
LA "FEMINISTA" INTERCLASISTA ANA BOTÍN PONDRÁ EN LA CALLE A CASI 4.000 EMPLEADOS
¿Con que las mujeres en su conjunto constituían una "clase social", eh?
La "feminista" Ana Botín comunicó a principios de esta semana su irreversible propósito de clausurar nada menos que 1.150 sucursales en toda España, y poner en la calle a cerca de 4.000 empleados de la entidad bancaria de su propiedad. Este hecho, además de las connotaciones laborales que tiene, desmiente una vez más las tesis que han venido sosteniendo algunos sectores del feminismo interclasista que conceptúan a las mujeres como una "clase social", en lugar de parte integrante de las ya existentes
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
A través de un portavoz, la "feminista" Ana Botín, heredera del desaparecido magnate Emilio Botín y presidenta del Banco Santander, comunicó a los principales sindicatos su irreversible propósito de clausurar nada menos que 1.150 sucursales en toda España, y proceder a la puesta en la calle de cerca de 4.000 empleados de su entidad bancaria. Esa cifra significa aproximadamente el 11 % de los trabajadores de la empresa en todo el país.
El caso de Ana Botín, como el de otras potentadas empresarias españolas, desmiente categóricamente las tesis que han venido sosteniendo algunos sectores del feminismo interclasista que conceptúan a las mujeres como una clase social, en lugar de parte integrante de las ya existentes, con reivindicaciones propias. Ese y otro tipo de enfoques son los que llevaron en su momento, por ejemplo, a la supresión de la calificación del 8 de Marzo como "Día de la Mujer Trabajadora", convirtiéndolo en un híbrido "Día de la Mujer", a secas.
La calificación de Ana Botín como "feminista" no es un eufemismo escogido al vuelo. Ella misma tuvo la oportunidad de confesarlo el pasado año, en un artículo de su autoría:
"Cuando antes de verano Pepa Bueno me preguntó en su programa de la Cadena Ser si era feminista, de forma instintiva respondí que sí. Y la verdad no lo dudé. Curiosamente, mi respuesta ha causado sorpresa, apoyo, algunas críticas y ¡mucho y bienvenido debate!
Pero además la presidenta del Santander confesó, igualmente, que su conversión al feminismo había sido tan repentina como la sufrida por Pablo de Tarso, después de su accidental caída del caballo:
"De hecho, como le dije a Pepa en aquella entrevista, si me hubiera hecho la misma pregunta hace 10 años, probablemente habría contestado que no".
LA "RECONVERSIÓN SALVAJE" DE LA "FEMINISTA" BOTIN
Este despido masivo que ahora ha ordenado la presidenta del Banco Santander está contemplado dentro de los planes previstos por esta empresa bancaria para "adaptarse" a lo que ellos llaman la "transición digital", consistente en la sustitución del personal a su servicio por la computarización de los servicios bancarios. El resultado de este tipo de robotizaciones suele ser siempre el mismo: el incremento de las filas del paro entre los más jóvenes y el considerable empeoramiento del servicio para los clientes de las entidades bancarias.
Comisiones Obreras, que es el sindicato mayoritario en esta entidad bancaria, ha dicho que el número de despedidos le parece "sobredimensionado" y "preocupante". Las levedades de ambos calificativos indican que CCOO, convertido desde hace años en una suerte de "sindicato amarillo y de gestión", iniciará un período de diplomáticas” negociaciones" con la patronal. El propio sindicato ya ha anunciado que su primer objetivo será el intentar reducir estas cifras. Sin embargo, todo el mundo es consciente de que el número de despidos anunciado ha sido deliberadamente inflado por parte de la dirección del Santander, para así poder acudir luego reforzados a las "negociaciones". La patronal cederá unos pocos puntos, y CCOO tendrá con ello la oportunidad de celebrar su victoria ante los afiliados cotizantes.
Sin embargo, el itinerario que recorrerá el conflicto ya está perfectamente trazado en todos sus extremos. La experiencia sindical de los últimos años indica que éste no vendrá determinado por la lucha que libren los trabajadores en un forcejeo por preservar sus puestos de trabajo, sino que estarán enmarcados en los "tejemanejes" entre la cúpula sindical, los representantes empresariales y el gobierno.
Este despido masivo de la presidenta "feminista", es el cuarto que la empresa ha realizado en los últimos seis años. Y se produce en el marco de una notable multiplicación de los beneficios empresariales del Santander, que en el pasado año de 2018 ascendieron a la astronómica cifra de 7.810 millones de €
Sin embargo, el tsunami de despidos no se detendrá en las fronteras del banco de Ana Botín. CaixaBank ya ha advertido que va a reducir la plantilla de sus trabajadores en nada menos que 2.023 empleados. Y Unicaja y Liberbank, una vez fusionados, pondrán en la calle a otros 2.000 trabajadores
Estos despidos se producen en un contexto político absolutamente favorable para la patronal. Los movimientos de protesta, que caracterizaron los principios de esta década, han sido laminados a través de la expresa y previsible integración de la formación socialdemócrata Podemos en las áreas institucionales del sistema. No pocos sectores populares habían cifrado equivocadamente sus esperanzas en las gestiones institucionales de esta formación política. La realidad ha puesto de manifiesto una cosa bien distinta.
