PAREMOS LA OFENSIVA ISRAELÍ SOBRE CISJORDANIA
Sólo la solidaridad internacional puede disuadir a Israel de poner en marcha su criminal plan de anexión
Estos días en que las justas protestas en Estados Unidos por el asesinato policial de George Floyd están convulsionando al país y han producido réplicas solidarias en otras capitales del mundo, es también de justicia que alcemos la voz contra la represión sistemática que el gobierno de Israel ejerce sobre el pueblo palestino -cuyos civiles son asesinados a diario- y, sobre todo, contra su inminente plan de anexión de la ocupada Cisjordania.
POR EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado viernes 4 de junio se conmemoraba el día de la Naksa, la devastadora guerra que Israel inició en 1967 y resultó en la ocupación militar de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén. Si aquel acto de agresión, que costó muchas vidas y creó centenares de miles de refugiados palestinos, fue producto de una “oportunidad aprovechada” por el ejército israelí, ahora -53 años después- el primer ministro Benjamin Netanyahu ha prometido que el próximo mes de julio aprovechará otra “histórica oportunidad” para que el Estado sionista de Israel se anexione formalmente grandes zonas de la ocupada Cisjordania. El ejército israelí ya está comenzando los preparativos.
El anuncio de este plan de anexión ha suscitado la protesta de políticos y agencias internacionales: Reino Unido, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Irlanda, Jordania, los países del Golfo, China y Rusia están entre los que ya han declarado su oposición a dicho plan. El enviado especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, ha exigido a Israel “abandonar las amenazas de anexión”, que -avisa- si van adelante, sería la violación “más grave” de la legalidad internacional. Hasta el Vaticano se ha pronunciado contra el plan de Israel.
Por desgracia, sabemos que todos estos pronunciamientos son lo mismo que el perro que ladra mucho pero no muerde. Israel lleva más de medio siglo violando todas las legalidades posibles con total impunidad, gracias a que su gran aliado, Estados Unidos, veta cualquier tipo de intento de sanción en el Consejo de Seguridad de la ONU, y es por tanto cómplice directo de todos los crímenes que el Estado sionista de Israel ha cometido y sigue cometiendo contra el pueblo palestino y sus derechos.
Nada, ni siquiera la nutrida manifestación de judíos y árabes que este sábado pasado tuvo lugar en la propia capital de Israel, Tel Aviv, en protesta por el plan de anexión, disuaden al gobierno israelí de llevar adelante su criminal intentona, de la que cada vez se conocen más detalles.
El gobierno de Israel pretende dejar sin derechos de ciudadanía a los palestinos que viven en las zonas incluidas en la anexión -un 30 por ciento de lo que queda de Cisjordania (salvo Jerusalén Este), que tendrán que seguir contentándose con derechos de segunda o tercera clase. Israel también evitará cualquier contacto con los grandes núcleos de población palestinos, dejando algunos de ellos totalmente rodeados de lo que se convertiría en territorio soberano de Israel. Todo esto es equivalente a una declaración de guerra, como dijo recientemente el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Riad Maliki, en rueda de prensa en la Oficina de la ONU en Ginebra.
Israel confía en sus planes porque goza del apoyo de Washington. El gobierno israelí ha dejado claro que la anexión pendiente seguirá las líneas del llamado “Acuerdo del Siglo” o “plan de paz de Trump”, diseñado por su yerno Jared Kushner.
A Israel no le importa que el mundo se agite contra sus planes. Lo único que le preocupa es la opinión de EE.UU y que esta no cambie. El candidato demócrata la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, quiere presionar a Israel para que no tome ninguna acción que “haga imposible la solución de los dos Estados”. Pero esto es mera propaganda electoral, ya que los dos partidos que gobiernan el régimen estadounidense coinciden, de facto, en su incondicional apoyo al Estado sionista de Israel.
Por consiguiente, sólo cabe que sea la ciudadanía de todos los países quienes apoyemos la campaña de Boicot a los productos de Israel, especialmente de sus asentamientos ilegales, y presionemos a nuestros gobiernos para que impongan embargos y sanciones económicas del tipo de las que -obedeciendo el dictado de Washington- aplican a otros países que no han violado ninguna ley internacional.
Ante este nuevo atropello al pueblo palestino,exige a nuestros gobiernos y representantes políticos que:
• Se prohíba el comercio de armas y la cooperación en materia de seguridad militar con Israel.
•Se suspendan los acuerdos de libre comercio con Israel.
• Se prohíba el comercio con los asentamientos ilegales israelíes y se garantice que las empresas no lleven a cabo ningún tipo de actividad en los asentamientos ilegales israelíes
• Se garantice que las personas y las empresas responsables de crímenes de guerra o de crímenes de lesa humanidad en el contexto del régimen de ocupación ilegal y de apartheid israelí sean llevadas ante la justicia.
