
EL PERIÓDICO "EL PAÍS" DESCUBRE 40 AÑOS DESPUÉS, QUE NO HUBO DICTADOR AL QUE JUAN CARLOS I NO ENTREGARA UNA CONDECORACIÓN
¿Qué pretende con este tardío descubrimiento el periódico español que fuera en su día mascarón de proa de la llamada "Monarquía juancarlista"?
Como si se hubiera caído de un guindo, - escribe nuestro colaborador Máximo Relti -el periódico madrileño "El Pais" descubrió repentinamente el pasado domingo que el hoy justamente denostado rey emérito Juan Carlos I, durante su largo reinado tuvo la "gracia" de conceder todo tipo de condecoraciones a los más sangrientos dictadores, Grandes cruces, Collares de Isabel la Católica, etc. etc. ¿Qué pretende ahora "El Pais" con un "gesto" tan manifiestamente extemporáneo?
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Miren ustedes por dónde, el periódico madrileño "El País" descubrió este mismo domingo, 26 de julio de 2020, después de transcuridos 40 años, que el emérito monarca Juan Carlos I, hoy tan justamente denostado por sus variopintas corruptelas, habia condecorado a un sinfín de tiranos y dictadores africanos y latinoamericanos, durante sus largos años de reinado.
Estos dictadores "habían sido el símbolo del terror, la tortura y de la desaparición", consignaba estremecido en su edición dominical el periódico que precisamente más se había batido para que la progresía socialdemócrata española hiciera suyo al monarca y al propio Régimen del 78.
Con tardío e hipócrita estupor, el rotativo creado por Jesús Polanco y Manuel Fraga Iribarne, dos insignes prebostes del aparato ideologico de la dictadura franquista, escribe ahora, "escandalizado", que ha constatado cuatro décadas después que Juan Carlos I había estado condecorando a:
"regímenes que aplastaron a la población civil y tiraron gente viva al mar. Son los ya muertos Jorge Rafael Videla y Gregorio Álvarez en Argentina y Uruguay o el aún dictador Teodoro Obiang en Guinea. Unos y otros, jefes militares todos, tenían y tienen una medalla en común: Juan Carlos I les condecoró con una de las más altas distinciones que ofrece España".
En relación con la condecoración concedida al dictador guineano Teodoro Obiang, presidente de la antigua colonia española, el mismo periódico, como si la empresa editora PRISA se dedicara en aquellos años al exclusivo cultivo de champiñones, añade sorprendido:
"La distinción fue otorgada por el rey Juan Carlos mediante un real decreto publicado el 12 de diciembre de 1979, cuatro meses después del golpe de estado en Guinea Ecuatorial. Por entonces también fueron condecorados otros miembros de la cúpula golpista con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil".
Asimismo, transcurridos nada menos que ocho lustros desde que Juan Carlos concediera el Collar de la Orden de Isabel la Católica al sangriento dictador argentino Jorge Rafael Videla, "El País" descubrió consternado que:
"las relaciones [entre España Argentina] se vieron fortalecidas con el viaje que el monarca había realizado a aquel país en noviembre de 1978. De nada valieron entonces las peticiones de distintas organizaciones de derechos humanos para que no realizara esa visita oficial a la dictadura de Videla, responsable para entonces de miles de desapariciones y torturas"
![[Img #63299]](https://canarias-semanal.org/upload/images/07_2020/5909_videla.jpg)
Pero cuando la zozobra sufrida por el periódico "El Pais" alcanzó límites casi lacrimógenos fue cuando, en un "hallazgo insólito", descubríó que Su Majestad habia concedido collares con la misma categoría jerárquica a un miserable dictador, financiado por los Estados Unidos, que liquidó en la década de los 60 a nada menos que 2 millones de miembros del Partido Comunista de Indonesia, en tan solo unos pocos meses, y sin que como justificacion siquiera mediara enfrentamiento armado alguno con ellos.
"Dos años después, -hace constar hondamente conmovido el matutino madrileño - el monarca español distinguió con ese mismo collar a dictadores de otros lares: el indonesio Suharto, considerado por Transparencia Internacional como el líder más corrupto de la historia moderna, el jeque emiratí Zayed bin Sultán o el emir de Baréin Isa bin Salman Al Jalifa recibieron esa condecoración española".
Y agrega asombrado:
"En 1983 hubo distinciones para el dictador uruguayo Gregorio Álvarez y para el brasileño João Baptista Figueiredo, así como para otro rostro de la represión: el temido Mobutu Sese Seko, dictador de la República de Zaire, [antiguo Congo belga] también figura entre los condecorados ese año por el rey Juan Carlos I".
Como es sabido, el general Mobutu fue un hombre de paja de los intereses colonialistas belgas, franceses y estadounidenses en esa antigua colonia europea. Mobutu fue, además, quien ordenó el asesinato de Patrice Lumunba, el histórico y recordado líder de la independencia del Congo.
