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El presidente de Kosovo Hashim Thaci El presidente de Kosovo Hashim Thaci
Miércoles, 08 de Julio de 2020 Tiempo de lectura:

EL PRESIDENTE DE KOSOVO ACUSADO DE TRÁFICO DE ÓRGANOS

El Tribunal Internacional de La Haya emitió la acusación formal el pasado 24 de junio

En 2008, la fiscal internacional, Carla Del Ponte, acusó al primer ministro de Kosovo y peón de Estados Unidos, Hashim Thaci, de haber aprovechado los bombardeos estadounidenses para asesinar a cientos de personas y vender sus órganos en el mercado internacional de transplantes. Ahora, Thaci y otros nueve ex-miembros del Ejército de Liberación de Kosovo, instrumento de la CIA, podrían responder por estos delitos ante el Tribunal Especial de Guerra de La Haya.

 

 

POR EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

 

 

   Para entender los graves cargos que pesan sobre el mandatario kosovar, Hashim Thaci, es preciso hacer un somero repaso de la guerra de agresión que destruyó Yugoslavia, a la que pertenecía la provincia de Kosovo.

 

 

   Desde 1996 la CIA y otras agencias de inteligencia occidentales operaron bajo cuerda con el Ejército de Liberación de Kosovo (en adelante ELK) para sembrar la violencia y el caos en la región. La CIA descartó a los principales líderes nacionalistas kosovares en favor de delincuentes y contrabandistas de heorína como Thaci y sus compinches, a los que se utilizó como escuadrones de la muerte para asesinar a policías yugoslavos y cualquiera que se les opusiera, fuesen serbios o albanos.

 

 

   Como hizo en tantos otros países desde la década de 1950, la CIA desató una guerra sucia de la que los políticos y medios occidentales culparon a las autoridades yugoslavas. Pero a comienzos de 1998, incluso el enviado de EE.UU, Robert Gelbard llamó al ELKgrupo terrorista” y el Consejo de Seguridad de la ONU condenó sus “actos de terrorismo y todo el apoyo externo de su actividad terrorista en Kosovo, incluyendo financiación, armas y entrenamiento”.

 

 

   En septiembre de 1998, la ONU informaba de que 230.000 civiles habían huido de la guerra civil, mayormente a través de la frontera con Albania, y el Consejo de Seguridad pasó la resolución 1199 que proponía un alto el fuego, la creación de una misión de seguimiento internacional, el retorno de los refugiados y una solución política al conflicto.

 

 

   El nuevo eviado de EE.UU, Richard Holbrooke, convenció al presidente yugoslavo Milosevic para que accediera a un alto el fuego unilateral y la introducción de una Misión de Verificación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

 

 

   Holbrooke persuadió al presidente de la OSCE, el ministro de exteriores polaco Bornislaw Geremek, para que nombrara a William Walker, embajador que había sido de EE.UU en El Salvador durante su guerra civil, para dirigir la Misión de Verificación de Kosovo (en adelante MVK).

 

 

   EE.UU contrató inmediatamente 150 mercenarios para que integrasen el equipo de Walker. Sus 1.380 miembros utilizaron equipos GPS para localizar las infraestructuras civiles y militares de Yugoslavia. El diputado de Walker, Gabriel Keller, ex-embajador francés en Yugoslavia, acusó a Walker de sabotear la MVK y fuentes de la CIA admitieron después que la MVK era un “frente de la CIA” para coordinarse con el ELK.

 

 

   El incidente que desencadenó el bombardeo e invasión de la OTAN fue el enfrentamiento que tuvo lugar en la localidad de Racak, que el ELK había convertido en base desde la cual emboscar a las patrullas de la policía yugoslava y sacar a los escuadrones de la muerte para matar a “colaboradores” locales. En enero de 1999, la policía yugoslava realizó un ataque a esta base, causando la muerte de 43 hombres, una mujer y un muchacho.

 

 

   Tras el enfrentamiento, la policía yugoslava se retiró y el ELK, que reocupó la zona, arregló el escenario para que pareciese que lo que allí se había producido era una matanza de civiles. Cuando William Walker y el equipo de la MVK llegaron a Racak al día siguiente, creyeron la historia de la masacre del ELK y la retransmitieron al mundo, lo que sirvió de justificación para el bombardeo de Yugoslavia y la ocupación militar de Kosovo.

 

 

   Las autopsias realizadas por un equipo internacional de forenses hallaron restos de pólvora en las manos de casi todos los cadáveres hallados en Racak, prueba de que habían disparado armas de fuego. Casi todos habían muerto de múltiples heridas de bala, como en un enfrentamiento armado, no por disparos precisos a modo de ejecución sumaria. Sólo una de las víctimas fue disparada a corta distancia. Pero los resultados finales de las autopsias se publicaron mucho después, y la jefe finlandesa del equipo médico acusó a Walker de presionarle para que los alterara. Dos periodistas franceses y un equipo de cámaras de Associated Press, presentes en la escena de los hechos, desmintieron la versión del ELK y Walker de lo que había pasado en Racak. Sus artículos se publicaron en Le Monde y Le Figaro.

