LAS GUERRAS DE EE.UU: UN PELIGRO PARA LOS PROPIOS ESTADOUNIDENSES
Lo que no dice la demócrata Elizabeth Warren en su crítica a Trump por su hostilidad hacia Irán.
Estados Unidos ha librado todas las guerras contra lo que llaman “el mal del mundo” pero este no ha resultado ser más seguro tal y como se pregona desde las doctrinas de las denominadas guerras preventivas o humanitarias.
Por JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Estados Unidos ha librado todas las guerras contra lo que denominan “el mal” en el mundo, pero éste no ha resultado ser más seguro tal y como pregona la propaganda norteamericana y las doctrinas de las denominadas guerras preventivas o humanitarias. En realidad, ha sucedido todo lo contrario. Y a la devastación provocada por estas guerras se le ha sumado una creciente inestabilidad en las zonas afectadas, también funcional para los propósitos de hegemonía y control mundial de Washington.
Pero si la verdadera finalizada de las intervenciones norteamericana no puede ser reconocida por las elites de esta potencia, una parte de ella si puede llegar a admitir que sus guerras pueden llegar a ser contraproducentes para los intereses que promueven. Al menos, cuando esta "autocrítica" se utiliza en el juego contra los adversarios políticos. Así lo acaba de hacer la senadora estadounidense Elizabeth Warren, criticando a Donald Trump, por su política hostil hacia Irán.
“Él ha creado una crisis que ha llevado a nuestro país al borde de la guerra (…) Él no nos ha hecho más seguros. Ha puesto a Estados Unidos en mayor riesgo”- manifestó la precandidata presidencial demócrata Elizabeth Warren.
En declaraciones ofrecidas el martes en Miami, Warren aseguró que las políticas del magnate republicano han hecho el Oriente Medio y el mundo entero, en general, cada vez más peligroso.
Ante tal coyuntura, la representante demócrata por el estado de Massachusetts pidió al Gobierno estadounidense que trabaje con sus aliados para encontrar una solución diplomática a las tensiones actuales con Irán.
“La política exterior por tuit no nos funciona”, aseveró Warren, refiriéndose a los continuos mensajes que envía Trump a través de Twitter. El lunes, mediante esta red social, amenazó a Irán con responder con “fuerza abrumadora” a cualquier ataque contra objetivos estadounidenses.
Estas declaraciones se producen en momentos de alta tensión entre Teherán y Washington. Desde su salida unilateral del acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 —entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania—, Trump ha aplicado una política de “máxima presión” sobre la república islámica.
En su última medida hostil hacia Irán, Washington impuso el lunes nuevas sanciones contra altas autoridades de la República Islámica, entre ellas, el canciller Mohamad Yavad Zarif y el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, por el derribo de una aeronave no tripulada (dron) espía estadounidense en el sur del país persa.
La República Islámica ha aseverado en reiteradas ocasiones que no quiere entablar guerra con nadie, pero que está bien preparada para hacer frente a cualquier eventualidad bélica. Además, resalta que los embargos de Estados Unidos muestran su falta de respeto a las normativas internacionales.
Sin embargo, esta crítica de la senadora demócrata no da cuenta del porqué de la aparente incoherencia entre el discurso de la propaganda de guerra imperialista y la verdad de los hechos que cuestiona.
Alcanza un "Mundo más seguro" ha sido el argumento estrella de la propaganda estadounidense a la hora de legitimar su agenda belicista por el mundo. Básicamente, porque se trata de uno de los principios centrales de la propaganda de guerra.
Lo que jamás se puede reconocer ante los pueblos de las potencias que promueven estas intervenciones son las verdaderas razones por las que se hace la guerra. Nunca escucharemos a la candidata demócrata admitir que la guerra sea hace por el petróleo, por el gas, por cualquier materia prima o por intereses geoestratégicos igualmente espurios.
Por JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Estados Unidos ha librado todas las guerras contra lo que denominan “el mal” en el mundo, pero éste no ha resultado ser más seguro tal y como pregona la propaganda norteamericana y las doctrinas de las denominadas guerras preventivas o humanitarias. En realidad, ha sucedido todo lo contrario. Y a la devastación provocada por estas guerras se le ha sumado una creciente inestabilidad en las zonas afectadas, también funcional para los propósitos de hegemonía y control mundial de Washington.
Pero si la verdadera finalizada de las intervenciones norteamericana no puede ser reconocida por las elites de esta potencia, una parte de ella si puede llegar a admitir que sus guerras pueden llegar a ser contraproducentes para los intereses que promueven. Al menos, cuando esta "autocrítica" se utiliza en el juego contra los adversarios políticos. Así lo acaba de hacer la senadora estadounidense Elizabeth Warren, criticando a Donald Trump, por su política hostil hacia Irán.
“Él ha creado una crisis que ha llevado a nuestro país al borde de la guerra (…) Él no nos ha hecho más seguros. Ha puesto a Estados Unidos en mayor riesgo”- manifestó la precandidata presidencial demócrata Elizabeth Warren.
En declaraciones ofrecidas el martes en Miami, Warren aseguró que las políticas del magnate republicano han hecho el Oriente Medio y el mundo entero, en general, cada vez más peligroso.
Ante tal coyuntura, la representante demócrata por el estado de Massachusetts pidió al Gobierno estadounidense que trabaje con sus aliados para encontrar una solución diplomática a las tensiones actuales con Irán.
“La política exterior por tuit no nos funciona”, aseveró Warren, refiriéndose a los continuos mensajes que envía Trump a través de Twitter. El lunes, mediante esta red social, amenazó a Irán con responder con “fuerza abrumadora” a cualquier ataque contra objetivos estadounidenses.
Estas declaraciones se producen en momentos de alta tensión entre Teherán y Washington. Desde su salida unilateral del acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 —entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania—, Trump ha aplicado una política de “máxima presión” sobre la república islámica.
En su última medida hostil hacia Irán, Washington impuso el lunes nuevas sanciones contra altas autoridades de la República Islámica, entre ellas, el canciller Mohamad Yavad Zarif y el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, por el derribo de una aeronave no tripulada (dron) espía estadounidense en el sur del país persa.
La República Islámica ha aseverado en reiteradas ocasiones que no quiere entablar guerra con nadie, pero que está bien preparada para hacer frente a cualquier eventualidad bélica. Además, resalta que los embargos de Estados Unidos muestran su falta de respeto a las normativas internacionales.
Sin embargo, esta crítica de la senadora demócrata no da cuenta del porqué de la aparente incoherencia entre el discurso de la propaganda de guerra imperialista y la verdad de los hechos que cuestiona.
Alcanza un "Mundo más seguro" ha sido el argumento estrella de la propaganda estadounidense a la hora de legitimar su agenda belicista por el mundo. Básicamente, porque se trata de uno de los principios centrales de la propaganda de guerra.
Lo que jamás se puede reconocer ante los pueblos de las potencias que promueven estas intervenciones son las verdaderas razones por las que se hace la guerra. Nunca escucharemos a la candidata demócrata admitir que la guerra sea hace por el petróleo, por el gas, por cualquier materia prima o por intereses geoestratégicos igualmente espurios.






























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