Por si fuera poca la "coña marinera" que el periódico español se trajo el pasado domingo, el redactor del artículo se permitió destacar que la llamada "Orden de Isabel la Católica" concedida, había sido instituida por el borbónico rey Fernando VII, más conocido por sus contemporáneos con el sobrenombre de "el rey felón". El cometido de tal condecoración, dice farisaicamente escandalizado "El País", era
"premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación Española con el resto de la Comunidad Internacional".
![[Img #63313]](https://canarias-semanal.org/upload/images/07_2020/4600_pino.jpg)
¿EN QUÉ CERROS SE ENCONTRABA ENTONCES "EL PAÍS"?
Conviene precisar, no obstante, y en aras de la verdad histórica, que no sólo el periódico "El País" recogió estos solemnes eventos sin que se deslizara en ellos la más leve amonestación hacia aquellos actos condecorativos en honor de asesinos y dictadores. Lo hicieron tambien, sin excepción, todos los periódicos y medios de comunicacion españoles. Igualmente una izquierda embobada, y ya perfectamente incrustada en el marco institucional del Régimen del 78, tampoco se atrevió a cuestionar los gestos del monarca . Todo lo contrario. Los galardones otorgados al dictador y asesino congoleño Mobutu Sese Seko y al dictador uruguayo tuvieron lugar durante el primer gobierno de Felipe González. Y las "Ordenes de Isabel la Católica" otorgadas a los dictadores indonesio y argentino, lo fueron bajo los gobiernos de Adolfo Suárez.
¿UN "EL PAIS" TRAVESTIDO?
Pero a estas alturas, cuando ya nos encontramos de vuelta de un cansino vodevil que ha durado nada menos que cuatro décadas, necesitamos preguntarnos a qué vienen estos repentinos e intensos efluvios presuntamente democraticos de un periódico que a lo largo de años se erigió en la biblia de referencia de miles de monárquicos vergonzantes españoles que en privado, solo en privado, se atrevían a confesarte que en el fondo, muy en el fondo de sus supuestamente rojos corazones, conservaban todavia una leve "motita republicana".
Por eso mismo, resulta hoy fácil de entender que el periódico madrileño pretenda con sus severas criticas al monarca desvencijado marcar prudentes distancias con la denominada "monarquía juancarlista", - un artilugio ideológico, por otra parte, manufacturado por ese mismo rotativo- y, de paso, colarnos de matute la nueva version actualizada para el siglo XXI, de la "monarquía felipista", que podrá ser apta también para republicanos vergonzantes.
Lo peor del asunto es que nadie puede garantizar que esta renovada operación dinástico-borbónica pueda considerársela como fracasada de antemano, pues cuenta no solo con los sólidos apoyos de los poderes facticos clásicos de la España de casi siempre - Iglesia, Ejército, Banca, Ibex 35... - así como de los partidos tradicionalmente institucionales, sino también de aquellos otros que sin formalmente haberlo sido, están en velóz trance de convertirse en tales.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Miren ustedes por dónde, el periódico madrileño "El País" descubrió este mismo domingo, 26 de julio de 2020, después de transcuridos 40 años, que el emérito monarca Juan Carlos I, hoy tan justamente denostado por sus variopintas corruptelas, habia condecorado a un sinfín de tiranos y dictadores africanos y latinoamericanos, durante sus largos años de reinado.
Estos dictadores "habían sido el símbolo del terror, la tortura y de la desaparición", consignaba estremecido en su edición dominical el periódico que precisamente más se había batido para que la progresía socialdemócrata española hiciera suyo al monarca y al propio Régimen del 78.
Con tardío e hipócrita estupor, el rotativo creado por Jesús Polanco y Manuel Fraga Iribarne, dos insignes prebostes del aparato ideologico de la dictadura franquista, escribe ahora, "escandalizado", que ha constatado cuatro décadas después que Juan Carlos I había estado condecorando a:
"regímenes que aplastaron a la población civil y tiraron gente viva al mar. Son los ya muertos Jorge Rafael Videla y Gregorio Álvarez en Argentina y Uruguay o el aún dictador Teodoro Obiang en Guinea. Unos y otros, jefes militares todos, tenían y tienen una medalla en común: Juan Carlos I les condecoró con una de las más altas distinciones que ofrece España".
En relación con la condecoración concedida al dictador guineano Teodoro Obiang, presidente de la antigua colonia española, el mismo periódico, como si la empresa editora PRISA se dedicara en aquellos años al exclusivo cultivo de champiñones, añade sorprendido:
"La distinción fue otorgada por el rey Juan Carlos mediante un real decreto publicado el 12 de diciembre de 1979, cuatro meses después del golpe de estado en Guinea Ecuatorial. Por entonces también fueron condecorados otros miembros de la cúpula golpista con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil".
