
LOS ÉXITOS MILITARES YEMENÍES PODRÍAN DESEMBOCAR EN NEGOCIACIONES DE PAZ CON LOS SAUDÍES
"La monarquía feudal ha reemplazado sus tropas en la región con mercenarios del Yemen y Sudán"
Desde Yemen nos llegan noticias de que podemos haber entrado en el principio del fin de la guerra que está provocado la mayor catástrofe humanitaria de este siglo, con la connivencia de las “democracias occidentales” (...).
Por CLARA LÓPEZ GONZÁLEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Desde Yemen nos llegan noticias de que podemos haber entrado en el principio del fin de la guerra que está provocado la mayor catástrofe humanitaria de este siglo, con la connivencia de las “democracias occidentales”.
Nos lo cuenta sobre el terreno el periodista yemení Ahmed AbdulKareem, que cubre la guerra del Yemen para MintPress News y otros medios locales yemeníes.
Las dos últimas semanas han sido testigo de la intensa campaña llevada a cabo por las fuerzas militares yemeníes leales a los Houthis, para liberar las provincias meridionales de al-Bayda y al-Dali del poder de al-Qaeda, ISIS y la Coalición saudí. En el curso de la misma, lanzada en parte como represalia por los ataques saudíes sobre objetivos civiles, se han tomado decenas de ciudades, pueblos y puestos militares.
En al-Bayda, con la ayuda de las tribus locales, las fuerzas houthis han provocado numerosas bajas entre los combatientes de al-Qaeda e ISIS que buscaban refugio en la cordillera de Helmous, donde los grupos extremistas establecieron una red de bases y campos de entrenamiento. Las fuerzas houthis recuperaron varios alijos de armamento -alguno de fabricación estadounidense- y forzaron a los extremistas apoyados por los saudíes a huir al distrito de Yaff'a. La lucha se ha trasladado ahora a las afueras del distrito de al-Nasefah en al-Zaher.
En la provincia de al-Dali, el ejército yemení leal a los houthis inició una ofensiva para consolidar el control sobre la zona meridional, con la toma de al menos 100 pueblos y docenas de puntos estratégicos en las montañas de la provincia y sus tierras altas. El ejército asimismo logró desarticular la infame Brigada 130 de la Coalición, y tomar los distritos de Damt y Gadabah. El medio Al-Masirah, de orientación huthi, ha difundido imágenes del armamento suministrado por Arabia Saudí.
En rueda de prensa celebrada en la ciudad de Saná el 19 de abril, un portavoz de las Fuerzas Armadas Yemeníes, el brigadier general Yahya Saree, aseguró a los periodistas que “la operación lanzada por nuestras fuerzas militares duró 96 horas y dejó despejadas las áreas de Oud, Khashbah y Hamk, superficie de unos 250 kilómetros cuadrados”.
La Coalición dirigida por Arabia Saudí no se ha pronunciado por ahora sobre el avance del ejército yemení en el sur del país, ocupado desde 2015. El brigadier general Ahmad Al-Hmeikani, nombrado por la Coalición como jefe de policía del distrito de al-Bayda, ha dimitido de su cargo porque, según sus declaraciones, “no recibimos ayuda de la Coalición para hacer frente al avance de los houthis”.
Las fuerzas saudíes que operan en la frontera entre el Yemen occidental y Arabia Saudí han sido neutralizadas en los últimos meses. Para prevenir mayores pérdidas, la monarquía feudal ha reemplazado sus tropas en la región con mercenarios del Yemen y Sudán, así como, según se ha sabido, con miles de combatientes extremistas provenientes de Siria. Sin embargo, muchos mercenarios yemeníes, incluidos algunos oficiales, han desertado de las filas de la Coalición y regresado a sus hogares, aprovechando la amnistía general ofrecida por el ejército huthi, que ha liberado además a cientos de prisioneros capturados en combate. El jueves pasado, la tribu al-Hosn, una de las mayores del Yemen, recibió a docenas de estos prisioneros liberados, incluido el coronel Ali Nasser Hajar. Éste declaró a los vecinos congregados para celebrar su retorno que “Finalmente nos hemos dado cuenta del enorme error que cometimos cuando nos unimos a la Coalición, que asesina y mata de hambre a nuestro pueblo”.
En declaraciones a la cadena de TV al-Masirah, Abdul Malik al-Houthi, líder de Ansar Allah, el ala política de los houthis, aseguró que la escalada militar en las fronteras está ejerciendo fuerte presión sobre el régimen saudí. Dijo, además, que está habiendo negociaciones secretas entre Ansar Allah y el régimen saudí para dar fin a la guerra, aunque ha insinuado que ello requerirá de la firme voluntad de Arabia Saudí de dar un giro a sus relaciones con el Yemen una vez acabe la contienda: “Los saudíes deberían convencerse de que la mejor garantía de seguridad y estabilidad para Arabia Saudí es el respeto mutuo y la buena vecindad con el Yemen”.
Según un reciente informe de la ONG Armed Conflict and Location Event Data Project (ACLED), desde enero de 2016, más de 70.000 personas han perdido la vida en el Yemen, incluidas las 10.000 que han muerto sólo en los últimos cinco meses. Dicho informe ha registrado 3.155 ataques directos sobre la población civil, con el saldo de 7.000 muertos. En esta infausta nómina están los miles de niños que han perecido por desnutrición y otros daños irreparables causados al pueblo yemení, el más pobre de la región, por un reino feudal decapitador aliado de los Estados Unidos y sus países lacayos.
