacia su uso argumentando que en aquellos momentos, en España, no existía un stock de mascarillas que pudiera cubrir su demanda. Y que, por tanto, ¿que iba a hacer?
Este inverosímil argumento justificativo no sólo resultaba miserablemente endeble, sino que no podía interpretarse más que como un prepotente desprecio hacia la capacidad de la ciudadanía a la hora de afrontar con realismo las situaciones adversas que habian sobrevenido.
Y es que, en una buena parte del planeta, particularmente en los países económicamente subdesarrollados y tampoco en algunos de los desarrollados, hubo stocks de mascarillas. Sin embargo, los ciudadanos, aconsejados en muchos casos por sus respectivos gobiernos, paliaron esta deficiencia recurriendo a la confección doméstica de las mismas. En Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Cuba, Argentina... miles de abuelas confeccionaron mascarillas para sus hijos, sus nietos y sus nueras. Simón, en cambio, prefirió mentirnos, y que con su embuste se multiplicaran las posibilidaddes de difusión de los contagios, a contarnos la verdad.
El hoy director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias que, por cierto, debe su nombramiento al Ejecutivo ultraconservador de Mariano Rajoy aseguró también públicamente, el pasado mes de febrero, que las posibilidades de que el virus penetrara en la geografía española eran muy escasas y que, posiblemente, sólo se producirían algunos brotes muy aislados del mismo.
No hay que perder de vista, a la hora de rememorar secuencialmente las instantáneas de este proceso pandémico, que por aquellos días Fernando Simón constituía toda una referencia, - la única-, para una sociedad como la española, que careció en todo momento de información científica sobre la evolución de la enfermedad a lo ancho del planeta. La población interpretó el Covid 19 como un fenómeno atribuible exclusivamente a China.
Una legión de tertulianos ignorantes e irresponsables se dedicaron a impartir "doctas" lecciones sobre lo que desconocían absolutamente. Durante semanas estuvieron "construyendo" la opinión de los españoles a través de sus propios clichés en relación con la que es hoy la segunda potencia económica y tecnológica mundial. "Esas cosas sólo suceden en China, o en esos países asiáticos lejanos, con una cultura disímil e inferior a la occidental"- se atrevian a decir los mequetrefes mediáticos con impostada suficiencia.
A través de los medios de comunicación españoles, una extensa troupé de indocumentados describían lo que estaba sucediendo en China como si se tratara de un fenómeno que no tendría posibilidades de desarrollarse en un país como España, que contaba nada menos que con "una de las infraestructuras sanitarias más desarrolladas del planeta". Una falsificacion esta última que a base de haberla machacado persistentemente durante tantos años, todos habían terminado por creer, pese a las visibles y multitudinarias listas de espera.
El olímpico desprecio que los medios de comunicación -prensa radio y televisión- mostraron hacia la metodología científica que se estaba aplicando en el país asiático contra la pandemia, hizo posible que no se tuviera en cuenta ninguno de los avances, las experiencias y las prácticas sanitarias que allí se estaban ensayando primero, y aplicando después. Ese y otros factores impidieron - e impiden- que los ciudadanos de las avanzadas sociedades occidentales pudieran verse beneficiados por los aportes recogidos por los paises orientales, pioneros en el combate contra el Covid19
La responsabilidad contraída por tanto mequetrefe mediático raya en lo delictivo. Hicieron posible que la sociedad española en su conjunto, con la eficaz colaboración de la desinformacion institucional, se desarmara psicológicamente ante la oleada de contagios y muertes que en una ola vertiginosa se estaba avecinando.
Las consecuencias de ello están a la vista. Mientras China y otros países asiáticos han logrado erradicar totalmente la pandemia, sin recurrir todavia al uso de la vacuna, la colonial y arrogante Europa sufre dramaticamente en sus carnes los efectos de su propia prepotencia a través de las vidas segadas de centenares de miles de sus ciudadanos, -como siempre, los más pobres- y con una economía en catastrófica bancarrota.
Después de un recorrido de más de seis meses, con más de 60.000 -cifras reales- españoles muertos por la pandemia y 1 millón de contagiados, que nada menos que el responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias vuelva descolgarse con el insólito exabrupto de decir que los PCR apenas servirán para nada, no puede más que descomponer los cataplines del más insensible. ¿A través de qué vías se ha estado transmitiendo entonces la pandemia del coronavirus? ¿A través de los tifones, de los mosquitos, las palomas voladoras, los abejorros taiwaneses, las corrientes marítimas… ? ¿Cuáles están siendo, pues, las vías de contagios, según el Dr. Simón?
En nuestra opinión, hace tiempo que debió de haber llegado el momento de ponerle punto final a la gestión del doctor Fernando Simón. Algún día tendremos la oportunidad de conocer los intríngulis políticos que sirvan para explicarnos las razones por las que este señor ha permanecido tanto tiempo en el puesto que hoy continúa ocupando. Por lo pronto, la última boutade del doctor debería de provocar ya una generalizada demanda social que tuviera como desenlace su fulminante dimisión o destitución. Aunque ello sólo fuera por razones de salud e instinto colectivo de supervivencia.
COLECCIÓN DE VÍDEOS EN LOS QUE EL PROPIO DR. SIMON DOCUMENTA PERSONALMENTE TODO LO QUE EN ESTE ARTÍCULO SU AUTOR HA MANTENIDO:
- Residente española explica por qué en China han superado el coronavirus
- Fernando Simón reconoce que mintió sobre la utilidad de las mascarillas
- Los mensajes "tranquilizadores" sobre el coronavirus de Fernando Simón
- Fernando Simón en el Objetivo: "Me sorprende la preocupación por el coronavirus"
Mikel | Domingo, 15 de Noviembre de 2020 a las 17:00:54 horas
Si tú lo dices....
Terraplanistas, negacionistas, telecreyentes, disidentes.. **** triste pero no se puede debatir sin faltar al respeto hoy día, vaya mundo nos crean los medios de desinformación masiva...la discrepancia no está bien vista...que le vamos a hacer...
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