
¿POR QUÉ LA ENERGÍA EN ESPAÑA ES UN 26,5% MÁS CARA QUE EN ALEMANIA Y UN 21% MÁS QUE EN FRANCIA?
¿Cómo es posible que en un país que es un y gigantesco productor natural de energía solar y eólica, ésta resulte prohibitiva para los ciudadanos?
La brutal paradoja que nos recuerdan los prohibitivos precios de la electricidad en España es que este país es un auténtico "paraíso energético", de acuerdo con el número de horas de sol con las que el país puede contar al año, y que muchos países europeos que apenas ven el sol durante el año hace un uso intensivo de la energía solar.
POR JOSÉ ALBERTO MARTÍNEZ PARA CANARIAS SEMANAL
Decir que España ha tenido una política energética catastrófica es faltar a la verdad. Lo que ha realmente ocurrido - además de otros factores- es que a lo largo de las últimas décadas, los equipos gubernamentales que han ocupado el Ejecutivo, se han puesto incondicionalmente al servicio de las grandes Empresas de la Energía, que son y han sido desde los tiempos inmemoriales de la dictadura, las que se han permitido "cortar el bacalao" de la riqueza en este país, multiplicando los ingresos y el poder de nuestras clases hegemónicas.
Estos pocos datos que ofrecemos al lector ratifican lo que estamos asegurando. El precio medio del mercado eléctrico diario español en 2019, fue de 47,7 euros por megavatio hora. Ello representa un 26,5% más que el de Alemania y un 20,9% más caro que el de Francia. Éstos datos no se lo inventa quien esto escribe. Los proporciona una fuente muy fiable. Nada más y ni nada menos que la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE).
A pesar de que en el 2019 se produjo un abaratamiento de la energía en España, con un descenso del 16,7% en los precios en relación con los de 2018, la diferencia en relación con los otros mercados competidores para la industria continuó siendo gigantesca como se constata en los porcentajes citados.
La brutal paradoja, sin embargo, consiste en que España es un auténtico "paraíso energético", de acuerdo con el número de horas de sol con las que el país puede contar al año.
No obstante, las empresas energéticas actuando bajo el lógico imperativo de sus beneficios, se han encargado durante las últimas décadas de que los gobiernos no se atrevan siquiera a intentar fomentar el uso y la proliferación de las energías alternativas, pues el que lo intente "no saldrá en la foto". Asigne el lector a esta última expresion todas las connotaciones que se le ocurran, así como a sus previsibles consecuencias.
En el colmo de la locura, este país ha llegado a tener a un ministro - de origen canario para más escarnio - que tuvo la increíble osadía de imponerle un impuesto nada menos que al sol. O dicho de otra manera, el esperpéntico personaje, utilizando todos los procedimientos a su alcance, impidió el uso de las energias alternativas por parte de particulares, recurriendo a la imposición económica sobre su uso .
Durante los últimos gobiernos, se ha llegado a producir la hilarante situación de que la obtención de energía solar doméstica podía resultar más cara que la obtenida a través de las redes de las grandes compañías energéticas. Con el objetivo de disuadir a aquellos que se les ocurriera recurrir a la naturaleza para la obtencion de energia, el gobierno del PP finalizada su atrevimiento.
Cuando dentro de 40 o 50 años las futuras generaciones tengan la oportunidad de interrogarse sobre el significado del impuesto al uso del sol, se preguntarán cómo fue posible que a principios del segundo milenio existiera un ministro como José Manuel Soria que fuera capaz de cometer semejante desatino. Esa 'ignominia histórica" permanente será, sin duda, su peor y merecido castigo.
Pero lo más grave del asunto, - todo hay que decirlo - , fue que pese a la gravedad del tema, salvo unos pocos ciudadanos, la mayoría de los españoles no se sintieron especialmente aludidos por la abracadabrante medida ministerial. Ello se debe , sin duda, no sólo a la desinformación por parte de los millones de perjudicados, sino también a la desarticulación social y organizativa de la que fueron y son víctimas.
