LOS MIGRANTES MENORES DE CANARIAS NO SON UCRANIANOS, A NADIE LES IMPORTA SU VIDA

Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

    En la Conferencia de Presidentes celebrada el pasado domingo en la isla de La Palma, el presidente regional,  Ángel Víctor Torres, defendió que todos los ejecutivos autonómicos  "arropen al Gobierno de España" en su posición sobre la guerra de Ucrania. Y ello, a pesar de que dicha posición incluye el envío de armas al ejército ucraniano, ideada en el marco de la Unión Europea para tratar de prolongar este conflicto bélico, y de que dicha estrategia, junto a las sanciones económicas impuestas a Rusia, ya están afectando clarísimamente a la economía Canaria y del resto del Estado español.

   El presidente de Canarias valoró también que en la conferencia se haya dado “un gran paso” hacia el objetivo a partir de la creación de una conferencia sectorial en la que, junto a la acogida de los ucranianos desplazados por la invasión rusa de su país, se analice y se acuerde un sistema de reparto también para el colectivo de menores que incesantemente llegan a Canarias desde África.

   Las realidades, sin embargo, que mientras el Gobierno de España y los gobiernos autonómicos aseguran estar dispuestos y preparados para coger de la mejor manera a los refugiados ucranianos, estas mismas instituciones continúan ignorando la situación de los alrededor de 2.800 menores migrantes no acompañados, de origen africano, que ahora acoge Canarias.

   La decisión acordada de remitir esta cuestión a una comisión sectorial sobre refugiados y migración, sin ninguna propuesta concreta y sin calendario, tuvo que ser reconocida por los partidos canarios como claramente "insuficiente".  Se trató, en efecto, de una simple declaración de intenciones que no se plasmó en ningún tipo de acuerdo real al final de la cumbre.

  Todo indica, en definitiva, que si finalmente el acogimiento a los refugiados ucranianos no queda también en meras palabras, una vez que la propaganda sobre la supuesta "solidaridad europea" ya no sea necesaria por el fin del conflicto bélico, asistiríamos una vez más a una doble edad vara de medir con respecto a los migrantes de origen africano que llegan a Canarias.

    Los europeos, cuya existencia conviene a la política belicista de la Unión Europea y Estados Unidos merecerían todos los esfuerzos necesarios para ser acogidos, mientras que los menores africanos se mantendrán en una suerte de limbo legal y sin perspectivas de poder desarrollar en nuestro cualquier proyecto de vida.