UN PLAN PARA EL CONTROL MILITARIZADO DE LA POBLACIÓN
Propuesta de la Fundación Rockefeller (EE.UU) con la pandemia como excusa
La Fundación Rockefeller, históricamente vinculada al Estado federal estadounidense, acaba de presentar un plan nacional para controlar la epidemia de coronavirus. Propone aplicar análisis de búsqueda del virus a 30 millones de personas cada día. El Estado correría con los gastos y los estadounidenses serían sometidos a un estricto control militar.
POR CLARA LÓPEZ GONZÁLEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La Fundación Rockefeller ha presentado un Plan de Acción Nacional para el Control del Covid-19, que propone una serie de “pasos pragmáticos para reabrir nuestros centros de trabajo y nuestras comunidades”.
Ese Plan, a pesar de su título, no plantea simplemente medidas sanitarias. Varias de las más prestigiosas universidades (Harvard, Yale y Johns Hopkin) han participado en su elaboración y es el preludio de un auténtico modelo social jerarquizado y militarizado. En la cumbre está el Consejo de Control de la Pandemia, análogo al Consejo de Producción de Guerra que Estados Unidos creó durante la II Guerra Mundial.
En ese Consejo figurarían “líderes del mundo de los negocios, del gobierno y del mundo universitario”, en ese mismo orden de importancia y poniendo en primera línea, no a los representantes del gobierno, sino a los del mundo de las finanzas y la economía.
Ese Consejo supremo tendría el poder de decidir qué se produce y qué servicios se prestan, gozando de una autoridad similar a la que se confiere en tiempo de guerra al presidente de Estados Unidos en la actual Ley para la Producción de la Defensa. El Plan propuesto prevé que se deben realizar tests de verificación del Covid-19 a 3 millones de estadounidenses a la semana, pero que la cantidad de los verificados semanalmente debe elevarse a 30 millones en 6 meses. El objetivo sería alcanzar en un año la capacidad necesaria para realizar tests a 30 millones de personas al día.
Según el Plan, cada persona sometida al test recibiría “un reembolso adecuado a un precio de mercado de 100 dólares”. Ello significa que se invertirían, en dinero procedente de los fondos públicos, “miles de millones de dólares cada mes”.
La Fundación Rockefeller y sus socios financieros contribuirían a la creación de una red encargada de proporcionar crédito y garantizar la firma de contratos con los proveedores, o sea, con las grandes empresas productoras de medicamentos y equipamiento sanitario. Según el Plan, el Consejo de Control de la Pandemia estaría, además, autorizado a crear un “Cuerpo de Respuesta a la Pandemia”, o sea, una fuerza especial que, no por casualidad, el Plan denomina “Cuerpo" (en inglés Corp), como el Marine Corp o Cuerpo de Marines. Ese “Cuerpo” contaría con entre 100.000 y 300.000 efectivos reclutados entre los miembros de los actuales Peace Corps (Cuerpos de Paz) y los AmeriCorps, creados por el gobierno de Estados Unidos para, oficialmente, “ayudar a los países en vías de desarrollo”, así como entre los militares de la Guardia Nacional.
Los miembros del Cuerpo de Respuesta a la Pandemia recibirían un salario medio bruto de $40.000 anuales, para lo cual se prevé un gasto público de $4.000 a $12.000 millones. El “Cuerpo" tendría como principal tarea garantizar el control de la población mediante técnicas de tipo militar, utilizando sistemas de seguimiento e identificación en los centros de trabajo y estudio, en los barrios, locales públicos y durante los desplazamientos. La Fundación Rockefeller recuerda que Apple, Google y Facebook ya disponen de sistemas que permiten realizar este tipo de trabajo.
Según el Plan, las informaciones sobre cada individuo, su estado de salud y actividades serían confidenciales... “en la medida de lo posible”. Pero se guardarían en una plataforma digital centralizada, cuya gestión conjunta estaría en manos del Estado Federal y ciertas empresas privadas.
Los datos proporcionados por el Consejo de Control de la Pandemia serían utilizados para decidir periódicamente qué zonas serían sometidas a medidas de confinamiento y por cuánto tiempo.
Esto es, a grandes rasgos, lo que plantea el Plan que la Fundación Rockefeller pretende instaurar en Estados Unidos, así como en otros lugares. Su aplicación, aunque fuese sólo parcial, daría lugar a una concentración de poder económico y político más estrecha que la actual, en detrimento de una creciente mayoría que se vería privada de sus derechos democráticos fundamentales.
Y toda esa operación se desarrolla invocando la necesidad de “controlar el Covid-19”, cuya tasa de mortalidad -según datos oficiales- se sitúa hasta ahora por debajo del 0,03% de la población estadounidense. El Plan de la Fundación Rockefeller utiliza el virus como un arma, de forma más peligrosa que el riesgo que el Covid-19 puede representar para la salud humana.
