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Jueves, 27 de Agosto de 2020 Tiempo de lectura:

LA CHINA CAPITALISTA YA NO ES TAN RENTABLE PARA DESLOCALIZAR MULTINACIONALES

"Por la lucha de los trabajadores por la mejora de sus condiciones laborales y salariales"

La batalla comercial que enfrenta a Estados Unidos y China no augura un futuro prometedor ni estabilidad para la economía mundial. Las sanciones comerciales que la administración Trump han impuesto al gigante asiático han disparado la fuga masiva de inversiones en China…

 

POR JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL.  ORG.-

 

    La guerra comercial entre Estados Unidos y China está trayendo beneficios a terceros.

 

 

    De acuerdo con informes de prensa, dos fabricantes de electrónica con sede en Taiwán, Foxconn y Pegatron, estudian la posibilidad de abrir nuevas fábricas en México debido a la guerra comercial entre EE.UU ..y China y a la pandemia.

 

 

    Ambas compañías se conocen mundialmente por ser contratistas de varias compañías especializadas en la producción de teléfonos móviles. Entre ellas,  el gigante estadounidense Apple.

 

 

    En el caso de la taiwanesa  Foxconn -uno de los mayores fabricantes de dispositivos a pedido de marcas como Apple, Nintendo, entre otras- se planea usar una fábrica mexicana para producir iPhones. Una decisión que podría tomar a finales del 2020. Aunque, eso sí, la multinacional estadounidense de la manzana todavía no se ha pronunciado al respecto.

 

 

    No queda claro –sin embargo- con qué empresas trabajarían ambas empresas en caso de que finalmente se materialice su traslado a México.

 

 

    Vale mencionar que a día hoy Foxconn cuenta con cinco fábricas en México que producen principalmente televisores y servidores, lo que se inscribe en la expansión y diversificación más amplia de las cadenas de suministro que la empresa ya tiene fuera de China.

 

 

    Este anuncio se produce justo cuando  la Administración Trump estudia otorgar incentivos financieros para alentar a las empresas a trasladar sus capacidades de producción de Asia a EEUU, América Latina y el Caribe, en medio de la crisis sanitaria por la pésima gestión frente a la pandemia de la Covid-19.

 

 

    ¿Se trata, no obstante, como ha declarado, Young Liu, director de Foxconn, del fin de China como la fábrica del mundo?

 

 

    Según declaró Liu el 12 de agosto pasado, continuarán moviendo más producción al Sudeste Asiático y otras regiones “para evitar los altos aranceles de Estados Unidos a los productos hechos en China”.

 

 

    “No importa si es India, Sudeste Asiático o América, habrá un ecosistema de manufactura en cada una  (de las regiones)”, explicó Young Liu tras la presentación de los resultados trimestrales de la compañía.

 

 

    Sin embargo, existe un dato muy revelador de este proceso de recolocación tecnológica: incluso China ha empezado a elegir otros países para montar líneas de producción, movida no solo por las sanciones de Estados Unidos, sino por el aumento de los costos de operar en China. Es decir, que la misma razón por la que las grandes multinacionales decicieron hace décadas instalarse en este país, los bajos salarios de los obreros chinos, se encontraría ahora en la búsqueda de nuevos destinos, ante el incremento relativo de dichos salaros por la lucha organizada de estos obreros.

 

 

    No es casual, en efecto, que esde hace algún tiempo las principales marcas de tecnología hayan venido  trasladando la producción y las inversiones a otros países que les resultan más convenientes en función de sus intereses. Ahí están los casos de cómo de  la India o Vietnam, quienes han acaparado gran parte de la producción que antes recaía sobre China. Y aunque los países del sudeste asiático sean  los que más acogen estas  factorías  también se proyectan con fuerza hacia países de Centroamérica.

 

 

     Lo cierto de todo esto, más allá de la guerra comercial, es que  fabricar en China ya no supone un ahorro tan significativo en mano de obra como lo fue hace solo una década. El crecimiento del sistema capitalista en el gigante asiático ha llevado aparejado no solo un aumento de las desigualdades y un debilitamiento cada vez mayor de los sistemas asistenciales públicos, sino también de la conflictividad social y las reivindicaciones de los trabajadores.  

 

   Por años, china fue el paraíso de las multinacionales: salarios ínfimos, 0 sindicatos y 0 huelgas. Pero, desde 2010 las cosas han ido cambiando. Precisamente ese año la lucha activa de los trabajadores por una mejora de las condiciones laborales y salariales comenzó a dar resultados positivos para ellos.

 

 

    A ello hay que añadirle el hecho de que las empresas extranjeras que operan en China  tienen hoy mayores obligaciones fiscales. 

 

    El sistema capitalista mundial continúa reconfigurándose.

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