
LA REALIDAD SOBRE ÁFRICA: SAQUEO DE RECURSOS Y ROBO DE CAPITALES
Una permanente hemorragia económica
El saqueo de los recursos naturales de África drenados a través de las empresas trasnacionales y la fuga de capitales, está frenando dramáticamente una vez más el desarrollo este Continente (...).
El saqueo de los recursos naturales de África drenados a través de las empresas trasnacionales y la fuga de capitales, está frenando dramáticamente una vez más el desarrollo este Continente.
Las naciones africanas se enfrentan una vez más en su historia al acoso de largas recesiones económicas, atrapadas en los insolubles problemas que la ocasiona su eterna deuda externa. En realidad, no está haciendo otra cosa que echar toneladas de sal sobre las profundas heridas heredadas de su pasado colonial y neocolonial.
Con menos divisas, menos ingresos fiscales y espacio político para hacer frente a las conmociones externas que los acechan permanentemente, muchos gobiernos africanos están convencidos de que no cuentan con otra opción que la de gastar menos o renovar la solicitud de préstamos en moneda extranjera.
La mayoría de los africanos luchan para hacer frente a las frecuentes crisis alimentarias y energéticas, en contra de la inflación, contra las tasas de interés más altas, contra los eventos climáticos adversos… Pero con menos provisiones en salud y prestaciones sociales .
Por ello no debe extrañar, que malestar se multiplique rápidamente debido al galopante deterioro de las condiciones económicas, agravadas por los aumentos en los precios de los productos básicos.
UNA PERMANENTE HEMORRAGIA ECONÓMICA
Después de las llamadas "décadas perdidas" de fines de fines de los 1970 del pasado siglo, África se convirtió en una de las regiones de más rápido crecimiento del mundo durante primera cuarta parte del siglo XXI.
El alivio de la deuda, el auge de las materias primas y otros factores parecían han respaldado la narrativa engañosa de que "África se encontraba en una plena fase de ascenso"
Sin embargo, en lugar de estar experimentando la transformación económica largamente soñada, lo que realmente se estaba produciendo en el continente africano era
- Un crecimiento sin empleo.
- Un vertiginoso aumento de las desigualdades económicas
- Y la multiplicación de transferencias de recursos hacia el extranjero.
La fuga de capitales, que involucra los recursos saqueados y lavados a través de bancos extranjeros, ha terminado por desangrar totalmente al continente.
De acuerdo con las indicaciones del "Panel de Alto Nivel sobre Flujos Financieros Ilícitos de África", el Continente ha estado perdiendo la friolera de más de $50 mil millones anuales. Ello sido provocado principalmente por una "facturación comercial errónea". O sea: una facturación insuficiente en las exportaciones, por una parte, y una sobrefacturación en las importaciones. A ello hay que agregar, igualmente, la enorme cantidad de operaciones comerciales fraudulentas.
Una gran parte de esta fuga de excedentes económicos africanos se producen a través de las empresas transnacionales (ETN) y de las redes delictivas . Los países ricos en recursos son siempre infinitamente más vulnerables este tipo de saqueos, especialmente allí donde se han liberalizado las cuentas de capital.
Los programas de ajuste estructural (PAE) impuestos siempre desde el exterior, después de las crisis de la deuda soberana de principios de la década de 1980, han obligado a las economías africanas a ser aún más "abiertas", a precio de un gran costo económico. Estos programas de ajuste estructural han hecho que los países africanos se conviertan más dependientes de las importaciones de alimentos, al mismo tiempo que se multiplica su vulnerabilidad a los shocks de precios de los productos básicos y los flujos de liquidez global .
Se estima que más del 55 % de la fuga de capitales, - es decir, los activos adquiridos o transferidos ilegalmente - de África provienen de naciones ricas en petróleo. Sólo Nigeria perdió $ 467 mil millones durante 1970-2018.
