
LA ESTRATEGIA CHINA CONTRA EL CORONAVIRUS HA SIDO "UN FRACASO" SEGÚN EL RECTOR DE LA ULPGC (VÍDEO)
104.000 muertos españoles, frente a 5.112 chinos le llevan la contraria a Lluís Serra Majem
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
DECRETAR EL FIN DE LA PANDEMIA MIENTRAS CRECE SU PROPAGACIÓN
La decisión de los gobiernos occidentales de "decretar" el fin de la pandemia del coronavirus, eliminando todas las medidas de prevención en un momento donde el número de contagios no para de crecer, constituye el último capítulo de una gestión que ha estado determinada, desde la aparición del Covid19, por la preeminencia de los intereses económicos sobre la salud pública.
En este momento el Estado español, como la mayoría de los países europeos, ha decidido suprimir medidas básicas para el control del virus como la utilización de mascarillas en los espacios cerrados, el mantenimiento de las distancias de seguridad e incluso las cuarentenas de las personas contagiadas, para que éstas sigan "produciendo" beneficios empresariales en sus puestos de trabajo, sin importar que así también puedan contagiar a sus compañeros y el resto de personas con las que tengan algún tipo de contacto.
Para imponer estas medidas, basadas en criterios estrictamente económicos y políticos, el Gobierno español no ha contado solamente con el comprensible cansancio de la población tras más de dos años de pandemia, sino también con la complicidad de los grandes medios de comunicación que, disciplinadamente, han asumido la imposición gubernamental de dejar de ofrecer los datos sobre los contagios, mientras estos siguen creciendo de forma exponencial.
Aunque, soto voce, estos medios ya han comenzado a reconocer la llegada de una “7ª ola”, el relato oficial insiste en que, gracias a la vacunación ésta pasara, ahora sí que sí, como una simple gripe sin importancia.
Según el último informe del ministerio de Sanidad, la incidencia acumulada en los mayores de 60 años ha subido más de 110 puntos respecto al anterior informe y más de 180 respecto al martes anterior. Ahora es de 790 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, y supera los 1.000 casos en nueve comunidades autónomas, con Navarra y Murcia liderando, con más de 1.500 casos. Dentro de esta población de más de 60 años, los mayores de 80 años, los más vulnerables, son los que presentan una incidencia más alta, superando los mil casos por cada 100.000 habitantes.
Huelga decir que cuando los hospitales y sus UCIS comiencen a llenarse, una vez más, nadie responderá por las muertes y las secuelas que provoque esta política de "dejar hacer, dejar pasar", de la que también están siendo cómplices la mayoría de los "especialistas" y "científicos" sumisos a lo que imponga el poder.
EL INCÓMODO EJEMPLO DE CHINA
Esta irresponsabilidad occidental contrasta, de forma radical, con la estrategia de China, donde desde el comienzo de la pandemia las autoridades han aplicado estrictas medidas de control, que incluyen la realización sistemática de millones de test y el rastrero de los contagios, con el objeto de evitar la propagación indiscriminada del virus que se ha producido en Europa o los Estados Unidos. Posibilidad que, en un país con una población de 1.400 millones de personas habría resultado catastrófico para todo el planeta.
Con este propósito de contención del virus, millones de personas han sido confinadas en las últimas semanas en Shanghái donde, simultáneamente, se realizan test de manera masiva. Y es que esa populosa ciudad, de 25 millones de habitantes se ha convertido en el principal foco del covid-19 en China. El psado 13 de abril, llegó a un pico de 27.625 contagios, reducidos ya el el sábado y domingo a unos 7 mil casos por día. Shanghái reportó 32 muertes.
Se trata de cifras los suficientemene importantes como para justificar las medidas restrictivas impuestas pero que, sin embargo, se encuentran muy por debajo de los contagios registrado en un un país como España donde, sólo el pasado martes 3 de mayo se contabilizaron 57.329 nuevos casos. Mientras el mes de abril concluyó con 344.578 nuevos contagios. Además, desde el pasado viernes, se han contabilizado en el Estado español 212 muertes de pacientes con Covid.
Sin embargo, en lugar de alertar sobre estas cifras de muertes y contagios, las televisiones públicas y privadas del Estado español se esfuerzan estos días, con un ímpetu poco casual, en denostar la estrategia de contención china, con sesgados relatos que presentan como "irracionales" las medidas allí adoptadas y dibujan una situación cuasi apocalíptica y de total "falta de libertades" en la nación asiática por la imposición de los confinamientos, al tiempo que celebran el "adiós a las mascarillas" decretado en España.
