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Jueves, 30 de Abril de 2020 Tiempo de lectura:

PRIMERO DE MAYO: DÍA DEL TRABAJO

Impidamos el robo de nuestros derechos como clase trabajadora

Nos ha llegado a la redacción de Canarias Semanal el manifiesto del Espacio de Encuentro Comunista para este 1 de Mayo de 2020. En el resumen que ofrecemos a continuación se identifican los principales problemas que nos acucian como clase trabajadora en el marco español y europeo, y se invita a la organización unitaria para parar la ofensiva del capital en esta crisis capitalista precipitada por la pandemia (...).

   ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA (EEC)

 

 

 

   Este 1 de Mayo de 2020 se presenta en medio de un panorama sombrío para la clase trabajadora mundial, porque nos mantiene preocupados por nuestra salud y la de nuestra familia, aunque somos conscientes de que los efectos de esta enfermedad escapan por completo del ámbito de la salud individual. La necesidad de frenar la pandemia ha afectado a una economía que presentaba problemas previos.

 

 

   En un mundo regido por las leyes del modo de producción capitalista, solo en base a estas leyes podremos explicar tanto la gestión política realizada hasta el momento, como el desarrollo futuro de lo que ya es una crisis económica y social capitalista. De ahí -sostiene el EEC- que nuestro punto de partida sea la clase social y que hablemos como clase trabajadora.

 

 

   Clase trabajadora y salario

 


 

   Somos clase trabajadora porque para sobrevivir necesitamos vender nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario (lo cual incluye a asalariados de todos los niveles, autónomos dependientes y falsos autónomos, riders, fijos, temporales, a tiempo parcial, desempleados, etc.). El capital es la otra clase protagonista en este modo de producción. Si nos paga un salario que cubre el valor de nuestra fuerza de trabajo de un mes es porque creamos en la práctica más valor del que nos permite reproducirnos ese mes. Es decir, el capitalista pone los medios de producción solo en la medida en que espera encontrar un beneficio en la diferencia entre la venta de lo que producimos y lo que él/ella nos paga. Hablamos, pues, de que cualquier salario es una relación de explotación.

 

 

   Tipos de salario

 

 

   Desde hace doscientos años los trabajadores hemos peleado por conseguir mejoras salariales. Desde muy pronto se hizo patente que la única manera de conseguirlas era pelear unidos. Es decir, organizarnos como clase trabajadora.

 

 

   Con esas luchas los trabajadores no solo hemos logrado mejoras en el salario directo, que es el que nos pagan en efectivo a fin de mes. También hemos conseguido en algunos países que se nos pague una parte del salario en forma de prestaciones socializadas para toda la clase. De esta forma, hay dos componentes más del salario que debemos tener en cuenta:

 

 

   1- El salario indirecto: el que nos pagan en forma de productos o servicios que necesitamos en determinamos momentos de nuestra vida (educación pública, sanidad, ayudas a la vivienda, servicios sociales, etc.).

 

   2- El salario diferido: el que toda la clase trabajadora paga a aquellos que no pueden trabajar. Son las pensiones de nuestros mayores y la paga de desempleo cuando nos quedamos sin trabajo.

 

 

   Salarios directo, indirecto y diferido son salario, y por tanto el capitalista los considera detraídos de su beneficio. Por eso los tres componentes del salario están en disputa permanente entre las dos clases.

 

 

   La lucha se recrudece en los últimos cuarenta años

 

 

   A partir de la década de 1970, se le ha hecho más difícil al capital mantener la tasa de beneficios, que había sido particularmente alta desde la salida de la guerra mundial. Comienza así un período en el que el capital tiene que aumentar la explotación para mantener los beneficios.

 

 

   El ataque se desarrolla contra el salario en todas sus formas, para lo cual se necesita quebrar la organización de los trabajadores. La concertación, el diálogo social y los “intereses comunes” desmontan la lucha consciente de la clase trabajadora. Para bajar el salario directo se hace uso de la inflación, de la presión del paro, de la precarización, de la amenaza de la deslocalización, la represión política y sindical, etc. Por su parte, los salarios indirecto y diferido se cercan desde varios frentes.

 

 

   El ataque a los servicios públicos, el subsidio de desempleo y las pensiones

 

 

   Para el capital estos tres conceptos son el diablo. No solo son partes del salario que les gustaría eliminar porque resta a su beneficio, sino que, además, su gestión por parte del Estado hace que las cantidades que se mueven en estos sectores no se gestionen como capital que rinde beneficios. Su deseo sería que todos los servicios públicos que no son necesarios para el funcionamiento de la máquina social capitalista fuesen comprados en el mercado por quien los pueda pagar, es decir, mercantilizarlos.