En el curso del mismo período, Angola perdió $ 103 mil millones. Su tasa de pobreza aumentó del 34% al 52% durante la última década, ya que los pobres se duplicaron con creces, de 7,5 a 16 millones.
Las ganancias del petróleo han sido malversadas por las transnacionales y por la élite angoleña que ahora detenta el poder del Estado. Abusando de su influencia, la hija del ex presidente, Isabel dos Santos, se hizo con una enorme riqueza en infraestructuras empresariales. Un informe encontró más de 400 empresas en su imperio empresarial, incluidas muchas en paraísos fiscales .
Desde 1970 hasta 2018, Costa de Marfil perdió $55 mil millones debido a la fuga de capitales. Al cultivar el 40% del cacao del mundo, obtiene solo del 5 al 7% de las ganancias mundiales del cacao , y puede calificarse de misérrima las cantidades que los agricultore obtienen de su trabajo. La mayor parte de los ingresos del cacao van a parar a las Empresas trasnacionales, a los políticos marfileños y a sus sus colaboradores.
El gigante minero Sudáfrica (SA) ha perdido $329 mil millones debido a la fuga de capitales en las últimas cinco décadas. La facturación errónea, otras formas de desfalco de los recursos públicos y la evasión de impuestos aumentan la riqueza privada que se esconde en centros financieros extraterritoriales y paraísos fiscales.
La austeridad fiscal ha frenado el crecimiento del empleo y la reducción de la pobreza en 'el país más desigual del mundo'. En Sudáfrica, el 10% más rico posee más de la mitad de la riqueza de la nación, mientras que el 10% más pobre tiene menos del 1%.
Robo de recursos y deuda
Con este patrón de saqueo, los países africanos ricos en recursos, que podrían haber acelerado el desarrollo durante el auge de las materias primas. Ahora, en cambio, se enfrentan a problemas de endeudamiento, depreciación de las monedas e inflación importada, a medida que aumentan las tasas de interés.
El incumplimiento de Zambia en relación con sus obligaciones en la deuda externa a fines de 2020, fue noticia de primera plana . Pero los medios occidentales no dan cuenta ni mencionan la captura extranjera de la mayor parte de los ingresos de exportación de cobre de Zambia.
Durante 2000-2020, el ingreso total de inversión extranjera directa de Zambia fue el doble del servicio de la deuda total para el gobierno externo y los préstamos garantizados por el gobierno. En 2021, el déficit en la cuenta de 'ingreso primario' (principalmente rendimientos del capital) de la balanza de pagos de Zambia fue del 12,5% del PIB.
Dado que los pagos de intereses de la deuda externa pública llegaron a 'solo' el 3,5% del PIB, la mayor parte de este déficit (9% del PIB) se debió a las remesas de utilidades y dividendos, así como al pago de intereses de la deuda externa privada.
El FMI, el Banco Mundial y los "países acreedores" admiten con total naturalidad que la 'reestructuración' de la deuda estará condicionada al hecho de si el saqueo continuará o no. El empeoramiento del endeudamiento externo de los países africanos se debe en parte a la falta de control sobre los ingresos de exportación controlados por las empresas trasnacionales, que cuentan con el incondicional apoyo de la élite africana.
El saqueo de recursos, que implica la fuga de capitales, conduce inevitablemente a problemas de deuda externa. Invariablemente, el FMI exige austeridad gubernamental y la apertura de las economías africanas a los intereses de las transnacionales. Con lo cual se cierra un círculo necesariamente vicioso
El saqueo de las riquezas de África se remonta a la época colonial, e incluso antes, con el comercio atlántico de africanos sometidos a la esclavitud . Ahora este saqueo se habilita a través de los intereses de las transnacionales, que son los que elaboran reglas internacionales.
Entre estos "habilitadores" se encuentran banqueros, "ingenieros" contables, abogados, administradores de inversiones, auditores grandes hombres de negocios. Ni que decir tiene, que detrás de ellos se encuentra el soporte fáctico de sus respectivos Estados, siempre dispuesto a la actuación directa o indirecta, para que todo transcurra a través de los preestablecidos "cauces naturales".
