
DE COMO EE.UU Y LA OTAN ALIMENTARON A LAS FUERZAS NEONAZIS DE UCRANIA
Como hicieron con el ISIS, lo han hecho con las fuerzas neo-nazis integradas en el ejército de Ucrania
En noviembre de 2021, el medio digital canadiense Ottawa Citizen obtuvo documentos donde se hace referencia a una reunión, mantenida en 2018, entre oficiales del ejército canadiense y jefes del Batallón Azov, en la que incluso se tomaron fotografías. Ello a pesar de que previamente les habían avisado de que Azov se auto-definía como pro-nazi.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Recientemente trascendió a los medios el arresto en Mariupol (Ucrania) del general canadiense Trevor Cadieu por parte de las fuerzas armadas de la Federación Rusa, que después fue trasladado a Moscú. Al parecer, Cadieu no estaba cumpliendo misiones asignadas por el gobierno canadiense, pero era el responsable de un bio-laboratorio donde tenía 18 personas a sus órdenes.
Los vínculos del ejército de Canadá, miembro de la OTAN, con el ejército de Ucrania, tras el golpe de Estado del Euromaidan en 2014, no son un fenómeno reciente.
En noviembre de 2021, el medio digital canadiense Ottawa Citizen obtuvo documentos donde se hace referencia a una reunión, mantenida en 2018, entre oficiales del ejército canadiense y jefes del Batallón Azov, en la que incluso se tomaron fotografías. Ello a pesar de que previamente les habían avisado de que Azov se auto-definía como pro-nazi.
Toda la preocupación de los oficiales fue que esas fotos no trascendieran a los medios, ni detalles de la reunión. Pero así fue, ya que, después, el batallón Azov usó esas fotografías para su propaganda online, señalando que la delegación canadiense había expresado “esperanzas de futura y fructífera cooperación”.
Cuando un periodista preguntó a las fuerzas canadienses sobre la publicación de esas fotos en las redes sociales de Azov, los oficiales titubearon para dar una respuesta mínimamente coherente.
El coronel Fraser Auld, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Canadá-Ucrania alertó de que pronto podría aparecer un artículo al respecto y surgirían preguntas dentro del gobierno canadiense sobre el motivo de aquella reunión.
Un año antes, en 2017, la Fuerza de Tarea Conjunta Canadá-Ucrania sacó un informe sobre el batallón Azov en el que reconocían sus vínculos con la ideología nazi.
Bernie Farber, director de la Red Anti-Odio de Canadá, dijo que los canadienses deberían haberse retirado inmediatamente de aquella reunión con el batallón Azov: “El personal de las fuerzas armadas canadienses no se reúnen con nazis; punto (…) Este es un error horrible en el que no debería haberse incurrido”.
Farber expresó también su incomodidad con que los Azov pudiesen usar a los canadienses en su empeño propagandístico por legitimar su ideología de extrema derecha. Además de su apoyo a la ideología nazi, los miembros de Azov habían sido acusados de crímenes de guerra y tortura.
Otra reunión, de la que los periodistas no se enteraron, tuvo lugar en diciembre de 2018, durante un evento celebrado en Ucrania al que asistió el entonces comandante del ejército canadiense, general Jean Marc Lanthier, según los documentos.
Allí hubo presencia de miembros de Azov; pero, de nuevo, en vez de denunciar sus simpatías nazis, la única preocupación del Departamento de Defensa Nacional Canadiense fueron las fotografías que pudieran haberse tomado de soldados canadienses con miembros de Azov.
Chris Henderson, entonces ayudante del subsecretario de Asuntos Públicos, mandó un correo electrónico a más de 20 responsables de relaciones públicas avisándoles de que las fotografías podrían aparecer online y, en su caso, debían estar preparados para responder y no pillarles por sorpresa.
Jaime Kirzner-Roberts, directora del Centro de Amigos de Simon Wiesenthal, dijo que para Canadá debía ser una prioridad que su personal militar no se involucrara con las milicias fascistas en Ucrania bajo ninguna circunstancia: “Es preocupante que, por segunda vez en un mes, hayamos visto a oficiales del ejército de Canadá relacionándose con grupos neo-nazis de Ucrania”, añadió.
