"CUÉNTAME CÓMO PASÓ": DE LA JUSTIFICACIÓN DEL RÉGIMEN DEL 78 A LA PROPAGANDA ANTICUBANA
Dós décadas reforzando, con buenas interpretaciones, el discurso ideológico del Régimen del 78
"Cuéntame cómo pasó" es la serie de prime time más longeva de la historia de la televisión en España. Emitida por primera vez en septiembre del año 2001, el pasado jueves, 20 de enero, se estrenaba el primer capítulo de su temporada 22º, tras 20 años de emisión. Un capítulo en el que se consumaba la repesentativa regresión ideológica de un producto audiovisual que, a pesar de plasmar la visión histórica "oficialista" del Régimen del 78, cuenta con un elenco de buenos actores, capaces de establecer conexión con el público hasta el punto de lograr que este se identifique con las aventuras y desventuras de la familia de ficción más conocida del país (...).
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
"Cuéntame cómo pasó" es la serie de prime time más longeva de la historia de la televisión en España. Emitida por primera vez en septiembre del año 2001, el pasado jueves, 20 de enero, se estrenaba el primer capítulo de su temporada 22º, tras 20 años de emisión.
Como es bien conocido, la serie tiene la pretensión de narrar la historia de España desde las postrimerías del franquismo hasta los años 90 del pasado siglo XX, a través de la microhistoria de una familia, los Alcántara, que emigra en los años 50 desde Sagrillas, un deprimido pueblo castellano, a Madrid, para instalarse en el popular barrio de San Genaro.
La educación del nacional-catolicismo impuesta a varias generaciones, la represión y la resistencia política antifranquista, el "desarrollismo aperturista", la llegada de los "hippies", la Transición tras la muerte de Franco, el Golpe del 23F de 1981, la victoria electoral del PSOE en 1982, el supuesto "milagro económico español" con la entrada en la CEE o las Olimpiadas y la Expo de 1992, son algunos de los temas tópicos que se relatan en esta popular serie televisiva.
Sería absurdo no reconocer que, más allá de la visión histórica oficialista que se plasma en la misma, se trata de un producto audiovisual que ha mantenido una notable calidad y cuenta con un elenco de muy buenos actores, capaces de establecer conexión con el público hasta el punto de lograr que este se identifique con las aventuras y desventuras de la familia de ficción más conocida del país.
Incuestionables virtudes artísticas que son también, precisamente, las que contribuyen a convertirla en un eficaz medio de adoctrinamiento ideológico de millones de personas, que asumen su narración como si de la genuina historia contemporánea de España se tratara.
La adecuación de la interpretación de la Historia expresada en "Cuéntame" a la versión histórica oficial sobre la "transición pacífica y democrática", que habría dado lugar a los "40 mejores años de la historia del país", se puede apreciar, en realidad, desde el capítulo 1º de la primera temporada, ambientado en 1968. En un cierre en el que la voz en off que narra la historia -la del actor Carlos Hipólito como un adulto Carlos Alcántara que recuerda su infancia- termina realizando una alusión a Juan Carlos de Borbón, afirmando que pocos podían suponer, en aquellas fechas, que el Borbón coronado por la gracia de Franco llegaría a desempeñar un papel tan positivo y trascendental para España.
Sin embargo, esta adaptación al discurso del Régimen de 78 es mucho más sutil durante esta primera temporada, y se va haciendo cada vez más evidente en las sucesivas, a medida que la ambientación se acerca a los años de la Transición, para culminar, de manera especialmente vergonzosa, en la temporada que comenzó el pasado jueves.
TONI ALCÁNTARA, DE REVOLUCIONARIO TROTSKISTA A RESPONSABLE DEL GABINETE DE PRENSA DE FELIPE GONZÁLEZ
![[Img #70298]](https://canarias-semanal.org/upload/images/01_2022/2974_toni.jpg)
Un análisis más o menos exhaustivo de la forma en la que esta serie ha contribuido a reforzar el discurso de la historiografía oficial sobre la segunda Restauración monárquica en España, excedería con mucho los estrechos márgenes que permite un simple artículo. Sí es posible ejemplificarlo a la perfección, en cambio, a traves de la trayectoria de uno de los personajes destacados de la serie.
Toni, el hijo mayor de los Alcántara, puede considerarse una magnífica representación de todos aquellos que todavía hoy se jactan de "haber corrido tras los grises" en los tiempos de Franco -sea cierto o no,- pero acabaron integrándose plenamente en las instituciones de la Monarquía, creadas para garantizar el deseo del dictador de dejarlo todo "atado y bien atado" sin que nada esencial cambiase en las estructuras económicas y políticas del poder.
