BREVE HISTORIA SOBRE EL ORIGEN DE LAS LLAMADAS "PUERTAS GIRATORIAS"
¿SE REBELAN LOS PROPIETARIOS DE LAS PUERTAS GIRATORIAS?
En el Estado español parece haberse empezado a producir un fenómeno, que aunque no es nuevo en el mundo occidental, hasta ahora era totalmente desconocido por nuestras geografias. A diferencia con los Estados Unidos, los políticos españoles no se han caracterizado porque sus carreras en las instituciones estuvieran precedidas por actividades de carácter empresarial (...).
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
En el Estado español parece haberse empezado a producir un fenómeno, que aunque no es nuevo en el mundo occidental, hasta ahora era totalmente desconocido por nuestras geografias.
A diferencia con los Estados Unidos, los políticos españoles no se han caracterizado porque sus carreras en las instituciones estuvieran precedidas por actividades de carácter empresarial. En el Estado español el proceso parecía ser justamente el inverso. Se entraba en la política para, posteriormente, a través de las llamadas "puertas giratorias" terminar desembarcando en el multimillonario mundo de los negocios.
Ello ha sucedido, de manera muy visible, con Aznar y, particularmente, con Felipe González, que no sólo entró de lleno en los atrios de los consejos de administración de las grandes empresas españolas, sino que además ha concluido como un consagrado asesor de multimillonarios latinoamericanos.
Pero además de estas primeras figuras de la política nacional, el mundo de los negocios ha acogido con especial benevolencia a toda una ristra de ministros, secretarios y subsecretarios, que completan sus "carreras" con todo tipo de canonjías sólo conseguibles desde las cúpulas de las grandes empresas.
El hecho de que esta sea la "natural" desembocadura de tantas biografías de politicos españoles es algo que no debiera de asombrarnos. En realidad, el régimen monárquico establecido, como en otras cosas, no ha hecho más que dar continuidad a una vieja práctica que era habitual bajo la dictadura que lo precedió.
Los políticos del régimen franquista y, posteriormente, los del monárquico, han tenido generalmente dos orígenes bien definidos.
Los de la derecha clásica, es decir, aquellos que militaban en las filas del franquismo vergonzante, eran profesionales universitarios, generalmente abogados, designados en base a sus relaciones con el poder.
En la derecha "no clásica", o sea, en el PSOE, el ascenso a puestos de relevancia institucional se lograba a través de la "selección natural" que se producía en los marcos del mismo partido que se encargaba de promocionarlos.
Una vez superada esta criba, la jerarquía burocrática de los partidos que se turnan en el gobierno se instala en la máquina del Estado accediendo así a los lugares más recónditos de la misma, y descubriendo desde los puestos que ocupa los entresijos del sistema, sus atajos y sus trampas.
Pero el bagaje que acumulan los altos y medios cargos del Estado se logra, igualmente, a través de las relaciones personales, económicas y políticas que desde ellos se establecen, llegando a convertirse con el tiempo en un valioso patrimonio inmaterial que será muy útil para blindar su futuro económico una vez que las vicisitudes políticas los alejen de los cargos institucionales .
No obstante, en España parecen estarse apuntando incipientes variaciones en relación con este tipo de viejas rutinas. Los empresarios españoles han comenzado a sentirse más seguros y y estar más familiarizados con los ámbitos de la política y las instituciones. Quizá, incluso, hayan empezado a cuestionarse si el precio que han tenido que pagar a sus intermediarios - es decir, a los representantes de sus intereses en las instituciones- no ha sido demasiado alto a la luz de la enorme red corruptelas que ha sido menester tejer para poder sacar sus negocios adelante.
Parecen estarse produciendo tímidas tentativas en ese sentido. Marcos del Quinto, ex vicepresidente de la Coca-Cola España, será el flamante candidato número dos para las próximas elecciones generales. Así lo anunció Albert Rivera, el dirigente político de Ciudadanos, que cree a pie juntillas que el patrón de gestión empresarial debe arribar a los asuntos relacionados con la administración política.
En cualquier caso, parece inevitable preguntarse si el paso dado por el más genuino paladín del neoliberalismo podría ser interpretado como la inauguración en España del modelo estadounidense, consistente en que sólo los potentados multimillonarios tienen la posibilidad de acceder a los más altos cargos de la Administración del Estado, sin contar con más "méritos" que el aval que le proporcionan sus inmensas fortunas personales.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
En el Estado español parece haberse empezado a producir un fenómeno, que aunque no es nuevo en el mundo occidental, hasta ahora era totalmente desconocido por nuestras geografias.