Kirzner-Roberts se refería al informe de un instituto de la Universidad de George Washington, en EE.UU, donde se decía que Centuria, grupo de extrema derecha compuesto de soldados ucranianos ligados al movimiento Azov, se jactaban de que recibía entrenamiento de Canadá y otros países de la OTAN.
Unos investigadores de esa Universidad rastrearon las cuentas de Centuria en redes sociales y documentaron que sus militantes hacían el saludo nazi, promovían el supremacismo blanco y elogiaban a miembros de las SS nazis.
En 2018, el Congreso de EE.UU prohibió el uso de fondos públicos para armar, entrenar y prestar otras ayudas al Batallón Azov, por sus vínculos con la extrema derecha y los neo-nazis; prohibición que la actual evidencia apunta a que ha quedado en papel mojado.
En Canadá, el portavoz de la Defensa Nacional, Dan Le Bouthillier, dijo que el ejército canadiense estaba revisando sus políticas en lo tocante a la supervisión de las tropas extranjeras que entrenaba.
Tanto las fuerzas armadas de Canadá como las de EE.UU sabían perfectamente con quiénes se jugaban los cuartos. En 2019, el Centro Soufan, creado por el ex-agente del FBI, Ali Soufan, que estuvo involucrado en casos de contra-terrorismo, advirtió sobre la conexión entre el Batallón Azov y los supremacistas blancos. Según su informe:
“En Ucrania, el Batallón Azov ha reclutado a combatientes extranjeros motivados por el supremacismo blanco y las creencias neo-nazis, incluidos muchos de Occidente, para unirse a sus filas y recibir entrenamiento, adoctrinamiento e instrucción en guerra irregular”.
El informe del Centro Saufan reflejaba que el Batallón Azov había sido formalmente incorporado al ejército ucraniano y que había entablado relaciones con miembros de la Atomwaffen Division, una red de terroristas neo-nazis radicada en EE.UU.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Recientemente trascendió a los medios el arresto en Mariupol (Ucrania) del general canadiense Trevor Cadieu por parte de las fuerzas armadas de la Federación Rusa, que después fue trasladado a Moscú. Al parecer, Cadieu no estaba cumpliendo misiones asignadas por el gobierno canadiense, pero era el responsable de un bio-laboratorio donde tenía 18 personas a sus órdenes.
Los vínculos del ejército de Canadá, miembro de la OTAN, con el ejército de Ucrania, tras el golpe de Estado del Euromaidan en 2014, no son un fenómeno reciente.
En noviembre de 2021, el medio digital canadiense Ottawa Citizen obtuvo documentos donde se hace referencia a una reunión, mantenida en 2018, entre oficiales del ejército canadiense y jefes del Batallón Azov, en la que incluso se tomaron fotografías. Ello a pesar de que previamente les habían avisado de que Azov se auto-definía como pro-nazi.
Toda la preocupación de los oficiales fue que esas fotos no trascendieran a los medios, ni detalles de la reunión. Pero así fue, ya que, después, el batallón Azov usó esas fotografías para su propaganda online, señalando que la delegación canadiense había expresado “esperanzas de futura y fructífera cooperación”.
Cuando un periodista preguntó a las fuerzas canadienses sobre la publicación de esas fotos en las redes sociales de Azov, los oficiales titubearon para dar una respuesta mínimamente coherente.
El coronel Fraser Auld, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Canadá-Ucrania alertó de que pronto podría aparecer un artículo al respecto y surgirían preguntas dentro del gobierno canadiense sobre el motivo de aquella reunión.
Un año antes, en 2017, la Fuerza de Tarea Conjunta Canadá-Ucrania sacó un informe sobre el batallón Azov en el que reconocían sus vínculos con la ideología nazi.
