
¿POR QUÉ EL 2019 FUE EL AÑO DE LAS GRANDES REBELIONES SOCIALES?
Durante el 2019 se produjeron explosiones populares de una envergadura sin precedentes
Según el conocido sociólogo Saïd Bouamama, el año 2019 se ha destacado por la explosión de numerosas rebeliones populares cuya envergadura carecen de precedentes. También en el curso de este año se han multiplicado, igualmente, los golpes de Estado y las ofensivas reaccionarias, así como los intentos de instrumentalizar y desviar la orientación de esos grandes movimientos populares. ¿Qué es lo que están poniendo en evidencia estos nuevos fenómenos? ¿Porque se producen? ¿A qué mecanismos económicos están obedeciendo?
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Saïd Bouamama es un conocido sociólogo argelino, que reside desde hace muchos años en Francia. Es miembro de la asociación "Intervention Formation Action Recherche", una de cuyas principales funciones consiste en la investigación y el entrenamiento de trabajadores sociales.
Asimismo, Bouamama es cofundador de "PHARE for Equality", una organización de intervención sociológica. Es autor, igualmente, de numerosos libros, con títulos tales como "La tricontinental", "Figuras de la Revolución africana" y "Plantar Blancos". En ellos, Bouamama plantea, entre otras muchas cosas, que la lucha internacionalista y antiimperialista debe ir acompañada de la lucha ideológica, que tenga el claro objetivo estratégico de derrotar al propio eurocentrismo, comenzando por el "eurocentrismo", llamado también progresista" y de "izquierdas"
En una reciente caracterización del año que dejamos atrás - 2019-, Saïd Bouamama escribía que el año que dejamos atrás se ha destacado por la explosión de rebeliones populares cuya envergadura carece de precedentes. Desde Argelia a Sudán, pasando por Haití, estos movimientos han movilizado a millones de personas. En el curso de ese mismo año se han multiplicado, igualmente, los golpes de Estado y las ofensivas reaccionarias, así como los intentos de instrumentalizar y desviar la orientación de esos grandes movimientos populares
En opinión de Bouamama, la percepción cronológica que de estas luchas difunden los medios de comunicación nos está impidiendo calibrar los retos que contienen estas movilizaciones, que son interpretadas desde un marco interpretativo eurocentrista, que nos oculta que estamos entrando en una nueva secuencia histórica del sistema imperialista mundial, con la recuperación de la iniciativa popular que la acompaña.
¿Cómo entender, pues, este nuevo ciclo de luchas?, se interroga Saïd Bouamama.
Los discursos dominantes sobre la "globalización" - escribe el sociólogo argelino - presentan esta última como el resultado de los progresos de las ciencias y de las técnicas, que establecen interacciones inéditas entre los diferentes espacios del planeta.
De acuerdo con este relato ideológico internacional, las nuevas tecnologías de información y comunicación han dejado obsoletos los Estados-nación, han hecho que caduquen los "grandes relatos" de la emancipación - el socialismo, el anticolonialismo, el antiimperialismo, etc.- y abolido la lucha de clases. Este discurso está tratando de ocultar la naturaleza de esta globalización y su origen. Lejos de ser una consecuencia lógica de los progresos técnicos, la llamada "globalización" es el resultado de las estrategias de las grandes potencias imperialistas de la tríada (EEUU, Unión Europea y Japón) para el nuevo reparto del mundo.
No nos encontramos, pues, ante una "globalización", sino ante una "globalización capitalista" que reproduce y acentúa la división del mundo en centros dominantes y periferias dominadas a escala mundial, y la polarización de las clases sociales en cada país.
La "globalización" significa realmente una ofensiva generalizada a través de instituciones claves como son el G8, el FMI, el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio, cuyo objetivo es acabar con las conquistas sociales y políticas, arrancadas por los pueblos desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Y esto ha sido posible en el contexto de la implosion de la URSS, así como de los equilibrios y las relaciones de fuerza resultantes de la Segunda Guerra Mundial y de la descolonización.
Las clases dominantes - asegura Bouamama - se han apercibido de que la desaparición del mundo bipolar con el fin de la URSS es una gran oportunidad para liberar la lógica capitalista e imperialista de todas las concesiones arrancadas por las luchas populares del siglo XX. El proyecto de retornar a una lógica capitalista e imperialista "pura" se ha convertido en el grito de guerra de estas clases dominantes y el ultraliberalismo es su traducción económica.
