
¡APOSTAD, MALDITOS, APOSTAD!
¿Qué peligros entraña la extraordinaria proliferación de las "Casas de Apuestas" en los barrios obreros?
¿Ha existido sie?mpre el juego y la apuesta en España? ¿Qué regímenes politicos facilitaron su practica y cuales la obstaculizaron? ¿Cómo se explica la reacción airada en contra de su multiplicación en los barrios y areas perifericas de las grandes urbes españolas? ¿Sin suficientes las medidas propuestas por el nuevo gobierno de coalición español? Javier Fernández Rincón responde en su artículo a estas interesantes interrograntes.
(CONDENSADO DEL ARTíCULO DE JAVIER FERNÁNDEZ RINCÓN, "¡APOSTAD, APOSTAD MADITOS!" / LA HAINE )
Parece que las Casas de Apuestas deportivas -junto con las inmobiliarias- es lo único que prospera en los barrios obreros maltratados por la crisis capitalista
UN POCO DE HISTORIA
El Código Penal del siglo XIX vetaba los juegos de azar donde existía dinero de por medio en lugares públicos, pero era un continuum desde el siglo XIV. A comienzos del siglo XX existe tolerancia por parte de los distintos poderes, hasta que en la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) prohibió el juego en todo el territorio. El cierre del distinguido Gran Casino de San Sebastián el 1 de noviembre de 1924 significó el fin de una época. La prohibición se mantuvo en los años de la Segunda República, aunque la derecha más radicalizada no dejaba de ver en el juego un mecanismo para obtener beneficio rápido.
Recordemos el asunto del estraperlo de la ruleta fraudulenta de Daniel Strauss, Perle y Lowann, que llevó a una Comisión Parlamentaria a investigar a altos cargos del Partido Radical Republicano de Alejandro Lerroux en 1935, resultando en una gran crisis de gobierno. En la República, los Casinos se convirtieron en centros culturales, y en la dictadura franquista, en algunos casos como el de San Sebastián llegó a convertirse en la sede del Ayuntamiento en 1945, manteniéndose en la actualidad.
Durante el franquismo estuvo prohibido el juego, salvo las quinielas, la lotería nacional, las apuestas hípicas y la ONCE, y no fue hasta que el Gobierno de Adolfo Suárez, en 1977, a través de un Real Decreto-ley de 25 de febrero levantase esta prohibición, regulando aspectos penales, administrativos y fiscales del juego.
El 1 de junio del mismo año se aprueba el reglamento provisional para los casinos, y gradualmente se generará la normativa que lo vaya regulando. Uno de los requisitos para instalar un Casino es que se construyese fuera del área metropolitana, como mínimo a 29 kilómetros. De este modo, en Torredolones se inauguró el Casino Gran Madrid, en 1981. En este mismo año se legalizaron las maquinas tragaperras.
Posteriormente el gobierno neoliberal del Partido Popular de la Comunidad de Madrid realiza un cambio legislativo para eliminar este requisito de distancia mínima. Fue la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas de la Comunidad de Madrid fechada el 28 de diciembre de 2012, que permitía abrir locales en el núcleo urbano de Madrid como “apéndices” de sus instalaciones situadas en la región. Esta desregulación de este tipo de negocio ya lo vimos con los grandes incentivos para construir en suelo madrileño el nefasto proyecto de Eurovegas, donde la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, -seguidora acérrima de las doctrinas de Thatcher y Reagan– desreguló imitando en el modelo británico.
LO QUE SE NECESITA
En la actual crisis la proliferación de Casas de Apuestas deportivas en nuestros barrios obreros es demencial, empujando a los sectores más desfavorecidos al juego. Desde las instituciones no se ofrecen soluciones, al contrario, como hemos comprobado dan más facilidades dejando que se extiendan como en su día – y que en la actualidad dramáticamente está volviendo – la heroína para paralizar el potencial revolucionario de la juventud
Lo que necesitamos es una nueva legislación enfocada a los intereses de la población y no en el del empresariado, el cierre de las casas de las apuestas, la eliminación de las maquinas tragaperras de los bares y cafeterías, la prohibición de la publicidad del juego, multas cuantiosas para el que no cumpla las reglas y principalmente que la gente se organice contra el aburrimiento superando la situación existente.
PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO PINCHE AQUÍ
(CONDENSADO DEL ARTíCULO DE JAVIER FERNÁNDEZ RINCÓN, "¡APOSTAD, APOSTAD MADITOS!" / LA HAINE )
Parece que las Casas de Apuestas deportivas -junto con las inmobiliarias- es lo único que prospera en los barrios obreros maltratados por la crisis capitalista
UN POCO DE HISTORIA
El Código Penal del siglo XIX vetaba los juegos de azar donde existía dinero de por medio en lugares públicos, pero era un continuum desde el siglo XIV. A comienzos del siglo XX existe tolerancia por parte de los distintos poderes, hasta que en la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) prohibió el juego en todo el territorio. El cierre del distinguido Gran Casino de San Sebastián el 1 de noviembre de 1924 significó el fin de una época. La prohibición se mantuvo en los años de la Segunda República, aunque la derecha más radicalizada no dejaba de ver en el juego un mecanismo para obtener beneficio rápido.
Recordemos el asunto del estraperlo de la ruleta fraudulenta de Daniel Strauss, Perle y Lowann, que llevó a una Comisión Parlamentaria a investigar a altos cargos del Partido Radical Republicano de Alejandro Lerroux en 1935, resultando en una gran crisis de gobierno. En la República, los Casinos se convirtieron en centros culturales, y en la dictadura franquista, en algunos casos como el de San Sebastián llegó a convertirse en la sede del Ayuntamiento en 1945, manteniéndose en la actualidad.
Durante el franquismo estuvo prohibido el juego, salvo las quinielas, la lotería nacional, las apuestas hípicas y la ONCE, y no fue hasta que el Gobierno de Adolfo Suárez, en 1977, a través de un Real Decreto-ley de 25 de febrero levantase esta prohibición, regulando aspectos penales, administrativos y fiscales del juego.
El 1 de junio del mismo año se aprueba el reglamento provisional para los casinos, y gradualmente se generará la normativa que lo vaya regulando. Uno de los requisitos para instalar un Casino es que se construyese fuera del área metropolitana, como mínimo a 29 kilómetros. De este modo, en Torredolones se inauguró el Casino Gran Madrid, en 1981. En este mismo año se legalizaron las maquinas tragaperras.
Posteriormente el gobierno neoliberal del Partido Popular de la Comunidad de Madrid realiza un cambio legislativo para eliminar este requisito de distancia mínima. Fue la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas de la Comunidad de Madrid fechada el 28 de diciembre de 2012, que permitía abrir locales en el núcleo urbano de Madrid como “apéndices” de sus instalaciones situadas en la región. Esta desregulación de este tipo de negocio ya lo vimos con los grandes incentivos para construir en suelo madrileño el nefasto proyecto de Eurovegas, donde la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, -seguidora acérrima de las doctrinas de Thatcher y Reagan– desreguló imitando en el modelo británico.
LO QUE SE NECESITA
En la actual crisis la proliferación de Casas de Apuestas deportivas en nuestros barrios obreros es demencial, empujando a los sectores más desfavorecidos al juego. Desde las instituciones no se ofrecen soluciones, al contrario, como hemos comprobado dan más facilidades dejando que se extiendan como en su día – y que en la actualidad dramáticamente está volviendo – la heroína para paralizar el potencial revolucionario de la juventud
Lo que necesitamos es una nueva legislación enfocada a los intereses de la población y no en el del empresariado, el cierre de las casas de las apuestas, la eliminación de las maquinas tragaperras de los bares y cafeterías, la prohibición de la publicidad del juego, multas cuantiosas para el que no cumpla las reglas y principalmente que la gente se organice contra el aburrimiento superando la situación existente.
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