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Jueves, 05 de Diciembre de 2019 Tiempo de lectura:

LA MIOPÍA DE LA FAO SOBRE LA ESCALADA DEL PRECIO DE LOS ALIMENTOS EN EL MUNDO

Los precios mundiales de los alimentos alcanzaron el nivel más alto de los dos últimos años

Los transgénicos son una falsa promesa de la industria biotecnológica para acabar con el hambre en el mundo desde que se pusieron los primeros frutos de dichas investigaciones en el mercado. De entonces hasta acá, esta solución milagrosa al hambre no ha tenido la menor constatación en la realidad.

 

Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

 

    Los transgénicos son una falsa promesa de la industria biotecnológica para acabar con el hambre en el mundo desde que se pusieron los primeros frutos de dichas investigaciones en el mercado.

 

    De entonces hasta acá, esta solución milagrosa al hambre no ha tenido la menor constatación en la realidad. El número de personas que la padecen hambre en el mundo no ha hecho sino aumentar año tras año.

 

    El más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lo ha vuelto a confirmar: los precios mundiales de los alimentos alcanzaron en noviembre pasado su nivel más alto en dos años.

 

    Según el organismo internacional, “El Índice de precios de los alimentos de la FAO, registró una media de 177,2 puntos a lo largo del mes, lo que supone un aumento del 2,7% con respecto a octubre y del 9,5% en relación al mismo período del año anterior”.

 

 

    Dicho incremento se notó especialmente en precio de la carne y en los del aceite vegetal.

 

    En el caso de la carne, el índice de precios se incrementó un 4,6%, su mayor incremento intermensual en más de una década, sobre todo en las carnes de vacuno y ovino, aunque también se registraron subidas de los precios de la carne de cerdo y de la de aves de corral. Por su parte el aceite vegetal se incrementó un 10,4% en medio de una fuerte demanda mundial de importaciones del aceite de palma, un mayor uso para la producción de biodiesel y las expectativas de una posible escasez de suministros en 2020.

 

    Pero, por qué no han sido los transgénicos una solución al hambre que sufren millones de personas en el mundo. Por supuesto que se trata de un problema mucho más dilatado y complicado, solo que  analizando  los transgénicos se pueden comprender cuestiones más amplias y profundas del problema que tienen que ver con el sistema capitalista hegemónico.

 

    Ante todo, no es solución por cuestiones meramente de mercado. Desarrollar un transgénico, puede llevar entre 10 y 15 años desde que se obtiene la planta y se sigue una cantidad enorme de test de seguridad. Por lo tanto los transgénicos que llegan a comercializarse son, entonces, los que van a tener un mercado donde venderse, o sea, en los mercados  que van a tener dinero para comprarlos. De modo que si una empresa desarrolla una planta resistente a una plaga de África no va a recuperar la inversión pues no va a tener el dinero para comprar las semillas y no se producirá.

 

     Es por ello, precisamente, que los cultivos que se han comercializado hasta la actualidad se han modificado para que adquieran ventajas para los agricultores de los países desarrollados”, asegura el científico del CSIC.

 

     La inmensa mayoría de los transgénicos actuales no son resistentes a la sequia como deberían ser los que se necesitarían para poder cultivarse en los secarrales africanos.

 

    Esta es la situación que se encuentra en la industria agrícola no transgénica donde las semillas tradicionales que usan las grandes explotaciones también las venden muy pocas empresas.

 

    Es lo que vienen haciendo multinacionales como Monsanto con los pequeños agricultores campesinos a quienes han convertido independientes de sus tecnologías para que, año tras año, tengan que comprar sus semillas y sus productos asociados para su rendimiento.

 

    Ante tal realidad, sería iluso creer que un capital transnacional tenga propósitos humanitarios y no estrictamente comercial capitalista. La evidencia histórica demuestra con creces que detrás de las transnacionales sólo se esconden retorcidos intereses de de control y dominio mundial en defensa de los cuales se han han desatado guerras devastadoras de rapiña.

 

    No se trata por lo tanto de promesas milagrosas como en su día lo fueron los agroquímicos que harían reventar los mercados de alimentos o como lo son hoy transgénicos, con sus semillas, fertilizantes y químicos mortales. No se impone la necesidad de salir de la agricultura transgénica e intesiva, nuestro reto es salir del capitalismo. 

 

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  • AMEAUXET

    AMEAUXET | Viernes, 06 de Diciembre de 2019 a las 13:11:51 horas

    LA ALIMENTACIÓN ESTÁ YA EN MANOS DE LA BOLSA CON EL FIN DE ESPECULAR Y GANAR DINERO A COSTA DEL HAMBRE DE LOS PUEBLOS...

    EL PRECIO DE LOS ALIMENTOS LO PONE EL MERCADO (LOBBYS DE LAS FINANZAS) Y NO LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA ENTRE LOS CONSUMIDORES

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