
ARABIA SAUDÍ PUEDE ESTAR USANDO EL COVID-19 COMO ARMA DE GUERRA EN YEMEN
El periodista yemení Ahmed AbdulKareem nos trae las últimas noticias sobre la guerra olvidada.
El ejército saudí incrementa su ofensiva en Yemen, donde las instalaciones sanitarias han sido prácticamente destruidas. Esto en medio de la amenaza del coronavirus, que podría agravar el hambre y las epidemias que la población yemení ya padece. Se sospecha, además, que unos cargamentos de mascarillas arrojados por aviones saudíes podrían estar contaminados con el COVID-19.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado lunes, 30 de marzo, la coalición saudí emprendió una nueva operación militar contra tres grandes ciudades yemeníes: Saná, Hodeida y Sadaa. En Saná, hubo más de diez ataques a una granja de caballos árabes que mataron a 70 de ellos y a varios criadores. También sufrieron ataques el barrio de Attan y el aeropuerto internacional. En Hodeida, los aviones saudíes bombardearon un centro de cuarentena que se había preparado para tratar a los potenciales pacientes de coronavirus, y destruyeron los pozos de agua de la isla de Kamran, que suministraban agua limpia a más de 10.000 personas. Algunas infraestructuras civiles que estaban siendo reparadas de bombardeos previos también fueron objetivo de los ataques. En represalia, el ejército huthi atacó lugares estratégicos en la capital saudí, Riad, en Najran y Jizan, usando un escuadrón de drones y misiles balísticos de fabricación casera.
Además de los ataques y bloqueos, Yemen sufre el azote de epidemias como la difteria, el cólera, el dengue, la gripe porcina y la malaria. Para los yemeníes, que apenas tienen escaso a la atención sanitaria, el coronavirus es una enorme preocupación a añadir a sus horribles condiciones de vida.
Para combatir el COVID-19, los huthis recibieron con agrado el llamamiento del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, a un alto el fuego en el país. El miércoles, Guterres pidió a los partes en conflicto colaborar con el Enviado Especial, Martin Griffiths, para que remitan los ataques y buscar una solución política. Aunque Turki al-Maliki, portavoz de la coalición saudí, dijo que apoyaba la propuesta de Griffiths, sus aviones lanzaron después más de 100 ataques sobre áreas muy pobladas en al-Jawf, Marib y los distritos fronterizos.
Además, portavoces del Ministerio de Sanidad de Saná acusaron a Arabia Saudí de intentar extender el coronavirus intencionadamente. El lunes, aviones saudíes arrojaron cajas de mascarillas en el distrito de al-Ahli en la provincia de Hodeida, y en varias otras localidades. Algunos residentes declararon al medio MintPress que temían que las mascarillas estuviesen contaminadas de coronavirus, y las autoridades yemeníes han alertado a la población sobre estos equipamientos gratuitos ofrecidos por la coalición saudí.
El Ministerio de Sanidad también sospecha que Arabia Saudí intenta extender el COVID-19 deportando en masa a los yemeníes, práctica que comenzó el mes pasado cuando la pandemia ya estaba en curso. Además, la coalición saudí permitió que cuatro aviones civiles aterrizaran en Yemen la semana pasada con un total de 1.000 pasajeros a bordo; esto en un momento en que la mayoría de países han suspendido los vuelos internos para contener la pandemia. La coalición tiene un control casi completo del espacio aéreo yemení.
Estados Unidos, por su parte, no está facilitando las cosas a los yemeníes. Sigue siendo el principal apoyo de Arabia Saudí en la guerra del Yemen. Hace poco, el presidente Trump ha suspendido la ayuda al Yemen, inmovilizando unos 70 millones de dólares destinados a financiar programas sanitarios en el país, a pesar de que varias ONG's junto a grupos humanitarios e incluso miembros del Congreso pidieran retrasar la decisión mientras el país se prepara para la batalla contra el brote de coronavirus.