A diferencia con los Estados Unidos, los políticos españoles no se han caracterizado porque sus carreras en las instituciones estuvieran precedidas por actividades de carácter empresarial. En el Estado español el proceso parecía ser justamente el inverso. Se entraba en la política para, posteriormente, a través de las llamadas "puertas giratorias" terminar desembarcando en el multimillonario mundo de los negocios.
Ello ha sucedido, de manera muy visible, con Aznar y, particularmente, con Felipe González, que no sólo entró de lleno en los atrios de los consejos de administración de las grandes empresas españolas, sino que además ha concluido como un consagrado asesor de multimillonarios latinoamericanos.
Pero además de estas primeras figuras de la política nacional, el mundo de los negocios ha acogido con especial benevolencia a toda una ristra de ministros, secretarios y subsecretarios, que completan sus "carreras" con todo tipo de canonjías sólo conseguibles desde las cúpulas de las grandes empresas.
El hecho de que esta sea la "natural" desembocadura de tantas biografías de politicos españoles es algo que no debiera de asombrarnos. En realidad, el régimen monárquico establecido, como en otras cosas, no ha hecho más que dar continuidad a una vieja práctica que era habitual bajo la dictadura que lo precedió.
Los políticos del régimen franquista y, posteriormente, los del monárquico, han tenido generalmente dos orígenes bien definidos.
Los de la derecha clásica, es decir, aquellos que militaban en las filas del franquismo vergonzante, eran profesionales universitarios, generalmente abogados, designados en base a sus relaciones con el poder.
En la derecha "no clásica", o sea, en el PSOE, el ascenso a puestos de relevancia institucional se lograba a través de la "selección natural" que se producía en los marcos del mismo partido que se encargaba de promocionarlos.
Una vez superada esta criba, la jerarquía burocrática de los partidos que se turnan en el gobierno se instala en la máquina del Estado accediendo así a los lugares más recónditos de la misma, y descubriendo desde los puestos que ocupa los entresijos del sistema, sus atajos y sus trampas.
Pero el bagaje que acumulan los altos y medios cargos del Estado se logra, igualmente, a través de las relaciones personales, económicas y políticas que desde ellos se establecen, llegando a convertirse con el tiempo en un valioso patrimonio inmaterial que será muy útil para blindar su futuro económico una vez que las vicisitudes políticas los alejen de los cargos institucionales .
No obstante, en España parecen estarse apuntando incipientes variaciones en relación con este tipo de viejas rutinas. Los empresarios españoles han comenzado a sentirse más seguros y y estar más familiarizados con los ámbitos de la política y las instituciones. Quizá, incluso, hayan empezado a cuestionarse si el precio que han tenido que pagar a sus intermediarios - es decir, a los representantes de sus intereses en las instituciones- no ha sido demasiado alto a la luz de la enorme red corruptelas que ha sido menester tejer para poder sacar sus negocios adelante.
Parecen estarse produciendo tímidas tentativas en ese sentido. Marcos del Quinto, ex vicepresidente de la Coca-Cola España, será el flamante candidato número dos para las próximas elecciones generales. Así lo anunció Albert Rivera, el dirigente político de Ciudadanos, que cree a pie juntillas que el patrón de gestión empresarial debe arribar a los asuntos relacionados con la administración política.
En cualquier caso, parece inevitable preguntarse si el paso dado por el más genuino paladín del neoliberalismo podría ser interpretado como la inauguración en España del modelo estadounidense, consistente en que sólo los potentados multimillonarios tienen la posibilidad de acceder a los más altos cargos de la Administración del Estado, sin contar con más "méritos" que el aval que le proporcionan sus inmensas fortunas personales.





























Gustavo | Lunes, 18 de Marzo de 2019 a las 17:18:02 horas
Los mesocratas iglesianos universitarios de "Podemos" cuando sean liquidados por desgaste electoralero: ¿se acogeran a las "puertas giratorias" del empleito momio? Misterio que hay que desvelar.
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