En opinión del sociólogo argelino, los movimientos populares que sacuden el planeta constituyen, con independencia de su diversidad y de la especificidad de los desencadenantes nacionales, un intento de oponerse a esta contrarrevolución programada.
Bouamama cree que ante este nuevo escenario hay que preguntarse, ¿cuáles son los factores desencadenantes de cada una de revueltas. Él opina que en su mayoría son bastante comunes: el rechazo frontal a la pauperización masiva que provoca la llamada "globalización". En su opinión, para entender la época que nos ha tocado vivir resulta imprescindible tener en cuenta la base material en la que se producen las revueltas actuales
Muy lejos de ser una rebelión por la "democracia", por la "libertad" o contra el "sistema", la rebelión que están protagonizando los movimientos populares masivos, lo que realmente está reflejando es una proletarización del mundo provocada por ese fenómeno de expansión capitalista al que se ha denominado con el término de "globalización".
Y ¿cuál es el escenario económico en el que se produce la rebelión social? Ésta tiene lugar bajo la lógica de la desaparición de las trabas a la libre circulación de capitales, la destrucción de los obstáculos para la libertad del comercio, la erradicación de los frenos aduaneros y de las "trabas" legislativas a la "libre competencia".
Pero, lo que realmente se esconde tras estas fórmulas "globalizadoras" es, simplemente, una feroz desregularización generalizada, cuyo motor es el descenso de los costes de mano de obra como mecanismo para aumentar la tasa de ganancia de las grandes compañías.
Justamente por ello, todos planes de ajuste estructural que han venido imponiendo el FMI o el Banco Mundial en el curso de las tres últimas décadas, han estado preparando minuciosamente las condiciones para que este proceso se produjera en los países dominados de la amplia periferia. Y también con ese objetivo, para que pudieran acceder a los créditos, se ha obligado a las periferias a liquidar sus protecciones aduaneras, liberar los precios, privatizar los servicios públicos, facilitar la inversión extranjera, etc.
Hoy las consecuencias son más que evidentes: una desindustrialización en los centros imperialistas debido a las deslocalizaciones masivas y una proletarización de las periferias dominadas que tienen en común la pauperización de las clases populares.
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REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Saïd Bouamama es un conocido sociólogo argelino, que reside desde hace muchos años en Francia. Es miembro de la asociación "Intervention Formation Action Recherche", una de cuyas principales funciones consiste en la investigación y el entrenamiento de trabajadores sociales.
Asimismo, Bouamama es cofundador de "PHARE for Equality", una organización de intervención sociológica. Es autor, igualmente, de numerosos libros, con títulos tales como "La tricontinental", "Figuras de la Revolución africana" y "Plantar Blancos". En ellos, Bouamama plantea, entre otras muchas cosas, que la lucha internacionalista y antiimperialista debe ir acompañada de la lucha ideológica, que tenga el claro objetivo estratégico de derrotar al propio eurocentrismo, comenzando por el "eurocentrismo", llamado también progresista" y de "izquierdas"
En una reciente caracterización del año que dejamos atrás - 2019-, Saïd Bouamama escribía que el año que dejamos atrás se ha destacado por la explosión de rebeliones populares cuya envergadura carece de precedentes. Desde Argelia a Sudán, pasando por Haití, estos movimientos han movilizado a millones de personas. En el curso de ese mismo año se han multiplicado, igualmente, los golpes de Estado y las ofensivas reaccionarias, así como los intentos de instrumentalizar y desviar la orientación de esos grandes movimientos populares
En opinión de Bouamama, la percepción cronológica que de estas luchas difunden los medios de comunicación nos está impidiendo calibrar los retos que contienen estas movilizaciones, que son interpretadas desde un marco interpretativo eurocentrista, que nos oculta que estamos entrando en una nueva secuencia histórica del sistema imperialista mundial, con la recuperación de la iniciativa popular que la acompaña.
¿Cómo entender, pues, este nuevo ciclo de luchas?, se interroga Saïd Bouamama.
Los discursos dominantes sobre la "globalización" - escribe el sociólogo argelino - presentan esta última como el resultado de los progresos de las ciencias y de las técnicas, que establecen interacciones inéditas entre los diferentes espacios del planeta.
