LA DEMOCRÁTICA POLICÍA BRITÁNICA AMENAZA A RESTAURANTE POR TENER UNA BANDERA DEL CHE

Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

    A la pareja de propietarios  del restaurante “El cuba libre” – Geoff Oliver y María Victoria-   en Hyde, Manchester, Inglaterra,  les sorprendió la vista de la policía. Especialmente, cuando les advirtieron de las consecuencias criminales  que tendrían que afrontar si no retiraban, de inmediato, la bandera cubana con la imagen del Che Guevara que lucía en una de las ventanas de su establecimiento

    Los hechos tuvieron lugar el pasado mes de diciembre, cuando recibieron la visita  en dos ocasiones de las autoridades policiales. Primero fue un oficial uniformado y luego los inspectores del mismo cuerpo.

   Según la versión de pareja, en ambos casos se le advirtió que si no retiraban la citada bandera serían sometidos a una investigación criminal con el consiguiente riego de perder la licencia de explotación del local.

    En este sentido, los afectados explicaro que el ultimátum que se les planteó fue justificado por los agentes por una supuesta denuncia realizada  por alguien que alegaba que la imagen del estandarte correspondía a la de un “terrorista”.

     Como es frecuente que suceda, fuentes oficiales de la policía negaron los hechos: "no  existió  tal amenaza sino que los propietarios del restaurante solo recibieron  una visita para informarles de la queja, y preguntarles si no consideraban que debian retirar la bandera".

    El propietario, no obstante, insiste en los términos en que se desarrollaron los dos encuentros con la policía, considerando además que  lo sucedido fue un intento de "censura política". Un hecho que-  según  denunció- fue particularmente agresivo para su esposa cubana María, a quien le resultó ofensivo que le instaran a retirar la bandera del revolucionario latinoamericano.

    "No es admisible - afirmó Geoff Oliver - que las autoridades locales pretenden imponernos que símbolos políticos podemos mostrar o no dentro de nuestro propio establecimiento".

    "Las implicaciones de eso son amplias y siniestras" concluyó Oliver, después de reiterar que la bandera “no se quitará”.

     Lejos de ser meramente anecdótico, el caso de esta pareja de restauradores no es sino una pequeña muestra de la doble moral que practican las llamadas democracias occidentales respecto del tan cacareado derecho a la “libertad de pensamiento”.