
EL SHOW PARLAMENTARIO DE LA REFORMA LABORAL: ¡DEMASIADOS PELOS EN LA ALMOHADA!
El PP saca del atolladero al Gobierno progre. ¿Una afortunada casualidad o un show planificado?
Nuestro colaborador Máximo Relti estima en este artículo que la sesión parlamentaria del pasado jueves, dedicada a la aprobación de la Reforma laboral de Yolanda Díaz terminó convirtiéndose en un culebrón con ribetes hilarantes que permitieron, no obstante, ver con toda claridad los mecanismos que rigen en las decisiones en ese "mercadillo de intercambio de baratijas" que es el Parlamento español. ¿Alguien puede dudar todavía, después del apoyo entusiasta de Patricia Botín a esta remasterizada Reforma Laboral, a qué intereses de clase está respondiendo su aprobación?
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Aquello fue un folletín. Un auténtico y bochornoso folletín. La sesión parlamentaria en la que se aprobó el decreto gubernamental de esa Reforma Laboral que nada reforma, concluyó de la misma manera que había resultado propio proceso de gestación de la Ley, así como las negociaciones corsarias que por lo bajini la habian acompañado
Un culebrón con ribetes hilarantes, que ha dejado claro en qué consisten realmente los mecanismos que rigen las decisiones en ese "mercadillo de intercambio de baratijas" que es el Parlamento español desde hace 43 años.
Y es que, aunque el Gobierno más progresista de la historia del mundo mundial, pudiera sacar adelante finalmente el proyecto de Reforma Laboral ya previamente escrito desde Bruselas, los procedimientos que ha utilizado carecen de precedentes incluso en la larga historia de apaños y enjuagues que ha caracterizado al parlamentarismo español desde la dictadura para acá.
El Ejecutivo necesitó, in extremis, recurrir al apoyo de la fauna más pintoresca que vegeta en los pastizales del hemiciclo: al grupo derechista Ciudadanos, en trance final de descomposición; a la cocktelera postmoderna de Copromis/Errejón, así como a la larguísima procesión de grupúsculos regionalistas unipersonales, como son Nueva Canarias, Coalición Canaria, el Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe... que ven calvas oportunidades como esta para intentar vender su magro pellejo a cambio de un pestilente plato de lentejas.
No obstante, las circunstancias que han rodeado al trágala de esa Ley de Reforma Laboral que nada reforma, empujaron al Gobierno "progre" a la escenificación de otro chusco show parlamentario que debería avergonzar a cualquier persona con apenas dos gramos de dignidad.
En efecto, el diputado del PP, Alberto Casero, que permanecía en su domicilio aquejado, según parece, de una acuciante flojera de esfínteres, en el momento de proceder a la votación telemática se equivocó de botón, -¿o de dedo?-, votando justamente lo contrario a lo que le estaba pidiendo el cuerpo… que no era otra cosa que trasladarse con toda urgencia a la toilette. Y, miren por dónde, bien por arte de la pura casualidad o por una previa planificación de emergencia, terminó siendo el PP el que, por un azar de coherencia, sacó adelante una flamante Ley de Reforma laboral que la Patronal estaba pidiendo a gritos a sus representantes ultraconservadores que apoyaran.
Pero, no obstante, ni de coña marinera se nos va a ocurrir entrar ahora en el teológico debate con el que gurús mediáticos al uso están tratando en estas últimas horas de desorientar a sus respectivas clientelas, enredándolas para que se pongan a dilucidar si la culpa del "error" del inefable diputado Albero Casero es atribuible al galgo de la equivocación telemática o al podenco de la infinita torpeza del diputado.
La verdad es que da igual que fuera una u otro. Lo que es incuestionablemente cierto es que, al margen de los puntuales intereses estratégico-políticos del Partido Popular en sus luchas cainitas con quienes desde hace cuatro décadas se disputan la bicoca de la Administración de la máquina del Estado, "Bruselas" -o sea, los Bancos y las grandes entidades financieras europeas-, ya tenían muy claro en qué debía consistir la Ley laboral que iba a regir el mercado laboral español. Y así se lo habían hecho saber tanto a la ministra "comunista" Yolanda Díaz, como a su delegada en el Consejo de Ministros del Gobierno de España, la señora Nadia Calvino.
Y con "error" o sin "error" telemático, el Parlamento español decidió justamente este jueves -vístanlo como lo vistan- lo que le correspondía decidir: la aprobación de la Reforma laboral "propuesta" por la Unión Europea. El resto de esta truculenta historia, o sea, si el diputado se equivocó o no se equivocó, no deja de ser una mera fruslería o un inútil entretenimiento para ingenuos, que no determina en nada la esencia de la cuestión.
Y la auténtica esencia de la cuestión ya había sido definida, apenas unas horas antes de esta abracadabrante opereta parlamentaria, por la todopoderosa presidenta del Banco Santander, Patricia Botín, cuando en un público "nihil obstat" bendijo las arduas gestiones que durante meses había estado realizando la señora vicepresidenta Yolanda Díaz.
"Me parece muy importante, - declaró doña Patricia-, lo que se ha acordado. Y que lo que se ha acordado se haya hecho de forma consensuada... Es bueno que se haya alcanzado un acuerdo. Es la manera de hacer las cosas….".
¿Que más se podía pedir? Quien así opinaba era nada menos que la primera banquera de España que, de paso, había logrado que el pasado ejercicio económico su empresa, el Banco Santander, obtuviera en plena pandemia los mayores beneficios de los últimos 12 años: ¡8.124 millones de euros!
