
CHINA, O SU PECULIAR VÍA "SOCIALISTA" HACIA EL CAPITALISMO
La evolución económica de China vista a través de Ma Yun, un multimillonario chino que posee la friolera de 34 mil millones de dólares
¿Cómo poder digerir el hecho de que uno de los capitalistas más ricos del mundo sea simultáneamente miembro del Partido Comunista chino ? La coartada ideológica que utiliza la actual burocracia partidaria china para justificar la vía del desarrollo capitalista del país, intenta apuntalarse en una tesis ideológica, que no tiene nada de marxista, según la cual el Partido Comunista debe representar las demandas de las "fuerzas productivas más avanzadas del país". Pero ¿es realmente eso lo que ha hecho posible el desarrollo del país? se pregunta nuestro colaborador Aday Quesada.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Ma Yun tiene tan sólo 54 años. Sin embargo, es el hombre más rico de China. Según la conocida revista estadounidense Forbes, su patrimonio en el año 2018 alcanzó la friolera de 34.6 mil millones de dólares. Ma ocupa el vigésimo lugar en la lista de los hombres más ricos del mundo. Y dentro de esa categoría, es el séptimo más rico en la rama tecnológica a nivel planetario.
Para que el lector pueda aproximarse más al perfil de este
multimillonario chino, bastará con decir que fue el fundador de "Alibaba Group", un auténtico gigante de la economía mundial, integrado por un amplio conglomerado de empresas que operan en comercio electrónico, comercio minorista, plataformas de pago, motores de búsqueda para compras, inteligencia artificial y computación en Internet.
Según la revista Fortune, "Alibabá" tiene un valor en el mercado que el año pasado superó con creces el medio billón de dólares, ocupando el noveno lugar en el ranking mundial de empresas por valor de mercado.
El pasado mes de septiembre, el supermagnate Ma anunció "urbi et orbi" que abandonaría el puesto de presidente ejecutivo de Alibaba el próximo año, con el fin de poderse dedicar a actividades "filantrópicas".
En los países del capitalismo occidental a la figura de Ma Yun no por casualidad se la tiene en muy alta estima . Los capitalistas occidentales tienen poderosas razones ideológicas para tal consideración. La antes citada revista Forbes, por ejemplo, lo incluyó en el año 2010 en la lista de "Héroes de la filantropía de Asia" en la lucha en contra de la pobreza, por "su ayuda a los agricultores a incrementar sus cosechas".
En esa línea, el supermillonario Ma ha recibido de la multinacional de la de comunicación estadounidense Bloomberg, elogios de este talante:
"Su visión ha cambiado a China. Mientras que Ma planea dejar "Alibaba Group Holding Ltd", su legado se proyectará, sin embargo, en el tiempo. Ha hecho mucho más que crear y construir un gigante de comercio electrónico, por lo que es la compañía más valiosa de Asia. Demostró que una empresa privada innovadora podría prosperar bajo el régimen de un Partido Comunista que una vez le fue hostil. Ma, - aseguraba este poderoso medio de comunicación del capitalismo occidental -, demostró que el éxito empresarial puede coexistir con el régimen comunista, allanando el camino para futuras transformaciones".
No es sorprendente que la figura de un capitalista rico y poderoso en un Estado todavía oficialmente "socialista", atraiga las simpatías y la admiración de los grupos cuyo propósito es servir de pedestal para los hombres más ricos del mundo. Estos medios, como lo atestigua claramente el artículo de Bloomberg, exhiben a Ma Yun como la prueba de que la visión personal y la meritocrática pueden prevalecer sobre los valores del "comunismo", o de aquello que en los Estados Unidos se percibe como tal.
Pero las relaciones del multimillonario Ma con Occidente no han circunscrito a la mera apreciación de sus medios de comunicación. Ma Yun estableció intensos nexos con Donald Trump. Fue, por ejemplo, uno de los primeros en felicitarlo después de su victoria electoral.
No obstante, hay aspectos que llaman la atención sobre la figura de este personaje que se producen dentro de la propia China . Según el periódico "The Economist", Ma Yun se ha convertido en una suerte de fuente de inspiración referencial para la nueva generación empresarial china dedicada a la comercialización de productos informáticos y tecnológicos.
