ANTONIO PAPELL, EL PERIODISTA ESPAÑOL QUE PIDIÓ QUE SE ATACARA A RUSIA CON BOMBAS ATÓMICAS (VÍDEO)
¿Tenía alguien interés por conocer en directo cuál fue el climax que tuvo lugar en los Estados Unidos en la época del senador Joe Macarthy? En la Sexta, en TVE y en la Cuatro puede encontrarlo.
La pasada semana se produjo en el marco de un destacado programa de tertulias de TVE, un insólito llamamiento por parte de uno de los participantes, de que se utilizaran bombas atómicas en contra de Rusia. Quien profirió esos deseos fue un conocido periodista de los medios españoles, - Antonio Papell y Cervera- que no hacía otra cosa que reflejar cual era el clima de "mesa de operaciones militares" que se ha filtrado en todas las cadenas de las televisiones españolas.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Don Antonio Papell y Cervera es un hombre feo. Eminentemente feo, que no es lo mismo que decir que sea un feo eminente.
Nació en Mallorca. Es hijo de un catedrático de instituto que, según dicen, fue confinado en esa isla después de la Guerra civil.
Sin embargo, don Antonio, el hijo, pese a ese importante avatar histórico familiar, jamás sintió en el curso de su adolescencia ningún tipo de interés por enrolarse en la lucha contra la dictadura, como lo hicieron entonces miles de jóvenes de su misma generación.
Más bien le sucedió todo lo contrario. Don Antonio estudió nada menos que para ser Ingeniero de Caminos Canales y Puertos, que era la carrera que en la década de los 50 y 60 estudiaban los pijos con aspiraciones de ascenso en su status social. Como no podía ser de otra forma, en esa misma década Papell y Cervera cumplimientó un trámite que también era por entonces una condición "sine qua non" para asegurarse un futuro estable: presentarse a unas oposiciones. Y él las ganó, naturalmente, para el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado.
No obstante, tanto para su "vocación política" como para la "periodística" encontró un hueco cuando ya el Generalísimo la había diñado. Esa no solo fue una gran oportunidad para él sino también para todos aquellos que, no habiendo movido un dedo para tumbar al dictador, tenían unas ganas locas de poder insertarse en el nuevo ciclo político que se abría tras la muerte del mismo.
Y en efecto, fue durante la llamada "transición democrática y pacífica a la democracia", cuando don Antonio empezó a sentir con fuerza el pálpito de sus primeras pulsiones sociopolíticas. No fue, pues, una casualidad, sino una magnífica oportunidad.
Para que pudiera satisfacerla plenamente, el ministro Pío Cabanillas, un hombre del Movimiento Nacional de toda la vida, le brindó su primera oportunidad, convirtiéndolo nada menos que en Director General de Difusión del Ministerio de Cultura. Un poco más tarde, Don Antonio Papell sería distinguido como vocal asesor de nada menos que el todopoderoso Adolfo Suárez, y luego del potentado Joaquín Garrigues y de Josep Meliá.
Estos fueron tan sólo sus primeros pasos. Más adelante, sería nombrado Director de Publicaciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo, entidad estrechamente dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Pero la carrera "periodística" de Don Antonio Papell y Cervera no acabó en estas triviales fruslerías. Como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, nuestro atómico personaje agregaría a su prolijo sendero biográfico un gran número de cargos. Veamos solo algunos:
- Director de la Revista de Obras Públicas, editada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos,
- Patrono de la Fundación Caminos
- Presidente del Consejo editorial de Bolsamanía.
- Colaborador de la Agencia Colpisa, el Diario Informaciones, Diario de Barcelona, ABC, El País. Adjunto revista de "pensamiento" "El Noticiero de las Ideas".
- Director de Analytiks, un diario presuntamente "progresista" … Etc. etc. etc. etc.
Pero, además, como colofón a toda esta ristra de nombramientos Don Antonio Papell y Cervera terminó convirtiéndose en una suerte de "inamovible" contertulio, de invitado de piedra en todos los gallineros de opinión de TVE. Y decimos bien "de todas", porque ya le tocara el turno en el mando de esa cadena al PSOE o al PP, el flequillo hitleriano de Don Antonio asomaría siempre por el rabillo de todas aquellas pantallas en las que tuviera lugar una tertulia.
