
LAS FARC-EP “CLAMA EN EL DESIERTO” POR LA PAZ EN COLOMBIA
El silencio de 238 los excombatientes asesinados desde los Acuerdos de Paz en el año 2016
Como factor externo, los medios de comunicación oligárquicos son cómplices necesarios de los asesinatos políticos en Colombia. Porque los medios de comunicación no solo se constituyen en canales de transmisión de noticias, informaciones y opiniones que confirman el universo de actitudes, valores y juicios respecto al entorno social, político, económico y cultural en el que nos desarrollamos…
Por JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.
Mientras el mundo vivía expectante las elecciones estadounidenses -a remolque de la agenda mediática- otro ex combatiente de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC-E) era asesinado, el pasado viernes, en una zona colindante al espacio territorial de reincorporación de los antiguos guerrilleros en el municipio Caldono, departamento del Cauca.
Su nombre, Carlos Fernando Ramos, quien se desempeñaba como trabajador agrícola y mototaxista en el casco urbano del municipio. El ex guerrillero resultó muerto tras ser atacado con arma de fuego a quemarropa por una mujer que abordó su moto en calidad de pasajera.
Paradójicamente, horas antes de este asesinato, representantes de los excombatientes se reunieron con el presidente colombiano, Iván Duque, para exigir "garantías de seguridad", tras la realización de una ‘Peregrinación por la Paz y la Vida’ que convocó a unos 2.000 exguerrilleros el pasado 1 de noviembre en Bogotá.
De acuerdo con informaciones del actual partido -nacido de la guerrilla desmovilizada- Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), ya son 238 los excombatientes asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz en el año 2016.
Hasta el momento, son 35 los excombatientes asesinados en el Cauca, el departamento con mayor número de homicidios contra antiguos integrantes de la guerrilla. Asimismo, según el Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), 52 exguerrilleros han sido ultimados en lo que va del 2020.
Ante los hechos, la tolda política de las FARC, volvió reiterar su llamado a la comunidad internacional “para que la paz de Colombia no sea asesinada”.
Sin embargo, esa "Comunidad Internacional" integrada por todos los seres humanos que habitan el planeta, que en la “aldea global”, se haya supuestamente en permanente comunicación e interdependencia, vuelve a hacer oídos sordos.
No es ocioso reiterar que son el estado, la oligarquía y sus colaboradores, los responsables estructurales de la violencia de toda índole que padece Colombia que se manifiesta en la miseria, la discriminación, la represión, la violencia y el terrorismo de estado que se han llevado por delante la vida de miles colombianos y colombianas -en su mayoría humildes-, líderes políticos de izquierda y luchadores populares.
No obstante, de no ser por el silencio cómplice de los medios de comunicación hegemónicos ese genocidio no sería posible.
Por todo ello, una conclusión es clara: la mal llamada Comunidad Internacional es una entelequia que no puede existir en la realidad porque ni intereses son comunes como formalmente la “legalidad internacional” comunes, ni la solidaridad entre los pueblos.
Por JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.
Mientras el mundo vivía expectante las elecciones estadounidenses -a remolque de la agenda mediática- otro ex combatiente de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC-E) era asesinado, el pasado viernes, en una zona colindante al espacio territorial de reincorporación de los antiguos guerrilleros en el municipio Caldono, departamento del Cauca.
Su nombre, Carlos Fernando Ramos, quien se desempeñaba como trabajador agrícola y mototaxista en el casco urbano del municipio. El ex guerrillero resultó muerto tras ser atacado con arma de fuego a quemarropa por una mujer que abordó su moto en calidad de pasajera.
Paradójicamente, horas antes de este asesinato, representantes de los excombatientes se reunieron con el presidente colombiano, Iván Duque, para exigir "garantías de seguridad", tras la realización de una ‘Peregrinación por la Paz y la Vida’ que convocó a unos 2.000 exguerrilleros el pasado 1 de noviembre en Bogotá.
De acuerdo con informaciones del actual partido -nacido de la guerrilla desmovilizada- Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), ya son 238 los excombatientes asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz en el año 2016.
Hasta el momento, son 35 los excombatientes asesinados en el Cauca, el departamento con mayor número de homicidios contra antiguos integrantes de la guerrilla. Asimismo, según el Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), 52 exguerrilleros han sido ultimados en lo que va del 2020.
Ante los hechos, la tolda política de las FARC, volvió reiterar su llamado a la comunidad internacional “para que la paz de Colombia no sea asesinada”.
Sin embargo, esa "Comunidad Internacional" integrada por todos los seres humanos que habitan el planeta, que en la “aldea global”, se haya supuestamente en permanente comunicación e interdependencia, vuelve a hacer oídos sordos.
No es ocioso reiterar que son el estado, la oligarquía y sus colaboradores, los responsables estructurales de la violencia de toda índole que padece Colombia que se manifiesta en la miseria, la discriminación, la represión, la violencia y el terrorismo de estado que se han llevado por delante la vida de miles colombianos y colombianas -en su mayoría humildes-, líderes políticos de izquierda y luchadores populares.
No obstante, de no ser por el silencio cómplice de los medios de comunicación hegemónicos ese genocidio no sería posible.
Por todo ello, una conclusión es clara: la mal llamada Comunidad Internacional es una entelequia que no puede existir en la realidad porque ni intereses son comunes como formalmente la “legalidad internacional” comunes, ni la solidaridad entre los pueblos.
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