
EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA FUE FACILITADO POR "LA DERECHIZACIÓN DEL PANORAMA SOCIAL"
Rafael Bautista S. es un pensador y escritor boliviano que dirige el "Taller de la Descolonización"
Según el intelectual boliviano , Rafael Bautista, el golpe de Estado en Bolivia no tuvo como único objetivo el derrocamiento del gobierno de Evo Morales. Manifestó, además, que fue posible gracias a que el MAS que encabezaba Evo Morales optó peligrosamente por los pactos interesados con los grupos de poder (...).
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Rafael Bautista S. es un pensador y escritor boliviano, dirige el Taller de la Descolonización. Autor de más de 20 libros, entre los que se encuentran "El tablero del siglo XXI. Geopolítica des-colonial de un nuevo orden post-occidental", "Para pensar el mundo actual", "América Latina y el Caribe, y la coyuntura boliviana"
En una reciente entrevista realizada en el digital "Correo del AlBa",
este intelectual boliviano sostuvo que el golpe de Estado en Bolivia, cuyos protagonistas controlan hoy el Ejecutivo del país, no tuvo como único objetivo el derrocamiento del gobierno de Evo Morales. Manifestó además
"El objetivo del golpe -mantiene Rafael Bautista- no fue simplemente bajar al Gobierno, sino destruir el carácter plurinacional del Estado boliviano. Es decir, minar definitivamente nuestra soberanía. El “proceso de cambio” era el motor que debía impulsar ese carácter; por eso el objetivo no era acabar con el Evo, sino con lo que él representaba.
El ensañamiento simbólico de la insurrección fascista demostró eso; no fueron episódicas la quema de la wiphala o el actual impedimento, vía “confinamiento”, de celebrar el año nuevo aymara. Por eso no es aventurero señalar que se trata, como también lo delataron los propios golpistas, de una “guerra espiritual”.
La premeditada demolición estructural del Estado que promueven los golpistas busca, en definitiva, el cercenamiento definitivo del espíritu nacional-popular, es decir, acabar con el sujeto plurinacional, lo indígena. Hacer imposible una restauración plurinacional del Estado, significa lo que ya se escucha en boca de los propios golpistas: restituir su fisonomía republicana. En el caso boliviano, en esa fisonomía constitucional se naturalizó el carácter antinacional y antipopular del Estado oligárquico-señorial. En ese sentido, ahora, más que hablar del “proceso de cambio”, sería más adecuado referirse al sujeto plurinacional como el necesario activante histórico-político de una posible restauración nacional-popular que instaure un segundo proceso constituyente de alcances mucho más revolucionarios que el que tuvimos en el periodo 2006-2010".
Más adelante, en otro pasaje de la entrevista, el escritor boliviano opina que el movimiento político MAS representó una determinación política circunstancial, adquirida por el proceso de cambio en marcha, pero que en su dinámica interna, para su desgracia, Terminó desatando enconadas contradicciones internas.
"El MAS fue una determinación política circunstancial que adquirió el “proceso de cambio”, pero, como toda apuesta partidaria, además heredera del nacionalismo movimientista, desató las contradicciones inherentes de la política nacional para su propio infortunio. Esto se vio cuando, desde el interior del Gobierno, se gestaron también las condiciones para la continua transferencia de legitimidad que recibió la derecha para empoderar sus opciones.
Esta transferencia fue producto del vaciamiento simbólico y espiritual del propio proceso, que mermó seriamente las capacidades estratégicas de resistencia popular ante el golpe. Cuando se desplazó al sujeto plurinacional y, en su lugar, se apropió del poder de decisión estatal un sujeto sustitutivo que generó una ortodoxia centralista (que confió demasiado en la lógica instrumental y prebendal de la política tradicional), se creó el escenario preciso para la derechización del panorama urbano-social.
Se fueron abandonando los cambios estructurales necesarios y se fue optando peligrosamente por los pactos interesados con los grupos de poder. La propia complicidad policial y militar en el golpe se puede explicar, en parte, por la ausencia de una política de Estado descolonizadora y antiimperialista de ambos ámbitos estatales".