LA PECULIAR VÍA "SOCIALISTA" CHINA HACIA EL CAPITALISMO
No obstante, la exaltación abierta y entusiasta de la figura de Ma, paradójicamente tiene su origen en el propio Partido Comunista chino. Ha sido nada menos que su Comité Central el que, con muchos bombos y platillos, lo ha condecorado junto con multimillonarios como Ma Huateng, la segunda fortuna de China, o Robin Li, la octava fortuna de ese país, por sus importantes contribuciones a las "reformas y a la apertura". En opinión del Comité Central del Partido Comunista chino, el trío constituye "una poderosa fuerza impulsora para la demanda interna", citando expresamente los logros de la empresa multinacional "Alibaba". El Comité Central del Partido comunicó oficialmente, además, que Ma Yun es un militante "comunista".
¿Cómo poder digerir el hecho de que uno de los capitalistas más ricos del mundo sea simultáneamente miembro del Partido Comunista? La explicación reside en el hecho de que en China es la propia burocracia que ocupa la actual dirección del Partido la que ha protagonizado y favorecido a lo largo de los ultimos decenios la deriva procapitalista que sigue el país.
La coartada ideológica que utiliza la burocracia china para justificar la vía de desarrollo capitalista emprendida en China durante la década de los 80 del siglo pasado, trata de apuntalarse en una tesis ideológica, que no tiene nada de marxista, según la cual el Partido Comunista debe representar las demandas de las "fuerzas productivas más avanzadas del país, garantizando los intereses de los sectores más amplios de la población".
Pero ¿qué es lo que realmente ha podido suceder en China para que con asombrosa docilidad, tanto el Partido Comunista como la sociedad, hayan abandonado el proyecto de una sociedad igualitaria, sin aparente resistencia?
La explicación hay que encontrarla en el hecho de que a partir de las reformas del mercado que tuvieron lugar en 1978, en China se ha producido una vertiginosa ampliación y consolidación de las clases empresariales, nacidas de la masiva privatización y liberalización de la propiedad pública. El propio Partido Comunista vio reflejada en su composición social lo que ya estaba sucediendo en el conjunto de la sociedad china. Desde principios del presente milenio, el porcentaje de militantes con origen trabajador o campesino fue reduciéndose acelerada y notablemente. De manera simultánea, aumentó en un volumen equivalente el número de militantes del Partido con origen funcionarial o burocrático.
Ese cambio en la composición de la militancia partidaria, no fue un hecho casual. A partir de ese momento empezaron a darse las condiciones para que el propio Partido, cambiada su composición social, pudiera formular como objetivo la apertura formal de sus puertas a los nuevos empresarios nacidos de las reformas económicas. O dicho sin ambages: la sustitución de la vieja militancia obrera y campesina por sujetos provenientes del "nuevo capitalismo", que en realidad es tan viejo como aquel que se inauguró en el mundo hace tres siglos. A partir de ese punto todo fue coser y cantar.
Hay quienes, considerándose a sí mismos como comunistas, proyectan sus simpatías hacia la económicamente pujante República Popular China, creyendo, ingenuamente, que es todavía el viejo Partido Comunista la organización que dirige los destinos de ese país. La verdad es que quienes así piensan han quedado lamentablemente anclados en una realidad del pasado, pero inexistente en la actualidad. Del Estado chino de Mao Tse-tung sólo se conserva su efigie en las monedas y en los billetes. Otra cosa es que en la memoria histórica de la gente, en la memoria del pueblo chino, quede todavía la conciencia de que fueron los comunistas chinos los que liberaron al país, sacándolo del atraso de un feudalismo secular.
Un superficial análisis de su economía y de sus relaciones comerciales internacionales, nos lleva a la inevitable conclusión de que del "socialismo" en China apenas se conserva nada. Con la derrota de los sectores revolucionarios en el seno del PC, la economía china empezó a dar un giro de 180 grados hace décadas, emprendiendo un rumbo inequívocamente capitalista.
Una nueva clase social de potentados empresarios capitalistas y de burócratas estatales a su servicio han ido definiendo la arquitectura de su desarrollo económico a lo largo de los últimos decenios. El número de habitantes, los bajos salarios de la poblacion trabajadora y las serias deficiencias en las prestaciones sociales son los factores que han permitido una gigantesca acumulación de capitales que es la que financia la actual pujanza de su economía.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Ma Yun tiene tan sólo 54 años. Sin embargo, es el hombre más rico de China. Según la conocida revista estadounidense Forbes, su patrimonio en el año 2018 alcanzó la friolera de 34.6 mil millones de dólares. Ma ocupa el vigésimo lugar en la lista de los hombres más ricos del mundo. Y dentro de esa categoría, es el séptimo más rico en la rama tecnológica a nivel planetario.