POR JOSÉ ALBERTO MARTÍNEZ PARA CANARIAS SEMANAL
Decir que España ha tenido una política energética catastrófica es faltar a la verdad. Lo que ha realmente ocurrido - además de otros factores- es que a lo largo de las últimas décadas, los equipos gubernamentales que han ocupado el Ejecutivo, se han puesto incondicionalmente al servicio de las grandes Empresas de la Energía, que son y han sido desde los tiempos inmemoriales de la dictadura, las que se han permitido "cortar el bacalao" de la riqueza en este país, multiplicando los ingresos y el poder de nuestras clases hegemónicas.
Estos pocos datos que ofrecemos al lector ratifican lo que estamos asegurando. El precio medio del mercado eléctrico diario español en 2019, fue de 47,7 euros por megavatio hora. Ello representa un 26,5% más que el de Alemania y un 20,9% más caro que el de Francia. Éstos datos no se lo inventa quien esto escribe. Los proporciona una fuente muy fiable. Nada más y ni nada menos que la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE).
A pesar de que en el 2019 se produjo un abaratamiento de la energía en España, con un descenso del 16,7% en los precios en relación con los de 2018, la diferencia en relación con los otros mercados competidores para la industria continuó siendo gigantesca como se constata en los porcentajes citados.
La brutal paradoja, sin embargo, consiste en que España es un auténtico "paraíso energético", de acuerdo con el número de horas de sol con las que el país puede contar al año.
No obstante, las empresas energéticas actuando bajo el lógico imperativo de sus beneficios, se han encargado durante las últimas décadas de que los gobiernos no se atrevan siquiera a intentar fomentar el uso y la proliferación de las energías alternativas, pues el que lo intente "no saldrá en la foto". Asigne el lector a esta última expresion todas las connotaciones que se le ocurran, así como a sus previsibles consecuencias.
En el colmo de la locura, este país ha llegado a tener a un ministro - de origen canario para más escarnio - que tuvo la increíble osadía de imponerle un impuesto nada menos que al sol. O dicho de otra manera, el esperpéntico personaje, utilizando todos los procedimientos a su alcance, impidió el uso de las energias alternativas por parte de particulares, recurriendo a la imposición económica sobre su uso .
Durante los últimos gobiernos, se ha llegado a producir la hilarante situación de que la obtención de energía solar doméstica podía resultar más cara que la obtenida a través de las redes de las grandes compañías energéticas. Con el objetivo de disuadir a aquellos que se les ocurriera recurrir a la naturaleza para la obtencion de energia, el gobierno del PP finalizada su atrevimiento.
Cuando dentro de 40 o 50 años las futuras generaciones tengan la oportunidad de interrogarse sobre el significado del impuesto al uso del sol, se preguntarán cómo fue posible que a principios del segundo milenio existiera un ministro como José Manuel Soria que fuera capaz de cometer semejante desatino. Esa 'ignominia histórica" permanente será, sin duda, su peor y merecido castigo.
Pero lo más grave del asunto, - todo hay que decirlo - , fue que pese a la gravedad del tema, salvo unos pocos ciudadanos, la mayoría de los españoles no se sintieron especialmente aludidos por la abracadabrante medida ministerial. Ello se debe , sin duda, no sólo a la desinformación por parte de los millones de perjudicados, sino también a la desarticulación social y organizativa de la que fueron y son víctimas.
Aridani | Martes, 24 de Marzo de 2020 a las 09:17:04 horas
No solo se fue de rositas, sino que después de ser acusado de corrupción, vino a Canarias y sus compañeros le aplaudieron, en España vemos normal que un político robe, pero luego nos quejamos que la sanidad pública y demás no funcione y no hayan recursos, mira como defienden muchos al rey y no dejan de salir noticias de "donaciones" y demás corruptelas, pero también es verdad que sufrimos de mucha desinformación y cuando sale una noticia importante, nos llenan de noticias sobre Venezuela o Cataluña y otros casos para que olvidemos algo sobre corrupciones del gobierno y lo triste es que si, la gente olvida y se queda con lo ultimo, mañana ya dirán de Soria que fue el mejor ministro como de Aznar dicen que fue el mejor presidente.
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