EL RECTOR LLUÍS SERRA MAJEM Y LOS SUPUESTOS "CUÑAOS" SIN CONOCIMIENTO PARA OPINAR SOBRE EL COVID-19
En esta misma línea se pronunciaba, el pasado lunes, al rector catalán de la Universidad de Las Palmas de G.C., Lluís Serra Majem. En una entrevista concedida a la Cadena Ser, Serra Majem no tuvo ningún reparo en sostener que "la estrategia China de Covid 19 ha demostrado ser un fracaso", mientras la "estrategia española y europea es la correcta".
Serra Majem se expresó con esta contundencia presuntamente avalado por sus conocimientos como catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública. Una cualificación que le sirvió para ser asesor del Gobierno de Canarias en la crisis sanitaria del coronavirus y desde la cual se permitió también descalificar el pasado año al médico de urgencias y vicepresidente de SEMES Madrid César Carballo, al que caracterizó en su cuenta de Twitter como un "cuñao", por atreverse a criticar en un programa de televisión las erráticas medidas adoptadas por el Gobierno central para afrontar la pandemia.
La realidad es, no obstante, que las afirmaciones sobre cualquier realidad no poseen mayor o menor valor en función de quienes las formulen. Es la propia coherencia de tales aseveraciones y, sobre todo, la evidencia empírica que las pueda sostener la que permite juzgar su grado de veracidad. Y, atendiendo a esta evidencia, no cabría más remedio que señalar que es el propio rector de la ULPGC el que ejerció este lunes, en la Cadena Ser, como un auténtico "cuñao", carente de cualquier fundamento, al emitir su juicio sobre la estrategia china frente a la Covid 19 y compararla con la española.
Los fríos y duros datos son suficientemente expresivos como para no requerir más acotaciones acerca de la ignorante prepotencia que destilan tanto las declaraciones de Lluís Serra Majem como el tratamiento que, de manera generalizada, se viene dando desde Occidente a la gestión china.
Desde el comienzo de la pandemia, el Estado español, con una población de 47,35 millones de habitantes, ha acumulado un total oficial de 12 millones de contagios y la terrible cifra de ¡104.000 fallecidos! China, por su parte, con 1.400 millones de habitantes, ha acumulado hasta la fecha 1,04 millones de contagios y tan solo 5.128 muertos.
Una diferencia de casi 100.000 muertos en contra de España, como resultado de la "eficiente gestión" defendida por el rector de la ULPGC, que aconsejarían que éste se condujera con una prudencia y humildad que, sin embargo, no parecen ser rasgos propios de la personalidad de este académico peninsular.
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Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
DECRETAR EL FIN DE LA PANDEMIA MIENTRAS CRECE SU PROPAGACIÓN
La decisión de los gobiernos occidentales de "decretar" el fin de la pandemia del coronavirus, eliminando todas las medidas de prevención en un momento donde el número de contagios no para de crecer, constituye el último capítulo de una gestión que ha estado determinada, desde la aparición del Covid19, por la preeminencia de los intereses económicos sobre la salud pública.
En este momento el Estado español, como la mayoría de los países europeos, ha decidido suprimir medidas básicas para el control del virus como la utilización de mascarillas en los espacios cerrados, el mantenimiento de las distancias de seguridad e incluso las cuarentenas de las personas contagiadas, para que éstas sigan "produciendo" beneficios empresariales en sus puestos de trabajo, sin importar que así también puedan contagiar a sus compañeros y el resto de personas con las que tengan algún tipo de contacto.
Para imponer estas medidas, basadas en criterios estrictamente económicos y políticos, el Gobierno español no ha contado solamente con el comprensible cansancio de la población tras más de dos años de pandemia, sino también con la complicidad de los grandes medios de comunicación que, disciplinadamente, han asumido la imposición gubernamental de dejar de ofrecer los datos sobre los contagios, mientras estos siguen creciendo de forma exponencial.
Aunque, soto voce, estos medios ya han comenzado a reconocer la llegada de una “7ª ola”, el relato oficial insiste en que, gracias a la vacunación ésta pasara, ahora sí que sí, como una simple gripe sin importancia.
Según el último informe del ministerio de Sanidad, la incidencia acumulada en los mayores de 60 años ha subido más de 110 puntos respecto al anterior informe y más de 180 respecto al martes anterior. Ahora es de 790 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, y supera los 1.000 casos en nueve comunidades autónomas, con Navarra y Murcia liderando, con más de 1.500 casos. Dentro de esta población de más de 60 años, los mayores de 80 años, los más vulnerables, son los que presentan una incidencia más alta, superando los mil casos por cada 100.000 habitantes.