Toni Alcántara comienza siendo un joven idealista, estudiante de derecho, que se implica plenamente en la lucha antifranquista, como militante de la Liga Comunista Revolucionaria (trotskista), y se convierte luego en un arrojado periodista, siempre dispuesto a arriesgar la vida para denunciar todo tipo de injusticias.
Posteriormente, en las temporadas que se ambientan en los años cercanos a la muerte de Franco, se presenta ya como un joven mucho más "pragmático" y "maduro", cercano a las tesis eurocomunistas de Santiago Carrillo y totalmente mimetizado con el "espíritu del consenso" de la Transición que posteriormente se vendería como un modélico ejemplo a seguir en todo el mundo.
Para constatar plenamente, la verdadera naturaleza de la regresión ideológica del personaje, sin embargo, es preciso esperar a las temporadas que recrean ya los tiempos de la nueva "democracia". En algunas de las últimas aparece todavía como un periodista comprometido y valiente, que sigue arriesgando su vida investigando cuestiones como el terrorismo de los GAL. Sin embargo, en un salto absolutamente digno de todos los que terminaron buscando cobijo en la "Casa Común" del PSOE, concluye ya la Temporada 21, tras un paso "institucionalizador" por los informativos de TVE, nada más y nada menos que como jefe del gabinete de prensa del mismo gobierno de Felipe González, responsable del terrorismo de Estado, o escribiendo libros presentados por el encargado de estas coaclas, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Finalmente, en el primer capítulo de la actual temporada se narra cómo este personaje, antiguo revolucionario y comunista, utiliza todas sus habilidades y contactos para encubrir lo que se presenta claramente como el asesinato en comisaría de una militante de ETA, encargándose de que se presente ante la opinión pública como una muerte por un infarto provocado de forma "natural".
Un encubrimiento consciente de un crimen de Estado que se le presenta a los espectadores no solo con absoluta normalidad, sino hasta con una eufórica emoción por la demostración de las capacidades laborales de un renovado Toni Alcántara, convertido ya en un perfecto burócrata del régimen con chófer y vehículo oficial.
ANTONIO Y MERCEDES ALCÁNTARA, DEFENSORES DEL "MUNDO LIBRE" CONTRA LA "DICTADURA" CUBANA
![[Img #70299]](https://canarias-semanal.org/upload/images/01_2022/7109_alcantaras.jpg)
En cualquier caso, resulta obvio que la narración de Cuéntame no responde solamente a una adaptación “pasiva” de sus guionistas y productores a la ideología hoy dominante en el Estado español. Refleja también, lógicamente, la propia ideología de éstos, que se ponía igualmente de manifiesto en el primer capítulo de esta temporada 22, “Ojalá”, en el que la pareja de protagonistas, Antonio y Mercedes Alcántara, realiza un viaje a Cuba, en el año 1993.
Con un guión que bien podría haber sido elaborado por la mismísima USAID – tapadera cultural de la CIA- el matrimonio Alcántara se convierte durante su visita a este país en salvadores de una pobre “disidente” que lucha, pacíficamente, contra la brutal “dictadura” cubana.
En un viaje ambientado en lo más crudo del Periodo Especial cubano, la ficción española podría haber reflejado, sin faltar a la verdad, las dificilísimas condiciones en las que tuvo que resistir la población del país caribeño tras la caída de la Unión Soviética.
Sin duda, esta misma resistencia constituyó la mayor prueba del apoyo mayoritario que, incluso pasando los mayores apuros, el pueblo cubano continuaba ofreciendo a sus dirigentes políticos, mientras los Estados Unidos redoblaban sus esfuerzos por derribar a la revolución cubana. Pese a todo, una presentación descontextualizada de esa cruda realidad que los cubanos vivieron en los años 90 habría permitido a los creadores de Cuéntame armar un discurso contrarrevolucionario más creíble; menos ridículo que el que se desarrolla en este capítulo de la serie.
En lugar de ello, los guionistas y los actores Imanol Arias y Ana Duato dibujan una pueril caricatura, propia de una película de Hollywood en tiempos del Macarthismo, con conserjes de hotel que se dirigen a un cliente llamándolo “imperialista”, policías con aparente retraso mental y una bondadosa y valiente “disidente” que las “fuerzas represivas" del régimen califican como “terrorista”, haciendo uso de una terminología que sólo se utilizaba en Cuba, propiamente, para calificar aquellos que en los años 90 comenzaron a poner bombas en los hoteles, pagados por la “disidencia” de Miami.
El capítulo inicial de esta 22º temporada de Cuéntame, en definitiva, refleja más la propia ubicación ideológica de estos actores-productores y presuntos defraudadores de millones de euros a la Hacienda pública española, que la realidad que cualquier turista podría haberse encontrado en los años 90 al visitar el país caribeño.
