El PRESIDENTE "PROGRE" DE ARGENTINA CONTRA VENEZUELA
El canciller argentino sale en defensa de Guaidó, EE.UU. lo felicita y Diosdado Cabello le responde duramente
Muy poco tiempo ha sido necesario esperar para poner de manifiesto el carácter continuista en materia de política exterior del gobierno del flamante presidente de Argentina, Alberto Fernández, que tantas esperanzas suscitó en la progresía local e internacional (...).
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Muy poco tiempo ha sido necesario esperar para poner de manifiesto el carácter continuista en materia de política exterior del gobierno del flamante presidente de Argentina, Alberto Fernández, que tantas esperanzas suscitó en la progresía local e internacional, en contrate con el ejecutivo del ultraderechista Mauricio Macri.
Tal y como hubiera actuado el mandatario saliente, el pasado 6 de enero de 2020 la Cancillería Argentina lanzó duras críticas contra el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro, mediante un comunicado de "condena" por los incidentes ocurridos en el Parlamento venezolano durante el nombramiento de nuevas autoridades de la cámara del país sudamericano.
El canciller argentino, Felipe Solá, acusó al gobierno bolivariano -en nombre de su gobierno- de "impedir por la fuerza el funcionamiento de la Asamblea Legislativa” calificando la supuesta acción como una forma “condenarse al aislamiento internacional".
"Rechazamos esta acción e instamos al Ejecutivo venezolano a aceptar que el camino es exactamente el opuesto. La Asamblea debe elegir su presidente con total legitimidad"- manifestó el jefe de la diplomacia argentina.
El posicionamiento del gobierno argentino ha sido tan escandaloso como para provocar la reacción contrariada del conocido periodista y partidario del kirchnerismo, Víctor Hugo Morales, quien se mostró "triste" por el "repentino alineamiento del gobierno de Fernández con Estados Unidos".
Y es que no resulta necesario ser un perspicaz investigador para saber que lo acontecido en la asamblea venezolana ha sido la enésima puesta en escena del show opositor venezolano, para dar munición a las campañas y acciones de guerra de todo tipo contra este país latinoamericano. Aglo que incluso una parte considerable de la oposición antichavista ha reconocido.
“Por qué el gobierno argentino compra tan de inmediato, cuál es el apuro que tenía por mostrarse peleón con Venezuela hablando de democracia, cuando la democracia la ataca mucho más la oposición y los Estados Unidos que el propio gobierno venezolano”- se preguntó Morales.
La respuesta de Venezuela no se hizo esperar, Diosdado Cabello, el presidente del la Asamblea Nacional Constituyente, manifestó que los venezolanos “no necesitan de Argentina ni de su canciller y que serán ellos los que verán de qué lado se acomodan, si de los pueblos o de los arrastrados al imperialismo”.
Y no es para menos. Como era esperable, las declaraciones del canciller argentino Felipe Solá fueron aprovechadas por el derechista Juan Guaidó para legitimar su actuación. “Puede o no haber diferencias ideológicas o de algún otro tipo con el presidente Fernández, pero claramente está señalando el atropello, la violación del Parlamento venezolano”.
El alineamiento del presidente argentino con la oposición derechista de Venezuela no constituye, en cualquier caso, la primera señal sobre la que puede ser su política internacional. Durante el gobierno de Mauricio Macri –afín a los de Donald Trump y Netanyahu- la Argentina incluyó a Hezbollah en una lista de organizaciones terroristas. Aunque Alberto Fernández prometió revisar esta decisión, tras su toma de posesión no se ha vuelto a hablar de este tema tan importante para los Estados Unidos y su principal aliado en la región, Israel.
Para Fernández resulta clave mostrarse suficientemente sumiso frente a los Estados Unidos, que ya lo felicitó por su posicionamiento reciente contra Venezuela, para lograr su apoyo en la negociación del pago de la deuda de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Dentro del kirchnerismo lo tienen claro: “tenemos que pagar la deuda” y el vecino del norte es el principal accionista del Fondo.