Fuentes:
Por CLARA LÓPEZ GONZÁLEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Desde Yemen nos llegan noticias de que podemos haber entrado en el principio del fin de la guerra que está provocado la mayor catástrofe humanitaria de este siglo, con la connivencia de las “democracias occidentales”.
Nos lo cuenta sobre el terreno el periodista yemení Ahmed AbdulKareem, que cubre la guerra del Yemen para MintPress News y otros medios locales yemeníes.
Las dos últimas semanas han sido testigo de la intensa campaña llevada a cabo por las fuerzas militares yemeníes leales a los Houthis, para liberar las provincias meridionales de al-Bayda y al-Dali del poder de al-Qaeda, ISIS y la Coalición saudí. En el curso de la misma, lanzada en parte como represalia por los ataques saudíes sobre objetivos civiles, se han tomado decenas de ciudades, pueblos y puestos militares.
En al-Bayda, con la ayuda de las tribus locales, las fuerzas houthis han provocado numerosas bajas entre los combatientes de al-Qaeda e ISIS que buscaban refugio en la cordillera de Helmous, donde los grupos extremistas establecieron una red de bases y campos de entrenamiento. Las fuerzas houthis recuperaron varios alijos de armamento -alguno de fabricación estadounidense- y forzaron a los extremistas apoyados por los saudíes a huir al distrito de Yaff'a. La lucha se ha trasladado ahora a las afueras del distrito de al-Nasefah en al-Zaher.
En la provincia de al-Dali, el ejército yemení leal a los houthis inició una ofensiva para consolidar el control sobre la zona meridional, con la toma de al menos 100 pueblos y docenas de puntos estratégicos en las montañas de la provincia y sus tierras altas. El ejército asimismo logró desarticular la infame Brigada 130 de la Coalición, y tomar los distritos de Damt y Gadabah. El medio Al-Masirah, de orientación huthi, ha difundido imágenes del armamento suministrado por Arabia Saudí.
En rueda de prensa celebrada en la ciudad de Saná el 19 de abril, un portavoz de las Fuerzas Armadas Yemeníes, el brigadier general Yahya Saree, aseguró a los periodistas que “la operación lanzada por nuestras fuerzas militares duró 96 horas y dejó despejadas las áreas de Oud, Khashbah y Hamk, superficie de unos 250 kilómetros cuadrados”.
La Coalición dirigida por Arabia Saudí no se ha pronunciado por ahora sobre el avance del ejército yemení en el sur del país, ocupado desde 2015. El brigadier general Ahmad Al-Hmeikani, nombrado por la Coalición como jefe de policía del distrito de al-Bayda, ha dimitido de su cargo porque, según sus declaraciones, “no recibimos ayuda de la Coalición para hacer frente al avance de los houthis”.
Las fuerzas saudíes que operan en la frontera entre el Yemen occidental y Arabia Saudí han sido neutralizadas en los últimos meses. Para prevenir mayores pérdidas, la monarquía feudal ha reemplazado sus tropas en la región con mercenarios del Yemen y Sudán, así como, según se ha sabido, con miles de combatientes extremistas provenientes de Siria. Sin embargo, muchos mercenarios yemeníes, incluidos algunos oficiales, han desertado de las filas de la Coalición y regresado a sus hogares, aprovechando la amnistía general ofrecida por el ejército huthi, que ha liberado además a cientos de prisioneros capturados en combate. El jueves pasado, la tribu al-Hosn, una de las mayores del Yemen, recibió a docenas de estos prisioneros liberados, incluido el coronel Ali Nasser Hajar. Éste declaró a los vecinos congregados para celebrar su retorno que “Finalmente nos hemos dado cuenta del enorme error que cometimos cuando nos unimos a la Coalición, que asesina y mata de hambre a nuestro pueblo”.
En declaraciones a la cadena de TV al-Masirah, Abdul Malik al-Houthi, líder de Ansar Allah, el ala política de los houthis, aseguró que la escalada militar en las fronteras está ejerciendo fuerte presión sobre el régimen saudí. Dijo, además, que está habiendo negociaciones secretas entre Ansar Allah y el régimen saudí para dar fin a la guerra, aunque ha insinuado que ello requerirá de la firme voluntad de Arabia Saudí de dar un giro a sus relaciones con el Yemen una vez acabe la contienda: “Los saudíes deberían convencerse de que la mejor garantía de seguridad y estabilidad para Arabia Saudí es el respeto mutuo y la buena vecindad con el Yemen”.
Según un reciente informe de la ONG Armed Conflict and Location Event Data Project (ACLED), desde enero de 2016, más de 70.000 personas han perdido la vida en el Yemen, incluidas las 10.000 que han muerto sólo en los últimos cinco meses. Dicho informe ha registrado 3.155 ataques directos sobre la población civil, con el saldo de 7.000 muertos. En esta infausta nómina están los miles de niños que han perecido por desnutrición y otros daños irreparables causados al pueblo yemení, el más pobre de la región, por un reino feudal decapitador aliado de los Estados Unidos y sus países lacayos.
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