Huelga decir que cuando los hospitales y sus UCIS comiencen a llenarse, una vez más, nadie responderá por las muertes y las secuelas que provoque esta política de "dejar hacer, dejar pasar", de la que también están siendo cómplices la mayoría de los "especialistas" y "científicos" sumisos a lo que imponga el poder.
EL INCÓMODO EJEMPLO DE CHINA
Esta irresponsabilidad occidental contrasta, de forma radical, con la estrategia de China, donde desde el comienzo de la pandemia las autoridades han aplicado estrictas medidas de control, que incluyen la realización sistemática de millones de test y el rastrero de los contagios, con el objeto de evitar la propagación indiscriminada del virus que se ha producido en Europa o los Estados Unidos. Posibilidad que, en un país con una población de 1.400 millones de personas habría resultado catastrófico para todo el planeta.
Con este propósito de contención del virus, millones de personas han sido confinadas en las últimas semanas en Shanghái donde, simultáneamente, se realizan test de manera masiva. Y es que esa populosa ciudad, de 25 millones de habitantes se ha convertido en el principal foco del covid-19 en China. El psado 13 de abril, llegó a un pico de 27.625 contagios, reducidos ya el el sábado y domingo a unos 7 mil casos por día. Shanghái reportó 32 muertes.
Se trata de cifras los suficientemene importantes como para justificar las medidas restrictivas impuestas pero que, sin embargo, se encuentran muy por debajo de los contagios registrado en un un país como España donde, sólo el pasado martes 3 de mayo se contabilizaron 57.329 nuevos casos. Mientras el mes de abril concluyó con 344.578 nuevos contagios. Además, desde el pasado viernes, se han contabilizado en el Estado español 212 muertes de pacientes con Covid.
Sin embargo, en lugar de alertar sobre estas cifras de muertes y contagios, las televisiones públicas y privadas del Estado español se esfuerzan estos días, con un ímpetu poco casual, en denostar la estrategia de contención china, con sesgados relatos que presentan como "irracionales" las medidas allí adoptadas y dibujan una situación cuasi apocalíptica y de total "falta de libertades" en la nación asiática por la imposición de los confinamientos, al tiempo que celebran el "adiós a las mascarillas" decretado en España.
EL RECTOR LLUÍS SERRA MAJEM Y LOS SUPUESTOS "CUÑAOS" SIN CONOCIMIENTO PARA OPINAR SOBRE EL COVID-19
En esta misma línea se pronunciaba, el pasado lunes, al rector catalán de la Universidad de Las Palmas de G.C., Lluís Serra Majem. En una entrevista concedida a la Cadena Ser, Serra Majem no tuvo ningún reparo en sostener que "la estrategia China de Covid 19 ha demostrado ser un fracaso", mientras la "estrategia española y europea es la correcta".
Serra Majem se expresó con esta contundencia presuntamente avalado por sus conocimientos como catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública. Una cualificación que le sirvió para ser asesor del Gobierno de Canarias en la crisis sanitaria del coronavirus y desde la cual se permitió también descalificar el pasado año al médico de urgencias y vicepresidente de SEMES Madrid César Carballo, al que caracterizó en su cuenta de Twitter como un "cuñao", por atreverse a criticar en un programa de televisión las erráticas medidas adoptadas por el Gobierno central para afrontar la pandemia.
La realidad es, no obstante, que las afirmaciones sobre cualquier realidad no poseen mayor o menor valor en función de quienes las formulen. Es la propia coherencia de tales aseveraciones y, sobre todo, la evidencia empírica que las pueda sostener la que permite juzgar su grado de veracidad. Y, atendiendo a esta evidencia, no cabría más remedio que señalar que es el propio rector de la ULPGC el que ejerció este lunes, en la Cadena Ser, como un auténtico "cuñao", carente de cualquier fundamento, al emitir su juicio sobre la estrategia china frente a la Covid 19 y compararla con la española.
Los fríos y duros datos son suficientemente expresivos como para no requerir más acotaciones acerca de la ignorante prepotencia que destilan tanto las declaraciones de Lluís Serra Majem como el tratamiento que, de manera generalizada, se viene dando desde Occidente a la gestión china.
Desde el comienzo de la pandemia, el Estado español, con una población de 47,35 millones de habitantes, ha acumulado un total oficial de 12 millones de contagios y la terrible cifra de ¡104.000 fallecidos! China, por su parte, con 1.400 millones de habitantes, ha acumulado hasta la fecha 1,04 millones de contagios y tan solo 5.128 muertos.
Una diferencia de casi 100.000 muertos en contra de España, como resultado de la "eficiente gestión" defendida por el rector de la ULPGC, que aconsejarían que éste se condujera con una prudencia y humildad que, sin embargo, no parecen ser rasgos propios de la personalidad de este académico peninsular.
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