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Rafael Bautista S. es un pensador y escritor boliviano, dirige el Taller de la Descolonización. Autor de más de 20 libros, entre los que se encuentran "El tablero del siglo XXI. Geopolítica des-colonial de un nuevo orden post-occidental", "Para pensar el mundo actual", "América Latina y el Caribe, y la coyuntura boliviana"
En una reciente entrevista realizada en el digital "Correo del AlBa",
este intelectual boliviano sostuvo que el golpe de Estado en Bolivia, cuyos protagonistas controlan hoy el Ejecutivo del país, no tuvo como único objetivo el derrocamiento del gobierno de Evo Morales. Manifestó además
"El objetivo del golpe -mantiene Rafael Bautista- no fue simplemente bajar al Gobierno, sino destruir el carácter plurinacional del Estado boliviano. Es decir, minar definitivamente nuestra soberanía. El “proceso de cambio” era el motor que debía impulsar ese carácter; por eso el objetivo no era acabar con el Evo, sino con lo que él representaba.
El ensañamiento simbólico de la insurrección fascista demostró eso; no fueron episódicas la quema de la wiphala o el actual impedimento, vía “confinamiento”, de celebrar el año nuevo aymara. Por eso no es aventurero señalar que se trata, como también lo delataron los propios golpistas, de una “guerra espiritual”.
La premeditada demolición estructural del Estado que promueven los golpistas busca, en definitiva, el cercenamiento definitivo del espíritu nacional-popular, es decir, acabar con el sujeto plurinacional, lo indígena. Hacer imposible una restauración plurinacional del Estado, significa lo que ya se escucha en boca de los propios golpistas: restituir su fisonomía republicana. En el caso boliviano, en esa fisonomía constitucional se naturalizó el carácter antinacional y antipopular del Estado oligárquico-señorial. En ese sentido, ahora, más que hablar del “proceso de cambio”, sería más adecuado referirse al sujeto plurinacional como el necesario activante histórico-político de una posible restauración nacional-popular que instaure un segundo proceso constituyente de alcances mucho más revolucionarios que el que tuvimos en el periodo 2006-2010".
Más adelante, en otro pasaje de la entrevista, el escritor boliviano opina que el movimiento político MAS representó una determinación política circunstancial, adquirida por el proceso de cambio en marcha, pero que en su dinámica interna, para su desgracia, Terminó desatando enconadas contradicciones internas.
"El MAS fue una determinación política circunstancial que adquirió el “proceso de cambio”, pero, como toda apuesta partidaria, además heredera del nacionalismo movimientista, desató las contradicciones inherentes de la política nacional para su propio infortunio. Esto se vio cuando, desde el interior del Gobierno, se gestaron también las condiciones para la continua transferencia de legitimidad que recibió la derecha para empoderar sus opciones.
Esta transferencia fue producto del vaciamiento simbólico y espiritual del propio proceso, que mermó seriamente las capacidades estratégicas de resistencia popular ante el golpe. Cuando se desplazó al sujeto plurinacional y, en su lugar, se apropió del poder de decisión estatal un sujeto sustitutivo que generó una ortodoxia centralista (que confió demasiado en la lógica instrumental y prebendal de la política tradicional), se creó el escenario preciso para la derechización del panorama urbano-social.
Se fueron abandonando los cambios estructurales necesarios y se fue optando peligrosamente por los pactos interesados con los grupos de poder. La propia complicidad policial y militar en el golpe se puede explicar, en parte, por la ausencia de una política de Estado descolonizadora y antiimperialista de ambos ámbitos estatales".
Gustavo | Miércoles, 15 de Julio de 2020 a las 20:10:36 horas
Un análisis publicado por el matutino ‘The Washington Post’ concluye que en Bolivia no hubo fraude electoral.
Académicos del Laboratorio de Ciencia y Datos Electorales del MIT concluyen que:
“no hay ninguna evidencia estadística de fraude” y que “el análisis estadístico y las conclusiones de la OEA parecen profundamente defectuosas [serán mentirosas]”.
Medios informativos y comentaristas periodísticos han justificado el golpe como respuesta al supuesto fraude electoral.
- El cabecilla espadón W. Kaliman, previo cobro, una vez cumplida su tarea a los tres días se mudó a los EE.UU.
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