Asimismo, transcurridos nada menos que ocho lustros desde que Juan Carlos concediera el Collar de la Orden de Isabel la Católica al sangriento dictador argentino Jorge Rafael Videla, "El País" descubrió consternado que:
"las relaciones [entre España Argentina] se vieron fortalecidas con el viaje que el monarca había realizado a aquel país en noviembre de 1978. De nada valieron entonces las peticiones de distintas organizaciones de derechos humanos para que no realizara esa visita oficial a la dictadura de Videla, responsable para entonces de miles de desapariciones y torturas"
Pero cuando la zozobra sufrida por el periódico "El Pais" alcanzó límites casi lacrimógenos fue cuando, en un "hallazgo insólito", descubríó que Su Majestad habia concedido collares con la misma categoría jerárquica a un miserable dictador, financiado por los Estados Unidos, que liquidó en la década de los 60 a nada menos que 2 millones de miembros del Partido Comunista de Indonesia, en tan solo unos pocos meses, y sin que como justificacion siquiera mediara enfrentamiento armado alguno con ellos.
"Dos años después, -hace constar hondamente conmovido el matutino madrileño - el monarca español distinguió con ese mismo collar a dictadores de otros lares: el indonesio Suharto, considerado por Transparencia Internacional como el líder más corrupto de la historia moderna, el jeque emiratí Zayed bin Sultán o el emir de Baréin Isa bin Salman Al Jalifa recibieron esa condecoración española".
Y agrega asombrado:
"En 1983 hubo distinciones para el dictador uruguayo Gregorio Álvarez y para el brasileño João Baptista Figueiredo, así como para otro rostro de la represión: el temido Mobutu Sese Seko, dictador de la República de Zaire, [antiguo Congo belga] también figura entre los condecorados ese año por el rey Juan Carlos I".
Como es sabido, el general Mobutu fue un hombre de paja de los intereses colonialistas belgas, franceses y estadounidenses en esa antigua colonia europea. Mobutu fue, además, quien ordenó el asesinato de Patrice Lumunba, el histórico y recordado líder de la independencia del Congo.
Por si fuera poca la "coña marinera" que el periódico español se trajo el pasado domingo, el redactor del artículo se permitió destacar que la llamada "Orden de Isabel la Católica" concedida, había sido instituida por el borbónico rey Fernando VII, más conocido por sus contemporáneos con el sobrenombre de "el rey felón". El cometido de tal condecoración, dice farisaicamente escandalizado "El País", era
"premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación Española con el resto de la Comunidad Internacional".
¿EN QUÉ CERROS SE ENCONTRABA ENTONCES "EL PAÍS"?
Conviene precisar, no obstante, y en aras de la verdad histórica, que no sólo el periódico "El País" recogió estos solemnes eventos sin que se deslizara en ellos la más leve amonestación hacia aquellos actos condecorativos en honor de asesinos y dictadores. Lo hicieron tambien, sin excepción, todos los periódicos y medios de comunicacion españoles. Igualmente una izquierda embobada, y ya perfectamente incrustada en el marco institucional del Régimen del 78, tampoco se atrevió a cuestionar los gestos del monarca . Todo lo contrario. Los galardones otorgados al dictador y asesino congoleño Mobutu Sese Seko y al dictador uruguayo tuvieron lugar durante el primer gobierno de Felipe González. Y las "Ordenes de Isabel la Católica" otorgadas a los dictadores indonesio y argentino, lo fueron bajo los gobiernos de Adolfo Suárez.
¿UN "EL PAIS" TRAVESTIDO?
Pero a estas alturas, cuando ya nos encontramos de vuelta de un cansino vodevil que ha durado nada menos que cuatro décadas, necesitamos preguntarnos a qué vienen estos repentinos e intensos efluvios presuntamente democraticos de un periódico que a lo largo de años se erigió en la biblia de referencia de miles de monárquicos vergonzantes españoles que en privado, solo en privado, se atrevían a confesarte que en el fondo, muy en el fondo de sus supuestamente rojos corazones, conservaban todavia una leve "motita republicana".
Por eso mismo, resulta hoy fácil de entender que el periódico madrileño pretenda con sus severas criticas al monarca desvencijado marcar prudentes distancias con la denominada "monarquía juancarlista", - un artilugio ideológico, por otra parte, manufacturado por ese mismo rotativo- y, de paso, colarnos de matute la nueva version actualizada para el siglo XXI, de la "monarquía felipista", que podrá ser apta también para republicanos vergonzantes.
Lo peor del asunto es que nadie puede garantizar que esta renovada operación dinástico-borbónica pueda considerársela como fracasada de antemano, pues cuenta no solo con los sólidos apoyos de los poderes facticos clásicos de la España de casi siempre - Iglesia, Ejército, Banca, Ibex 35... - así como de los partidos tradicionalmente institucionales, sino también de aquellos otros que sin formalmente haberlo sido, están en velóz trance de convertirse en tales.
Rosa Irene | Miércoles, 05 de Agosto de 2020 a las 21:49:21 horas
Muy bueno el artículo. Desmonta el papel del rotativo "El Pais" y el papel que jugó (y juega) con el alienamiento informativo de la ciudadanía española. Omitiendo, tergiversando, cuando no desinformado para garantiza que todo siga "atado, y bien atado".
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