RAFAEL CORREA O EL FRACASO DEL "PROGRESISMO" SOCIALDEMÓCRATA
"La deriva derechista de Moreno tiene una mínima resistencia porque el propio Correa desactivó los movimientos sociales"
![[Img #59520]](http://canarias-semanal.org/upload/images/09_2019/5469_moreno.jpg)
Rafael Correa abrazando cariñosamente a su candidato Lenin Moreno, al que él mismo promocionó como su sucesor
Por FERMÍN DOMÍNGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Uno de los ejemplos más significativos de lo que ha significado el fracaso del progresismo socialdemócrata en Latinoamérica es el caso de Ecuador. Ostensible, si se contempla desapasionadamente el proceso que va de la “revolución ciudadana” de Rafael Correa hasta esa suerte de “progresismo moderno” de Lenin Moreno.
Un fracaso, independientemente de las acciones de la llamada “contraofensiva conservadora”, que se manifiesta en las nulas posibilidades que ha dejado aquel movimiento para generar o alentar hoy condiciones que permitan trabajar en la transformación de la sociedad ecuatoriana.
El antropólogo ecuatoriano Mauro Cerbino, en una entrevista concedida al diario argentino Página 12, trató de dilucidar aspectos de la insólita situación política que está teniendo lugar en su país. En sus respuestas, Cerbino no dudo en denunciar la responsabilidad política que el expresidente Rafael Correa ha tenido en relación con la vertiginosa deriva derechista que se está produciendo en el Ecuador.
En su análisis sobre el proceso polÍtico ecuatoriano, Mauro Cerbino llama la atención sobre el hecho de que la deriva derechista protagonizada por Moreno está teniendo una mínima resistencia social.
Entre los factores que explican el fenómeno, se encuentra, en opinión de este antropólogo, la desactivación total de la figura de Rafael Correa, habiendo sido paradójicamente un presidente que concluyó su mandato con una valoración positiva por parte de la sociedad ecuatoriana.
“Desde el punto de vista simbólico, pesa mucho que Correa se haya ido a otro país a poco de haber terminado su gobierno. En algunos casos, eso debe haber producido algún tipo de escozor; creo que esa decisión ha tenido sus defectos en términos simbólicos”.
Un señalamiento que Cerbiño no disocia del contexto en el que se produce:
“Luego están los cuadros intermedios de ese movimiento que – enfatiza - nunca quiso ser partido. No es posible construir un escenario político si no se crea una organización que se parezca a la estructura de un partido. La idea de movimiento dura un tiempo, pero luego debe convertirse en otra cosa, especialmente cuando el movimiento político tiene aspiraciones de gobierno”.
Y vuelve a centrar su análisis en la persona del líder del movimiento:
“Por eso, cuando cae el gran líder que personificó el proceso, que incluyó públicos muy diferentes en colectividades —no solamente las clases más plebeyas o parte de la clase media, sino que también convenció a otros sectores— que se identificaron con ese líder, no hay recambio. Ese liderazgo fuerte permitió que se mantuviese el proceso a lo largo del tiempo. Pero el líder no es vitalicio. Por eso, cuando cae el líder muestra la costura y, con ello, sus límites. El populismo en general tiene esta paradoja: un liderazgo fuerte viabiliza procesos de cambio a veces acelerados, y a la vez representa un límite debido a la incapacidad de ser reemplazado.
En opinión del antropólogo ecuatoriano, para comprender la situación político-social que vive hoy Ecuador con el gobierno que preside Lenin Moreno, resulta inevitable cuestionarse la responsabilidad que ha tenido en ello el gobierno que lo precedió.
“El anterior gobierno también neutralizó, incluso, las mínimas capacidades de resistencia y de protesta que podían persistir en este país. Desarticuló los movimientos sociales, despotenciándolos. Un país sin movimientos sociales pierde la columna vertebral, y por ende, la posibilidad de organizar políticamente, toda acción de protesta”.
¿Dónde está la capacidad de organizarse políticamente y generar presión sobre el gobierno o el Parlamento para no retroceder a antes de 2007? […]".
Correa - afirma Cerbiño - contribuyó a crear una sociedad política neutralizada, vaciada de vocabulario progresista, sembrando las condiciones para el actual gobierno de Lenin Moreno, que está administrando una transición hacia la derecha radical".
"Como consecuencia de ello - concluye el antropólogo -no veo ninguna posibilidad de resistencia y oposición de ningún tipo en este momento".
VÍDEO RELACIONADO: Rafael Correa entrevista al ex presidente de Uruguay Pepe Mujica, quien recientemente calificaba a Venezuela como una "dictadura", y lo reconoce como uno de sus principales "referentes"
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Rafael Correa abrazando cariñosamente a su candidato Lenin Moreno, al que él mismo promocionó como su sucesor
Por FERMÍN DOMÍNGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Uno de los ejemplos más significativos de lo que ha significado el fracaso del progresismo socialdemócrata en Latinoamérica es el caso de Ecuador. Ostensible, si se contempla desapasionadamente el proceso que va de la “revolución ciudadana” de Rafael Correa hasta esa suerte de “progresismo moderno” de Lenin Moreno.
