
GUAIDÓ Y TRUMP AMENAZAN CON UNA INTERVENCIÓN “HUMANITARIA” EN VENEZUELA
Maduro convocó a los milicianos a inscribirse en el servicio militar
Cada vez resulta más evidente el ascenso vertiginoso y agresivo de los acontecimientos contra Venezuela dirigidos desde Estados Unidos. En el curso de las últimas semanas ha ganado peso la posibilidad inminente de una intervención estadounidense de consecuencias incalculables.
Por FERMÍN DOMÍNGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.-
Cada vez resulta más evidente el ascenso vertiginoso y agresivo de la intervención internacional contra Venezuela, dirigida desde Estados Unidos.
En el curso de las últimas semanas ha ganado peso la posibilidad inminente de una intervención norteamericana de consecuencias incalculables.
El mismo presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró el pasado domingo 3 de enero, durante una entrevista con la cadena estadounidense CBS News, que la “la intervención militar en Venezuela es una opción para resolver la situación” que en estos momentos enfrenta la nación latinoamericana.
Lo peligroso de este anuncio, en cualquier caso, no se encuentra en la literalidad de reconocimiento, sino en el contexto en el que se realiza. En esta ocasión, las declaraciones de Trump no parecen las típicas amenazas de un fanfarrón.
Las palabras de Trump sucedieron a las del autoproclamado presidente en funciones, Juan Guaidó, quién cuenta con el reconocimiento de Estados Unidos, en las que volvía a insistir para que los militares permitan el paso de la “ayuda humanitaria” que -según Guaidó- será enviada por varios países.
"En los próximos días empieza el acopio de la ayuda humanitaria. De lo necesario para que nuestra gente sobreviva. Usted, soldado, tendrá en sus manos la decisión de permitir la entrada, el cambio de tu familia, de tu país, y el honor de la Fuerza Armada Nacional", manifestó.
En este sentido, anunció la organización de tres puntos de acopio de esa supuesta “ayuda humanitaria”. Uno estará en Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela, otro en Brasil, y un tercero no definido que se ubicará en una isla del Caribe cercano a Venezuela.
A este anuncio respondió rápidamente el presidente de Colombia, Iván Duque, quien garantizó el mismo sábado que la ciudad de Cúcuta será centro para recibir la supuesta “ayuda humanitaria” que pidió la oposición venezolana a Estados Unidos.
“Tendremos en Colombia uno de los tres centros de acopio de ayuda humanitaria que recoja el apoyo de la comunidad internacional”, afirmó Duque
Ya no es un secreto que la Casa Blanca ha tomado las riendas para hacer abortar la experiencia bolivariana. No solo, por razones estratégicas. Recordemos que Venezuela se ha convertido en la diana de los mayores ataques de las últimas décadas en la región latinoamericana por poseer la principal reserva petrolera mundial y por ser el pilar del sueño de una Latinoamérica unida. Sobre todo, por la incapacidad de la oposición interna para hacerlo sola.
El momento, para el frente internacional que ha tomado el mando ha madurado, después de años de sabotaje a la economía que ha logrado golpear duramente todos los ámbitos de la vida cotidiana, es propicio. Los sectores populares han sufrido desabastecimiento de productos básicos, principal flanco de ataque es la hiperinflación inducida, la desproporcionada y descontrolada subida de precios que aniquila cualquier capacidad de compra del salario formal y la manipulación del dólar paralelo operado desde el exterior.
Todo ello acompañado desde fuera por una incesante satanización mediática, bloqueo económico, aislamiento diplomático y cualquier combo de tácticas simultáneas para ir preparando el terreno a una intervención.
Si con Obama las medidas estaban más enfocadas en lo político-simbólico, la administración Trump se ha lanzado de lleno al linchamiento del Estado Venezolano, no solo con medidas de asfixia económica como son la limitación de su capacidad de obtener divisas, recibir pagos y negociar préstamos, sino con el empleo de la fuerza militar.
Preparar el terreno para intervenir significa -hasta este momento- desgaste paulatino para desmoralizar, socavar el vínculo entre pueblo, gobierno y fuerzas armadas. Pero, sobre todo, desprestigiar al socialismo presentándolo como culpable inviable de la situación inducida actual.
La historia reciente nos recuerda que la excusa de la “intervención humanitaria” no es ninguna novedad. El peligro esta aunque las justificaciones sean mentira. Ni en Kosovo en 1999, ni en Irak en 2003, ni en Libia en 2011 el Consejo de Seguridad de la ONU había autorizado explícitamente una operación militar, sin embargo, varios países occidentales irrumpieron con sus ejércitos para imponer su solución.
“El concepto de responsabilidad de proteger murió en 2011 en Libia cuando, en nombre de la seguridad de la población, fuimos a matar a Gadafi”, señaló uno de los jueces del Tribunal Internacional de Justicia, el marroquí Mohammed Bennouna
Para Venezuela y las fuerzas solidarias de todo el mundo las amanezas de Estados Unidos pueden hacerse realidad en cualquier momento. El presidente Nicolás Maduro, en medio de una concentración donde se reunirran las fuerzas revolucionarias para conmemorar los 20 años de la juramentación del comandante Hugo Chávez, Maduro convocó el sábado a los milicianos a inscribirse en el servicio militar para la defensa de la patria.
"Le he dado la orden al Estado Mayor Superior y hago el llamado a los milicianos y milicianas para que se inscriban para su servicio militar. Dos órdenes he dado, para que ustedes, todos los que estén a disposición, sobretodo a la juventud, vaya a los centros de conscripción para que se incorporen, de milicianos a soldados activos del Ejército venezolano", expresó el Jefe de Estado
Por FERMÍN DOMÍNGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.-
Cada vez resulta más evidente el ascenso vertiginoso y agresivo de la intervención internacional contra Venezuela, dirigida desde Estados Unidos.