En definitiva, Don Antonio terminó convirtiéndose en el perfecto hombre del "Régimen del 78". Nació políticamente con él, y también con él ha compartido mesa y mantel con todos los partidos políticos que participaron en su construcción.
Decíamos al inicio de estas notas que Don Antonio es un hombre terriblemente feo. La fealdad no es un defecto que vaya aparejado a una malvada condición del señor Papell. Es, ciertamente, un agravio que otorga la naturaleza, pero de la que sólo es responsable la herencia genética que uno recibe de sus antepasados. Sin embargo, lo que sí resultó realmente feo, y más que feo, horrible, y más que horrible genocida, fue el deseo proferido por Don Antonio la pasada semana de que la OTAN lanzara bombas atómicas sobre Rusia.
Pero como reza el refranero español, - y con ello no deseo ofender Don Antonio - "a todo cerdo le llega su San Martin" . Y téngase por seguro que, a partir de ahora, el Sr. Papell arrastrará con su aburrida biografía el recuerdo del momento en el que formuló ese criminal deseo. Cuando alguien no recuerde su nombre y quiera referirse a él, tendrá que decir:
- ¡Sí hombre... es aquél periodista que propuso tirar bombas atómicas sobre Rusia!
Ese será el justo castigo que recibirá a su letal estulticia.
Véalo el lector mismo en versión directa:
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Don Antonio Papell y Cervera es un hombre feo. Eminentemente feo, que no es lo mismo que decir que sea un feo eminente.
Nació en Mallorca. Es hijo de un catedrático de instituto que, según dicen, fue confinado en esa isla después de la Guerra civil.
Sin embargo, don Antonio, el hijo, pese a ese importante avatar histórico familiar, jamás sintió en el curso de su adolescencia ningún tipo de interés por enrolarse en la lucha contra la dictadura, como lo hicieron entonces miles de jóvenes de su misma generación.
Más bien le sucedió todo lo contrario. Don Antonio estudió nada menos que para ser Ingeniero de Caminos Canales y Puertos, que era la carrera que en la década de los 50 y 60 estudiaban los pijos con aspiraciones de ascenso en su status social. Como no podía ser de otra forma, en esa misma década Papell y Cervera cumplimientó un trámite que también era por entonces una condición "sine qua non" para asegurarse un futuro estable: presentarse a unas oposiciones. Y él las ganó, naturalmente, para el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado.
No obstante, tanto para su "vocación política" como para la "periodística" encontró un hueco cuando ya el Generalísimo la había diñado. Esa no solo fue una gran oportunidad para él sino también para todos aquellos que, no habiendo movido un dedo para tumbar al dictador, tenían unas ganas locas de poder insertarse en el nuevo ciclo político que se abría tras la muerte del mismo.
Y en efecto, fue durante la llamada "transición democrática y pacífica a la democracia", cuando don Antonio empezó a sentir con fuerza el pálpito de sus primeras pulsiones sociopolíticas. No fue, pues, una casualidad, sino una magnífica oportunidad.
Para que pudiera satisfacerla plenamente, el ministro Pío Cabanillas, un hombre del Movimiento Nacional de toda la vida, le brindó su primera oportunidad, convirtiéndolo nada menos que en Director General de Difusión del Ministerio de Cultura. Un poco más tarde, Don Antonio Papell sería distinguido como vocal asesor de nada menos que el todopoderoso Adolfo Suárez, y luego del potentado Joaquín Garrigues y de Josep Meliá.
Estos fueron tan sólo sus primeros pasos. Más adelante, sería nombrado Director de Publicaciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo, entidad estrechamente dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Pero la carrera "periodística" de Don Antonio Papell y Cervera no acabó en estas triviales fruslerías. Como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, nuestro atómico personaje agregaría a su prolijo sendero biográfico un gran número de cargos. Veamos solo algunos:
- Director de la Revista de Obras Públicas, editada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos,
- Patrono de la Fundación Caminos
- Presidente del Consejo editorial de Bolsamanía.
- Colaborador de la Agencia Colpisa, el Diario Informaciones, Diario de Barcelona, ABC, El País. Adjunto revista de "pensamiento" "El Noticiero de las Ideas".