 

 

   La OTAN inmediatamente amenazó con bombardear Yugoslavia, y Francia se ofreció como anfitriona de unas conversaciones de alto nivel. Pero en vez de invitar a los líderes nacionalistas de Kosovo, la Secretaria de Estado de EE.UU, Madelaine Albright, acudió con una delegación dirigida por el comendante Hashim Thace, del ELK, hasta entonces conocido por las autoridades yugoslavas como gangster y terrorista.

 

 

   Albright presentó a ambas partes un borrador de acuerdo que tenía dos partes, civil y militar. La parte civil otorgaba a Kosovo el estatuto de autonomía de Yugoslavia, lo que aceptó la delegación yugoslava. Pero el acuerdo militar habría obligado a aceptar la ocupación militar de la OTAN, no sólo de Kosovo, sino de toda Yugoslavia.

 

 

   Cuando Milosevic rechazó los términos de Albright, EE.UU y la OTAN le acusaron de haber rechazado la paz y aseguraron que la guerra era la única respuesta. No volvieron al Consejo de Seguridad de la ONU para tratar de legitimar su plan, sabiendo muy bien que Rusia, China y otros países se opondrían. Cuando el ministro de exteriores del Reino Unido, Robin Cook, dijo a Albright que el gobierno británico “estaba teniendo problemas con sus diputados” sobre el plan de la OTAN, ella le dijo que “se buscara otros”.

 

 

   En marzo de 1999, el equipo de la MVK se retiró y el bombardeo comenzó. La OTAN mató a miles de civiles en Kosovo y resto de Yugoslavia, bombardeó 19 hospitales, 20 centros de salud, 69 escuelas, 25.000 hogares, varias centrales eléctricas, la televisión nacional, la embajada china en Belgrado y otras legaciones diplomáticas.

 

 

   Tras la invasión de Kosovo, el ejército de EE.UU estableció allí la base militar de Camp Bondsteel, una de las mayores en territorio europeo. El Comisionado para los Derechos Humanos Europeos, Álvaro Gil Robles, la visitó en 2002 y la definió como “una versión más pequeña de Guantánamo”, poniendo en evidencia que era un agujero negro de la CIA para la detención ilegal y tortura.

 

 

   Finalizada la guerra, el gobierno de Kosovo quedó en manos del ELK. Camp Bondsteel se convirtió en la mayor fuente de empleo de la provincia, y los contratistas del ejército de EE.UU también enviaron kosovares a trabajar en Afganistán e Irak.

 

 

   En 2007, una agencia de inteligencia militar de Alemania describía a Kosovo como una “sociedad Mafia”, cuyo estado había sido capturado por criminales. El informe emitido ponía a Hashim Thaci, entonces líder del Partido Demócrata, como ejemplo de “los estrechos lazos entre la clase criminal dominante y quienes toman las decisiones políticas”. En 2008, el 80 por ciento del comercio de heroína de Europa estaba controlado por las bandas de kosovares. Además, la presencia de miles de soldados de EE.UU y la OTAN hizo que crecieran exponencialmente la prostitución y el tráfico sexual, también controlado por la nueva clase dominante de Kosovo.

 

 

   En 2008, Thaci fue elegido Primer Ministro y Kosovo declaró unilateralmente la independencia de Serbia. EE.UU y 14 aliados reconocieron inmediatamente el nuevo estatuto, a quienes después se sumaron otros 97 países, casi la mitad de los existentes en el mundo. Pero ni Serbia ni la ONU han reconocido esta independencia, por lo que Kosovo ha quedado en un limbo diplomático.

 

 

   En 2019, el PIB per cápita de Kosovo era de sólo 4.458 dólares, inferior al de cualquier otro país europeo excepto Moldavia y la Ucrania posterior al golpe de Estado Otanista.

 

 

   Cuando el Tribunal de La Haya reveló los cargos contra Thaci el 24 de junio, este se hallaba de camino a Washington para reunirse con Trump y el presidente Vucic de Serbia. Al llegarle la noticia, Thaci se dio media vuelta y la reunión fue cancelada.

 

 

   La acusación de asesinato y tráfico de órganos contra Thaci la hizo primero la fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia, Carla Del Ponte, en 2008. En un libro que escribió despues de dejar el cargo, Del Ponte reveló que a este tribunal se le impidió cursar los cargos contra Thaci y sus colaboradores porque ni la OTAN, la la Misión de la ONU para Kosovo se prestaron a cooperar.

 

 

   Human Rights Watch y la BBC investigaron las alegaciones de Del Ponte y hallaron pruebas de que Thaci y sus compinches asesinaron a 400 prisioneros, la mayoría serbios, durante los bombardeos de la OTAN en 1999. Los supervivientes dieron una descripción de los campos de prisioneros de Albania donde se les torturaba y asesinaba, una casa amarilla donde se les extraían los órganos a los cadáveres y una fosa común cercana.

 

 

   El investigador del Consejo de Europa, Dick Marty, entrevistó a varios testigos, recogió pruebas y publicó un informe, que el Consejo de Europa aprobó en enero de 2011, pero hasta 2015 el parlamento de Kosovo no dio el visto bueno a que el caso pasara por el Tribunal Especial de La Haya. En 2017, el Fiscal Especial de Kosovo comenzó a trabajar. Ahora los jueces tienen seis meses para revisar los cargos del fiscal y decidir si debe seguirse con el juicio.

 

 

 

 

Fuente:

https://www.globalresearch.ca/us-ally-indicted-organ-trade-murder-scheme/5717900

 
 
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