El saqueo de los recursos naturales de África drenados a través de las empresas trasnacionales y la fuga de capitales, está frenando dramáticamente una vez más el desarrollo este Continente.
Las naciones africanas se enfrentan una vez más en su historia al acoso de largas recesiones económicas, atrapadas en los insolubles problemas que la ocasiona su eterna deuda externa. En realidad, no está haciendo otra cosa que echar toneladas de sal sobre las profundas heridas heredadas de su pasado colonial y neocolonial.
Con menos divisas, menos ingresos fiscales y espacio político para hacer frente a las conmociones externas que los acechan permanentemente, muchos gobiernos africanos están convencidos de que no cuentan con otra opción que la de gastar menos o renovar la solicitud de préstamos en moneda extranjera.
La mayoría de los africanos luchan para hacer frente a las frecuentes crisis alimentarias y energéticas, en contra de la inflación, contra las tasas de interés más altas, contra los eventos climáticos adversos… Pero con menos provisiones en salud y prestaciones sociales .
Por ello no debe extrañar, que malestar se multiplique rápidamente debido al galopante deterioro de las condiciones económicas, agravadas por los aumentos en los precios de los productos básicos.
UNA PERMANENTE HEMORRAGIA ECONÓMICA
Después de las llamadas "décadas perdidas" de fines de fines de los 1970 del pasado siglo, África se convirtió en una de las regiones de más rápido crecimiento del mundo durante primera cuarta parte del siglo XXI.
El alivio de la deuda, el auge de las materias primas y otros factores parecían han respaldado la narrativa engañosa de que "África se encontraba en una plena fase de ascenso"
Sin embargo, en lugar de estar experimentando la transformación económica largamente soñada, lo que realmente se estaba produciendo en el continente africano era
- Un crecimiento sin empleo.
- Un vertiginoso aumento de las desigualdades económicas
- Y la multiplicación de transferencias de recursos hacia el extranjero.
La fuga de capitales, que involucra los recursos saqueados y lavados a través de bancos extranjeros, ha terminado por desangrar totalmente al continente.
De acuerdo con las indicaciones del "Panel de Alto Nivel sobre Flujos Financieros Ilícitos de África", el Continente ha estado perdiendo la friolera de más de $50 mil millones anuales. Ello sido provocado principalmente por una "facturación comercial errónea". O sea: una facturación insuficiente en las exportaciones, por una parte, y una sobrefacturación en las importaciones. A ello hay que agregar, igualmente, la enorme cantidad de operaciones comerciales fraudulentas.
Una gran parte de esta fuga de excedentes económicos africanos se producen a través de las empresas transnacionales (ETN) y de las redes delictivas . Los países ricos en recursos son siempre infinitamente más vulnerables este tipo de saqueos, especialmente allí donde se han liberalizado las cuentas de capital.
Los programas de ajuste estructural (PAE) impuestos siempre desde el exterior, después de las crisis de la deuda soberana de principios de la década de 1980, han obligado a las economías africanas a ser aún más "abiertas", a precio de un gran costo económico. Estos programas de ajuste estructural han hecho que los países africanos se conviertan más dependientes de las importaciones de alimentos, al mismo tiempo que se multiplica su vulnerabilidad a los shocks de precios de los productos básicos y los flujos de liquidez global .
Se estima que más del 55 % de la fuga de capitales, - es decir, los activos adquiridos o transferidos ilegalmente - de África provienen de naciones ricas en petróleo. Sólo Nigeria perdió $ 467 mil millones durante 1970-2018.
En el curso del mismo período, Angola perdió $ 103 mil millones. Su tasa de pobreza aumentó del 34% al 52% durante la última década, ya que los pobres se duplicaron con creces, de 7,5 a 16 millones.
