
LA "INVOLUCIÓN" POLÍTICA DEL SIGLO XXI: ALEMANIA UTILIZA EL "PRETEXTO UCRANIANO" PARA REARMARSE
Las clases hegemónicas alemanas ven por primera vez cumplidas sus demandas de una remilitarización que venia siendo reivindicada desde la unificación
El canciller alemán Olaf Scholz ha utilizado el pretexto de los sucesos militares en Ucrania para proceder al rearme inmediato del Ejército alemán. Sin embargo, en opinión de nuestro colaborador Máximo Relti lo que ha sucedido en realidad, es que burguesía industrial y financiera alemana ha encontrado en los acontecimientos de Ucrania la oportunidad para ejecutar una demanda que ya se habia producido desde que tuvo lugar la gratuita unificación alemana: o sea, el rearme militar de Alemania como requisito imprescindible para abrir la válvula de su expansión económica en el mundo.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Le ha faltado tiempo al flamante Ejecutivo de la Coalición "izquierdista" alemana para dar rienda suelta a la"pulsión prusiana" contenida durante décadas por las clases sociales hegemónicas germanas.
El gobierno socialdemócrata de ese país ha agarrado al vuelo la oportunidad que le ofrecía la invasión rusa de la República de Ucrania, para poner en marcha los recónditos deseos de militarización que el gigantesco desarrollo capitalista le estaba exigiendo para poder cumplimentar la necesaria expansión de la economía alemana.
La decisión gubernamental se resistió a cualquier tipo de posposición. Este mismo domingo se pudo materializarse la gran oportunidad esperada y deseada por las élites germanas durante décadas. El nuevo canciller Olaf Scholz, en un discurso que será, sin duda, históricamente rememorado, - para mal, probablemente- anunció una macroinyección de nada menos que de 100 mil millones de euros para el adecuado pertrechamiento bélico de las Fuerzas Armadas del país. De igual forma, el canciller socialdemócrata anunció que a partir de ahora, se producirá un incremento de la inversión anual en Defensa de más del 2% del PIB, proponiendo, asimismo, que tal incremento se vea "blindado" a través de la oportuna reforma de la Constitución.
El socialdemócrata Scholz manifestó que a partir de la invasión rusa de Ucrania se había hecho preciso invertir de forma relevante en la seguridad del país con la noble finalidad de "proteger nuestra libertad y nuestra democracia".
Aunque el canciller "socialista" haya presentado el rearme alemán como una consecuencia directa de los últimos acontecimientos de Ucrania, nada está más lejos de la realidad. Tanto la burguesía industrial y financiera alemana y los políticos que los representan en las instituciones, como los altos mandos militares de la Bundeswehr, han venido demandando de manera persistente durante las décadas que siguieron a la gratuita reunificación alemana, la necesidad de que se produjera el rearme militar de Alemania. Tal deseo no era, evidentemente, un simple capricho. Los mercados no se conquistan sólo con mercancías. Cuando los competidores ponen en riesgo las propias mercancías, o cuando los recursos se resisten a ser ocupados, es el ruido de las armas el que habla. Se trata de una constante histórica que se ha cumplido de forma inexorable a lo largo de los más de dos siglos de existencia del sistema económico capitalista.
La naturaleza de este tipo de "reivindicaciones" nada tienen que ver, pues, con la coyuntura militar que se produce en el Este de Alemania. Hoy resulta impensable que incluso un gobierno como el de Vladimir Putin -un personaje al que, por cierto, el también socialdemócrata y ex canciller alemán Gerhard Schröder había presentado en su día como un “impecable demócrata” - se le pueda pasar por la cabeza la posibilidad de emprender la insólita aventura de invadir Alemania.