Hasta ahora, no hay casos confirmados de COVID-10 en Yemen. Mientras el mundo anda preocupado con el número de contagios y muertes, en Yemen miles de personas mueren anualmente a causa del cólera y el dengue, la mayor parte niños. Para quienes se han podido salvar de la muerte por la guerra o por la enfermedad, ahora el coronavirus se presenta como otro peligro real en un país donde 19,7 millones de personas necesitan los más básicos servicios sanitarios, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
El bloqueo y la ofensiva contra las infraestructuras civiles, particularmente hospitales, ha diezmado el sistema sanitario del Yemen. Además, la clausura del aeropuerto internacional de Saná, decretada por la coalición saudí en agosto de 2016, dificulta que lleguen los tratamientos y suministros médicos necesarios, incluidos respiradores, esterilizadores, y utensilios de limpieza.
La coalición ha destruido 385 hospitales e infraestructuras sanitarias. Las 300 que se estima quedan en pie están cerradas o apenas funcionan. Las organizaciones internacionales, ya sobrepasadas con la pandemia, han hecho poco por equipar a Yemen de los suministros básicos para combatir el coronavirus.
Según la ONU, los afectados por malnutrición son especialmente vulnerables al COVID-19, y Yemen sufre la mayor hambruna del mundo. Unos 22,2 millones de yemeníes tienen necesidad imperiosa de comida, incluyendo los 8,4 millones afectados de hambre severa. Todo ello como resultado de la guerra apoyada por EE.UU, que dura ya cinco años.
Es verdad que Estados Unidos y muchos otros países, incluidos Reino Unido y Francia, se ocupan en primer lugar de sus propios ciudadanos. Sin embargo, son estos países los que dan apoyo a Arabia Saudita a todos los niveles, permitiéndole destruir el sector sanitario del Yemen en medio de la peor pandemia de la historia reciente.
Fuente:
Ahmed AbdulKareem
https://www.mintpressnews.com/yemen-fear-saudi-arabia-weaponizing-coronavirus/266257/
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado lunes, 30 de marzo, la coalición saudí emprendió una nueva operación militar contra tres grandes ciudades yemeníes: Saná, Hodeida y Sadaa. En Saná, hubo más de diez ataques a una granja de caballos árabes que mataron a 70 de ellos y a varios criadores. También sufrieron ataques el barrio de Attan y el aeropuerto internacional. En Hodeida, los aviones saudíes bombardearon un centro de cuarentena que se había preparado para tratar a los potenciales pacientes de coronavirus, y destruyeron los pozos de agua de la isla de Kamran, que suministraban agua limpia a más de 10.000 personas. Algunas infraestructuras civiles que estaban siendo reparadas de bombardeos previos también fueron objetivo de los ataques. En represalia, el ejército huthi atacó lugares estratégicos en la capital saudí, Riad, en Najran y Jizan, usando un escuadrón de drones y misiles balísticos de fabricación casera.
Además de los ataques y bloqueos, Yemen sufre el azote de epidemias como la difteria, el cólera, el dengue, la gripe porcina y la malaria. Para los yemeníes, que apenas tienen escaso a la atención sanitaria, el coronavirus es una enorme preocupación a añadir a sus horribles condiciones de vida.
Para combatir el COVID-19, los huthis recibieron con agrado el llamamiento del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, a un alto el fuego en el país. El miércoles, Guterres pidió a los partes en conflicto colaborar con el Enviado Especial, Martin Griffiths, para que remitan los ataques y buscar una solución política. Aunque Turki al-Maliki, portavoz de la coalición saudí, dijo que apoyaba la propuesta de Griffiths, sus aviones lanzaron después más de 100 ataques sobre áreas muy pobladas en al-Jawf, Marib y los distritos fronterizos.