Un fracaso, independientemente de las acciones de la llamada “contraofensiva conservadora”, que se manifiesta en las nulas posibilidades que ha dejado aquel movimiento para generar o alentar hoy condiciones que permitan trabajar en la transformación de la sociedad ecuatoriana.
El antropólogo ecuatoriano Mauro Cerbino, en una entrevista concedida al diario argentino Página 12, trató de dilucidar aspectos de la insólita situación política que está teniendo lugar en su país. En sus respuestas, Cerbino no dudo en denunciar la responsabilidad política que el expresidente Rafael Correa ha tenido en relación con la vertiginosa deriva derechista que se está produciendo en el Ecuador.
En su análisis sobre el proceso polÍtico ecuatoriano, Mauro Cerbino llama la atención sobre el hecho de que la deriva derechista protagonizada por Moreno está teniendo una mínima resistencia social.
Entre los factores que explican el fenómeno, se encuentra, en opinión de este antropólogo, la desactivación total de la figura de Rafael Correa, habiendo sido paradójicamente un presidente que concluyó su mandato con una valoración positiva por parte de la sociedad ecuatoriana.
“Desde el punto de vista simbólico, pesa mucho que Correa se haya ido a otro país a poco de haber terminado su gobierno. En algunos casos, eso debe haber producido algún tipo de escozor; creo que esa decisión ha tenido sus defectos en términos simbólicos”.
Un señalamiento que Cerbiño no disocia del contexto en el que se produce:
“Luego están los cuadros intermedios de ese movimiento que – enfatiza - nunca quiso ser partido. No es posible construir un escenario político si no se crea una organización que se parezca a la estructura de un partido. La idea de movimiento dura un tiempo, pero luego debe convertirse en otra cosa, especialmente cuando el movimiento político tiene aspiraciones de gobierno”.
Y vuelve a centrar su análisis en la persona del líder del movimiento:
“Por eso, cuando cae el gran líder que personificó el proceso, que incluyó públicos muy diferentes en colectividades —no solamente las clases más plebeyas o parte de la clase media, sino que también convenció a otros sectores— que se identificaron con ese líder, no hay recambio. Ese liderazgo fuerte permitió que se mantuviese el proceso a lo largo del tiempo. Pero el líder no es vitalicio. Por eso, cuando cae el líder muestra la costura y, con ello, sus límites. El populismo en general tiene esta paradoja: un liderazgo fuerte viabiliza procesos de cambio a veces acelerados, y a la vez representa un límite debido a la incapacidad de ser reemplazado.
En opinión del antropólogo ecuatoriano, para comprender la situación político-social que vive hoy Ecuador con el gobierno que preside Lenin Moreno, resulta inevitable cuestionarse la responsabilidad que ha tenido en ello el gobierno que lo precedió.
“El anterior gobierno también neutralizó, incluso, las mínimas capacidades de resistencia y de protesta que podían persistir en este país. Desarticuló los movimientos sociales, despotenciándolos. Un país sin movimientos sociales pierde la columna vertebral, y por ende, la posibilidad de organizar políticamente, toda acción de protesta”.
¿Dónde está la capacidad de organizarse políticamente y generar presión sobre el gobierno o el Parlamento para no retroceder a antes de 2007? […]".
Correa - afirma Cerbiño - contribuyó a crear una sociedad política neutralizada, vaciada de vocabulario progresista, sembrando las condiciones para el actual gobierno de Lenin Moreno, que está administrando una transición hacia la derecha radical".
"Como consecuencia de ello - concluye el antropólogo -no veo ninguna posibilidad de resistencia y oposición de ningún tipo en este momento".
VÍDEO RELACIONADO: Rafael Correa entrevista al ex presidente de Uruguay Pepe Mujica, quien recientemente calificaba a Venezuela como una "dictadura", y lo reconoce como uno de sus principales "referentes"

































jose antonio | Martes, 17 de Septiembre de 2019 a las 13:31:20 horas
no se puede ir de dulce. ni con la socialdemocracia. y menos aun con los conservadores. mas moderados. a la menor. que te descuidas. te la clavan mas que bien por detrás. y eso fue lo que le sucedió, a Rafael Correa ex presidente del ecuador. ahora aun rectificando. costara, que salga un presidente, honesto y honrrado. tanto el gobierno de usa, y sus satélites. buscaran las miles de formas. de que por el voto democrático. no les salga un presidente, rebelde. y se incline. siempre en favor del movimiento obrero. muchos paises de latino america. son rehenes. del poder del gobierno de usa. por el momento. ya el hombre de la foto. es mejor ni comentar. un hombre, que ante los medios del capital. va de campechano, y honrrado. pero cuando te descuidas. te la clava. pero bien. de esto ya es bastante lo dicho. saludos.
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