Bernie Farber, director de la Red Anti-Odio de Canadá, dijo que los canadienses deberían haberse retirado inmediatamente de aquella reunión con el batallón Azov: “El personal de las fuerzas armadas canadienses no se reúnen con nazis; punto (…) Este es un error horrible en el que no debería haberse incurrido”.
Farber expresó también su incomodidad con que los Azov pudiesen usar a los canadienses en su empeño propagandístico por legitimar su ideología de extrema derecha. Además de su apoyo a la ideología nazi, los miembros de Azov habían sido acusados de crímenes de guerra y tortura.
Otra reunión, de la que los periodistas no se enteraron, tuvo lugar en diciembre de 2018, durante un evento celebrado en Ucrania al que asistió el entonces comandante del ejército canadiense, general Jean Marc Lanthier, según los documentos.
Allí hubo presencia de miembros de Azov; pero, de nuevo, en vez de denunciar sus simpatías nazis, la única preocupación del Departamento de Defensa Nacional Canadiense fueron las fotografías que pudieran haberse tomado de soldados canadienses con miembros de Azov.
Chris Henderson, entonces ayudante del subsecretario de Asuntos Públicos, mandó un correo electrónico a más de 20 responsables de relaciones públicas avisándoles de que las fotografías podrían aparecer online y, en su caso, debían estar preparados para responder y no pillarles por sorpresa.
Jaime Kirzner-Roberts, directora del Centro de Amigos de Simon Wiesenthal, dijo que para Canadá debía ser una prioridad que su personal militar no se involucrara con las milicias fascistas en Ucrania bajo ninguna circunstancia: “Es preocupante que, por segunda vez en un mes, hayamos visto a oficiales del ejército de Canadá relacionándose con grupos neo-nazis de Ucrania”, añadió.
Kirzner-Roberts se refería al informe de un instituto de la Universidad de George Washington, en EE.UU, donde se decía que Centuria, grupo de extrema derecha compuesto de soldados ucranianos ligados al movimiento Azov, se jactaban de que recibía entrenamiento de Canadá y otros países de la OTAN.
Unos investigadores de esa Universidad rastrearon las cuentas de Centuria en redes sociales y documentaron que sus militantes hacían el saludo nazi, promovían el supremacismo blanco y elogiaban a miembros de las SS nazis.
En 2018, el Congreso de EE.UU prohibió el uso de fondos públicos para armar, entrenar y prestar otras ayudas al Batallón Azov, por sus vínculos con la extrema derecha y los neo-nazis; prohibición que la actual evidencia apunta a que ha quedado en papel mojado.
En Canadá, el portavoz de la Defensa Nacional, Dan Le Bouthillier, dijo que el ejército canadiense estaba revisando sus políticas en lo tocante a la supervisión de las tropas extranjeras que entrenaba.
Tanto las fuerzas armadas de Canadá como las de EE.UU sabían perfectamente con quiénes se jugaban los cuartos. En 2019, el Centro Soufan, creado por el ex-agente del FBI, Ali Soufan, que estuvo involucrado en casos de contra-terrorismo, advirtió sobre la conexión entre el Batallón Azov y los supremacistas blancos. Según su informe:
“En Ucrania, el Batallón Azov ha reclutado a combatientes extranjeros motivados por el supremacismo blanco y las creencias neo-nazis, incluidos muchos de Occidente, para unirse a sus filas y recibir entrenamiento, adoctrinamiento e instrucción en guerra irregular”.
El informe del Centro Saufan reflejaba que el Batallón Azov había sido formalmente incorporado al ejército ucraniano y que había entablado relaciones con miembros de la Atomwaffen Division, una red de terroristas neo-nazis radicada en EE.UU.
Maribel Santana | Sábado, 07 de Mayo de 2022 a las 17:23:20 horas
Bueno y que mas da?? todo queda en casa, acaso los capitalistas son distintos a los nazis? los adora, los quiere para que les salve de los trabajadores que son sus enemigos por supuesto y les defienda su neoliberalismo imperialista. Lo tapan porque son unos hipócritas y peores que los nazis.
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