En el curso de las últimas semanas ha ganado peso la posibilidad inminente de una intervención norteamericana de consecuencias incalculables.
El mismo presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró el pasado domingo 3 de enero, durante una entrevista con la cadena estadounidense CBS News, que la “la intervención militar en Venezuela es una opción para resolver la situación” que en estos momentos enfrenta la nación latinoamericana.
Lo peligroso de este anuncio, en cualquier caso, no se encuentra en la literalidad de reconocimiento, sino en el contexto en el que se realiza. En esta ocasión, las declaraciones de Trump no parecen las típicas amenazas de un fanfarrón.
Las palabras de Trump sucedieron a las del autoproclamado presidente en funciones, Juan Guaidó, quién cuenta con el reconocimiento de Estados Unidos, en las que volvía a insistir para que los militares permitan el paso de la “ayuda humanitaria” que -según Guaidó- será enviada por varios países.
"En los próximos días empieza el acopio de la ayuda humanitaria. De lo necesario para que nuestra gente sobreviva. Usted, soldado, tendrá en sus manos la decisión de permitir la entrada, el cambio de tu familia, de tu país, y el honor de la Fuerza Armada Nacional", manifestó.
En este sentido, anunció la organización de tres puntos de acopio de esa supuesta “ayuda humanitaria”. Uno estará en Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela, otro en Brasil, y un tercero no definido que se ubicará en una isla del Caribe cercano a Venezuela.
A este anuncio respondió rápidamente el presidente de Colombia, Iván Duque, quien garantizó el mismo sábado que la ciudad de Cúcuta será centro para recibir la supuesta “ayuda humanitaria” que pidió la oposición venezolana a Estados Unidos.
“Tendremos en Colombia uno de los tres centros de acopio de ayuda humanitaria que recoja el apoyo de la comunidad internacional”, afirmó Duque
Ya no es un secreto que la Casa Blanca ha tomado las riendas para hacer abortar la experiencia bolivariana. No solo, por razones estratégicas. Recordemos que Venezuela se ha convertido en la diana de los mayores ataques de las últimas décadas en la región latinoamericana por poseer la principal reserva petrolera mundial y por ser el pilar del sueño de una Latinoamérica unida. Sobre todo, por la incapacidad de la oposición interna para hacerlo sola.
El momento, para el frente internacional que ha tomado el mando ha madurado, después de años de sabotaje a la economía que ha logrado golpear duramente todos los ámbitos de la vida cotidiana, es propicio. Los sectores populares han sufrido desabastecimiento de productos básicos, principal flanco de ataque es la hiperinflación inducida, la desproporcionada y descontrolada subida de precios que aniquila cualquier capacidad de compra del salario formal y la manipulación del dólar paralelo operado desde el exterior.
Todo ello acompañado desde fuera por una incesante satanización mediática, bloqueo económico, aislamiento diplomático y cualquier combo de tácticas simultáneas para ir preparando el terreno a una intervención.
Si con Obama las medidas estaban más enfocadas en lo político-simbólico, la administración Trump se ha lanzado de lleno al linchamiento del Estado Venezolano, no solo con medidas de asfixia económica como son la limitación de su capacidad de obtener divisas, recibir pagos y negociar préstamos, sino con el empleo de la fuerza militar.
Preparar el terreno para intervenir significa -hasta este momento- desgaste paulatino para desmoralizar, socavar el vínculo entre pueblo, gobierno y fuerzas armadas. Pero, sobre todo, desprestigiar al socialismo presentándolo como culpable inviable de la situación inducida actual.
La historia reciente nos recuerda que la excusa de la “intervención humanitaria” no es ninguna novedad. El peligro esta aunque las justificaciones sean mentira. Ni en Kosovo en 1999, ni en Irak en 2003, ni en Libia en 2011 el Consejo de Seguridad de la ONU había autorizado explícitamente una operación militar, sin embargo, varios países occidentales irrumpieron con sus ejércitos para imponer su solución.
“El concepto de responsabilidad de proteger murió en 2011 en Libia cuando, en nombre de la seguridad de la población, fuimos a matar a Gadafi”, señaló uno de los jueces del Tribunal Internacional de Justicia, el marroquí Mohammed Bennouna
Para Venezuela y las fuerzas solidarias de todo el mundo las amanezas de Estados Unidos pueden hacerse realidad en cualquier momento. El presidente Nicolás Maduro, en medio de una concentración donde se reunirran las fuerzas revolucionarias para conmemorar los 20 años de la juramentación del comandante Hugo Chávez, Maduro convocó el sábado a los milicianos a inscribirse en el servicio militar para la defensa de la patria.
"Le he dado la orden al Estado Mayor Superior y hago el llamado a los milicianos y milicianas para que se inscriban para su servicio militar. Dos órdenes he dado, para que ustedes, todos los que estén a disposición, sobretodo a la juventud, vaya a los centros de conscripción para que se incorporen, de milicianos a soldados activos del Ejército venezolano", expresó el Jefe de Estado
juancho | Lunes, 04 de Febrero de 2019 a las 20:45:27 horas
Con el dinero y el oro robado a Venezuela por los gobiernos fascistas occidentales hay de sobra para corregir la situación económica venezolana si se deja actuar al gobierno legítimo. Ahorita EEUU, Canadá, etc quieren dar 20 millones de los miles robados, también querrán distribuir la ayuda junto a armas camufladas. Lo de siempre. Harán gran atentado de falsa bandera para facilitar la toma de las riquezas venezolanas.
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