
MACRI LIQUIDA EL PEQUEÑO Y MEDIANO COMERCIO DE LA ARGENTINA
El 57% de los comercios en Argentina, se encuentran cerrados, en alquiler o clausurados
Una señal inequívoca de la profundidad de la crisis económica que vive un país la ofrecen, sin dudas, el amplio número de negocios en quiebra que echan el cierre. Este es precisamente uno de los signo de la crisis que sufre Argentina.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Una señal inequívoca de la profundidad de la crisis económica que vive un país la ofrecen sin dudas el amplio número de negocios en quiebra que echan el cierre. Este es precisamente uno de los signo de la crisis que sufre Argentina.
De acuerdo con una nota de la agencia Prensa Latina, la Cámara Argentina de Comercio del país austral, reconoció que el 57% de los comercios, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires o en La Plata, se encuentran cerrados, en alquiler o clausurados.
Según la fuente, el número de negocios en estas condiciones asciende a 255 establecimientos solo en la capital bonaerense, mientras que en La Plata se detectaron 60 sitios sin actividad comercial.
Para los especialistas del sector del comercio esta situación se debe -sobre todo- a la crisis económica que ha vivido el país sudamericano en el último año.
En tal sentido, se citan las palabras de Javier Iguacel, Ministro de Energía, del pasado 27 de diciembre, cundo anunció un nuevo aumento para las tarifas de electricidad y de gas que obligaba a los argentinos a pagar un aumento del 55% en la tarifa de electricidad y hasta un 35% de incremento en los recibos de gas.
El incremento del número de negocios en quiebra se relaciona directamente con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de Argentina, cuyo gobierno ha incrementado, hasta 10 veces, el precio de los servicios públicos. Un incremento –que según los expertos- ha provocado en la economía de Argentina un desbalance tal que ha apresurado una caída de la actividad económica de 4% en 2018, una inflación que rondará el 47, 5% para este año 2019 y un tipo de cambio de la divisa de 39 pesos por dólar promedio para diciembre de 2018.
A todo lo anterior se sumaría –sostienen los expertos- al incremento de las tasas de endeudamiento del país cuando a principios de junio, Argentina asumió un préstamo del FMI por un monto de 50.000 millones de dólares, a pagar en tres años, con el objetivo declarado de superar la situación económica y las alzas del precio del dólar estadounidense.
Sin embargo, no estaríamos ante una crisis del pequeño negocio en sí mismo como se sostiene desde los pulpitos de la prensa liberal; se trata de una manifestación de las inherentes a las contradicciones y antagonismos estructurales del sistema capitalista que se extiende por todas partes.
Los apologistas del capital, ya sean neo-keynesianos o de otro tipo, pueden “producir” todo tipo de soluciones simplistas y discursos, pero la crisis es cada vez más destructiva e inmanejable que ninguna de las que se hayan visto en el pasado.
No obstante, para quienes comprendemos la necesidad del salvar la especie humana de los peligros que para su supervivencia tienen las relaciones capitalistas de producción y consumo, no es posible imaginar que el capitalismo caerá por la agudización de sus contradicciones internas. El imperativo histórico es la respuesta consciente y organizada de las mujeres y hombres dispuestos a llevarlo a cabo. Como expresara el teórico marxista, David Harvey, “El capitalismo no caerá por sí solo, tendrá que ser empujado”.
Por CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Una señal inequívoca de la profundidad de la crisis económica que vive un país la ofrecen sin dudas el amplio número de negocios en quiebra que echan el cierre. Este es precisamente uno de los signo de la crisis que sufre Argentina.
De acuerdo con una nota de la agencia Prensa Latina, la Cámara Argentina de Comercio del país austral, reconoció que el 57% de los comercios, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires o en La Plata, se encuentran cerrados, en alquiler o clausurados.
Según la fuente, el número de negocios en estas condiciones asciende a 255 establecimientos solo en la capital bonaerense, mientras que en La Plata se detectaron 60 sitios sin actividad comercial.
Para los especialistas del sector del comercio esta situación se debe -sobre todo- a la crisis económica que ha vivido el país sudamericano en el último año.
En tal sentido, se citan las palabras de Javier Iguacel, Ministro de Energía, del pasado 27 de diciembre, cundo anunció un nuevo aumento para las tarifas de electricidad y de gas que obligaba a los argentinos a pagar un aumento del 55% en la tarifa de electricidad y hasta un 35% de incremento en los recibos de gas.
El incremento del número de negocios en quiebra se relaciona directamente con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de Argentina, cuyo gobierno ha incrementado, hasta 10 veces, el precio de los servicios públicos. Un incremento –que según los expertos- ha provocado en la economía de Argentina un desbalance tal que ha apresurado una caída de la actividad económica de 4% en 2018, una inflación que rondará el 47, 5% para este año 2019 y un tipo de cambio de la divisa de 39 pesos por dólar promedio para diciembre de 2018.
A todo lo anterior se sumaría –sostienen los expertos- al incremento de las tasas de endeudamiento del país cuando a principios de junio, Argentina asumió un préstamo del FMI por un monto de 50.000 millones de dólares, a pagar en tres años, con el objetivo declarado de superar la situación económica y las alzas del precio del dólar estadounidense.
Sin embargo, no estaríamos ante una crisis del pequeño negocio en sí mismo como se sostiene desde los pulpitos de la prensa liberal; se trata de una manifestación de las inherentes a las contradicciones y antagonismos estructurales del sistema capitalista que se extiende por todas partes.
Los apologistas del capital, ya sean neo-keynesianos o de otro tipo, pueden “producir” todo tipo de soluciones simplistas y discursos, pero la crisis es cada vez más destructiva e inmanejable que ninguna de las que se hayan visto en el pasado.
No obstante, para quienes comprendemos la necesidad del salvar la especie humana de los peligros que para su supervivencia tienen las relaciones capitalistas de producción y consumo, no es posible imaginar que el capitalismo caerá por la agudización de sus contradicciones internas. El imperativo histórico es la respuesta consciente y organizada de las mujeres y hombres dispuestos a llevarlo a cabo. Como expresara el teórico marxista, David Harvey, “El capitalismo no caerá por sí solo, tendrá que ser empujado”.
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