
PEDRO SÁNCHEZ: UN PRESIDENTE MISERABLE
Aunque en este país no exista hoy ninguna otra alternativa mínimamente confiable, continuar en manos de este hombre irresponsable, convierte en incierto nuestro presente y nuestro futuro.
Cree nuestro colaborador Maximo Relti que las "razones" esgrimidas por Sánchez para justificar la ruptura de nuestros compromisos con el pueblo saharaui y el equilibrio de intereses en el norte de África, no sólo no fueron "poderosas", sino que ni siquiera llegaron a alcanzar la categoría de "razones". Sánchez -dice Relti - no sólo no es un presidente, sino que no pasa de ser una bufonesca polichinela que estará siempre en manos de aquellos que dispongan de poder para acogotarlo. Eso quedó demostrado ya hace unos pocos años, cuando después de una conversación con el hooligan de Donald Trump, se permitió darle 48 horas al presidente de Venezuela para que dimitiera. Sánchez no es un presidente . Es simplemente un miserable.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Quien todavía preside la autotitulada "Coalición gubernamental más progresista de la historia de España", Pedro Sánchez, tuvo a bien escoger la ciudad de Ceuta para intentar explicarle a la desconcertada ciudadanía española las poderosas razones que ha tenido el Ejecutivo que encabeza para dar su último bandazo diplomático, que ha terminado trastocando los compromisos históricos contraídos por el Estado español con los todavía no descolonizados territorios del Sáhara Occidental, así como cambiando radicalmente el equilibrio de intereses del norteafricano, en el que, naturalmente, también está comprendido el Archipiélago Canario.
La elección de esta ciudad no fue una mera casualidad. En realidad, la conservación de la presunta "españolidad" de este enclave español en territorio de Marruecos, fue una de las "poderosas razones" con las que Sánchez pretendió encubrir su puñalada trapera contra el pueblo saharaui.
Pero la verdad es que las razones esgrimidas por Sánchez no sólo no fueron, en absoluto, "poderosas", sino que ni siquiera han llegado a alcanzar la categoría de "razones".
Según el speech que el presidente Sánchez soltó en su periplo ceutí, su Gobierno tomó tan grave decisión condicionado por el simple hecho de que el "resto de las naciones europeas" habían tomado previamente una similar a la que él terminó adoptando.
"El Gobierno -dijo- ha seguido la posición que han manifestado otras naciones importantes en Europa , tales como Francia o Alemania".
Y por si a su contundente "argumento" le faltara fuerza, tuvo además la osadía de alegar que su opción y la de otras naciones importantes "no atenta" contra las resoluciones históricas de las Naciones Unidas qque contemplan el derecho de pueblo saharaui a su libre autodeterminación.
"La autonomía - explicó Sánchez con la suficiencia petulante que suele caracterizarlo- no deja de ser una de las propuestas recogidas en las resoluciones de ONU".
Por si la miserable endeblez de su argumento no rayara ya en el ridículo, redondeó su circunloquio agregando que:
"al fin y a la postre, lo importante y decisivo es que se reconoce que tienen que ser las partes afectadas en este conflicto quienes pacten una solución".
Así, de un plumazo, sin atender a las consecuencias de lo que estaba decidiendo, actuó el mismo hombre que hace unos pocos años se atreviera a dar un ultimátum al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para que abandonara el gobierno de su país en un plazo 48 horas porque la noche anterior el entonces presidente hooligan, Donald Trump, así se lo había exigido telefónicamente. Ahora, nuevamente, este mandatario indigno, vergonzosamente rastrero, vuelve a doblar humildemente su cerviz ante la presión que los intereses franceses, alemanes e israelies se permiten ejercer sobre él.
Su corta trayectoria política nos ha aportado evidencias suficientes de que Sánchez no es un presidente, sino una bufonesca polichinela que estará en manos de aquellos que dispongan de poder para acogotarlo. Y aunque en este país no exista hoy ninguna otra alternativa mínimamente confiable, parece claro que continuar en manos de un hombre tan irresponsable, convierte en incierto nuestro presente y nuestro futuro.
