
EX TTE. GONZALO SEGURA: "TENEMOS UNA TV QUE OFERTA SANGRE, MORBO Y VÍSCERAS"
Nieves Herrero y Pepe Navarro inauguraron con sus programas televisivos de casqueria lo que actualmente tenemos.
En opinión del ex teniente , la desaparición de una gran deportista española, que finalmente fue hallada muerta, debería suponer un punto de reflexión e inflexión para todos nosotros.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Escribe en un último artículo suyo Luis Gonzalo Segura, el ex teniente del Ejército de Tierra español que fue expulsado del Ejército por denunciar la corrupción en sus cúpulas, que la telecasquería en España fue inaugurada oficialmente hace tres décadas, en los años noventa, con el 'caso de Alcàsser', en el que tres niñas llamadas Miriam, Toñi y Desiré fueron secuestradas, violadas, torturadas y asesinadas. Aunque antes hubo algunos episodios, fue en el caso de Alcàsser cuando Nieves Herrero o Pepe Navarro convirtieron los platós de televisión en el típico bar en el que personas con poco juicio y mucho alcohol se muestran dispuestas a sostener cualquier teoría por disparatada que sea...
"Desde entonces, - agrega Gonzalo Segura - contemplar los despojos mediáticos en las televisiones españolas cada vez que un cadáver o su posible existencia hace presencia no solo resulta natural, sino hasta adictivo. Pareciera que la audiencia pide más sangre. Más morbo. Más vísceras. Una joven violada y asesinada, un niño desaparecido y asesinado por su madrastra, un niño caído a un pozo. Historias que ni el mejor guionista conseguiría que se conviertan en un 'prime time' interminable en el horario en el que se debería informar, educar y difundir. Novelones erosionando el tiempo y el espacio de la información. Peor aún, con mal gusto, gran desconocimiento y poco sentido común. Como en el bar del que hablábamos, pero ya de madrugada, cuando casi todos están borrachos. Solo que a plena luz del día y en los mejores platós de televisión y en los diarios y radios de mayor difusión ".
El último espantajo se produce - escribe - con la desaparición de una gran deportista española, que finalmente fue hallada muerta. Según el exteniente, este caso que debería suponer un punto de reflexión e inflexión para todos nosotros.
"En primer lugar, y aunque es cierto que los propios familiares solicitaron ayuda para encontrar a la entonces desaparecida, lo cierto es que el dispositivo en medios de comunicación y equipos de rescate fue complemente desmesurado. Con ello no quiero decir que no se debiera haber hecho un gran esfuerzo por encontrarla, sino que se debería haber hecho un gran esfuerzo por encontrarla igual que con cualquier otra persona
En opinión del ex militar, "ha llegado el momento de actuar desde la política y legislar este tipo de informaciones para defender al más débil, porque un desaparecido o un muerto, lo es. Y porque además no puede defenderse por sí mismo. Debe prohibirse que ante una situación semejante se difunda ningún tipo de información ni se participe de ningún tipo de debate que no contribuya realmente al esclarecimiento de los hechos o la búsqueda de la persona desaparecida. Curiosamente, lo que menos se hace en estos casos es criticar la labor policial, la cual sí sería legitimo poner en duda o cuestionar en caso de error. Pero difundir información personal sobre el desaparecido o el fallecido, salvo que medie un interés público porque ello suponga desvelar un elemento clave, debería estar prohibido y solo un juez debería poder permitir la difusión de semejante información".
"Porque de lo que realmente deberían estar interesados los medios no es de entrevistar al perro del desaparecido o la desaparecida —literal— ni de realizar un despliegue televisivo con decenas de personas implicadas, sino de informar sobre los suicidios, cuáles son las razones, las tasas o la forma de reducirlos en la medida de lo posible. Porque si bien un suicidio particular se puede convertir en un plato de casquería mal cocinado, lo cierto es que un problema como el suicidio en raras ocasiones es tratado como debería. Es decir, los medios de comunicación deben abandonar lo particular para adentrarse en lo general. Dejar la casquería para dedicarse a la investigación y la información. Lo primero entretiene tanto como repugna, lo segundo nos enriquece como sociedad y nos hace mejores".