- Director de Analytiks, un diario presuntamente "progresista" … Etc. etc. etc. etc.
Pero, además, como colofón a toda esta ristra de nombramientos Don Antonio Papell y Cervera terminó convirtiéndose en una suerte de "inamovible" contertulio, de invitado de piedra en todos los gallineros de opinión de TVE. Y decimos bien "de todas", porque ya le tocara el turno en el mando de esa cadena al PSOE o al PP, el flequillo hitleriano de Don Antonio asomaría siempre por el rabillo de todas aquellas pantallas en las que tuviera lugar una tertulia.
En definitiva, Don Antonio terminó convirtiéndose en el perfecto hombre del "Régimen del 78". Nació políticamente con él, y también con él ha compartido mesa y mantel con todos los partidos políticos que participaron en su construcción.
Decíamos al inicio de estas notas que Don Antonio es un hombre terriblemente feo. La fealdad no es un defecto que vaya aparejado a una malvada condición del señor Papell. Es, ciertamente, un agravio que otorga la naturaleza, pero de la que sólo es responsable la herencia genética que uno recibe de sus antepasados. Sin embargo, lo que sí resultó realmente feo, y más que feo, horrible, y más que horrible genocida, fue el deseo proferido por Don Antonio la pasada semana de que la OTAN lanzara bombas atómicas sobre Rusia.
Pero como reza el refranero español, - y con ello no deseo ofender Don Antonio - "a todo cerdo le llega su San Martin" . Y téngase por seguro que, a partir de ahora, el Sr. Papell arrastrará con su aburrida biografía el recuerdo del momento en el que formuló ese criminal deseo. Cuando alguien no recuerde su nombre y quiera referirse a él, tendrá que decir:
- ¡Sí hombre... es aquél periodista que propuso tirar bombas atómicas sobre Rusia!
Ese será el justo castigo que recibirá a su letal estulticia.
Véalo el lector mismo en versión directa:





























Alejandro El No-Magno | Martes, 29 de Marzo de 2022 a las 01:51:02 horas
Don Antonio Papell:
Una mera espontánea declaración
en comparación a los diabólicos
y precedentes records históricos al respecto,
.. **** to no es nada nuevo en el IV Reich (EUROPUSA), el que le ganó al III Reich. Y sobre este record histórico don Antonio Papell sólo juega el Papel de una sola 'ele' de comparsa teledirigido.
Porque de 1945 a 1949 los USAdores y el -mal- llamado Reino Unido desarrollaron planes -con mapas y coordenadas en la mano- militares destinados a desmantelar la URSS y aniquilar sus ciudades con un ataque nuclear masivo para reducirla a la EDAD DE PIEDRA
(Occidente siempre quiso ver a la URSS como a la bíblica mujer de Lot: reducida a una Estatua de Piedra, castigada por mirar hacia atrás: hacia el socialismo)
La operación se llamó "Impensable" -después de haberse pensado- Y la historia es muy simpática. A don Antonio el Papell le hubiese gustado mucho porque después de que Estados Unidos "probara" su arsenal nuclear en Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, Churchill y los políticos estadounidenses de derecha comenzaron a persuadir a la Casa Blanca para que bombardeara la URSS. Un ataque nuclear contra la Rusia soviética, agotada por la guerra con Alemania, habría llevado a la derrota del Kremlin al mismo tiempo que habría permitido a las Fuerzas Aliadas evitar bajas militares estadounidenses y británicas, insistió -el cabrón de- Churchill.
No hace falta decir que al ex primer ministro británico no le importaba la muerte de centenas de miles de civiles rusos pacíficos que ya habían sido duramente golpeados por la pesadilla de la guerra contra las hordas fastistas que le habia costado a Rusia do 26 millones de muertos...
"Él [Churchill] señaló que si se pudiera lanzar una bomba atómica sobre el Kremlin, destruyéndolo, sería un problema muy fácil manejar el equilibrio de Rusia, que no tendría dirección”, (Una nota no clasificada del archivo del FBI")
(..……..)
POSTED BY AD HUMANITATEM
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