Para que el lector pueda aproximarse más al perfil de este multimillonario chino, bastará con decir que fue el fundador de "Alibaba Group", un auténtico gigante de la economía mundial, integrado por un amplio conglomerado de empresas que operan en comercio electrónico, comercio minorista, plataformas de pago, motores de búsqueda para compras, inteligencia artificial y computación en Internet.
Según la revista Fortune, "Alibabá" tiene un valor en el mercado que el año pasado superó con creces el medio billón de dólares, ocupando el noveno lugar en el ranking mundial de empresas por valor de mercado.
El pasado mes de septiembre, el supermagnate Ma anunció "urbi et orbi" que abandonaría el puesto de presidente ejecutivo de Alibaba el próximo año, con el fin de poderse dedicar a actividades "filantrópicas".
En los países del capitalismo occidental a la figura de Ma Yun no por casualidad se la tiene en muy alta estima . Los capitalistas occidentales tienen poderosas razones ideológicas para tal consideración. La antes citada revista Forbes, por ejemplo, lo incluyó en el año 2010 en la lista de "Héroes de la filantropía de Asia" en la lucha en contra de la pobreza, por "su ayuda a los agricultores a incrementar sus cosechas".
En esa línea, el supermillonario Ma ha recibido de la multinacional de la de comunicación estadounidense Bloomberg, elogios de este talante:
"Su visión ha cambiado a China. Mientras que Ma planea dejar "Alibaba Group Holding Ltd", su legado se proyectará, sin embargo, en el tiempo. Ha hecho mucho más que crear y construir un gigante de comercio electrónico, por lo que es la compañía más valiosa de Asia. Demostró que una empresa privada innovadora podría prosperar bajo el régimen de un Partido Comunista que una vez le fue hostil. Ma, - aseguraba este poderoso medio de comunicación del capitalismo occidental -, demostró que el éxito empresarial puede coexistir con el régimen comunista, allanando el camino para futuras transformaciones".
No es sorprendente que la figura de un capitalista rico y poderoso en un Estado todavía oficialmente "socialista", atraiga las simpatías y la admiración de los grupos cuyo propósito es servir de pedestal para los hombres más ricos del mundo. Estos medios, como lo atestigua claramente el artículo de Bloomberg, exhiben a Ma Yun como la prueba de que la visión personal y la meritocrática pueden prevalecer sobre los valores del "comunismo", o de aquello que en los Estados Unidos se percibe como tal.
Pero las relaciones del multimillonario Ma con Occidente no han circunscrito a la mera apreciación de sus medios de comunicación. Ma Yun estableció intensos nexos con Donald Trump. Fue, por ejemplo, uno de los primeros en felicitarlo después de su victoria electoral.
No obstante, hay aspectos que llaman la atención sobre la figura de este personaje que se producen dentro de la propia China . Según el periódico "The Economist", Ma Yun se ha convertido en una suerte de fuente de inspiración referencial para la nueva generación empresarial china dedicada a la comercialización de productos informáticos y tecnológicos.
LA PECULIAR VÍA "SOCIALISTA" CHINA HACIA EL CAPITALISMO
No obstante, la exaltación abierta y entusiasta de la figura de Ma, paradójicamente tiene su origen en el propio Partido Comunista chino. Ha sido nada menos que su Comité Central el que, con muchos bombos y platillos, lo ha condecorado junto con multimillonarios como Ma Huateng, la segunda fortuna de China, o Robin Li, la octava fortuna de ese país, por sus importantes contribuciones a las "reformas y a la apertura". En opinión del Comité Central del Partido Comunista chino, el trío constituye "una poderosa fuerza impulsora para la demanda interna", citando expresamente los logros de la empresa multinacional "Alibaba". El Comité Central del Partido comunicó oficialmente, además, que Ma Yun es un militante "comunista".
¿Cómo poder digerir el hecho de que uno de los capitalistas más ricos del mundo sea simultáneamente miembro del Partido Comunista? La explicación reside en el hecho de que en China es la propia burocracia que ocupa la actual dirección del Partido la que ha protagonizado y favorecido a lo largo de los ultimos decenios la deriva procapitalista que sigue el país.