La Fundación Rockefeller está presidida por el doctor Rajiv Shah, un alto funcionario estadounidense especializado en la manipulación de “ayudas humanitarias” como instrumentos de presión política. El doctor Shah fue director del programa ecologista de la Fundación Bill y Melinda Gates -al parecer involucrada en el Plan- en África, antes de que Hillary Clinton lo pusiera a la cabeza de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Fuente:
Manlio Dinucci:
https://www.globalresearch.ca/usa-plan-militarized-control-population/5713839
y https://www.voltairenet.org/article209947.html
POR CLARA LÓPEZ GONZÁLEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La Fundación Rockefeller ha presentado un Plan de Acción Nacional para el Control del Covid-19, que propone una serie de “pasos pragmáticos para reabrir nuestros centros de trabajo y nuestras comunidades”.
Ese Plan, a pesar de su título, no plantea simplemente medidas sanitarias. Varias de las más prestigiosas universidades (Harvard, Yale y Johns Hopkin) han participado en su elaboración y es el preludio de un auténtico modelo social jerarquizado y militarizado. En la cumbre está el Consejo de Control de la Pandemia, análogo al Consejo de Producción de Guerra que Estados Unidos creó durante la II Guerra Mundial.
En ese Consejo figurarían “líderes del mundo de los negocios, del gobierno y del mundo universitario”, en ese mismo orden de importancia y poniendo en primera línea, no a los representantes del gobierno, sino a los del mundo de las finanzas y la economía.
Ese Consejo supremo tendría el poder de decidir qué se produce y qué servicios se prestan, gozando de una autoridad similar a la que se confiere en tiempo de guerra al presidente de Estados Unidos en la actual Ley para la Producción de la Defensa. El Plan propuesto prevé que se deben realizar tests de verificación del Covid-19 a 3 millones de estadounidenses a la semana, pero que la cantidad de los verificados semanalmente debe elevarse a 30 millones en 6 meses. El objetivo sería alcanzar en un año la capacidad necesaria para realizar tests a 30 millones de personas al día.
Según el Plan, cada persona sometida al test recibiría “un reembolso adecuado a un precio de mercado de 100 dólares”. Ello significa que se invertirían, en dinero procedente de los fondos públicos, “miles de millones de dólares cada mes”.
La Fundación Rockefeller y sus socios financieros contribuirían a la creación de una red encargada de proporcionar crédito y garantizar la firma de contratos con los proveedores, o sea, con las grandes empresas productoras de medicamentos y equipamiento sanitario. Según el Plan, el Consejo de Control de la Pandemia estaría, además, autorizado a crear un “Cuerpo de Respuesta a la Pandemia”, o sea, una fuerza especial que, no por casualidad, el Plan denomina “Cuerpo" (en inglés Corp), como el Marine Corp o Cuerpo de Marines. Ese “Cuerpo” contaría con entre 100.000 y 300.000 efectivos reclutados entre los miembros de los actuales Peace Corps (Cuerpos de Paz) y los AmeriCorps, creados por el gobierno de Estados Unidos para, oficialmente, “ayudar a los países en vías de desarrollo”, así como entre los militares de la Guardia Nacional.
Los miembros del Cuerpo de Respuesta a la Pandemia recibirían un salario medio bruto de $40.000 anuales, para lo cual se prevé un gasto público de $4.000 a $12.000 millones. El “Cuerpo" tendría como principal tarea garantizar el control de la población mediante técnicas de tipo militar, utilizando sistemas de seguimiento e identificación en los centros de trabajo y estudio, en los barrios, locales públicos y durante los desplazamientos. La Fundación Rockefeller recuerda que Apple, Google y Facebook ya disponen de sistemas que permiten realizar este tipo de trabajo.
Según el Plan, las informaciones sobre cada individuo, su estado de salud y actividades serían confidenciales... “en la medida de lo posible”. Pero se guardarían en una plataforma digital centralizada, cuya gestión conjunta estaría en manos del Estado Federal y ciertas empresas privadas.
Los datos proporcionados por el Consejo de Control de la Pandemia serían utilizados para decidir periódicamente qué zonas serían sometidas a medidas de confinamiento y por cuánto tiempo.
Esto es, a grandes rasgos, lo que plantea el Plan que la Fundación Rockefeller pretende instaurar en Estados Unidos, así como en otros lugares. Su aplicación, aunque fuese sólo parcial, daría lugar a una concentración de poder económico y político más estrecha que la actual, en detrimento de una creciente mayoría que se vería privada de sus derechos democráticos fundamentales.
Y toda esa operación se desarrolla invocando la necesidad de “controlar el Covid-19”, cuya tasa de mortalidad -según datos oficiales- se sitúa hasta ahora por debajo del 0,03% de la población estadounidense. El Plan de la Fundación Rockefeller utiliza el virus como un arma, de forma más peligrosa que el riesgo que el Covid-19 puede representar para la salud humana.
La Fundación Rockefeller está presidida por el doctor Rajiv Shah, un alto funcionario estadounidense especializado en la manipulación de “ayudas humanitarias” como instrumentos de presión política. El doctor Shah fue director del programa ecologista de la Fundación Bill y Melinda Gates -al parecer involucrada en el Plan- en África, antes de que Hillary Clinton lo pusiera a la cabeza de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Fuente:
Manlio Dinucci:
https://www.globalresearch.ca/usa-plan-militarized-control-population/5713839
y https://www.voltairenet.org/article209947.html
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