REBELIÓN EN PALACIO: LOS ESCOLTAS DE LAS INFANTAS SE LES SUBLEVAN
Los obligan a “recoger zapatos a Zarzuela”,  a ir a por pizzas o a comprar medicinas a las tres de la mañana    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        			        			        	
                                
                    			        			        
    
    
    De "casta le viene al galgo", podría decirse en relación con la dinastía de los Borbones.  De acuerdo con los testimonios históricos estos siempre  han considerado que sus  "súbditos" no solo lo son, sino que además deben de  estar a su servicio y sujetos a sus caprichos. Hasta que, claro, la gente se cansa y se rebela. Tal y como les parece haber  sucedido  con los miembros de su escolta.
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        	
                                
                    			        			        			        
        
                
        
         
  POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL 
 
    Teniendo en cuentra  los precedentes históricos  que han caracterizado a la estirpe de los Borbones, podría decirse que  atendiendo  al caso que motiva este comentario, que de "casta le viene al galgo". 
  
     En efecto, de acuerdo con los testimonios históricos  de esa dinastia,  sus integrantes se han caracterizado siempre por estimar que sus "súbditos" no solo lo son, sino que además deben de estar incondicionalmente a su servicio y sujetos a sus caprichos.
 
    En este siglo XXI, con los actuales miembros de la "monarquia instaurada"    en la Jefatura del Estado, pese a los años transcurridos, las cosas no parecen haber cambiado mucho. Que en la familia real continua predominando la aristocrática  arrogancia y el desprecio por los de abajo,  parecen atestiguarlo los miembros de la Escolta de Seguridad que protege - no se sabe bién de qué- a  las infantas Cristina y Elena, que protagonizaron estos días una pública denuncia en contra de los "reales caprichos y antojos" a los que se ven sometidos durante  el ejercicio de su trabajo profesional.
 
     Según los escoltas de la "infanta" Elena se les encarga funciones tales como ir a “recoger zapatos a Zarzuela”,  o ir a la farmacia. Sin embargo, los que están al servicio de la "infanta" Cristina, que vive un dorado "exilio" en Ginebra,  no lo pasan mucho mejor, ya que se les encarga la realización de tareas tan abracadabrantes,  propias del servicio doméstico, como ir a comprar medicinas a las 3:00 de la mañana, o acercarse a la pizzería a comprar una napolitana para la princesa o los "principitos" .
 
     Pero  esta queja de la escolta real no concluye con las funciones de "servidumbre" que se ven obligados a realizar. Denuncian, igualmente, las circunstancias que les ha tocado vivir en estos días de coronavirus. Según ellos, carecen de los más mínimos elementos de seguridad.
 
      “Los escoltas hacemos lo mismo, las mismas horas y en los mismos lugares, sin prevención ninguna", denuncian, "carentes de un material  de protección, que sólo llegó este último martes... Hemos pedido a nuestros superiores que nos protegieran. Y lo único que hemos conseguido, muy poco a poco, es algunas cajas de guantes, gel y mascarillas”.
 
      De acuerdo con lo que relata la revista de papel cuché,  Vanitatis,  el grupo de  la escolta borbónica  de Cristina se encuentran  cercado en Ginebra. Viven, al parecer, en un edificio ubicado a cierta distancia del de la "infanta". 
 
     “Muy lejos de sus familias y de los suyos, en momentos tan duros como estos, y total, para realizar tareas que no son las suyas”,  se quejan. "Ahora vete a comprar medicinas a las 3 de la madrugada, ahora ve a por una pizza al restaurante ".
 
     En cualquier caso, muy mal  deben estar pasándolo este grupo de escoltas reales, para atreverse a denunciar la conducta y el tratamiento que le dispensan sus aristocráticos escoltados. Aunque, en los tiempos que vivimos ya se sabe, "el servicio doméstico ya no es el que era".
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                                                                                                                                                                                                    
    
    
	
    
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Teniendo en cuentra los precedentes históricos que han caracterizado a la estirpe de los Borbones, podría decirse que atendiendo al caso que motiva este comentario, que de "casta le viene al galgo".
En efecto, de acuerdo con los testimonios históricos de esa dinastia, sus integrantes se han caracterizado siempre por estimar que sus "súbditos" no solo lo son, sino que además deben de estar incondicionalmente a su servicio y sujetos a sus caprichos.
En este siglo XXI, con los actuales miembros de la "monarquia instaurada" en la Jefatura del Estado, pese a los años transcurridos, las cosas no parecen haber cambiado mucho. Que en la familia real continua predominando la aristocrática arrogancia y el desprecio por los de abajo, parecen atestiguarlo los miembros de la Escolta de Seguridad que protege - no se sabe bién de qué- a las infantas Cristina y Elena, que protagonizaron estos días una pública denuncia en contra de los "reales caprichos y antojos" a los que se ven sometidos durante el ejercicio de su trabajo profesional.
Según los escoltas de la "infanta" Elena se les encarga funciones tales como ir a “recoger zapatos a Zarzuela”, o ir a la farmacia. Sin embargo, los que están al servicio de la "infanta" Cristina, que vive un dorado "exilio" en Ginebra, no lo pasan mucho mejor, ya que se les encarga la realización de tareas tan abracadabrantes, propias del servicio doméstico, como ir a comprar medicinas a las 3:00 de la mañana, o acercarse a la pizzería a comprar una napolitana para la princesa o los "principitos" .
Pero esta queja de la escolta real no concluye con las funciones de "servidumbre" que se ven obligados a realizar. Denuncian, igualmente, las circunstancias que les ha tocado vivir en estos días de coronavirus. Según ellos, carecen de los más mínimos elementos de seguridad.
 
      “Los escoltas hacemos lo mismo, las mismas horas y en los mismos lugares, sin prevención ninguna", denuncian, "carentes de un material  de protección, que sólo llegó este último martes... Hemos pedido a nuestros superiores que nos protegieran. Y lo único que hemos conseguido, muy poco a poco, es algunas cajas de guantes, gel y mascarillas”.
      De acuerdo con lo que relata la revista de papel cuché,  Vanitatis,  el grupo de  la escolta borbónica  de Cristina se encuentran  cercado en Ginebra. Viven, al parecer, en un edificio ubicado a cierta distancia del de la "infanta". 
“Muy lejos de sus familias y de los suyos, en momentos tan duros como estos, y total, para realizar tareas que no son las suyas”, se quejan. "Ahora vete a comprar medicinas a las 3 de la madrugada, ahora ve a por una pizza al restaurante ".
En cualquier caso, muy mal deben estar pasándolo este grupo de escoltas reales, para atreverse a denunciar la conducta y el tratamiento que le dispensan sus aristocráticos escoltados. Aunque, en los tiempos que vivimos ya se sabe, "el servicio doméstico ya no es el que era".





























Alejandro El No-Magno | Lunes, 06 de Abril de 2020 a las 21:11:35 horas
en éste mundo churriguresco, kafkiano, estúpido y criminal, de princesas e infantas, reyes, reinas y coronavirusas de acumulación de capital y sumarísimo control social, estas noticias son divertidísimas, divertidísimas de verdad...la servidumbre de palacio denuncia su explotación quejándose de cosas que no sabíamos que pasaban por vivir inmersos en otra realidad...y pensabamos que ESTO iba a servir para desbancar (de la Banca) a la gangstercracia capitalista y exilar de una vez para siempre a la monarquia franquista y feudal de su rokambulesco coletear...y con lo único que nos encontramos es con las protestas de las escoltas de las infantas nada más; bueno, algo es algo; asi comenzó el asalto al palacio de invierno; habrá que esperar...
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