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Escribe en un último artículo suyo Luis Gonzalo Segura, el ex teniente del Ejército de Tierra español que fue expulsado del Ejército por denunciar la corrupción en sus cúpulas, que la telecasquería en España fue inaugurada oficialmente hace tres décadas, en los años noventa, con el 'caso de Alcàsser', en el que tres niñas llamadas Miriam, Toñi y Desiré fueron secuestradas, violadas, torturadas y asesinadas. Aunque antes hubo algunos episodios, fue en el caso de Alcàsser cuando Nieves Herrero o Pepe Navarro convirtieron los platós de televisión en el típico bar en el que personas con poco juicio y mucho alcohol se muestran dispuestas a sostener cualquier teoría por disparatada que sea...
"Desde entonces, - agrega Gonzalo Segura - contemplar los despojos mediáticos en las televisiones españolas cada vez que un cadáver o su posible existencia hace presencia no solo resulta natural, sino hasta adictivo. Pareciera que la audiencia pide más sangre. Más morbo. Más vísceras. Una joven violada y asesinada, un niño desaparecido y asesinado por su madrastra, un niño caído a un pozo. Historias que ni el mejor guionista conseguiría que se conviertan en un 'prime time' interminable en el horario en el que se debería informar, educar y difundir. Novelones erosionando el tiempo y el espacio de la información. Peor aún, con mal gusto, gran desconocimiento y poco sentido común. Como en el bar del que hablábamos, pero ya de madrugada, cuando casi todos están borrachos. Solo que a plena luz del día y en los mejores platós de televisión y en los diarios y radios de mayor difusión ".
El último espantajo se produce - escribe - con la desaparición de una gran deportista española, que finalmente fue hallada muerta. Según el exteniente, este caso que debería suponer un punto de reflexión e inflexión para todos nosotros.
"En primer lugar, y aunque es cierto que los propios familiares solicitaron ayuda para encontrar a la entonces desaparecida, lo cierto es que el dispositivo en medios de comunicación y equipos de rescate fue complemente desmesurado. Con ello no quiero decir que no se debiera haber hecho un gran esfuerzo por encontrarla, sino que se debería haber hecho un gran esfuerzo por encontrarla igual que con cualquier otra persona
En opinión del ex militar, "ha llegado el momento de actuar desde la política y legislar este tipo de informaciones para defender al más débil, porque un desaparecido o un muerto, lo es. Y porque además no puede defenderse por sí mismo. Debe prohibirse que ante una situación semejante se difunda ningún tipo de información ni se participe de ningún tipo de debate que no contribuya realmente al esclarecimiento de los hechos o la búsqueda de la persona desaparecida. Curiosamente, lo que menos se hace en estos casos es criticar la labor policial, la cual sí sería legitimo poner en duda o cuestionar en caso de error. Pero difundir información personal sobre el desaparecido o el fallecido, salvo que medie un interés público porque ello suponga desvelar un elemento clave, debería estar prohibido y solo un juez debería poder permitir la difusión de semejante información".
"Porque de lo que realmente deberían estar interesados los medios no es de entrevistar al perro del desaparecido o la desaparecida —literal— ni de realizar un despliegue televisivo con decenas de personas implicadas, sino de informar sobre los suicidios, cuáles son las razones, las tasas o la forma de reducirlos en la medida de lo posible. Porque si bien un suicidio particular se puede convertir en un plato de casquería mal cocinado, lo cierto es que un problema como el suicidio en raras ocasiones es tratado como debería. Es decir, los medios de comunicación deben abandonar lo particular para adentrarse en lo general. Dejar la casquería para dedicarse a la investigación y la información. Lo primero entretiene tanto como repugna, lo segundo nos enriquece como sociedad y nos hace mejores".
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