Algo que, al menos Imanol Arias -que ya en 1980 estuvo en Cuba para trabajar a las órdenes del director Humberto Solás- debería conocer; si su evolución -o involución- personal, desde sus simpatías juveniles con la izquierda abertzale hasta su actual posición de multimillonario y (presunto) defraudador de impuestos, no le provocara el mismo tipo de amnesia selectiva que sufre en Cuéntame su hijo mayor en la ficción, Toni Alcántara.
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Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
"Cuéntame cómo pasó" es la serie de prime time más longeva de la historia de la televisión en España. Emitida por primera vez en septiembre del año 2001, el pasado jueves, 20 de enero, se estrenaba el primer capítulo de su temporada 22º, tras 20 años de emisión.
Como es bien conocido, la serie tiene la pretensión de narrar la historia de España desde las postrimerías del franquismo hasta los años 90 del pasado siglo XX, a través de la microhistoria de una familia, los Alcántara, que emigra en los años 50 desde Sagrillas, un deprimido pueblo castellano, a Madrid, para instalarse en el popular barrio de San Genaro.
La educación del nacional-catolicismo impuesta a varias generaciones, la represión y la resistencia política antifranquista, el "desarrollismo aperturista", la llegada de los "hippies", la Transición tras la muerte de Franco, el Golpe del 23F de 1981, la victoria electoral del PSOE en 1982, el supuesto "milagro económico español" con la entrada en la CEE o las Olimpiadas y la Expo de 1992, son algunos de los temas tópicos que se relatan en esta popular serie televisiva.
Sería absurdo no reconocer que, más allá de la visión histórica oficialista que se plasma en la misma, se trata de un producto audiovisual que ha mantenido una notable calidad y cuenta con un elenco de muy buenos actores, capaces de establecer conexión con el público hasta el punto de lograr que este se identifique con las aventuras y desventuras de la familia de ficción más conocida del país.
Incuestionables virtudes artísticas que son también, precisamente, las que contribuyen a convertirla en un eficaz medio de adoctrinamiento ideológico de millones de personas, que asumen su narración como si de la genuina historia contemporánea de España se tratara.
La adecuación de la interpretación de la Historia expresada en "Cuéntame" a la versión histórica oficial sobre la "transición pacífica y democrática", que habría dado lugar a los "40 mejores años de la historia del país", se puede apreciar, en realidad, desde el capítulo 1º de la primera temporada, ambientado en 1968. En un cierre en el que la voz en off que narra la historia -la del actor Carlos Hipólito como un adulto Carlos Alcántara que recuerda su infancia- termina realizando una alusión a Juan Carlos de Borbón, afirmando que pocos podían suponer, en aquellas fechas, que el Borbón coronado por la gracia de Franco llegaría a desempeñar un papel tan positivo y trascendental para España.
Sin embargo, esta adaptación al discurso del Régimen de 78 es mucho más sutil durante esta primera temporada, y se va haciendo cada vez más evidente en las sucesivas, a medida que la ambientación se acerca a los años de la Transición, para culminar, de manera especialmente vergonzosa, en la temporada que comenzó el pasado jueves.
TONI ALCÁNTARA, DE REVOLUCIONARIO TROTSKISTA A RESPONSABLE DEL GABINETE DE PRENSA DE FELIPE GONZÁLEZ
![[Img #70298]](https://canarias-semanal.org/upload/images/01_2022/2974_toni.jpg)
Un análisis más o menos exhaustivo de la forma en la que esta serie ha contribuido a reforzar el discurso de la historiografía oficial sobre la segunda Restauración monárquica en España, excedería con mucho los estrechos márgenes que permite un simple artículo. Sí es posible ejemplificarlo a la perfección, en cambio, a traves de la trayectoria de uno de los personajes destacados de la serie.
Toni, el hijo mayor de los Alcántara, puede considerarse una magnífica representación de todos aquellos que todavía hoy se jactan de "haber corrido tras los grises" en los tiempos de Franco -sea cierto o no,- pero acabaron integrándose plenamente en las instituciones de la Monarquía, creadas para garantizar el deseo del dictador de dejarlo todo "atado y bien atado" sin que nada esencial cambiase en las estructuras económicas y políticas del poder.
Toni Alcántara comienza siendo un joven idealista, estudiante de derecho, que se implica plenamente en la lucha antifranquista, como militante de la Liga Comunista Revolucionaria (trotskista), y se convierte luego en un arrojado periodista, siempre dispuesto a arriesgar la vida para denunciar todo tipo de injusticias.
Posteriormente, en las temporadas que se ambientan en los años cercanos a la muerte de Franco, se presenta ya como un joven mucho más "pragmático" y "maduro", cercano a las tesis eurocomunistas de Santiago Carrillo y totalmente mimetizado con el "espíritu del consenso" de la Transición que posteriormente se vendería como un modélico ejemplo a seguir en todo el mundo.