Pocos han sido los digitales adscritos al progrerío socialdemócrata los que se han atrevido a denunciar abiertamente este enésimo abandono de nuestros deberes con el pueblo saharaui. Pero no nos engañemos Esta taimada prudencia calculada no está condicionada por principios o convicciones. Circunstancialmente responde a que estos son conocedores de la sensibilidad pro saharaui de una buena parte de la opinión pública española. Y como es sabido, business is business, y no es cuestión de tirar alegremente por la borda la simpatía y las suscripciones de los lectores por un "simple tema africano".
No obstante, en el territorio comanche de nuestra inconsistente progresía celtibérica ha habido una excepción. La del digital "El Plural". Ha sido este pintoresco "medio", afín "man que pierda" a los intereses domésticos y cotidianos del PSOE, el que se ha prestado a explicar, ya que ni el propio Sánchez se ha atrevido a hacerlo con claridad, algunas de las supremas razones geopolíticas que han empujado al presidente a quedar con sus posaderas al vento:
"Las relaciones entre España y Marruecos - expresa esta suerte de destartalado intelectual orgánico del PSOE- han resultado fortalecidas, lo que se evidencia en la carta dirigida al rey Mohamed VI que el propio Sánchez le ha enviado este miércoles. "Marruecos es un socio estratégico y vital. El resultado de estas negociaciones es un buen resultado para España y Marruecos. Es un punto en el que cerramos una crisis desde el pasado mayo de 2021, pero sentamos las bases de una relación mucho más sólida y fuerte con Marruecos".
Ponderando las supùestas ventajas geopolíticas que nos depararía el acuerdo con Marruecos, "El Plural" llega a ir aún más lejos, y realizando una pirueta prospectiva, anuncia los abundantes parabienes que nos depara el futuro de concordia con la vecina monarquía marroquí:
"La "nueva etapa" de relaciones con Marruecos -dicen- se centran en los ámbitos económicos y comerciales, ejes primordiales para España, además de la movilidad entre la Península, Ceuta y el país norteafricano: "Nunca es tarde si se produce un buen acuerdo, somos un país que tenemos relaciones con Marruecos que trascienden el ámbito de la seguridad y entran de lleno en el control de flujos migratorios. Es un socio estratégico, económico y comercial".
Hasta aquí llegaron las filigranas argumentales de estos exégetas a sueldo, en su deplorable defensa de una decisión miserable que avergüenza con escarnio nuestra dignidad como pueblo.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Quien todavía preside la autotitulada "Coalición gubernamental más progresista de la historia de España", Pedro Sánchez, tuvo a bien escoger la ciudad de Ceuta para intentar explicarle a la desconcertada ciudadanía española las poderosas razones que ha tenido el Ejecutivo que encabeza para dar su último bandazo diplomático, que ha terminado trastocando los compromisos históricos contraídos por el Estado español con los todavía no descolonizados territorios del Sáhara Occidental, así como cambiando radicalmente el equilibrio de intereses del norteafricano, en el que, naturalmente, también está comprendido el Archipiélago Canario.
La elección de esta ciudad no fue una mera casualidad. En realidad, la conservación de la presunta "españolidad" de este enclave español en territorio de Marruecos, fue una de las "poderosas razones" con las que Sánchez pretendió encubrir su puñalada trapera contra el pueblo saharaui.
Pero la verdad es que las razones esgrimidas por Sánchez no sólo no fueron, en absoluto, "poderosas", sino que ni siquiera han llegado a alcanzar la categoría de "razones".
Según el speech que el presidente Sánchez soltó en su periplo ceutí, su Gobierno tomó tan grave decisión condicionado por el simple hecho de que el "resto de las naciones europeas" habían tomado previamente una similar a la que él terminó adoptando.
"El Gobierno -dijo- ha seguido la posición que han manifestado otras naciones importantes en Europa , tales como Francia o Alemania".
Y por si a su contundente "argumento" le faltara fuerza, tuvo además la osadía de alegar que su opción y la de otras naciones importantes "no atenta" contra las resoluciones históricas de las Naciones Unidas qque contemplan el derecho de pueblo saharaui a su libre autodeterminación.