¿Es posible que todavía a estas alturas alguien se permita simular que ignora a qué intereses de clase responde esta remasterizada Reforma Laboral?
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Aquello fue un folletín. Un auténtico y bochornoso folletín. La sesión parlamentaria en la que se aprobó el decreto gubernamental de esa Reforma Laboral que nada reforma, concluyó de la misma manera que había resultado propio proceso de gestación de la Ley, así como las negociaciones corsarias que por lo bajini la habian acompañado
Un culebrón con ribetes hilarantes, que ha dejado claro en qué consisten realmente los mecanismos que rigen las decisiones en ese "mercadillo de intercambio de baratijas" que es el Parlamento español desde hace 43 años.
Y es que, aunque el Gobierno más progresista de la historia del mundo mundial, pudiera sacar adelante finalmente el proyecto de Reforma Laboral ya previamente escrito desde Bruselas, los procedimientos que ha utilizado carecen de precedentes incluso en la larga historia de apaños y enjuagues que ha caracterizado al parlamentarismo español desde la dictadura para acá.
El Ejecutivo necesitó, in extremis, recurrir al apoyo de la fauna más pintoresca que vegeta en los pastizales del hemiciclo: al grupo derechista Ciudadanos, en trance final de descomposición; a la cocktelera postmoderna de Copromis/Errejón, así como a la larguísima procesión de grupúsculos regionalistas unipersonales, como son Nueva Canarias, Coalición Canaria, el Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe... que ven calvas oportunidades como esta para intentar vender su magro pellejo a cambio de un pestilente plato de lentejas.
No obstante, las circunstancias que han rodeado al trágala de esa Ley de Reforma Laboral que nada reforma, empujaron al Gobierno "progre" a la escenificación de otro chusco show parlamentario que debería avergonzar a cualquier persona con apenas dos gramos de dignidad.
En efecto, el diputado del PP, Alberto Casero, que permanecía en su domicilio aquejado, según parece, de una acuciante flojera de esfínteres, en el momento de proceder a la votación telemática se equivocó de botón, -¿o de dedo?-, votando justamente lo contrario a lo que le estaba pidiendo el cuerpo… que no era otra cosa que trasladarse con toda urgencia a la toilette. Y, miren por dónde, bien por arte de la pura casualidad o por una previa planificación de emergencia, terminó siendo el PP el que, por un azar de coherencia, sacó adelante una flamante Ley de Reforma laboral que la Patronal estaba pidiendo a gritos a sus representantes ultraconservadores que apoyaran.
Pero, no obstante, ni de coña marinera se nos va a ocurrir entrar ahora en el teológico debate con el que gurús mediáticos al uso están tratando en estas últimas horas de desorientar a sus respectivas clientelas, enredándolas para que se pongan a dilucidar si la culpa del "error" del inefable diputado Albero Casero es atribuible al galgo de la equivocación telemática o al podenco de la infinita torpeza del diputado.
La verdad es que da igual que fuera una u otro. Lo que es incuestionablemente cierto es que, al margen de los puntuales intereses estratégico-políticos del Partido Popular en sus luchas cainitas con quienes desde hace cuatro décadas se disputan la bicoca de la Administración de la máquina del Estado, "Bruselas" -o sea, los Bancos y las grandes entidades financieras europeas-, ya tenían muy claro en qué debía consistir la Ley laboral que iba a regir el mercado laboral español. Y así se lo habían hecho saber tanto a la ministra "comunista" Yolanda Díaz, como a su delegada en el Consejo de Ministros del Gobierno de España, la señora Nadia Calvino.
Y con "error" o sin "error" telemático, el Parlamento español decidió justamente este jueves -vístanlo como lo vistan- lo que le correspondía decidir: la aprobación de la Reforma laboral "propuesta" por la Unión Europea. El resto de esta truculenta historia, o sea, si el diputado se equivocó o no se equivocó, no deja de ser una mera fruslería o un inútil entretenimiento para ingenuos, que no determina en nada la esencia de la cuestión.
Y la auténtica esencia de la cuestión ya había sido definida, apenas unas horas antes de esta abracadabrante opereta parlamentaria, por la todopoderosa presidenta del Banco Santander, Patricia Botín, cuando en un público "nihil obstat" bendijo las arduas gestiones que durante meses había estado realizando la señora vicepresidenta Yolanda Díaz.
"Me parece muy importante, - declaró doña Patricia-, lo que se ha acordado. Y que lo que se ha acordado se haya hecho de forma consensuada... Es bueno que se haya alcanzado un acuerdo. Es la manera de hacer las cosas….".
¿Que más se podía pedir? Quien así opinaba era nada menos que la primera banquera de España que, de paso, había logrado que el pasado ejercicio económico su empresa, el Banco Santander, obtuviera en plena pandemia los mayores beneficios de los últimos 12 años: ¡8.124 millones de euros!
¿Es posible que todavía a estas alturas alguien se permita simular que ignora a qué intereses de clase responde esta remasterizada Reforma Laboral?
Maribel Santana | Lunes, 07 de Febrero de 2022 a las 00:01:58 horas
Quien lo diría los comunistas trabajando para la banca y el empresariado.
Para que quieren los de arriba a los VOX Y PPeros, quemándose la imagen por derechoso si tienen a los izquierdosos que se lo hacen mejor???
De penita, rabia, frustración, en fin y este pueblo pasando de todo coño.
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