 

 

   El subsidio de desempleo ni siquiera podría tener este tratamiento, ya que en el capitalismo el trabajo no es un derecho. Pagar a quien se queda en paro carece de toda lógica para los capitalistas, pues evita que ese trabajador vuelva al mercado laboral a aceptar la miseria que quieran ofrecerle, es decir, impide también la bajada del salario directo.

 

 

   Por eso desde la recomposición del capitalismo español tras la muerte de Franco, todos los gobiernos sin distinción han avanzado en una destrucción sistemática de los derechos laborales y sociales que el capital tuvo que ceder antes de que los Pactos de la Moncloa desactivaran la organización obrera. Esta destrucción implica facilitar el despido y la temporalidad (reducción de salario directo), dificultar el acceso al desempleo, reducir su cuantía y duración, endurecer el cómputo de la pensión y subir la edad de acceso (reducción de salario diferido), avanzar en la mercantilización de la universidad, en la educación concertada, en la privatización de la sanidad, el copago farmacéutico, la amortización de plazas de funcionarios, etc (reducción del salario indirecto).

 

 

   Allí donde la mercantilización completa del antiguo servicio público es imposible, la solución de compromiso pasa por la titularidad pública y la gestión privada, ya sea en la sanidad, en la escuela concertada, en el SEPE gestionado por ETTs, etc.1

 

 

   La anestesia del diálogo entre clases

 

 

   Para que este proceso manifiestamente contrario a los intereses de los trabajadores se haya podido llevar a cabo, ha sido necesario convencer a los perjudicados de que a) no hay otra alternativa, y b) debían aceptar la sustitución de su propia organización autónoma de clase por el diálogo “ciudadano” y la persecución de unos supuestos “intereses comunes”.

 

 

   Entramos así en un proceso de cuatro décadas en las que se desmantela la industria, se privatizan las empresas públicas, se eliminan las protecciones en la contratación y el despido, se condenan las pensiones en el Pacto de Toledo, se firma la ley 15/97 de gestión privada de la sanidad o se entra en una moneda común con economías más fuertes porque, indudablemente, iba a “servir para igualar a los ciudadanos europeos”.

 

 

   En todas estas propuestas tramposas participó activamente el PSOE. En la mayoría de ellas se contó con la aquiescencia, si no el apoyo, de los sindicatos de concertación. En todas ellas el preámbulo de la ley correspondiente anunciaba los mayores disfrutes para los trabajadores, y en todas ellas hemos acabado más hundidos tras el paso de unos pocos años.

 

 

   Las últimas vías de destrucción de derechos laborales

 

 

   Y es que nos dejamos engañar si creemos que es una cuestión de gestión “neoliberal” o “socialdemócrata”, pues en todo Occidente se han sucedido gobiernos adscritos más o menos abiertamente a ambas corrientes que han actuado según las mismas líneas maestras, incluso con el apoyo del contrario en la oposición. En realidad, se trata de que el capital necesita aumentar sus beneficios y el Estado burgués está precisamente para garantizar que eso sea posible.

 

 

   Si los nuevos modelos de negocio solo se pueden sustentar en el trabajo carente por completo de derechos -es decir, en la sobre-explotación-, como el que aplican las plataformas de reparto a los riders, el Estado opta por el “dejar hacer” y observar, alegando que hay que dejar espacio a las experimentaciones que hacen más competitivo el mercado.

 

 

   La penúltima ofensiva del capital se está gestando en estos momentos, y su pretensión es desembarazarse de una vez por todas de los últimos restos de protecciones ligadas al trabajo. Y lo que es peor, esta vez se intenta suprimir la propia idea de que puedan existir beneficios ligados a ser trabajador. Estamos hablando de la separación de fuentes, de la Mochila Austriaca y del Ingreso Mínimo Vital.

 

 

   La separación de fuentes entre prestaciones contributivas y no contributivas se hará con la excusa de que la Seguridad Social saldrá de números rojos, unos números rojos en los que la metieron ellos mismos con el Pacto de Toledo, las rebajas en las cotizaciones y la subvención a las empresas. Los perceptores de prestaciones no contributivas (cada vez más según se precarizan las relaciones laborales) van a ser transformados con esta separación en unos “vagos que quieren vivir de los impuestos de los demás”.

 

 

   La Mochila Austriaca privatiza en forma de seguro la prestación por desempleo y la pensión. Ambos conceptos pasan a ser una responsabilidad del individuo, y dejan de ser protecciones conseguidas por y para la clase. Si una crisis prolongada o un revés vital te hacen agotar la cobertura del seguro, la sociedad no tiene ninguna responsabilidad contigo.