Ante estos primeros baños de realidad que el Ejecutivo argentino se está encargando de dar a quienes depositan en él sus esperanzas de cambio, cabe preguntarse si demostrar la misma "firmeza" en la defensa de los principios que afirma defender, para cumplir sus promesas en materia de "justicia social", frente a las previsibles reacciones de los capitalistas en defensa de sus propios intereses.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Muy poco tiempo ha sido necesario esperar para poner de manifiesto el carácter continuista en materia de política exterior del gobierno del flamante presidente de Argentina, Alberto Fernández, que tantas esperanzas suscitó en la progresía local e internacional, en contrate con el ejecutivo del ultraderechista Mauricio Macri.
Tal y como hubiera actuado el mandatario saliente, el pasado 6 de enero de 2020 la Cancillería Argentina lanzó duras críticas contra el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro, mediante un comunicado de "condena" por los incidentes ocurridos en el Parlamento venezolano durante el nombramiento de nuevas autoridades de la cámara del país sudamericano.
El canciller argentino, Felipe Solá, acusó al gobierno bolivariano -en nombre de su gobierno- de "impedir por la fuerza el funcionamiento de la Asamblea Legislativa” calificando la supuesta acción como una forma “condenarse al aislamiento internacional".
"Rechazamos esta acción e instamos al Ejecutivo venezolano a aceptar que el camino es exactamente el opuesto. La Asamblea debe elegir su presidente con total legitimidad"- manifestó el jefe de la diplomacia argentina.
El posicionamiento del gobierno argentino ha sido tan escandaloso como para provocar la reacción contrariada del conocido periodista y partidario del kirchnerismo, Víctor Hugo Morales, quien se mostró "triste" por el "repentino alineamiento del gobierno de Fernández con Estados Unidos".
Y es que no resulta necesario ser un perspicaz investigador para saber que lo acontecido en la asamblea venezolana ha sido la enésima puesta en escena del show opositor venezolano, para dar munición a las campañas y acciones de guerra de todo tipo contra este país latinoamericano. Aglo que incluso una parte considerable de la oposición antichavista ha reconocido.
“Por qué el gobierno argentino compra tan de inmediato, cuál es el apuro que tenía por mostrarse peleón con Venezuela hablando de democracia, cuando la democracia la ataca mucho más la oposición y los Estados Unidos que el propio gobierno venezolano”- se preguntó Morales.
La respuesta de Venezuela no se hizo esperar, Diosdado Cabello, el presidente del la Asamblea Nacional Constituyente, manifestó que los venezolanos “no necesitan de Argentina ni de su canciller y que serán ellos los que verán de qué lado se acomodan, si de los pueblos o de los arrastrados al imperialismo”.
Y no es para menos. Como era esperable, las declaraciones del canciller argentino Felipe Solá fueron aprovechadas por el derechista Juan Guaidó para legitimar su actuación. “Puede o no haber diferencias ideológicas o de algún otro tipo con el presidente Fernández, pero claramente está señalando el atropello, la violación del Parlamento venezolano”.
El alineamiento del presidente argentino con la oposición derechista de Venezuela no constituye, en cualquier caso, la primera señal sobre la que puede ser su política internacional. Durante el gobierno de Mauricio Macri –afín a los de Donald Trump y Netanyahu- la Argentina incluyó a Hezbollah en una lista de organizaciones terroristas. Aunque Alberto Fernández prometió revisar esta decisión, tras su toma de posesión no se ha vuelto a hablar de este tema tan importante para los Estados Unidos y su principal aliado en la región, Israel.
Para Fernández resulta clave mostrarse suficientemente sumiso frente a los Estados Unidos, que ya lo felicitó por su posicionamiento reciente contra Venezuela, para lograr su apoyo en la negociación del pago de la deuda de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Dentro del kirchnerismo lo tienen claro: “tenemos que pagar la deuda” y el vecino del norte es el principal accionista del Fondo.
Ante estos primeros baños de realidad que el Ejecutivo argentino se está encargando de dar a quienes depositan en él sus esperanzas de cambio, cabe preguntarse si demostrar la misma "firmeza" en la defensa de los principios que afirma defender, para cumplir sus promesas en materia de "justicia social", frente a las previsibles reacciones de los capitalistas en defensa de sus propios intereses.































Alejandro | Sábado, 11 de Enero de 2020 a las 20:00:44 horas
Este posicionamiento de Argentina es muy extraño, porque no hace una semana que le retiraron las credenciales al "embajador" nombrado por Guaidó
Accede para votar (0) (0) Accede para responder