EL OBISPO DE TENERIFE COMPARA A LOS HOMOSEXUALES CON LOS ALCOHÓLICOS Y CON UN MATRICIDA
Vuelve a la carga Bernardo Álvarez, el prelado que opina que hay niños que “van provocando” a los pederastas
La obsesión que el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, parece tener con la homosexualidad quizá ameritase que el prelado se someta algún tipo de terapia psicológica que le permita conocer lo más recóndito de su propia intimidad. Y es que, aunque la "condena" del "pecado nefando" puede considerarse algo tan propio de la Iglesia Católica como la ocultación de los cientos de miles de casos de pederastia cometidos por sacerdotes, lo cierto es que las declaraciones del polémico obispo de la Diócesis Nivariense tienen siempre el dudoso honor de provocar un comprensible escándalo (...).
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La obsesión que el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, parece tener con la homosexualidad quizá ameritase que el prelado se someta algún tipo de terapia psicológica que le permita conocer lo más recóndito de su propia intimidad.
Y es que, aunque la "condena" del "pecado nefando" puede considerarse algo tan propio de la Iglesia Católica como la ocultación de los cientos de miles de casos de pederastia cometidos por sacerdotes, lo cierto es que las declaraciones del polémico obispo de la Diócesis Nivariense tienen siempre el dudoso honor de provocar un comprensible escándalo.
En esta ocasión, Álvarez respondió a la pregunta que se le hizo en una entrevista concedida a la Televisión Canaria sobre si la homosexualidad es un pecado mortal, afirmando que así es siempre y cuando la persona "sea consciente de que es pecado y, pese a ello, "lo haga libremente".
En un extraño giro "argumental", Álvarez también comparó a los homosexuales con los alcohólicos, asegurando que quienes mantienen relaciones con personas del mismo sexo son:
"Como la persona que bebe. Cuando toma, hace cualquier disparate y se excusa con que estaba bebido. Lo que hay que hacer es no beber para no hacer lo siguiente, que lo hace sin darse cuenta".
No fue ésta, sin embargo, la comparación más escandalosa que se le ocurrió utilizar al obispo de Tenerife.
Tratando de "ejemplificar" lo que quería decir con que la homosexualidad "es un pecado mortal cuando se es consciente de ello y aún así se practica", al obispo no se le ocurrió nada mejor que compararla con un caso reciente de matricidio:
"Parece -apuntó- que los estudios psicológicos dicen que la persona no estaba en sus cabales, así que esa persona no era consciente de que lo que estaba haciendo estaba mal".
Tal y como se podía esperar, las declaraciones de Bernardo Álvarez han provocado el rechazo, entre otros, de asociaciones LGBTI como "Diversas", que las han calificado como "casposas y mezquinas" y han reclamado la "destitución inmediata del obispo".
LOS ANTECEDENTES DEL OBISPO: LOS NIÑOS QUE "VAN PROVOCANDO" A LOS PEDERASTAS
En cualquier caso, estas opiniones del obispo de Tenerife sobre los homosexuales ya eran sobradamente conocidas.
En diciembre de 2007, Bernardo Álvarez provocaba también un efímero escándalo al hacer suyo el argumentario de los pederastas, manifestando públicamente que:
"Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo (con los abusos) y además, deseándolo, incluso si te descuidas te provocan"-
Tras realizar estas declaraciones en una entrevista concedida a un periódico local, Álvarez se permitió también condenar la homosexualidad, asimilándola a las agresiones sexuales.
"La persona practica la homosexualidad -aseguró la máxima autoridad de la Iglesia católica en Tenerife - como puede practicar el abuso de menores".
En ese caso, no obstante, el obispo no contempló eximentes para "el vicio nefando" equivalentes a la "provocación" de los menores de 13 años.
La barbaridad de Bernardo Álvarez, huelga decirlo, no tuvo la más mínima consecuencia. Los medios de comunicación tradicionales se hicieron eco de la noticia durante unos días con su habitual superficialidad.
CUANDO EL OBISPO "SE SALTÓ LA COLA" PARA VACUNARSE CONTRA EL COVID-19, ENGAÑANDO A SANIDAD
Su obsesión contra los homosexuales, sin embargo, no ha sido la única actuación reprobable por la que Bernardo Álvarez ha sido noticia.
En febrero del pasado año 2021, el obispo de Tenerife volvía acaparar titulares de prensa por la trampa que protagonizó para vacunarse contra el Covid-19 cuando no le correspondía hacerlo.
Álvarez recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer el 13 de enero de este año, junto a los sacerdotes mayores que viven en la residencia sacerdotal San Juan de Ávila, las religiosas, responsables del Centro, personal de la casa y de la empresa externa que se ocupa de la limpieza.