 

 

   Para evitar la caída masiva en la indigencia como consecuencia de los procesos expuestos, se crea el Ingreso Mínimo Vital. Su dotación no está ligada a un derecho de clase, sino que es una medida “humanitaria” que cualquier gobierno puede decidir bajar o incluso suprimir.2


 

   Defendemos el trabajo y la conquista de derechos, no la caridad laica

 

 

   Los trabajadores no podemos tragarnos estas mentiras una vez más. Lo que están intentado es eliminar el salario diferido, es decir, el que nos protege ante el desempleo y asegura unos ingresos durante la vejez; unas conquistas que costaron más de cien años y por las que pelearon millones de trabajadores. Para conseguirlo van a intentar dividirnos, tratarán de convencernos de que no hay para todos, nos dirán que quieren garantizar la seguridad de los que contribuyen frente a los inconscientes, de los que trabajan frente a los que prefieren vivir de las ayudas, etc.

 

 

   Pero esta vez la apuesta es más ambiciosa. La estrategia con la que han hecho aparecer en escena el Ingreso Mínimo Vital, a partir de la discusión sobre la Renta Básica, les permite asociar la miseria del primero con el utopismo ciudadanista del segundo. A partir de ahora las prestaciones que no estén incluidas en el seguro individual de la Mochila Austriaca dejarán de ser un derecho colectivo de los trabajadores para convertirse en una mera medida de gracia que otorga el Estado a los menesterosos.

 

 

   Convierten así las crisis capitalistas y el paro estructural de su sistema en desgracias naturales, al trabajador desempleado en un simple pobre, los derechos en caridad laica.

 

 

   Hemos empezado diciendo que el salario es explotación. Como comunistas, luchamos por la abolición del trabajo asalariado, pero sabemos que mientras continuemos insertos en el modo de producción capitalista tenemos que pelear cada día por defender y aumentar nuestro salario, así como los derechos conquistados (para entender tanto la necesidad como las limitaciones de esta lucha económica, recomendamos la lectura de “Salario, Precio y Ganancia”, de Karl Marx, especialmente el capítulo XIV).

 

 

   Para poder afrontar esta pelea, la única vía es tomar conciencia de que somos trabajadores; ni clase media, ni ciudadanos, ni siquiera nacionales de tal o cual país. Tenemos unos intereses comunes como trabajadores, e irreconciliables con los intereses del capital, independientemente de que este último opte por la apertura globalizadora o por el repliegue nacionalista según su interés. Nuestra fuerza nos la da el estar unidos y organizados como clase. Una organización cuya necesidad puede resultar evidente en el plano económico-sindical, sí, pero que también debe desarrollarse en el ámbito socio-político, sin que éste deba confundirse con el parlamentario. Eso fue lo que permitió arrancar en momentos mucho más duros que estos las conquistas que ahora nos quieren quitar. Eso es lo que nos recuerda este y todos los primeros de mayo.

 

 

   No os lamentéis, organizaos

 

 

Se puede consultar el texto íntegro en:

https://encuentrocomunista.org/articles/primero-de-mayo-dia-del-trabajo/

1Puedes acceder a una descripción de este proceso en nuestro documento:

https://encuentrocomunista.org/articles/documento-sobre-la-situacion-del-trabajo-en-2019/

2Puedes aprender más sobre estas medidas y sus consecuencias en nuestro documento:

https://encuentrocomunista.org/articles/ingreso-minimo-vital-y-mochila-austriaca-asistencialismo-envenenado/

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  • maribel santana

    maribel santana | Domingo, 03 de Mayo de 2020 a las 15:52:18 horas

    Harta de tanto marxista de salón, todas/os escriben apostando al gran análisis del siglo, pero hacer no hacemos nada, sino todo en el papel.
    Lo del trabajo, porque trabajar lo hace hasta los capitalistas, o no es un trabajo estar 24 horas especulando sobre como acumular mas???
    Por tanto lo del trabajo me parece un concepto.
    DÍA DE LA CLASE TRABAJADORA, estos son los que crea la riqueza, el sujeto y no el trabajo, concepto en general.
    Por supuesto que yo tambien escribo y opino.

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  • Elisa

    Elisa | Viernes, 01 de Mayo de 2020 a las 12:58:40 horas

    Señora Santana, muy agudo su comentario sobre el contenido del manifiesto, que para usted se reduce a una simple palabra del título, y ello le da para comparar a los autores con "las feministas", lo cual indica que o no ha leído el manifiesto o, si lo ha hecho, no ha entendido absolutamente nada.

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  • maribel santana

    maribel santana | Jueves, 30 de Abril de 2020 a las 22:01:55 horas

    Día del trabajo????. de las clases trabajadoras. Están como las feministas, dia de las mujeres en vez de la mujer trabajadora??
    Eso que es el trabajo en abstracto????

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