"La autonomía - explicó Sánchez con la suficiencia petulante que suele caracterizarlo- no deja de ser una de las propuestas recogidas en las resoluciones de ONU".
Por si la miserable endeblez de su argumento no rayara ya en el ridículo, redondeó su circunloquio agregando que:
"al fin y a la postre, lo importante y decisivo es que se reconoce que tienen que ser las partes afectadas en este conflicto quienes pacten una solución".
Así, de un plumazo, sin atender a las consecuencias de lo que estaba decidiendo, actuó el mismo hombre que hace unos pocos años se atreviera a dar un ultimátum al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para que abandonara el gobierno de su país en un plazo 48 horas porque la noche anterior el entonces presidente hooligan, Donald Trump, así se lo había exigido telefónicamente. Ahora, nuevamente, este mandatario indigno, vergonzosamente rastrero, vuelve a doblar humildemente su cerviz ante la presión que los intereses franceses, alemanes e israelies se permiten ejercer sobre él.
Su corta trayectoria política nos ha aportado evidencias suficientes de que Sánchez no es un presidente, sino una bufonesca polichinela que estará en manos de aquellos que dispongan de poder para acogotarlo. Y aunque en este país no exista hoy ninguna otra alternativa mínimamente confiable, parece claro que continuar en manos de un hombre tan irresponsable, convierte en incierto nuestro presente y nuestro futuro.
Pocos han sido los digitales adscritos al progrerío socialdemócrata los que se han atrevido a denunciar abiertamente este enésimo abandono de nuestros deberes con el pueblo saharaui. Pero no nos engañemos Esta taimada prudencia calculada no está condicionada por principios o convicciones. Circunstancialmente responde a que estos son conocedores de la sensibilidad pro saharaui de una buena parte de la opinión pública española. Y como es sabido, business is business, y no es cuestión de tirar alegremente por la borda la simpatía y las suscripciones de los lectores por un "simple tema africano".
No obstante, en el territorio comanche de nuestra inconsistente progresía celtibérica ha habido una excepción. La del digital "El Plural". Ha sido este pintoresco "medio", afín "man que pierda" a los intereses domésticos y cotidianos del PSOE, el que se ha prestado a explicar, ya que ni el propio Sánchez se ha atrevido a hacerlo con claridad, algunas de las supremas razones geopolíticas que han empujado al presidente a quedar con sus posaderas al vento:
"Las relaciones entre España y Marruecos - expresa esta suerte de destartalado intelectual orgánico del PSOE- han resultado fortalecidas, lo que se evidencia en la carta dirigida al rey Mohamed VI que el propio Sánchez le ha enviado este miércoles. "Marruecos es un socio estratégico y vital. El resultado de estas negociaciones es un buen resultado para España y Marruecos. Es un punto en el que cerramos una crisis desde el pasado mayo de 2021, pero sentamos las bases de una relación mucho más sólida y fuerte con Marruecos".
Ponderando las supùestas ventajas geopolíticas que nos depararía el acuerdo con Marruecos, "El Plural" llega a ir aún más lejos, y realizando una pirueta prospectiva, anuncia los abundantes parabienes que nos depara el futuro de concordia con la vecina monarquía marroquí:
"La "nueva etapa" de relaciones con Marruecos -dicen- se centran en los ámbitos económicos y comerciales, ejes primordiales para España, además de la movilidad entre la Península, Ceuta y el país norteafricano: "Nunca es tarde si se produce un buen acuerdo, somos un país que tenemos relaciones con Marruecos que trascienden el ámbito de la seguridad y entran de lleno en el control de flujos migratorios. Es un socio estratégico, económico y comercial".
Hasta aquí llegaron las filigranas argumentales de estos exégetas a sueldo, en su deplorable defensa de una decisión miserable que avergüenza con escarnio nuestra dignidad como pueblo.
Alejandro El No-Magno | Sábado, 26 de Marzo de 2022 a las 01:05:45 horas
"Sánchez no es un presidente . Es simplemente un miserable"
ASI DA GUSTO. MAXIME EN UNA EPOCA HISTORICA DE DISGUSTOS "PAR EXCELLENCE". GRACIAS
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