Para ello, Bernardo Álvarez engañó a Sanidad, asegurando que residía en el geriátrico, cuando la realidad es que vive en una casa contigua, donde no tiene ningún contacto con los internos del Centro
De esta manera, Álvarez se sumaba a la lista de personalidades políticas y militares que se se aprovecharon de sus cargos para recibir unas vacunas que estaban dirigidas a personas de "alto riesgo".
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La obsesión que el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, parece tener con la homosexualidad quizá ameritase que el prelado se someta algún tipo de terapia psicológica que le permita conocer lo más recóndito de su propia intimidad.
Y es que, aunque la "condena" del "pecado nefando" puede considerarse algo tan propio de la Iglesia Católica como la ocultación de los cientos de miles de casos de pederastia cometidos por sacerdotes, lo cierto es que las declaraciones del polémico obispo de la Diócesis Nivariense tienen siempre el dudoso honor de provocar un comprensible escándalo.
En esta ocasión, Álvarez respondió a la pregunta que se le hizo en una entrevista concedida a la Televisión Canaria sobre si la homosexualidad es un pecado mortal, afirmando que así es siempre y cuando la persona "sea consciente de que es pecado y, pese a ello, "lo haga libremente".
En un extraño giro "argumental", Álvarez también comparó a los homosexuales con los alcohólicos, asegurando que quienes mantienen relaciones con personas del mismo sexo son:
"Como la persona que bebe. Cuando toma, hace cualquier disparate y se excusa con que estaba bebido. Lo que hay que hacer es no beber para no hacer lo siguiente, que lo hace sin darse cuenta".
No fue ésta, sin embargo, la comparación más escandalosa que se le ocurrió utilizar al obispo de Tenerife.
Tratando de "ejemplificar" lo que quería decir con que la homosexualidad "es un pecado mortal cuando se es consciente de ello y aún así se practica", al obispo no se le ocurrió nada mejor que compararla con un caso reciente de matricidio:
"Parece -apuntó- que los estudios psicológicos dicen que la persona no estaba en sus cabales, así que esa persona no era consciente de que lo que estaba haciendo estaba mal".
Tal y como se podía esperar, las declaraciones de Bernardo Álvarez han provocado el rechazo, entre otros, de asociaciones LGBTI como "Diversas", que las han calificado como "casposas y mezquinas" y han reclamado la "destitución inmediata del obispo".
LOS ANTECEDENTES DEL OBISPO: LOS NIÑOS QUE "VAN PROVOCANDO" A LOS PEDERASTAS
En cualquier caso, estas opiniones del obispo de Tenerife sobre los homosexuales ya eran sobradamente conocidas.
En diciembre de 2007, Bernardo Álvarez provocaba también un efímero escándalo al hacer suyo el argumentario de los pederastas, manifestando públicamente que:
"Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo (con los abusos) y además, deseándolo, incluso si te descuidas te provocan"-
Tras realizar estas declaraciones en una entrevista concedida a un periódico local, Álvarez se permitió también condenar la homosexualidad, asimilándola a las agresiones sexuales.
"La persona practica la homosexualidad -aseguró la máxima autoridad de la Iglesia católica en Tenerife - como puede practicar el abuso de menores".
En ese caso, no obstante, el obispo no contempló eximentes para "el vicio nefando" equivalentes a la "provocación" de los menores de 13 años.
La barbaridad de Bernardo Álvarez, huelga decirlo, no tuvo la más mínima consecuencia. Los medios de comunicación tradicionales se hicieron eco de la noticia durante unos días con su habitual superficialidad.
CUANDO EL OBISPO "SE SALTÓ LA COLA" PARA VACUNARSE CONTRA EL COVID-19, ENGAÑANDO A SANIDAD
Su obsesión contra los homosexuales, sin embargo, no ha sido la única actuación reprobable por la que Bernardo Álvarez ha sido noticia.
En febrero del pasado año 2021, el obispo de Tenerife volvía acaparar titulares de prensa por la trampa que protagonizó para vacunarse contra el Covid-19 cuando no le correspondía hacerlo.
Álvarez recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer el 13 de enero de este año, junto a los sacerdotes mayores que viven en la residencia sacerdotal San Juan de Ávila, las religiosas, responsables del Centro, personal de la casa y de la empresa externa que se ocupa de la limpieza.
Para ello, Bernardo Álvarez engañó a Sanidad, asegurando que residía en el geriátrico, cuando la realidad es que vive en una casa contigua, donde no tiene ningún contacto con los internos del Centro
De esta manera, Álvarez se sumaba a la lista de personalidades políticas y militares que se se aprovecharon de sus cargos para recibir unas vacunas que estaban dirigidas a personas de "alto riesgo".
































Dominga La Gorda | Domingo, 23 de Enero de 2022 a las 18:15:04 horas
Las democracias irían mejor sin este tipo de gentes... están al servicio de la reacción derechista.
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