Las ganancias del petróleo han sido malversadas por las transnacionales y por la élite angoleña que ahora detenta el poder del Estado. Abusando de su influencia, la hija del ex presidente, Isabel dos Santos, se hizo con una enorme riqueza en infraestructuras empresariales. Un informe encontró más de 400 empresas en su imperio empresarial, incluidas muchas en paraísos fiscales .
Desde 1970 hasta 2018, Costa de Marfil perdió $55 mil millones debido a la fuga de capitales. Al cultivar el 40% del cacao del mundo, obtiene solo del 5 al 7% de las ganancias mundiales del cacao , y puede calificarse de misérrima las cantidades que los agricultore obtienen de su trabajo. La mayor parte de los ingresos del cacao van a parar a las Empresas trasnacionales, a los políticos marfileños y a sus sus colaboradores.
El gigante minero Sudáfrica (SA) ha perdido $329 mil millones debido a la fuga de capitales en las últimas cinco décadas. La facturación errónea, otras formas de desfalco de los recursos públicos y la evasión de impuestos aumentan la riqueza privada que se esconde en centros financieros extraterritoriales y paraísos fiscales.
La austeridad fiscal ha frenado el crecimiento del empleo y la reducción de la pobreza en 'el país más desigual del mundo'. En Sudáfrica, el 10% más rico posee más de la mitad de la riqueza de la nación, mientras que el 10% más pobre tiene menos del 1%.
Robo de recursos y deuda
Con este patrón de saqueo, los países africanos ricos en recursos, que podrían haber acelerado el desarrollo durante el auge de las materias primas. Ahora, en cambio, se enfrentan a problemas de endeudamiento, depreciación de las monedas e inflación importada, a medida que aumentan las tasas de interés.
El incumplimiento de Zambia en relación con sus obligaciones en la deuda externa a fines de 2020, fue noticia de primera plana . Pero los medios occidentales no dan cuenta ni mencionan la captura extranjera de la mayor parte de los ingresos de exportación de cobre de Zambia.
Durante 2000-2020, el ingreso total de inversión extranjera directa de Zambia fue el doble del servicio de la deuda total para el gobierno externo y los préstamos garantizados por el gobierno. En 2021, el déficit en la cuenta de 'ingreso primario' (principalmente rendimientos del capital) de la balanza de pagos de Zambia fue del 12,5% del PIB.
Dado que los pagos de intereses de la deuda externa pública llegaron a 'solo' el 3,5% del PIB, la mayor parte de este déficit (9% del PIB) se debió a las remesas de utilidades y dividendos, así como al pago de intereses de la deuda externa privada.
El FMI, el Banco Mundial y los "países acreedores" admiten con total naturalidad que la 'reestructuración' de la deuda estará condicionada al hecho de si el saqueo continuará o no. El empeoramiento del endeudamiento externo de los países africanos se debe en parte a la falta de control sobre los ingresos de exportación controlados por las empresas trasnacionales, que cuentan con el incondicional apoyo de la élite africana.
El saqueo de recursos, que implica la fuga de capitales, conduce inevitablemente a problemas de deuda externa. Invariablemente, el FMI exige austeridad gubernamental y la apertura de las economías africanas a los intereses de las transnacionales. Con lo cual se cierra un círculo necesariamente vicioso
El saqueo de las riquezas de África se remonta a la época colonial, e incluso antes, con el comercio atlántico de africanos sometidos a la esclavitud . Ahora este saqueo se habilita a través de los intereses de las transnacionales, que son los que elaboran reglas internacionales.
Entre estos "habilitadores" se encuentran banqueros, "ingenieros" contables, abogados, administradores de inversiones, auditores grandes hombres de negocios. Ni que decir tiene, que detrás de ellos se encuentra el soporte fáctico de sus respectivos Estados, siempre dispuesto a la actuación directa o indirecta, para que todo transcurra a través de los preestablecidos "cauces naturales".
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