Además, portavoces del Ministerio de Sanidad de Saná acusaron a Arabia Saudí de intentar extender el coronavirus intencionadamente. El lunes, aviones saudíes arrojaron cajas de mascarillas en el distrito de al-Ahli en la provincia de Hodeida, y en varias otras localidades. Algunos residentes declararon al medio MintPress que temían que las mascarillas estuviesen contaminadas de coronavirus, y las autoridades yemeníes han alertado a la población sobre estos equipamientos gratuitos ofrecidos por la coalición saudí.
El Ministerio de Sanidad también sospecha que Arabia Saudí intenta extender el COVID-19 deportando en masa a los yemeníes, práctica que comenzó el mes pasado cuando la pandemia ya estaba en curso. Además, la coalición saudí permitió que cuatro aviones civiles aterrizaran en Yemen la semana pasada con un total de 1.000 pasajeros a bordo; esto en un momento en que la mayoría de países han suspendido los vuelos internos para contener la pandemia. La coalición tiene un control casi completo del espacio aéreo yemení.
Estados Unidos, por su parte, no está facilitando las cosas a los yemeníes. Sigue siendo el principal apoyo de Arabia Saudí en la guerra del Yemen. Hace poco, el presidente Trump ha suspendido la ayuda al Yemen, inmovilizando unos 70 millones de dólares destinados a financiar programas sanitarios en el país, a pesar de que varias ONG's junto a grupos humanitarios e incluso miembros del Congreso pidieran retrasar la decisión mientras el país se prepara para la batalla contra el brote de coronavirus.
Hasta ahora, no hay casos confirmados de COVID-10 en Yemen. Mientras el mundo anda preocupado con el número de contagios y muertes, en Yemen miles de personas mueren anualmente a causa del cólera y el dengue, la mayor parte niños. Para quienes se han podido salvar de la muerte por la guerra o por la enfermedad, ahora el coronavirus se presenta como otro peligro real en un país donde 19,7 millones de personas necesitan los más básicos servicios sanitarios, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
El bloqueo y la ofensiva contra las infraestructuras civiles, particularmente hospitales, ha diezmado el sistema sanitario del Yemen. Además, la clausura del aeropuerto internacional de Saná, decretada por la coalición saudí en agosto de 2016, dificulta que lleguen los tratamientos y suministros médicos necesarios, incluidos respiradores, esterilizadores, y utensilios de limpieza.
La coalición ha destruido 385 hospitales e infraestructuras sanitarias. Las 300 que se estima quedan en pie están cerradas o apenas funcionan. Las organizaciones internacionales, ya sobrepasadas con la pandemia, han hecho poco por equipar a Yemen de los suministros básicos para combatir el coronavirus.
Según la ONU, los afectados por malnutrición son especialmente vulnerables al COVID-19, y Yemen sufre la mayor hambruna del mundo. Unos 22,2 millones de yemeníes tienen necesidad imperiosa de comida, incluyendo los 8,4 millones afectados de hambre severa. Todo ello como resultado de la guerra apoyada por EE.UU, que dura ya cinco años.
Es verdad que Estados Unidos y muchos otros países, incluidos Reino Unido y Francia, se ocupan en primer lugar de sus propios ciudadanos. Sin embargo, son estos países los que dan apoyo a Arabia Saudita a todos los niveles, permitiéndole destruir el sector sanitario del Yemen en medio de la peor pandemia de la historia reciente.
Fuente:
Ahmed AbdulKareem
https://www.mintpressnews.com/yemen-fear-saudi-arabia-weaponizing-coronavirus/266257/
Saburo | Jueves, 02 de Abril de 2020 a las 10:08:43 horas
Durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler era el abanderado del fascismo en el mundo. Pero, cuántos países a modo de "capó" le sirvieron de logística y soldados para desarrollar sus planes? No es con Trump cuando se inició este servilismo al emperador gringo, ya llevamos demasiados emperadores.
Hasta cuando?
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