Las perspectivas no pueden, pues, ser más pesimistas para los asalariados de las citadas entidades bancarias españolas.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
A través de un portavoz, la "feminista" Ana Botín, heredera del desaparecido magnate Emilio Botín y presidenta del Banco Santander, comunicó a los principales sindicatos su irreversible propósito de clausurar nada menos que 1.150 sucursales en toda España, y proceder a la puesta en la calle de cerca de 4.000 empleados de su entidad bancaria. Esa cifra significa aproximadamente el 11 % de los trabajadores de la empresa en todo el país.
El caso de Ana Botín, como el de otras potentadas empresarias españolas, desmiente categóricamente las tesis que han venido sosteniendo algunos sectores del feminismo interclasista que conceptúan a las mujeres como una clase social, en lugar de parte integrante de las ya existentes, con reivindicaciones propias. Ese y otro tipo de enfoques son los que llevaron en su momento, por ejemplo, a la supresión de la calificación del 8 de Marzo como "Día de la Mujer Trabajadora", convirtiéndolo en un híbrido "Día de la Mujer", a secas.
La calificación de Ana Botín como "feminista" no es un eufemismo escogido al vuelo. Ella misma tuvo la oportunidad de confesarlo el pasado año, en un artículo de su autoría:
"Cuando antes de verano Pepa Bueno me preguntó en su programa de la Cadena Ser si era feminista, de forma instintiva respondí que sí. Y la verdad no lo dudé. Curiosamente, mi respuesta ha causado sorpresa, apoyo, algunas críticas y ¡mucho y bienvenido debate!
Pero además la presidenta del Santander confesó, igualmente, que su conversión al feminismo había sido tan repentina como la sufrida por Pablo de Tarso, después de su accidental caída del caballo:
"De hecho, como le dije a Pepa en aquella entrevista, si me hubiera hecho la misma pregunta hace 10 años, probablemente habría contestado que no".
LA "RECONVERSIÓN SALVAJE" DE LA "FEMINISTA" BOTIN
Este despido masivo que ahora ha ordenado la presidenta del Banco Santander está contemplado dentro de los planes previstos por esta empresa bancaria para "adaptarse" a lo que ellos llaman la "transición digital", consistente en la sustitución del personal a su servicio por la computarización de los servicios bancarios. El resultado de este tipo de robotizaciones suele ser siempre el mismo: el incremento de las filas del paro entre los más jóvenes y el considerable empeoramiento del servicio para los clientes de las entidades bancarias.
Comisiones Obreras, que es el sindicato mayoritario en esta entidad bancaria, ha dicho que el número de despedidos le parece "sobredimensionado" y "preocupante". Las levedades de ambos calificativos indican que CCOO, convertido desde hace años en una suerte de "sindicato amarillo y de gestión", iniciará un período de diplomáticas” negociaciones" con la patronal. El propio sindicato ya ha anunciado que su primer objetivo será el intentar reducir estas cifras. Sin embargo, todo el mundo es consciente de que el número de despidos anunciado ha sido deliberadamente inflado por parte de la dirección del Santander, para así poder acudir luego reforzados a las "negociaciones". La patronal cederá unos pocos puntos, y CCOO tendrá con ello la oportunidad de celebrar su victoria ante los afiliados cotizantes.
Sin embargo, el itinerario que recorrerá el conflicto ya está perfectamente trazado en todos sus extremos. La experiencia sindical de los últimos años indica que éste no vendrá determinado por la lucha que libren los trabajadores en un forcejeo por preservar sus puestos de trabajo, sino que estarán enmarcados en los "tejemanejes" entre la cúpula sindical, los representantes empresariales y el gobierno.
Este despido masivo de la presidenta "feminista", es el cuarto que la empresa ha realizado en los últimos seis años. Y se produce en el marco de una notable multiplicación de los beneficios empresariales del Santander, que en el pasado año de 2018 ascendieron a la astronómica cifra de 7.810 millones de €
Sin embargo, el tsunami de despidos no se detendrá en las fronteras del banco de Ana Botín. CaixaBank ya ha advertido que va a reducir la plantilla de sus trabajadores en nada menos que 2.023 empleados. Y Unicaja y Liberbank, una vez fusionados, pondrán en la calle a otros 2.000 trabajadores
Estos despidos se producen en un contexto político absolutamente favorable para la patronal. Los movimientos de protesta, que caracterizaron los principios de esta década, han sido laminados a través de la expresa y previsible integración de la formación socialdemócrata Podemos en las áreas institucionales del sistema. No pocos sectores populares habían cifrado equivocadamente sus esperanzas en las gestiones institucionales de esta formación política. La realidad ha puesto de manifiesto una cosa bien distinta.
Las perspectivas no pueden, pues, ser más pesimistas para los asalariados de las citadas entidades bancarias españolas.
maribel santana | Viernes, 17 de Mayo de 2019 a las 01:25:08 horas
Lo de las mujeres es una clase social aparte lo dice Lidia falcón y eso que es una feminista con mas coherencia y critica al feminismo estúpido, al capitalismo, es decir se sitúa dentro de una linea anti capitalista y de clase. pero claro, a mi me da un palo en la coco rota, cuando dice lo de la mujer es una clase aparte, no me cabe por ningún sitio, se me atora y no le encuentro coherencia por ningún sitio. Capaz que tienen razón la mujer, pero a mi que me lo perdonen no lo veo ni de coña. Que la lucha de la mujer es lucha de clases si, claro, claro pero lo de la clase social aparte, me echo manos en el cabezón y no me lo encuentro.
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