Alemania fue derrotada gracias al esfuerzo titánico y del sacrificio de 20 millones de civiles y y soldados del Ejército Rojo. Los nazis en el poder habían entendido que el Este de Alemania era su hinterland, su área de dominio e influencia. En 1945 Alemania fue ocupada y sometida a una división forzada, no por el deseo de quienes en esos momentos gobernaban la Unión Soviética, que de forma reiterada habían propuesto la existencia de una Alemania unida, pero también garantizadamente neutral. La unidad alemana no fue posible porque los aliados occidentales de la URSS se negaron rotundamente a que ello fuera así. Inglaterra y los Estados Unidos entendían queen aquella coyuntura histórica les resultaba más rentable militarmente contar con lo que luego seria la República Federal alemana -más extensa geográfica y demográficamente y más rica en recursos- ante la eventualidad de una prevista confrontación militar con la Unión Soviética, preconizada tanto por Winston Churchill, como por Harry Truman.
Como ha sucedido invariablemente a lo largo de los últimos 100 años, a los socialdemócratas les ha correspondido siempre desempeñar las tareas del trabajo sucio, del que por puro oportunismo suele rehuir la derecha conservadora. Esa inexorable "ley" histórica vuelve a cumplirse ahora al ser los socialdemócratas los que han asumido el protagonismo en el rearme alemán. No es una casualidad. Durante la década de los 20 y 30 del pasado siglo, su indolencia política había facilitado de igual manera el advenimiento del nacionalsocialismo y la represión de la potente y luchadora clase obrera alemana.
La decisión del canciller germano este fin de semana, de proceder rearmar a la Bundeswehr, ha tenido lugar tan sólo 24 horas después de que él mismo se encargara igualmente de romper la "tradición" de no intervención en los conflictos militares que se produjeran allende de sus fronteras. En efecto, el canciller Scholz decidió, casi simultáneamente, enviar a Ucrania un millar de misiles antitanques y 500 tierra-aire de igual categoría, alegando que
“es nuestro deber hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania a defenderse del Ejército invasor de Vladímir Putin”.
La oposición demócrata cristiana se congratuló por la pronta resolución de la coalición "izquierdista" alemana aunque -¡miren ustedes por dónde!-, recomendando hipócritamente al politico socialdemócrata que no incrementara excesivamente la deuda para "evitar que esta termine recayendo sobre las jóvenes generaciones alemanas".
Augurar lo que pueda suceder a partir de ahora, no será nada difícil. La gran Alemania desempeñará no sólo "de hecho", como ha venido haciendo hasta ahora, sino también "de derecho", el papel hegemónico en el marco de una Unión Europea , de la que será su brújula.
A partir de ahí, todo lo que el lector pueda imaginar será perfectamente factible.
LA VERSIÓN DE EURONEWS DE LA "OPERACION REARME"
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Le ha faltado tiempo al flamante Ejecutivo de la Coalición "izquierdista" alemana para dar rienda suelta a la"pulsión prusiana" contenida durante décadas por las clases sociales hegemónicas germanas.
El gobierno socialdemócrata de ese país ha agarrado al vuelo la oportunidad que le ofrecía la invasión rusa de la República de Ucrania, para poner en marcha los recónditos deseos de militarización que el gigantesco desarrollo capitalista le estaba exigiendo para poder cumplimentar la necesaria expansión de la economía alemana.
La decisión gubernamental se resistió a cualquier tipo de posposición. Este mismo domingo se pudo materializarse la gran oportunidad esperada y deseada por las élites germanas durante décadas. El nuevo canciller Olaf Scholz, en un discurso que será, sin duda, históricamente rememorado, - para mal, probablemente- anunció una macroinyección de nada menos que de 100 mil millones de euros para el adecuado pertrechamiento bélico de las Fuerzas Armadas del país. De igual forma, el canciller socialdemócrata anunció que a partir de ahora, se producirá un incremento de la inversión anual en Defensa de más del 2% del PIB, proponiendo, asimismo, que tal incremento se vea "blindado" a través de la oportuna reforma de la Constitución.
El socialdemócrata Scholz manifestó que a partir de la invasión rusa de Ucrania se había hecho preciso invertir de forma relevante en la seguridad del país con la noble finalidad de "proteger nuestra libertad y nuestra democracia".