De acuerdo con este relato ideológico internacional, las nuevas tecnologías de información y comunicación han dejado obsoletos los Estados-nación, han hecho que caduquen los "grandes relatos" de la emancipación - el socialismo, el anticolonialismo, el antiimperialismo, etc.- y abolido la lucha de clases. Este discurso está tratando de ocultar la naturaleza de esta globalización y su origen. Lejos de ser una consecuencia lógica de los progresos técnicos, la llamada "globalización" es el resultado de las estrategias de las grandes potencias imperialistas de la tríada (EEUU, Unión Europea y Japón) para el nuevo reparto del mundo.
No nos encontramos, pues, ante una "globalización", sino ante una "globalización capitalista" que reproduce y acentúa la división del mundo en centros dominantes y periferias dominadas a escala mundial, y la polarización de las clases sociales en cada país.
La "globalización" significa realmente una ofensiva generalizada a través de instituciones claves como son el G8, el FMI, el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio, cuyo objetivo es acabar con las conquistas sociales y políticas, arrancadas por los pueblos desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Y esto ha sido posible en el contexto de la implosion de la URSS, así como de los equilibrios y las relaciones de fuerza resultantes de la Segunda Guerra Mundial y de la descolonización.
Las clases dominantes - asegura Bouamama - se han apercibido de que la desaparición del mundo bipolar con el fin de la URSS es una gran oportunidad para liberar la lógica capitalista e imperialista de todas las concesiones arrancadas por las luchas populares del siglo XX. El proyecto de retornar a una lógica capitalista e imperialista "pura" se ha convertido en el grito de guerra de estas clases dominantes y el ultraliberalismo es su traducción económica.
En opinión del sociólogo argelino, los movimientos populares que sacuden el planeta constituyen, con independencia de su diversidad y de la especificidad de los desencadenantes nacionales, un intento de oponerse a esta contrarrevolución programada.
Bouamama cree que ante este nuevo escenario hay que preguntarse, ¿cuáles son los factores desencadenantes de cada una de revueltas. Él opina que en su mayoría son bastante comunes: el rechazo frontal a la pauperización masiva que provoca la llamada "globalización". En su opinión, para entender la época que nos ha tocado vivir resulta imprescindible tener en cuenta la base material en la que se producen las revueltas actuales
Muy lejos de ser una rebelión por la "democracia", por la "libertad" o contra el "sistema", la rebelión que están protagonizando los movimientos populares masivos, lo que realmente está reflejando es una proletarización del mundo provocada por ese fenómeno de expansión capitalista al que se ha denominado con el término de "globalización".
Y ¿cuál es el escenario económico en el que se produce la rebelión social? Ésta tiene lugar bajo la lógica de la desaparición de las trabas a la libre circulación de capitales, la destrucción de los obstáculos para la libertad del comercio, la erradicación de los frenos aduaneros y de las "trabas" legislativas a la "libre competencia".
Pero, lo que realmente se esconde tras estas fórmulas "globalizadoras" es, simplemente, una feroz desregularización generalizada, cuyo motor es el descenso de los costes de mano de obra como mecanismo para aumentar la tasa de ganancia de las grandes compañías.
Justamente por ello, todos planes de ajuste estructural que han venido imponiendo el FMI o el Banco Mundial en el curso de las tres últimas décadas, han estado preparando minuciosamente las condiciones para que este proceso se produjera en los países dominados de la amplia periferia. Y también con ese objetivo, para que pudieran acceder a los créditos, se ha obligado a las periferias a liquidar sus protecciones aduaneras, liberar los precios, privatizar los servicios públicos, facilitar la inversión extranjera, etc.
Hoy las consecuencias son más que evidentes: una desindustrialización en los centros imperialistas debido a las deslocalizaciones masivas y una proletarización de las periferias dominadas que tienen en común la pauperización de las clases populares.
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juanfri | Jueves, 06 de Febrero de 2020 a las 21:09:15 horas
Excepto para España debido a la pérfida acción de Unidos Podemos, cuya destrucción (fumigar sería poco) es una asignatura pendiente para nosotros.
Ante la dificultad de desprestigiar antes a los sinvergonzones que les dirigen, por nuestra clamorosa carencia de Medios de Comunicación masivos, estoy convencido que serán precisas medidas MUY CONTUNDENTES contra esos dirigentes tan descaradamente traidores-estafadores, medidas que les dejen fuera de combate definitivamente.
Para ello deberíamos aunar esfuerzos, por supuesto lejos del control del Sistema.
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