
EN EL REINO UNIDO SE IMPUSO LA ESTRATEGIA DE LA "INMUNIDAD DEL REBAÑO"
Con letales efectos para los mas viejos que lo integraban
Los medios de comunicación británicos arremeten contra el gobierno de Boris Johnson que negó durante meses que uno de los principales asesores del primer ministro fuera Dominic Cummings, un acérrimo defensor de la estrategia conocida como la "inmunidad del rebaño"
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Según los medios de comunicación británicos, el gobierno de Boris Johnson ha negado durante largo tiempo que uno de los principales asesores del primer ministro, Dominic Cummings, fuera un acérrimo defensor de la estrategia conocida como la "inmunidad del rebaño" como metodo idóneo a la hora de combatir la actual pandemia. Cummings, al igual que el presidente estadounidense Trump, argumentaba que por encima de todo "lo que había que "proteger era la economía”, si fuera preciso, incluso, por encima de la vida de los mayores de 60 años.
La cuestión, en cualquier caso, es que la indiferencia mostrada por el gobierno de Johnson a la hora de proteger a determinados sectores de la población, ha sido manifiestamente clara y deliberada.
Muestra evidente de que las cosas ha sido así, fueron las altas administradas en residencias de ancianos a miles de personas entre los meses de marzo y abril, sin que siquiera se le realizaran test del Covid-19.
Según consignan algunos medios progresistas británicos, eso sucdió pese a las advertencias de que este sector no estaba en condiciones de prestar proteccion ni a los residentes, ni a su propio personal, debido a las carencias crónicas que le venían afectando desde mucho tiempo atrás.
Los medios británicos dirigen ahora su dedo acusador hacía el Lord Canciller Robert Buckland, como uno de los principales responsables de lo que ha sucedido en ese país. Buckland era de los que argumentaba durante aquellos meses, sin ruborizarse, que se debía proteger prioritariamente al Servicio Nacional de Salud, por encima de las ayudas a los hogares y residencias de ancianos,, que eran precisamente los lugares donde se encontraban la población de edad más vulnerable.
Sin embargo, los medios británicos indican que la responsabilidad por las deficiencias del Servicio Nacional de Salud británico, que ahora se han evidenciado con toda crudeza, es plenamente atribuible al gobierno de Johnson, por negarse a tomar las medidas adecuadas cuando, a principios de año, fue advertido reiteradamente de los riesgos que correría el Servicio Sanitario público del país de producirse la expansión del COVID-19.
De ahí que un sector de los medios de comunicación británicos se cuestione ahora la gestión del Ejecutivo de Johnson, con preguntas claves, tales como:
“¿Qué tan valiosas son las vidas de las personas vulnerables para quienes tienen autoridad? ¿Y es posible o no, desplegar los recursos de una sociedad para proteger los derechos de todos?”.
El hecho cierto es que, a estas alturas, el panorama en cuanto a una estrategia preventiva frente al coronavirus no ha cambiado esencialmente en el Reino Unido de Boris Johnson. Sólo una de cada 10 residencias de ancianos ha recibido instrucciones especificas de los gestores de Servicio Nacional de Salud, para que procedan a cambiar la normativa precedente en el tratamiento de los ancianos afectados por el Covid 19. Para los españoles, lo que sucede en la Gran Bretaña es un espejo de lo que pasa aquí.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Según los medios de comunicación británicos, el gobierno de Boris Johnson ha negado durante largo tiempo que uno de los principales asesores del primer ministro, Dominic Cummings, fuera un acérrimo defensor de la estrategia conocida como la "inmunidad del rebaño" como metodo idóneo a la hora de combatir la actual pandemia. Cummings, al igual que el presidente estadounidense Trump, argumentaba que por encima de todo "lo que había que "proteger era la economía”, si fuera preciso, incluso, por encima de la vida de los mayores de 60 años.
La cuestión, en cualquier caso, es que la indiferencia mostrada por el gobierno de Johnson a la hora de proteger a determinados sectores de la población, ha sido manifiestamente clara y deliberada.
Muestra evidente de que las cosas ha sido así, fueron las altas administradas en residencias de ancianos a miles de personas entre los meses de marzo y abril, sin que siquiera se le realizaran test del Covid-19.
Según consignan algunos medios progresistas británicos, eso sucdió pese a las advertencias de que este sector no estaba en condiciones de prestar proteccion ni a los residentes, ni a su propio personal, debido a las carencias crónicas que le venían afectando desde mucho tiempo atrás.
Los medios británicos dirigen ahora su dedo acusador hacía el Lord Canciller Robert Buckland, como uno de los principales responsables de lo que ha sucedido en ese país. Buckland era de los que argumentaba durante aquellos meses, sin ruborizarse, que se debía proteger prioritariamente al Servicio Nacional de Salud, por encima de las ayudas a los hogares y residencias de ancianos,, que eran precisamente los lugares donde se encontraban la población de edad más vulnerable.
Sin embargo, los medios británicos indican que la responsabilidad por las deficiencias del Servicio Nacional de Salud británico, que ahora se han evidenciado con toda crudeza, es plenamente atribuible al gobierno de Johnson, por negarse a tomar las medidas adecuadas cuando, a principios de año, fue advertido reiteradamente de los riesgos que correría el Servicio Sanitario público del país de producirse la expansión del COVID-19.
De ahí que un sector de los medios de comunicación británicos se cuestione ahora la gestión del Ejecutivo de Johnson, con preguntas claves, tales como:
“¿Qué tan valiosas son las vidas de las personas vulnerables para quienes tienen autoridad? ¿Y es posible o no, desplegar los recursos de una sociedad para proteger los derechos de todos?”.
El hecho cierto es que, a estas alturas, el panorama en cuanto a una estrategia preventiva frente al coronavirus no ha cambiado esencialmente en el Reino Unido de Boris Johnson. Sólo una de cada 10 residencias de ancianos ha recibido instrucciones especificas de los gestores de Servicio Nacional de Salud, para que procedan a cambiar la normativa precedente en el tratamiento de los ancianos afectados por el Covid 19. Para los españoles, lo que sucede en la Gran Bretaña es un espejo de lo que pasa aquí.
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