Aunque el canciller "socialista" haya presentado el rearme alemán como una consecuencia directa de los últimos acontecimientos de Ucrania, nada está más lejos de la realidad. Tanto la burguesía industrial y financiera alemana y los políticos que los representan en las instituciones, como los altos mandos militares de la Bundeswehr, han venido demandando de manera persistente durante las décadas que siguieron a la gratuita reunificación alemana, la necesidad de que se produjera el rearme militar de Alemania. Tal deseo no era, evidentemente, un simple capricho. Los mercados no se conquistan sólo con mercancías. Cuando los competidores ponen en riesgo las propias mercancías, o cuando los recursos se resisten a ser ocupados, es el ruido de las armas el que habla. Se trata de una constante histórica que se ha cumplido de forma inexorable a lo largo de los más de dos siglos de existencia del sistema económico capitalista.
La naturaleza de este tipo de "reivindicaciones" nada tienen que ver, pues, con la coyuntura militar que se produce en el Este de Alemania. Hoy resulta impensable que incluso un gobierno como el de Vladimir Putin -un personaje al que, por cierto, el también socialdemócrata y ex canciller alemán Gerhard Schröder había presentado en su día como un “impecable demócrata” - se le pueda pasar por la cabeza la posibilidad de emprender la insólita aventura de invadir Alemania.
Alemania fue derrotada gracias al esfuerzo titánico y del sacrificio de 20 millones de civiles y y soldados del Ejército Rojo. Los nazis en el poder habían entendido que el Este de Alemania era su hinterland, su área de dominio e influencia. En 1945 Alemania fue ocupada y sometida a una división forzada, no por el deseo de quienes en esos momentos gobernaban la Unión Soviética, que de forma reiterada habían propuesto la existencia de una Alemania unida, pero también garantizadamente neutral. La unidad alemana no fue posible porque los aliados occidentales de la URSS se negaron rotundamente a que ello fuera así. Inglaterra y los Estados Unidos entendían queen aquella coyuntura histórica les resultaba más rentable militarmente contar con lo que luego seria la República Federal alemana -más extensa geográfica y demográficamente y más rica en recursos- ante la eventualidad de una prevista confrontación militar con la Unión Soviética, preconizada tanto por Winston Churchill, como por Harry Truman.
Como ha sucedido invariablemente a lo largo de los últimos 100 años, a los socialdemócratas les ha correspondido siempre desempeñar las tareas del trabajo sucio, del que por puro oportunismo suele rehuir la derecha conservadora. Esa inexorable "ley" histórica vuelve a cumplirse ahora al ser los socialdemócratas los que han asumido el protagonismo en el rearme alemán. No es una casualidad. Durante la década de los 20 y 30 del pasado siglo, su indolencia política había facilitado de igual manera el advenimiento del nacionalsocialismo y la represión de la potente y luchadora clase obrera alemana.
La decisión del canciller germano este fin de semana, de proceder rearmar a la Bundeswehr, ha tenido lugar tan sólo 24 horas después de que él mismo se encargara igualmente de romper la "tradición" de no intervención en los conflictos militares que se produjeran allende de sus fronteras. En efecto, el canciller Scholz decidió, casi simultáneamente, enviar a Ucrania un millar de misiles antitanques y 500 tierra-aire de igual categoría, alegando que
“es nuestro deber hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania a defenderse del Ejército invasor de Vladímir Putin”.
La oposición demócrata cristiana se congratuló por la pronta resolución de la coalición "izquierdista" alemana aunque -¡miren ustedes por dónde!-, recomendando hipócritamente al politico socialdemócrata que no incrementara excesivamente la deuda para "evitar que esta termine recayendo sobre las jóvenes generaciones alemanas".
Augurar lo que pueda suceder a partir de ahora, no será nada difícil. La gran Alemania desempeñará no sólo "de hecho", como ha venido haciendo hasta ahora, sino también "de derecho", el papel hegemónico en el marco de una Unión Europea , de la que será su brújula.
A partir de ahí, todo lo que el lector pueda imaginar será perfectamente factible.
LA VERSIÓN DE EURONEWS DE LA "OPERACION REARME"
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