Para constatar plenamente, la verdadera naturaleza de la regresión ideológica del personaje, sin embargo, es preciso esperar a las temporadas que recrean ya los tiempos de la nueva "democracia". En algunas de las últimas aparece todavía como un periodista comprometido y valiente, que sigue arriesgando su vida investigando cuestiones como el terrorismo de los GAL. Sin embargo, en un salto absolutamente digno de todos los que terminaron buscando cobijo en la "Casa Común" del PSOE, concluye ya la Temporada 21, tras un paso "institucionalizador" por los informativos de TVE, nada más y nada menos que como jefe del gabinete de prensa del mismo gobierno de Felipe González, responsable del terrorismo de Estado, o escribiendo libros presentados por el encargado de estas coaclas, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Finalmente, en el primer capítulo de la actual temporada se narra cómo este personaje, antiguo revolucionario y comunista, utiliza todas sus habilidades y contactos para encubrir lo que se presenta claramente como el asesinato en comisaría de una militante de ETA, encargándose de que se presente ante la opinión pública como una muerte por un infarto provocado de forma "natural".
Un encubrimiento consciente de un crimen de Estado que se le presenta a los espectadores no solo con absoluta normalidad, sino hasta con una eufórica emoción por la demostración de las capacidades laborales de un renovado Toni Alcántara, convertido ya en un perfecto burócrata del régimen con chófer y vehículo oficial.
ANTONIO Y MERCEDES ALCÁNTARA, DEFENSORES DEL "MUNDO LIBRE" CONTRA LA "DICTADURA" CUBANA
![[Img #70299]](https://canarias-semanal.org/upload/images/01_2022/7109_alcantaras.jpg)
En cualquier caso, resulta obvio que la narración de Cuéntame no responde solamente a una adaptación “pasiva” de sus guionistas y productores a la ideología hoy dominante en el Estado español. Refleja también, lógicamente, la propia ideología de éstos, que se ponía igualmente de manifiesto en el primer capítulo de esta temporada 22, “Ojalá”, en el que la pareja de protagonistas, Antonio y Mercedes Alcántara, realiza un viaje a Cuba, en el año 1993.
Con un guión que bien podría haber sido elaborado por la mismísima USAID – tapadera cultural de la CIA- el matrimonio Alcántara se convierte durante su visita a este país en salvadores de una pobre “disidente” que lucha, pacíficamente, contra la brutal “dictadura” cubana.
En un viaje ambientado en lo más crudo del Periodo Especial cubano, la ficción española podría haber reflejado, sin faltar a la verdad, las dificilísimas condiciones en las que tuvo que resistir la población del país caribeño tras la caída de la Unión Soviética.
Sin duda, esta misma resistencia constituyó la mayor prueba del apoyo mayoritario que, incluso pasando los mayores apuros, el pueblo cubano continuaba ofreciendo a sus dirigentes políticos, mientras los Estados Unidos redoblaban sus esfuerzos por derribar a la revolución cubana. Pese a todo, una presentación descontextualizada de esa cruda realidad que los cubanos vivieron en los años 90 habría permitido a los creadores de Cuéntame armar un discurso contrarrevolucionario más creíble; menos ridículo que el que se desarrolla en este capítulo de la serie.
En lugar de ello, los guionistas y los actores Imanol Arias y Ana Duato dibujan una pueril caricatura, propia de una película de Hollywood en tiempos del Macarthismo, con conserjes de hotel que se dirigen a un cliente llamándolo “imperialista”, policías con aparente retraso mental y una bondadosa y valiente “disidente” que las “fuerzas represivas" del régimen califican como “terrorista”, haciendo uso de una terminología que sólo se utilizaba en Cuba, propiamente, para calificar aquellos que en los años 90 comenzaron a poner bombas en los hoteles, pagados por la “disidencia” de Miami.
El capítulo inicial de esta 22º temporada de Cuéntame, en definitiva, refleja más la propia ubicación ideológica de estos actores-productores y presuntos defraudadores de millones de euros a la Hacienda pública española, que la realidad que cualquier turista podría haberse encontrado en los años 90 al visitar el país caribeño.
Algo que, al menos Imanol Arias -que ya en 1980 estuvo en Cuba para trabajar a las órdenes del director Humberto Solás- debería conocer; si su evolución -o involución- personal, desde sus simpatías juveniles con la izquierda abertzale hasta su actual posición de multimillonario y (presunto) defraudador de impuestos, no le provocara el mismo tipo de amnesia selectiva que sufre en Cuéntame su hijo mayor en la ficción, Toni Alcántara.
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