La coartada ideológica que utiliza la burocracia china para justificar la vía de desarrollo capitalista emprendida en China durante la década de los 80 del siglo pasado, trata de apuntalarse en una tesis ideológica, que no tiene nada de marxista, según la cual el Partido Comunista debe representar las demandas de las "fuerzas productivas más avanzadas del país, garantizando los intereses de los sectores más amplios de la población".
Pero ¿qué es lo que realmente ha podido suceder en China para que con asombrosa docilidad, tanto el Partido Comunista como la sociedad, hayan abandonado el proyecto de una sociedad igualitaria, sin aparente resistencia?
La explicación hay que encontrarla en el hecho de que a partir de las reformas del mercado que tuvieron lugar en 1978, en China se ha producido una vertiginosa ampliación y consolidación de las clases empresariales, nacidas de la masiva privatización y liberalización de la propiedad pública. El propio Partido Comunista vio reflejada en su composición social lo que ya estaba sucediendo en el conjunto de la sociedad china. Desde principios del presente milenio, el porcentaje de militantes con origen trabajador o campesino fue reduciéndose acelerada y notablemente. De manera simultánea, aumentó en un volumen equivalente el número de militantes del Partido con origen funcionarial o burocrático.
Ese cambio en la composición de la militancia partidaria, no fue un hecho casual. A partir de ese momento empezaron a darse las condiciones para que el propio Partido, cambiada su composición social, pudiera formular como objetivo la apertura formal de sus puertas a los nuevos empresarios nacidos de las reformas económicas. O dicho sin ambages: la sustitución de la vieja militancia obrera y campesina por sujetos provenientes del "nuevo capitalismo", que en realidad es tan viejo como aquel que se inauguró en el mundo hace tres siglos. A partir de ese punto todo fue coser y cantar.
Hay quienes, considerándose a sí mismos como comunistas, proyectan sus simpatías hacia la económicamente pujante República Popular China, creyendo, ingenuamente, que es todavía el viejo Partido Comunista la organización que dirige los destinos de ese país. La verdad es que quienes así piensan han quedado lamentablemente anclados en una realidad del pasado, pero inexistente en la actualidad. Del Estado chino de Mao Tse-tung sólo se conserva su efigie en las monedas y en los billetes. Otra cosa es que en la memoria histórica de la gente, en la memoria del pueblo chino, quede todavía la conciencia de que fueron los comunistas chinos los que liberaron al país, sacándolo del atraso de un feudalismo secular.
Un superficial análisis de su economía y de sus relaciones comerciales internacionales, nos lleva a la inevitable conclusión de que del "socialismo" en China apenas se conserva nada. Con la derrota de los sectores revolucionarios en el seno del PC, la economía china empezó a dar un giro de 180 grados hace décadas, emprendiendo un rumbo inequívocamente capitalista.
Una nueva clase social de potentados empresarios capitalistas y de burócratas estatales a su servicio han ido definiendo la arquitectura de su desarrollo económico a lo largo de los últimos decenios. El número de habitantes, los bajos salarios de la poblacion trabajadora y las serias deficiencias en las prestaciones sociales son los factores que han permitido una gigantesca acumulación de capitales que es la que financia la actual pujanza de su economía.
Tamarant | Domingo, 07 de Julio de 2019 a las 17:40:00 horas
Efemérides:
A principios de 1980 Carlos Puebla cantautor cubano, compuso una canción en la que hablaba sobre “los amarilleros de Asia”, pues los chinos le facilitaron a ( **** s: **** es.wikipedia **** /wiki/Jonas_Savimbi ) Holden Robertoy a Jonas Savimbi, toda la logística y armamento para crear un “ejército” y derrotar el gobierno de Eduardo Do Santos que había conseguido la independencia de Angola.
Pues la cosa no a dado tregua, hoy los chinos un país capitalista, explotador se encuentra hoy enfrentado por el control de los mercados con el imperialismo de los EE.UU. Pero los chinos al igual que los rusos son unos criminales pervertidos, que después de traicionar a LENIN y a los que hicieron la revolución que consiguieron con enormes sacrificios el desarrollo de esos países, HOY LOS TECNÓCRATAS que se hicieron con el control del estado, trafican y negocia con criminales de guerra; trafican y negocian con seres humanos como si de ganado se tratara. Lo único que les importa son sus dividendos.
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