Para adherirse a la campaña Dale ALAS a Palestina #AnteLaAnexionSancion:
https://boicotisrael.net/bds/dale-alas-a-palestina-antelaanexionsancion/
POR EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado viernes 4 de junio se conmemoraba el día de la Naksa, la devastadora guerra que Israel inició en 1967 y resultó en la ocupación militar de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén. Si aquel acto de agresión, que costó muchas vidas y creó centenares de miles de refugiados palestinos, fue producto de una “oportunidad aprovechada” por el ejército israelí, ahora -53 años después- el primer ministro Benjamin Netanyahu ha prometido que el próximo mes de julio aprovechará otra “histórica oportunidad” para que el Estado sionista de Israel se anexione formalmente grandes zonas de la ocupada Cisjordania. El ejército israelí ya está comenzando los preparativos.
El anuncio de este plan de anexión ha suscitado la protesta de políticos y agencias internacionales: Reino Unido, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Irlanda, Jordania, los países del Golfo, China y Rusia están entre los que ya han declarado su oposición a dicho plan. El enviado especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, ha exigido a Israel “abandonar las amenazas de anexión”, que -avisa- si van adelante, sería la violación “más grave” de la legalidad internacional. Hasta el Vaticano se ha pronunciado contra el plan de Israel.
Por desgracia, sabemos que todos estos pronunciamientos son lo mismo que el perro que ladra mucho pero no muerde. Israel lleva más de medio siglo violando todas las legalidades posibles con total impunidad, gracias a que su gran aliado, Estados Unidos, veta cualquier tipo de intento de sanción en el Consejo de Seguridad de la ONU, y es por tanto cómplice directo de todos los crímenes que el Estado sionista de Israel ha cometido y sigue cometiendo contra el pueblo palestino y sus derechos.
Nada, ni siquiera la nutrida manifestación de judíos y árabes que este sábado pasado tuvo lugar en la propia capital de Israel, Tel Aviv, en protesta por el plan de anexión, disuaden al gobierno israelí de llevar adelante su criminal intentona, de la que cada vez se conocen más detalles.
El gobierno de Israel pretende dejar sin derechos de ciudadanía a los palestinos que viven en las zonas incluidas en la anexión -un 30 por ciento de lo que queda de Cisjordania (salvo Jerusalén Este), que tendrán que seguir contentándose con derechos de segunda o tercera clase. Israel también evitará cualquier contacto con los grandes núcleos de población palestinos, dejando algunos de ellos totalmente rodeados de lo que se convertiría en territorio soberano de Israel. Todo esto es equivalente a una declaración de guerra, como dijo recientemente el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Riad Maliki, en rueda de prensa en la Oficina de la ONU en Ginebra.
Israel confía en sus planes porque goza del apoyo de Washington. El gobierno israelí ha dejado claro que la anexión pendiente seguirá las líneas del llamado “Acuerdo del Siglo” o “plan de paz de Trump”, diseñado por su yerno Jared Kushner.
A Israel no le importa que el mundo se agite contra sus planes. Lo único que le preocupa es la opinión de EE.UU y que esta no cambie. El candidato demócrata la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, quiere presionar a Israel para que no tome ninguna acción que “haga imposible la solución de los dos Estados”. Pero esto es mera propaganda electoral, ya que los dos partidos que gobiernan el régimen estadounidense coinciden, de facto, en su incondicional apoyo al Estado sionista de Israel.
Por consiguiente, sólo cabe que sea la ciudadanía de todos los países quienes apoyemos la campaña de Boicot a los productos de Israel, especialmente de sus asentamientos ilegales, y presionemos a nuestros gobiernos para que impongan embargos y sanciones económicas del tipo de las que -obedeciendo el dictado de Washington- aplican a otros países que no han violado ninguna ley internacional.
Ante este nuevo atropello al pueblo palestino,exige a nuestros gobiernos y representantes políticos que:
• Se prohíba el comercio de armas y la cooperación en materia de seguridad militar con Israel.
•Se suspendan los acuerdos de libre comercio con Israel.
• Se prohíba el comercio con los asentamientos ilegales israelíes y se garantice que las empresas no lleven a cabo ningún tipo de actividad en los asentamientos ilegales israelíes
• Se garantice que las personas y las empresas responsables de crímenes de guerra o de crímenes de lesa humanidad en el contexto del régimen de ocupación ilegal y de apartheid israelí sean llevadas ante la justicia.
Para adherirse a la campaña Dale ALAS a Palestina #AnteLaAnexionSancion:
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