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Martes, 31 de Marzo de 2020 Tiempo de lectura:

REFLEXIONES PARA LEER DESPUÉS DE LA PANDEMIA

Salvar la economía antes que a los seres humanos: la esencia del capitalismo que propaga el coronavirus

Como una paradoja ante las ambiciones humanas -escribe nuestro colaborador Orlando Ruiz Ruiz - a medida que avanza el contagio del coronavirus su proliferación se hace mayor en las naciones del Occidente industrializado (...).

Por ORLANDO RUIZ RUIZ (*) / PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

    La expansión del Covid-19,  cuya presencia se ha extendido a la casi totalidad de las naciones del planeta con un saldo aterrador, puede convertir a esta enfermedad en el peor de los azotes sanitarios de la historia contemporánea.    

 

    El mundo entero  se paraliza. La casi invulnerabilidad del virus SARS CoV-2, causante de la dolencia, coloca a la humanidad entera ante uno de los mayores contagios que hayan existido. Su acelerada e incontrolable trasmisión, en los lugares donde no se toman medidas responsables, anticipa  que  mañana puede ser demasiado tarde, sobre todo para naciones como Estados Unidos, donde los afectados se multiplican a saltos de miles cada día mientras los hospitales no disponen del equipamiento necesario y se declaran ya incapaces de recibir la avalancha de enfermos.

 

 

   Es preciso unirse, juntar todas las fuerzas para cortar la cadena de trasmisión, claman estadistas, organizaciones mundiales y médicos desesperados en todas las latitudes. Los que ignoren esa realidad y cegados por su codicia económica permitan que este enemigo silencioso capaz de matar sin estruendo de pólvora llegue a un punto incontrolable, pagarán el alto costo de su egoísmo y su falta de previsión.

 

 

   Tal como han alertado las Naciones Unidas, solo la solidaridad podrá detener la pandemia del Coronavirus. Si no se construye un frente unido, los riesgos de esta fuerza invasora se extenderán en el tiempo; sus consecuencias provocarán un caos, no solo sanitario, sino económico y social, del que no podrán escapar los  propios gobernantes que cegados en el afán de apuntalar sus finanzas dejaron el camino abierto a la letal dolencia.

 

 

   Como una paradoja ante las ambiciones humanas, a medida que avanza el contagió, su  proliferación se hace mayor en las naciones del Occidente industrializado, mientras China con su poderosa dinámica económica y social y su estructura sanitaria ha sido capaz de controlar en el país la primera gran embestida de la enfermedad.

 

 

  Son precisamente los países de mayor desarrollo en Europa y Estados Unidos los más afectadas por el nuevo Coronavirus, debido a su elitista e ineficiente sistema de salud y a la doctrina que es base del todopoderoso modelo capitalista: salvar la economía antes que la vida de los seres humanos.

 

 

   Los inoperantes sistemas de gobierno prevalecientes en el mundo neoliberal no están en capacidad de parar  la actual dolencia; la inequidad social que sembraron, la falta de sistemas de salud públicos y universales y la escasa voluntad política los vuelven incapaces ante un enemigo imprevisto y silencioso. 

 

 

   En medio de este panorama de revelaciones aleccionadoras, la capacidad sanitaria de Cuba y su ejemplar solidaridad y permanente compromiso de apoyo incondicional a los pueblos más necesitados ha representado un ejemplo que obligará a muchos a cambiar la manera de juzgar a este pequeño país, donde la atención sanitaria universal y gratuita, resultante de la obra de la Revolución y la equidad establecida con el Socialismo han sido garantías para enfrentar el desastre y ayudar además a otros pueblos con fármacos y médicos probados en el quehacer internacionalista.

 

   ¿Olvidarán los cruceristas británicos la acción del país que los puso a salvo cuando se les cerraron todos los puertos? ¿Podrán los italianos contagiados con la Covid ignorar  el altruismo y valor de los especialistas cubanos que ayudan hoy a salvar sus vidas? La nueva era que sobrevendrá después de esta lamentable epidemia dará respuesta a estas y a otras muchas interrogantes que hoy están en la mente de millones de personas. Aguardemos.

 

(*) Orlando Ruiz Ruiz. periodista y escritor cubano y colaborador de Canarias Semanal.org.

 

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